lunes, 31 de diciembre de 2012

EZLN anuncia próximas acciones; envía carta a Luis H. Álvarez


Tomado de la página Enlace Zapatista http://bit.ly/UgftXM


EL EZLN ANUNCIA SUS PASOS SIGUIENTES

COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
30 DE DICIEMBRE DEL 2012.

AL PUEBLO DE MÉXICO:

A LOS PUEBLOS Y GOBIERNOS DEL MUNDO:

HERMANOS Y HERMANAS:

COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS:

EL PASADO 21 DE DICIEMBRE DEL 2012, EN HORAS DE LA MADRUGADA, DECENAS DE MILES DE INDÍGENAS ZAPATISTAS NOS MOVILIZAMOS Y TOMAMOS, PACÍFICAMENTE Y EN SILENCIO, 5 CABECERAS MUNICIPALES EN EL SURORIENTAL ESTADO MEXICANO DE CHIAPAS.

EN LAS CIUDADES DE PALENQUE, ALTAMIRANO, LAS MARGARITAS, OCOSINGO Y SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, LOS MIRAMOS Y NOS MIRAMOS A NOSOTROS MISMOS EN SILENCIO.

NO ES EL NUESTRO UN MENSAJE DE RESIGNACIÓN.

NO LO ES DE GUERRA, DE MUERTE Y DESTRUCCIÓN.

NUESTRO MENSAJE ES DE LUCHA Y RESISTENCIA.

DESPUÉS DEL GOLPE DE ESTADO MEDIÁTICO QUE ENCUMBRÓ EN EL PODER EJECUTIVO FEDERAL A LA IGNORANCIA MAL DISIMULADA Y PEOR MAQUILLADA, NOS HICIMOS PRESENTES PARA HACERLES SABER QUE SI ELLOS NUNCA SE FUERON, TAMPOCO NOSOTROS.

HACE 6 AÑOS, UN SEGMENTO DE LA CLASE POLÍTICA E INTELECTUAL SALIÓ A BUSCAR UN RESPONSABLE PARA SU DERROTA. EN AQUEL TIEMPO NOSOTROS ESTÁBAMOS, EN CIUDADES Y COMUNIDADES, LUCHANDO POR JUSTICIA PARA UN ATENCO QUE NO ESTABA ENTONCES DE MODA.

EN ESE AYER NOS CALUMNIARON PRIMERO Y QUISIERON ACALLARNOS DESPUÉS.

INCAPACES Y DESHONESTOS PARA VER QUE EN SÍ MISMOS TENÍAN Y TIENEN LA LEVADURA DE SU RUINA, PRETENDIERON DESAPARECERNOS CON LA MENTIRA Y EL SILENCIO CÓMPLICE.

SEIS AÑOS DESPUÉS, DOS COSAS QUEDAN CLARAS:

ELLOS NO NOS NECESITAN PARA FRACASAR.

NOSOTROS NO LOS NECESITAMOS A ELLOS PARA SOBREVIVIR.

NOSOTROS, QUE NUNCA NOS FUIMOS AUNQUE ASÍ SE HAYAN EMPEÑADO EN HACERLES CREER LOS MEDIOS DE TODO EL ESPECTRO, RESURGIMOS COMO INDÍGENAS ZAPATISTAS QUE SOMOS Y SEREMOS.

EN ESTOS AÑOS NOS HEMOS FORTALECIDO Y HEMOS MEJORADO SIGNIFICATIVAMENTE NUESTRAS CONDICIONES DE VIDA. NUESTRO NIVEL DE VIDA ES SUPERIOR AL DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS AFINES A LOS GOBIERNOS EN TURNO, QUE RECIBEN LAS LIMOSNAS Y LAS DERROCHAN EN ALCOHOL Y ARTÍCULOS INÚTILES.

NUESTRAS VIVIENDAS SE MEJORAN SIN LASTIMAR A LA NATURALEZA IMPONIÉNDOLE CAMINOS QUE LE SON AJENOS.

EN NUESTROS PUEBLOS, LA TIERRA QUE ANTES ERA PARA ENGORDAR EL GANADO DE FINQUEROS Y TERRATENIENTES, AHORA ES PARA EL MAÍZ, EL FRIJOL Y LAS VERDURAS QUE ILUMINAN NUESTRAS MESAS.

NUESTRO TRABAJO RECIBE LA SATISFACCIÓN DOBLE DE PROVEERNOS DE LO NECESARIO PARA VIVIR HONRADAMENTE, Y DE CONTRIBUIR EN EL CRECIMIENTO COLECTIVO DE NUESTRAS COMUNIDADES.

NUESTROS NIÑOS Y NIÑAS VAN A UNA ESCUELA QUE LES ENSEÑA SU PROPIA HISTORIA, LA DE SU PATRIA Y LA DEL MUNDO, ASÍ COMO LAS CIENCIAS Y LAS TÉCNICAS NECESARIAS PARA ENGRANDECERSE SIN DEJAR DE SER INDÍGENAS.

LAS MUJERES INDÍGENAS ZAPATISTAS NO SON VENDIDAS COMO MERCANCÍAS.

LOS INDÍGENAS PRIÍSTAS VAN A NUESTROS HOSPITALES, CLÍNICAS Y LABORATORIOS PORQUE EN LOS DEL GOBIERNO NO HAY MEDICINAS, NI APARATOS, NI DOCTORES NI PERSONAL CALIFICADO.

NUESTRA CULTURA FLORECE, NO AISLADA SINO ENRIQUECIDA POR EL CONTACTO CON LAS CULTURAS DE OTROS PUEBLOS DE MÉXICO Y DEL MUNDO.

