Represión, estrategia de Estado

22-septiembre-2009
Represión, ¿inherente al Estado?Me dicen que no; que no es así como lo planteo. Que debo invertir la fórmula que utilizo para analizar los recientes cristalazos contra comercios y bancos por parte, presumiblemente, de grupos anarquistas.
En un blog anterior y en varios comentarios de facebook y twitter puse que ese tipo de acciones me parecían un regalo de jóvenes rebeldes a los aparatos de represión del Estado; tanto así, que ya circulaban barrocas teorías acusando a inocentes de tales hechos.
Un amigo –que vaya que sabe de represión- me comentó: “habría que invertir la fórmula interiorizada en nuestros análisis de qué son las acciones (buenas, malas, tontas, aventuradas, ilegítimas, bla, bla, bla) las que generan la represión.
“La represión es una estrategia del Estado, que utiliza las acciones de sus ‘enemigos’ para aplicar dicha estrategia basada en producir miedo a los demás para que dejen de hacer otras acciones. Y cuando no hay acciones, el Estado las genera para aplicar su estrategia represiva.
“Por tanto no es importante si la acción es efectiva, o ‘cándidamente provocadora’, justifican estas acciones que exista la tortura, la detención arbitraria como método de Estado, no sólo contra quienes sí sean responsables, sino hasta con aquellos que no lo son pero sirven de ejemplo.
“Más terror producen los análisis como el de PuntoyAparte sobre los recientes cristalazos”.
Hasta donde yo entiendo –y aquí es necesario que todos participemos de la discusión- la represión va estar presente, con o sin cristalazos, porque es una estrategia de Estado preexistente; y que, por lo mismo no se trata necesariamente de un castigo a una acción concreta.
Alguien más me puso:
“Estoy de acuerdo que, en las actuales circunstancias, la represión es una estrategia que ya está decidida de antemano; por lo tanto, el poder la utilizará en el momento que crea conveniente.
“Y si es necesaria una excusa y no la encuentra, la generará, y a la inversa: si no la puede aplicar, aunque tenga la coartada perfecta, estará imposibilitado de ejercerla. Cabe recordar para el caso, que se trata de que el poder no pueda desarrollar esta vorágine represiva debido a su propia debilidad, que viene a ser uno de los principios básicos que plantea el accionar subversivo. No se trata de derrotar militarmente al poder sino que no pueda hacer uso de la fuerza.
“Ahora bien, un nivel primario de análisis que debemos considerar es que estas acciones, a diferencia de otras que provienen de organizaciones armadas digamos "conocidas", no miden la consecuencia política que generan, o bien porque no saben cómo o pues porque no les importa hacerlo (o de hecho utilizan otras unidades de medida que desconocemos).
“Sin embargo, de todas formas, producen un efecto político deseado, la de la propaganda para su causa (que es otro de los análisis en los que se debería profundizar). Procuran que sus acciones hablen por sí mismas, no ahondan más allá ni tampoco desarrollan conceptualizaciones acabadas.
"Buscan, y parece que casi con exclusividad, que sea la acción en sí la única forma de transmisión de sus ideas y demandas. Aunque ello también merecerá una mayor investigación periodística y académica”.
Ambas lógicas me parecen contundentes y dignas de asumirse, pero, y tú, ¿cómo la ves?
AVISO
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