martes, 9 de febrero de 2010

Seguridad nacional y cambio climático

12-noviembre-2009
Estamos acostumbrados a considerar como riesgos de la seguridad nacional a los movimientos sociales, tanto armados como pacífico-radicales, al crimen organizado o al narcotráfico, y perdemos de vista los problemas de salud o climáticos, como potenciales focos rojos de la estabilidad social y política de las naciones.
Fenómenos como el incremento de la temperatura, escasez de agua, tormentas, huracanes, aumento del nivel del mar, parecen abstractos y lejanos, sin embargo son ya motivo de tensiones sociales y problemas de gobernabilidad en el mundo. Principalmente en las zonas menos desarrolladas del planeta.
Ayer, el Instituto Real de Servicios Unidos, con sede en Londres, presentó en México el informe “Impactos relacionados con el clima en la seguridad nacional en México y Centroamérica”, que fue elaborado por Shiloh Fetzek, donde se hace una prospectiva hacia los próximos 20 años, que concluye en una llamado de atención muy serio a los países de la región, porque el deterioro climático va en ascenso y con ello los riesgos de graves estallidos sociales por la carencia de recursos básicos.
El estudio prueba, página a página, que ya hay falta de alimentos, de agua y una escasez de tierras de cultivo, lo que afecta las oportunidades de empleo y empuja a migraciones de sobrevivencia de gente hambrienta y sedienta hacia polos de desarrollo que se ven, a su vez, alterados por la llegada de más competidores por servicios básicos.
El impacto climático afecta la estabilidad social y de las comunidades, sobre todo tratándose del acceso a los recursos. Si los gobiernos no pueden o no quieren satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, esto puede conducir a mayor insatisfacción y desorden social. El cambio climático hará más difícil satisfacer las necesidades básicas. Serán particularmente vulnerables los sectores que sean sensibles al cambio climático, como la agricultura y la pesca.
Conforme disminuyan las poblaciones pesqueras y los rendimientos agrícolas, se verán presionadas las comunidades que dependan de tales recursos para subsistir. Conforme se reduzcan los medios de subsistencia, existirá el potencial de varias respuestas:
Recurrir a prácticas que sean más destructivas ambientalmente, como por ejemplo la deforestación y sobrepesca, puede hacer que la población sea más vulnerable al impacto del cambio climático. También os habitantes en aprietos buscarán, e manera natural, subsistencias alternas en el sector informal, que pueden incluir actividades económicas ilícitas.
Un problema adicional, concluye el estudio, es que en escenarios de escasez hay potencial para la creciente exclusión de los grupos más vulnerables, la cual puede ser dominada por los grupos más poderosos – por ejemplo si los recursos de irrigación se orientan a los productores agrícolas más influyentes en lugar de hacia los campesinos.
En algún momento de su presentación, la embajada británica acota que, según las predicciones globales de cambio climático, México, al ser una gran área de origen de migración y puente natural entre Norte y Sudamérica, es particularmente vulnerable a los cambios del clima.
La creciente escasez de tierra productiva, sumada a una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos, tiene el potencial de causar serios trastornos en los patrones de migración y la situación de seguridad en esta región históricamente volátil.
Y arriesga la crítica de que en nuestro país este conjunto de problemas se consideran temas ambientales, y no una amenaza a la seguridad nacional.
¿O sí está en la agenda del Cisen?

No hay comentarios:

Publicar un comentario