GOBERNAMOS Y NOS GOBERNAMOS NOSOTROS MISMOS, BUSCANDO SIEMPRE PRIMERO EL ACUERDO ANTES QUE LA CONFRONTACIÓN.

TODO ESTO SE HA CONSEGUIDO NO SÓLO SIN EL GOBIERNO, LA CLASE POLÍTICA Y MEDIOS QUE LOS ACOMPAÑAN, TAMBIÉN RESISTIENDO SUS ATAQUES DE TODO TIPO.

HEMOS DEMOSTRADO, UNA VEZ MÁS, QUE SOMOS QUIENES SOMOS.

CON NUESTRO SILENCIO NOS HICIMOS PRESENTES.

AHORA CON NUESTRA PALABRA ANUNCIAMOS QUE:

PRIMERO.- REAFIRMAREMOS Y CONSOLIDAREMOS NUESTRA PERTENENCIA AL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, ESPACIO DE ENCUENTRO CON LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE NUESTRO PAÍS.

SEGUNDO.- RETOMAREMOS EL CONTACTO CON NUESTROS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS ADHERENTES A LA SEXTA DECLARACIÓN DE LA SELVA LACANDONA EN MÉXICO Y EN EL MUNDO.

TERCERO.- INTENTAREMOS CONSTRUIR LOS PUENTES NECESARIOS HACIA LOS MOVIMIENTOS SOCIALES QUE HAN SURGIDO Y SURGIRÁN, NO PARA DIRIGIR O SUPLANTAR, SINO PARA APRENDER DE ELLOS, DE SU HISTORIA, DE SUS CAMINOS Y DESTINOS.

PARA ESTO HEMOS LOGRADO EL APOYO DE INDIVIDUOS Y GRUPOS EN DIFERENTES PARTES DE MÉXICO, CONFORMADOS COMO EQUIPOS DE APOYO DE LAS COMISIONES SEXTA E INTERNAZIONAL DEL EZLN, DE MODO QUE SE CONVIERTAN EN CORREAS DE COMUNICACIÓN ENTRE LAS BASES DE APOYO ZAPATISTAS Y LOS INDIVIDUOS, GRUPOS Y COLECTIVOS ADHERENTES A LA SEXTA DECLARACIÓN, EN MÉXICO Y EN EL MUNDO, QUE AÚN MANTIENEN SU CONVICCIÓN Y COMPROMISO CON LA CONSTRUCCIÓN DE UNA ALTERNATIVA NO INSTITUCIONAL DE IZQUIERDA.

CUARTO.- SEGUIRÁ NUESTRA DISTANCIA CRÍTICA FRENTE A LA CLASE POLÍTICA MEXICANA QUE, EN SU CONJUNTO, NO HA HECHO SINO MEDRAR A COSTA DE LAS NECESIDADES Y LAS ESPERANZAS DE LA GENTE HUMILDE Y SENCILLA.

QUINTO.- RESPECTO A LOS MALOS GOBIERNOS FEDERALES, ESTATALES Y MUNICIPALES, EJECUTIVOS, LEGISLATIVOS Y JUDICIALES, Y MEDIOS QUE LOS ACOMPAÑAN DECIMOS LO SIGUIENTE:

LOS MALOS GOBIERNOS DE TODO EL ESPECTRO POLÍTICO, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA, HAN HECHO TODO LO POSIBLE POR DESTRUIRNOS, POR COMPRARNOS, POR RENDIRNOS. PRI, PAN, PRD, PVEM, PT, CC Y EL FUTURO PARTIDO DE RN, NOS HAN ATACADO MILITAR, POLÍTICA, SOCIAL E IDEOLÓGICAMENTE.

LOS GRANDES MEDIOS DE COMUNICACIÓN INTENTARON DESAPARECERNOS, CON LA CALUMNIA SERVIL Y OPORTUNISTA PRIMERO, CON EL SILENCIO TAIMADO Y CÓMPLICE DESPUÉS. A QUIENES SIRVIERON Y DE CUYOS DINEROS SE AMAMANTARON YA NO ESTÁN. Y QUIENES AHORA LOS RELEVAN NO DURARÁN MÁS QUE SUS ANTECESORES.

COMO HA SIDO EVIDENTE EL 21 DE DICIEMBRE DEL 2012, TODOS HAN FRACASADO.

QUEDA ENTONCES AL GOBIERNO FEDERAL, EJECUTIVO, LEGISLATIVO Y JUDICIAL, DECIDIR SI REINCIDE EN LA POLÍTICA CONTRAINSURGENTE QUE SÓLO HA CONSEGUIDO UNA ENDEBLE SIMULACIÓN TORPEMENTE SUSTENTADA EN EL MANEJO MEDIÁTICO, O RECONOCE Y CUMPLE SUS COMPROMISOS ELEVANDO A RANGO CONSTITUCIONAL LOS DERECHOS Y LA CULTURA INDÍGENAS, TAL Y COMO LO ESTABLECEN LOS LLAMADOS “ACUERDOS DE SAN ANDRÉS”, FIRMADOS POR EL GOBIERNO FEDERAL EN 1996, ENCABEZADO ENTONCES POR EL MISMO PARTIDO AHORA EN EL EJECUTIVO.

