viernes, 5 de febrero de 2010

Caídos en la “guerra sucia”

11-junio-2009
De manera ejemplar, Argentina y Chile tratan de cerrar la herida abierta por las dictaduras militares de los años 70, bajo cuidadosos procesos de justicia y no de venganza. Por el contrario, en México, nuestra pírrica Fiscalía para Delitos del Pasado no llegó a tocarle ni un pelo a ninguno de los torturadores de la época, que han salido impunes de sus crímenes.
La semana pasada se juntaron dos informaciones paradigmáticas. Por un lado la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Victimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem) reportó que, en Argentina, fueron identificados los restos de 42 desaparecidos durante la dictadura.
Se trata de los primeros resultados de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas, lanzada en 2007 por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) junto con organizaciones de Guatemala y Perú, y con el apoyo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
El secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, precisó que los familiares de los desaparecidos ya fueron informados de los resultados de la investigación, pero aclaró que no se podía brindar los nombres ni las nacionalidades de las víctimas, hallados en distintos cementerios y en fosas comunes, a raíz de una resolución judicial que impide, por el momento, su divulgación.
El Equipo de Antropología envió más de 5 mil muestras de sangre de familiares de desaparecidos y de más de 600 esqueletos al laboratorio estadounidense Bode, que realizó trabajos vinculados con las víctimas del atentado contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, para cruzar los datos genéticos que permitieran averiguar la identidad de los restos.
La campaña de identificación "es el esfuerzo más importante que hemos hecho en 25 años. Es un proyecto inédito a nivel mundial porque en este caso lo impulsa una ONG con el apoyo financiero del Estado argentino", destacó recientemente Luis Fondebrider, titular del equipo de forenses, integrado por 45 expertos.
El programa compromete buena parte de la labor del Equipo, que se ha convertido en referente mundial para la documentación de violaciones a los derechos humanos con la exhumación de centenares de cuerpos, entre otros los restos de Ernesto "Che" Guevara.
En el mismo tenor, el jueves pasado fueron exhumados, en Santiago de Chile, los restos del cantautor y director teatral Víctor Jara, asesinado por la dictadura pocos días después del golpe militar de Augusto Pinochet en septiembre de 1973. Se busca identificar a los militares autores de su crimen.
Según dio a conocer el diario español El País, los restos están siendo examinados por un equipo multidisciplinario forense, en el que, además de médicos, participan antropólogos, odontólogos, fotógrafos y otros especialistas, dirigido por una tanatóloga colombiana, que por cierto se llama Alejandra Jiménez.
Se trata de verificar la declaración del ex soldado José Paredes –que después retractó- de que Jara fue asesinado de un disparo en la sien mientras estaba prisionero en el Estadio Nacional, efectuado por un suboficial que jugaba a la ruleta rusa, y que luego, mientras agonizaba, fue rematado por él y otro soldado. Testimonios de algunos de los más de 5 mil prisioneros hacinados en el Estadio Chile indican que el cantautor, militante comunista y símbolo cultural del gobierno de Salvador Allende, fue brutalmente torturado antes de ser asesinado.
A través del ministro de Justicia, Carlos Maldonado, el Ejecutivo chileno ha entregado todo su apoyo al magistrado. "Nuestro interés en esta causa, como en todas las de derechos humanos, es que se investigue hasta las últimas consecuencias y que los culpables, especialmente los que dieron las órdenes, enfrenten la justicia y sean castigados", afirmó.
Qué diferencia con nuestro proceso de justicia, ¿no? Acá hay cientos de casos de desaparecidos, algunos bien documentados, y no pasa nada.

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