QUEDA AL GOBIERNO ESTATAL DECIDIR SI CONTINÚA LA ESTRATEGIA DESHONESTA Y RUIN DE SU ANTECESOR, QUE ADEMÁS DE CORRUPTO Y MENTIROSO, OCUPÓ DINEROS DEL PUEBLO DE CHIAPAS EN EL ENRIQUECIMIENTO PROPIO Y DE SUS CÓMPLICES, Y SE DEDICÓ A LA COMPRA DESCARADA DE VOCES Y PLUMAS EN LOS MEDIOS, MIENTRAS SUMÍA AL PUEBLO DE CHIAPAS EN LA MISERIA, AL MISMO TIEMPO QUE HACÍA USO DE POLICÍAS Y PARAMILITARES PARA TRATAR DE FRENAR EL AVANCE ORGANIZATIVO DE LOS PUEBLOS ZAPATISTAS; O, EN CAMBIO, CON VERDAD Y JUSTICIA, ACEPTA Y RESPETA NUESTRA EXISTENCIA Y SE HACE A LA IDEA DE QUE FLORECE UNA NUEVA FORMA DE VIDA SOCIAL EN TERRITORIO ZAPATISTA, CHIAPAS, MÉXICO. FLORECIMIENTO QUE ATRAE LA ATENCIÓN DE PERSONAS HONESTAS EN TODO EL PLANETA.

QUEDA A LOS GOBIERNOS MUNICIPALES DECIDIR SI SE SIGUEN TRAGANDO LAS RUEDAS DE MOLINO CON LAS QUE LAS ORGANIZACIONES ANTIZAPATISTAS O SUPUESTAMENTE “ZAPATISTAS” LOS EXTORSIONAN PARA AGREDIR A NUESTRAS COMUNIDADES; O MEJOR USAN ESOS DINEROS PARA MEJORAR LAS CONDICIONES DE VIDA DE SUS GOBERNADOS.

QUEDA AL PUEBLO DE MÉXICO QUE SE ORGANIZA EN FORMAS DE LUCHA ELECTORAL Y RESISTE, DECIDIR SI SIGUE VIENDO EN NOSOTROS A LOS ENEMIGOS O RIVALES EN QUIENES DESCARGAR SU FRUSTRACIÓN POR LOS FRAUDES Y AGRESIONES QUE, AL FINAL, TODOS PADECEMOS, Y SI EN SU LUCHA POR EL PODER CONTINÚAN ALIÁNDOSE CON NUESTROS PERSEGUIDORES; O RECONOCEN AL FIN EN NOSOTROS OTRA FORMA DE HACER POLÍTICA.

SEXTO.- EN LOS PRÓXIMOS DÍAS EL EZLN, A TRAVÉS DE SUS COMISIONES SEXTA E INTERNAZIONAL, DARÁ A CONOCER UNA SERIE DE INICIATIVAS, DE CARÁCTER CIVIL Y PACÍFICO, PARA SEGUIR CAMINANDO JUNTO A LOS OTROS PUEBLOS ORIGINARIOS DE MÉXICO Y DE TODO EL CONTINENTE, Y JUNTO A QUIENES, EN MÉXICO Y EN EL MUNDO ENTERO, RESISTEN Y LUCHAN ABAJO Y A LA IZQUIERDA.

HERMANOS Y HERMANAS:
COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS:

ANTES TUVIMOS LA BUENAVENTURA DE UNA ATENCIÓN HONESTA Y NOBLE DE DISTINTOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. LO AGRADECIMOS ENTONCES. PERO ESO FUE COMPLETAMENTE BORRADO CON SU ACTITUD POSTERIOR.

QUIENES APOSTARON A QUE SÓLO EXISTÍAMOS MEDIÁTICAMENTE Y QUE, CON EL CERCO DE MENTIRAS Y SILENCIO, DESAPARECERÍAMOS, SE EQUIVOCARON.

CUANDO NO HABÍAN CÁMARAS, MICRÓFONOS, PLUMAS, OÍDOS Y MIRADAS, EXISTÍAMOS.

CUANDO NOS CALUMNIARON, EXISTÍAMOS.

CUANDO NOS SILENCIARON, EXISTÍAMOS.

Y AQUÍ ESTAMOS, EXISTIENDO.

NUESTRO ANDAR, COMO HA QUEDADO DEMOSTRADO, NO DEPENDE DEL IMPACTO MEDIÁTICO, SINO DE LA COMPRENSIÓN DEL MUNDO Y DE SUS PARTES, DE LA SABIDURÍA INDÍGENA QUE RIGE NUESTROS PASOS, DE LA DECISIÓN INQUEBRANTABLE QUE DA LA DIGNIDAD DE ABAJO Y A LA IZQUIERDA.

A PARTIR DE AHORA, NUESTRA PALABRA EMPEZARÁ A SER SELECTIVA EN SU DESTINATARIO Y, SALVO EN CONTADAS OCASIONES, SÓLO PODRÁ SER COMPRENDIDA POR QUIENES CON NOSOTROS HAN CAMINADO Y CAMINAN, SIN RENDIRSE A LAS MODAS MEDIÁTICAS Y COYUNTURALES.

ACÁ, CON NO POCOS ERRORES Y MUCHAS DIFICULTADES, ES YA UNA REALIDAD OTRA FORMA DE HACER POLÍTICA.

POCOS, MUY POCOS, TENDRÁN EL PRIVILEGIO DE CONOCERLA Y APRENDER DE ELLA DIRECTAMENTE.

HACE 19 AÑOS LOS SORPRENDIMOS TOMANDO CON FUEGO Y SANGRE SUS CIUDADES. AHORA LO HEMOS HECHO DE NUEVO, SIN ARMAS, SIN MUERTE, SIN DESTRUCCIÓN.

NOS DIFERENCIAMOS ASÍ DE QUIENES, DURANTE SUS GOBIERNOS, REPARTIERON Y REPARTEN LA MUERTE ENTRE SUS GOBERNADOS.

SOMOS LOS MISMOS DE HACE 500 AÑOS, DE HACE 44 AÑOS, DE HACE 30 AÑOS, DE HACE 20 AÑOS, DE HACE APENAS UNOS DÍAS.

SOMOS LOS ZAPATISTAS, LOS MÁS PEQUEÑOS, LOS QUE VIVEN, LUCHAN Y MUEREN EN EL ÚLTIMO RINCÓN DE LA PATRIA, LOS QUE NO CLAUDICAN, LOS QUE NO SE VENDEN, LOS QUE NO SE RINDEN.

HERMANOS Y HERMANAS:
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS:

SOMOS L@S ZAPATISTAS, RECIBAN NUESTRO ABRAZO.

¡DEMOCRACIA!
¡LIBERTAD!

¡JUSTICIA!

Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena – Comandancia General del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Subcomandante Insurgente Marcos.
México. Diciembre del 2012 – Enero del 2013.

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Carta a don Luis H. Álvarez

Señor Álvarez Álvarez:

La presente no es sólo para reafirmar lo que el silencio multitudinario del 21 de diciembre le debe haber dejado claro a usted, a la clase política y al gobierno de Acción Nacional, en general, y a Felipe Calderón Hinojosa en particular:

Fracasaron.

Oh, no hay drama. Ya otros gobiernos lo habían intentado antes… y lo seguirán intentando.

Pero, señor Álvarez, su fracaso no debe buscarlo en nosotros, ni siquiera en el poco profesionalismo de su nada inteligente servicio de inteligencia (aunque ahora sabe que fueron y son unos sinvergüenzas). ¿A quién se le ocurre que un zapatista, cualquiera de nosotros, acudiría a un gobierno de criminales para pedir ayuda si estuviera enfermo? ¿Quién puede pensar racionalmente que los zapatistas se alzaron por dinero?

Sólo la mentalidad de conquistador demodé (cuyo mejor ejemplo es Diego Fernández de Cevallos) que les inculcan en su partido político, Acción Nacional, pudo haberles permitido tragarse con entusiasmo esa rueda de molino.

Y no se necesitaba inteligencia, sino mínimamente leer los periódicos o escuchar los noticieros de antes: los bribones que se presentaron ante usted como “amigos cercanos al Sup Marcos”, son los mismos que simularon una rendición y “entrega de armas” al nefasto Croquetas Albores en 1998, simulando ser zapatistas, y que son unos conocidos estafadores que ya no engañan a nadie… bueno, a usted sí. ¿Cuánto le sacaron? La diferencia es que el Croquetas sabía que era una pantomima y pagó por ella (y para que los medios presentaran el balneario del Jataté, a las afueras de la cabecera municipal de Ocosingo, como si fuera “en la selva lacandona”), y a usted no sólo lo engañaron, sino hasta lo puso en un libro

Y no conforme con eso, invita usted, a la presentación de ese libro, a Felipe Calderón Hinojosa, borracho de sangre y alcohol, que no sólo balbuceó incoherencias, también distribuyó a los medios la versión estenográfica. Claro que los medios cobraron doble: no por publicarla, sino por no publicarla, puesto que hacía patente el estado de ebriedad de quien profirió esas palabras. Creo que ahora es claro que Felipe Calderón Hinojosa mintió hasta el último minuto y que es una invención descarada lo que señala en su último informe de gobierno. El único acercamiento que tuvo su gobierno con “representantes y mandos del EZLN” fue el de sus ejércitos, policías, jueces y paramilitares.

Pero, bueno, ahora ya sabe, señor Álvarez, lo que es ser despreciado por lo que el calendario implacable le viste.

Como los indígenas, los ancianos son despreciados. Y como símbolo de ese desprecio, van las monedas de la limosna, o, en su caso, la afrenta del engaño, el insulto de ser ignorado, las burlas a sus espaldas.

Pero hay una diferencia, una diferencia pequeña, pero de ésas que hacen andar la rueda de la historia: mientras usted pagó (con dineros que no eran los suyos, dicho sea de paso) por ser burlado (y hasta hizo un libro); nosotros, nosotras, indígenas y zapatistas, castigamos su desprecio con nuestro silencioso y alargado andar.

Porque bien sabemos que también le venden la idea de que será recordado por su lucha por la democracia (en realidad, su lucha por el poder, pero allá arriba suelen trastocar ambos términos), pero no. Aunque poco, podría ser recordado por haber sido cómplice (o funcionario, es lo mismo) del gobierno más criminal que, desde Porfirio Díaz, este país ha padecido.

Y acá, en tierras indígenas zapatistas, podría ser recordado como parte de un gobierno más que trató de rendirnos (o comprarnos, es lo mismo) y, como ha sido evidente por el estruendoso silencio de San Cristóbal de Las Casas, Altamirano, Las Margaritas, Palenque y Ocosingo, uno más que fracasó.

Porque la clase política y quienes viven de su estupidez, habrán de apagarse sin que nadie les lleve la cuenta (si acaso, sólo para agradecer que ya no estorben), y nada serán, como no sea un número más en la dilatada lista de los embaucados con el sueño de ser “históricos”.

Y mire que no cuestionamos su moralidad. Sabido es que toda pandilla de criminales, como a la que usted sirvió estos años, busca quién le dé un rostro amable y bondadoso, para que, con ese rostro como coartada, oculten su identidad depredadora.

Creo que ya lo sabía usted señor Álvarez. En el arriba de todo el espectro político, todos son iguales. Manque algun@s ingenu@s lo vengan a descubrir hasta que padecen la injusticia en carne propia, mientras la ignoraron cuando esa injusticia se repartía cotidianamente en otras geografías cercanas o lejanas.

Sus compañeros de partido, que lucraron con la sangre de inocentes, y ahora lamentan que para el mercado hubo quien pagó-cobró más, todos, no son sino una runfla de criminales que hizo y hace grotescas contorsiones al desatinado ritmo que los medios les marcan.

¿Tiene de qué enorgullecerse al haber sido parte de un equipo con un hampón como Javier Lozano Alarcón, que tuvo que esconderse en el senado para no ser llamado a cuentas por la justicia? ¿Se siente usted bien por haber sido compañero de Juan Francisco Molinar Horcasitas, un criminal con las manos manchadas de la sangre de infantes?

Y, aunque a veces las paradojas son cómicas, otras son trágicas.

Su partido político, Acción Nacional, fue uno de quienes encabezaron, desde el amanecer de 1994, los gritos histéricos en contra nuestra, pidiendo que nos aniquilaran, porque amenazábamos con sumir al país en un baño de sangre. Y resultó que fueron ustedes, hechos gobierno, quienes extendieron el terror, la angustia, la destrucción y la muerte a todos los rincones de nuestro ya maltrecho país.

Y qué me dice de cuando los miembros de la bancada de su partido (junto con la del PRI y la del PRD), votaron en contra de los Acuerdos de San Andrés por los que usted trabajó, advirtiendo que esos acuerdos significaban la fragmentación del país. Y ha sido su partido, señor Álvarez, quien entrega una Nación hecha añicos.

Pero consuélese, señor Álvarez, el afán de los suyos de pasar a la historia será recompensado. Tendrán una línea, sí, entre los estafados por los burladores.

Pero también en las páginas de los libros de historia y geografía, en las escuelas zapatistas, en un párrafo se leerá:

“El mal gobierno de Felipe Calderón Hinojosa es conocido como el que llevó la muerte absurda a todos los rincones de México, ofreció a víctimas y victimarios la injusticia, y dejó, como sangriento auto homenaje al crimen hecho cogobierno, su monumento. Si Porfirio Díaz dejó el Ángel de la Independencia, Felipe Calderón dejó la Estela de Luz. Sin quererlo, ambos anunciaron así el fin de un mundo, aunque tardaron, tardarán, en entenderlo”.

Le sugiero que agregue un epílogo a su libro. Algo como: “Debo reconocer que se puede ser un pésimo alumno de las comunidades indígenas zapatistas. Sin embargo digo, después de escuchar su estruendoso silencio, que aprendí lo principal: que no importa que usemos bombas, balas, toletes, golpes, mentiras, proyectos, dinero, que compremos medios para que griten falsedades y callen verdades, el resultado siempre es el mismo: los zapatistas no claudican, no se venden, no se rinden y… ¡sorpresa!… no desaparecen”.

Porque la historia, señor Álvarez, seguirá repitiéndose una y otra vez: reaparecerán rebeldes en todos los rincones y, tal vez, con ellos, aparecerán sus Marios Benedetti, sus Marios Payeras, sus Omares Cabezas, sus Carlos Montemayor. Y tal vez los Eduardos Galeano de esas lluvias les llevarán o no las cuentas.

Y también habrá ventanas, con o sin marcos.

Y ustedes, señor Álvarez, seguirán asomándose, mirándonos sin vernos, y sin darse apenas cuenta de que, en ese asomarse al mundo por venir, están irremediablemente fuera.

Creo que no lo puso en su libro, pero recuerde que una vez le dije que los zapatistas valemos mucho, pero no tenemos precio. Y “no hay que confundir valor y precio” (no, esto no lo dijo Carlos Marx, sino Juan Manuel Serrat).

Sin embargo, señor Álvarez, en recuerdo de los momentos de firme dignidad que tuvo usted, y de los que fui testigo cuando trabajó en la Comisión de Concordia y Pacificación, todavía puede cambiar eso:

Deje su partido y lo que representa, abandone a esa clase política que no ha hecho sino convertirse en un parásito insaciable. Usted es de Chihuahua. Vaya a la Sierra Tarahumara, pida que le den entrada a una de las comunidades rarámuris. Tal vez no le dejen quedarse, ya no está el entrañable Ronco para preguntarle. Pero tal vez sí lo dejan estar unos días. Ahí, con ellos, aprenderá usted lo fundamental del corazón indígena, de la lucha y esperanza de los pueblos originarios de México. Después de todo, ¿no se llama así su libro?

Vaya señor Álvarez Álvarez, a ése o a cualquier pueblo indígena que lo acepte después de renunciar a lo que es ahora. Ahí será respetado (y no mal tolerado) por su edad, y, sobre todo, aprenderá que, para los pueblos indios de México, “dignidad” es un verbo que se conjuga en presente desde hace más de 500 años… y los que faltan.

Vaya, tal vez es éste el día en el que hay que elegir. Y en su caso no es nada sencillo, porque se trata de elegir entre un mundo u otro. Que no lo detenga o mal aconseje la edad. Mírenos a nosotros, tenemos más de 500 años y todavía aprendemos.

Si no lo hace, al menos usted habrá conocido por sí mismo la verdad que se encierra en las 17 sílabas de ese Haiku de Mario Benedetti:

“Quién lo diría,
los débiles de veras
nunca se rinden”

Vale. Salud y ¿escuchó?… “hay pocas cosas / tan ensordecedoras / como el silencio” (sí, también Haiku y también de Mario Benedetti).

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Diciembre del 2012.

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Liberan a anarquista Mario López; Felicity Ryder le envía carta


Tomado de la pagina Liberación Total http://liberaciontotal.lahaine.org/


Compañero Mario López consigue salir de la cárcel bajo fianza!

Por estos días se produjeron algunos cambios en la legislación penal en la ciudad de México, donde el cargo de “ataque a la paz pública” dejó de ser un delito grave. Por lo que la abogada del compañero Mario López se presentó el viernes 28/12 en los juzgados, junto a compas solidarixs, para realizar los trámites necesarios para su excarcelación.

El mismo viernes compañerxs solidarixs reunieron el dinero para pagar la fianza, de aproximadamente 70.000 pesos mexicanos (cerca de $2.572.000 en moneda chilena), para que Mario pudiera salir de la cárcel.

Finalmente alrededor de la 1:00 de la madrugada del sábado 29/12 el compa Tripa salió caminando desde el Reclusorio Sur. Ahora el proceso judicial en su contra continuará, pero él estará fuera de las jaulas a la espera de la condena.

Es una gran alegría que Mario se encuentre fuera de la cárcel, sin duda que este año que se va nos dejo varias alegrias, como la muerte del “caso bombas” y el fin de la orden de captura contra Gabriela, la excarcelación y no procesamiento por ley antiterrorista de Tortuga, la excarcelación de Eat y Billy en Indonesia, entre algunos casos.

Te saludamos Tripa por tu firme determinación, tu sonrisa se contagia en nuestros rostros al saber que ya no te encuentras en manos del Poder y puedes reencontrarte con tu entorno y tus seres queridxs, fueron seis largos meses de encierro donde tuviste que sanar tus heridas en condiciones horribles, pero nada logró quebrar tu insurrecta voluntad diste una dura pelea y saliste más fuerte que antes. Mucha fuerza en lo que sigue, no estas solo!

Solidaridad con Tripa, el proceso en su contra no a terminado!
Fuerza y cariños a la compañera Felicity!

Carta desde la clandestinidad por la reciente salida bajo fianza de Mario López de la cárcel

por Felicity Ryder

“cuando pisas la calle de nuevo, debes de saber que realmente nunca te quitaron tu libertad - todo el tiempo fuiste libre, porque a pesar de todo lo que intentaron, nunca pudieron y nunca van a poder quitarte la libertad que corre por tus venas, por nuestras venas.”

Nota por LT: Compañera, esperamos que la misma razón que permitió que Mario saliera de la cárcel, abra una puerta para que no sigas en situación de profuga. Tus palabras reflejan la firme voluntad que tienes de seguir luchando, conociendo las consecuencias del enfrentamiento, ánimo que esto no ha terminado. Que tus pasos sean firmes y que tus huellas las borre el viento.

A mi hermano Mario,

Seis meses han pasado desde que te secuestraron esa noche de mala suerte, desde que te torturaron y te amenazaron, desde que hostigaron a tu familia y a tus amigxs. Durante seis meses lo intentaron todo para poder romper con tu espíritu ácrata - encerraron tu cuerpo dentro de cuatro paredes y un sinnúmero de rejas, lejos de los bosques salvajes donde perteneces, pero no les pasaba por la mente que en cada momento ibas a estar con tus compañerxs afines alrededor del mundo. Te dejaron aguantando el dolor pero tus ganas de luchar siempre ganaron.
Intentaron parar a tus abogadas afines para que dejaran de expresar su solidaridad hacia ti, sin darse cuenta que un par de hombres extraños acechando en las sombras por la madrugada y algunas amenazas de muerte vacías no iban a poder parar a aquellxs dispuestxs a luchar junto a ti. Mandaron sus presos-traidores para hacerte daño pero la solidaridad que sembrabas siempre fue más fuerte. Durante estos meses te burlaste del enemigo, aguantando el dolor, la incertidumbre y la tortura del encierro de un ser salvaje, te aferraste con fuerza a tus convicciones cada largo segundo. Usaste toda tu rebosante energía para propagar libertad en cada paso, teniendo éxito aun en ese lugar tan infecundo, para continuar el análisis de nuestra lucha insurreccional y nunca has parado de luchar, ni por un segundo, por la libertad y la Anarquía.

Hoy, cuando pisas la calle de nuevo, debes de saber que realmente nunca te quitaron tu libertad - todo el tiempo fuiste libre, porque a pesar de todo lo que intentaron, nunca pudieron y nunca van a poder quitarte la libertad que corre por tus venas, por nuestras venas. Se muy bien que esto no ha acabado -todxs conocemos los engaños y la venganza que forma la esencia del Estado- pero sabe que tus compañerxs se paran junto a ti y que tu espíritu indómito por la Anarquía solo puede crecer más fuerte aún.

Como tú, deseo que todxs nuestrxs compañerxs presxs y profugxs en México, Italia, Chile, Grecesta en la calle pero eia, Bolivia, Alemania, España, Suiza y en todo el mundo también puedan pisar la calle hoy, entrar en sus hogares y abrazar a sus queridxs. Y aunque por el momento ellxs aguantan con orgullo el encierro y la incertidumbre, también están con nosotrxs en cada momento.

Adelante compañero, aun hay mucho por hacer…

Tu hermana en afinidad,
Felicity
29/12/12


Carta de Mario, ya en libertad

Saludos a todxs!

Compas ya después de 6 meses he podido salir de la cárcel, lo cual no hubiera sido posible sin la solidridad y el apoyo de todxs ustedes. Finalmente, como ya se ha difundido se ha hecho una modificiacion a la ley de lxs poderosxs dejando el delito de “Ataques a la paz publica” como no grave, por lo cual las compañeras abogadas del GASPA se han movido rápidamente para solicitar la libertad bajo fianza o condicionada. De primeras pensamos que esto no seria posible por el agravante respecto al explosivo y la premeditación del hecho, ya el dia viernes a las 3:30 de la tarde el secretario de acuerdos nos notifico la libertad condicionada. Tras una pesada jornada de espera finalmente a la 1:00 de la madrigada cruce la puerta del Reclusorio hacia la salida del centro de exterminio, donde estaban ya compañerxs y amigxs esperándome así como mi madre. Al final hemos pagado 70 mil pesos a la afianzadora los cuales estamos en vísperas de recuperar.

Pues de momento es todo, sin más quiero agradecer de la manera más honesta a todxs lxs compas que apoyaron y se solidarizaron de todas las formas posibles, desde sus posiciones, convicciones y posibilidades. Y también enviar un saludo de fuerza para la compañera Felicity donde quiera que se encuentre la lucha continua, porque no es una ocasión especifica, un momento aislado de nuestras vidas, sino nuestra vida misma! Salud y fuerza para lxs aún prisionerxs en Italia, para el compañero Gabriel y Marco.

Solidaridad con lxs prionerxs anarquistas!
La anarquía es inevitable!
Con amor y rabia:
Mario López Hdz.
Mexico d.f. 31 diciembre 2012.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Anarquistas reivindican ataque (fallido) a patrulla en el Edomex


Tomado de la pagina Saboteamos.info http://bit.ly/YytzVV


Reivindicación de la instalación de un artefacto incendiario en patrulla policial de Edomex, México

This entry was posted by carlosm on Domingo, 30 diciembre, 2012 at

Comunicado:

“… Rechazamos la idea de la inocencia aparente de la sociedad. El silencio nunca es inocente. Odiamos tanto la mano que sujeta el látigo como la espalda que pasivamente lo padece”
Conspiración Células del Fuego / Theofilos Mavropuolos.
Dentro de la Jornada Internacional de Acción Directa en solidaridad con el compa Mario López “El Tripa”:

“Somos el éter que las nebulosas liberan de sus tejidos“

Decidimos salir y olvidar el miedo, somos conscientes de los peligros y aun así estamos dispuestxs a seguir caminando, detonando en la lobreguez, robándole la cotidianidad al tiempo, y así con nuestra excitada respiración turbamos el silencio. Nos sumamos a los pasos inconformes que transporta el viento, a la pasión constante de todo lo verde que aun debajo del asfalto se niega a morir, aquella hermosa vegetación salvaje que insolente e incontenible hace estacionar las miradas en sus pequeños retoños que desquebrajan el cemento. Hemos rechazado la historia sintética, esa donde se adora a las máquinas que todo lo envuelven con delgadas y corrosivas capas plásticas. Somos ludditas palpitando con la tierra y decidimos renombrar la realidad.

Camaradas hoy les compartimos la breve crónica de una acción inconclusa, debido a que el dispositivo de retardo puesto en nuestro artefacto incendiario falló (artefacto colocado el día 20 de diciembre de 2012, en una patrulla municipal perteneciente al Estado de México), es necesario resaltar que se cuidaron los detalles de seguridad y si es que las malditas fuerzas policiales tienen en su poder este dispositivo, no podrán desprender del ni una sola pista, nada. Es importante comunicar los desatinos, así como se comunican los ataques exitosos, para que estos puedan servir como un método de desarrollo dentro de la informalidad; confiamos que esta acción también tendrá algo de utilidad, sirviendo como una advertencia, siendo un recordatorio de que seguimos dando guerra en cualquier parte del mundo. Lxs inconformes, lxs salvajes continuamos irrumpiendo, esta acción no es más que un objetivo necesario de concluir.

Ahora sentimos la necesidad de comunicarnos con todxs lxs compas secuestradxs dentro de los reclusorios, confiamos es que estas líneas llegaran a cada unx y que lxs harán sentir acompañadxs, ansiamos que con ellas nos sepamos próximxs. Fuera y dentro de las celdas existe el amor insistente de luchar contra lo impuesto. Esperamos verlxs lejos de prisión y noctámbulxs lxs nombramos. Todxs juntxs y cobijadxs por la noche, saboreamos el espectáculo que millones de chispas ofrecen, formando manojos de estrellas que explotan e iluminan las miradas.
¡La lucha es contra toda la realidad existente e impuesta!

¡Solidaridad con todxs nuestrxs camaradas aprisionadxs en los diversos reclusorios de mundo!

¡Fuerza Mario López, Nicola Gai, Alfredo Cospito, Carla, Iván, Henry, Elisa Di Baenardo, Gabriel Pompo Da Silva, Marco Camenisch y todxs lxs compas Secuestradxs por el Estado!

¡Alegres por saber lejos de los barrotes a Eat y Billy!

¡Amor y Rabia!

¡La vida salvaje e incontenible, no desaparecerá… nunca rendidxs, nunca solxs, hermosamente violentxs y coléricamente fuertes!

Fracción Anti-civilización del
Frente de Liberación de la Tierra
Afín a la Federación Anarquista Informal
(FA/FLT/FAI)

Fuente: http://liberaciontotal.lahaine.org/?p=4804

Frente de Liberación Animal, de Italia, quema camioneta de reparto de carne


Tomado del portal directaction.info http://bit.ly/UeZNUz
(La liga incluye el video de la acción)



anonymous report (translation):

"On the night of 11/24/2012 we cut fences at the slaughterhouse in San Giovanni Valdarno (Florence).
After causing more damage we burned a refrigerated truck used to transport meat, since it was impossible to get inside the slaughterhouse because of security cameras and alarms.

A.L.F."

Italian:
"La notte del 24-11-2012 abbiamo tagliato le recinzioni del mattatoio di San Giovanni Valdarno (firenze).
Dopo ulteriori danni abbiamo incendiato un camion refrigerato per trasporto carne, vista l'impossibilità di poter entrare entrare dentro al mattatoio monitorato da telecamere e allarmi.

A.L.F."


viernes, 28 de diciembre de 2012

Pese a cese al fuego, siguen combatiendo FARC y gobierno en Colombia


Tomado del periodico colombiano El Tiempo http://bit.ly/RVsg6d


Desde inicio del cese al fuego, las Farc han atacado 13 veces

Los ataques, especialmente en el suroccidente del país, se dan un mes después del anuncio.


Un mes después de su anuncio de una tregua unilateral, las Farc han realizado al menos 13 ataques, especialmente en el suroccidente del país.

A su vez, han sido blanco de 16 acciones ofensivas de la Fuerza Pública que han dejado 43 guerrilleros muertos y siete heridos.

Esas cifras están contenidas en un balance elaborado por el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, Cerac, que destaca en todo caso que los ataques de la guerrilla se han reducido en un 70 por ciento desde el anuncio de cese de fuegos unilateral hasta el 20 de enero.
Jorge Restrepo, director de Cerac y profesor de la Universidad Javeriana, sostiene que en general la tregua se ha respetado en el país, excepto en el Cauca, departamento en el que se mueve 'Pablo Catatumbo', uno de los máximos jefes de esa guerrilla.

“Al principio hubo acciones por iniciativa de la guerrilla --dice Restrepo--. Esto evidencia, primero, falta de comunicación y, segundo, que el cese al fuego es una disciplina difícil de cumplir para algunos frentes, sobre todo para los que sienten que tiene poca representación en la mesa de diálogos de La Habana, como los del Cauca, Antioquia y Meta”.

Las Fuerzas Militares, que prevén una escalada de las Farc para el próximo año, apenas termine el cese de fuegos, consideran que las Farc no han cumplido totalmente su anuncio. Según información del Ejército, en este tiempo han muerto 4 soldados y 33 más han resultado heridos producto de ataques con campos minados y francotiradores.

“De acuerdo con la información que hemos venido recolectando, hemos visto movimientos de adquisición de explosivos, de material bélico (...) Lo más seguro es para preparar una oleada terrorista una vez finalice la tregua que ellos han dispuesto”, sostuvo el director de la Policía, general Roberto León Riaño, en declaraciones a la radio.

Durante lo que va de la tregua, según Cerac, se han reportado 79 víctimas del conflicto. 50 han muerto: 43 guerrilleros, 6 miembros del Ejército y un civil muerto. En cuanto a los heridos, la mayoría han sido civiles (19).

Seguridad nacional: modelos de contrainsurgencia (análisis)


Tomado de la pagina http://www.nodo50.org/comitecerezo/segnal.htm


Seguridad Nacional: modelos de contrainsurgencia

JOSÉ DE LA ROSA*


La Doctrina de Seguridad Nacional ha sido impulsada desde Estados Unidos hacia los países que considera su protectorado o con intereses amplios en ellos, por ejemplo, en todos los países de América Latina. Esta doctrina viene con un mayor impulso renovada y desde la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial y tomando como referente de agresores o desestabilizadores político-económicos a la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y su avance comunista en países como Chile durante el mandato de Salvador Allende, Vietnam, la Revolución cubana o la Nicaragua sandinista. Se ha requerido de su transformación, especialización y perfeccionamiento de técnicas a lo largo de su historia y de los conflictos surgidos.

El comunismo ha sido blanco de los ataques más agresivos de los norteamericanos, posterior ha sido el terrorismo vinculado al comunismo marxista; una vez desaparecida la URSS y el bloque socialista, la mira fue puesta sobre el narcotráfico, generado desde las repúblicas bananeras que se habían sacudido las dictaduras militares y entrado en una supuesta etapa democrática, todo ello con el fin de seguir teniendo su área de influencia en la región, controlar la economía del país y, además, a sus políticos adeptos a las políticas económicas estadounidenses, quienes también buscaron el beneficio propio.

El surgimiento de movimientos populares importantes que socavaban la “legitimidad” de los gobiernos fueron objeto de las más crueles represiones por el bien de la seguridad nacional, instrumentándose planes contrainsurgentes de profundidad, es decir, abarcaba todas las áreas de la sociedad: social, política, cultural, educativa, laboral, económica, sicológica, etc. Al aparecer guerrillas importantes en la región centroamericana y en el sur, como Perú, Colombia, Paraguay, incluso Argentina, se instrumentó un nuevo plan de contrainsurgencia enmascarado como lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.

De esta manera se ha podido señalar a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) como vinculados al narcotráfico y al secuestro (esto último tiene su propia lógica dentro de un movimiento revolucionario, como medida de presión a los órganos políticos del Gobierno y del exterior y no como simple delincuencia), de ahí se deriva un nuevo ataque norteamericano: Plan Colombia. Es de importancia, pues para Estados Unidos significa intereses cuantiosos en la Cuenca del Amazonas, con grandes recursos naturales y dentro de su ámbito geoestratégico, reviviendo la Doctrina Monroe, “América para los americanos”, en donde Estados Unidos dirige la región, un dominio total en los países subdesarrollados, hoy llamados “emergentes”.

México juega un papel primordial dentro de la Seguridad Nacional de Estados Unidos. Con una guerrilla neutralizada en Chiapas, tras la contrarreforma a la Ley Indígena, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sigue siendo un actor incómodo a las modificaciones en otras materias constitucionales, como los sectores eléctrico o petrolero; además, la presencia del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP), habiendo incluso otros grupos guerrilleros que buscan consolidarse para una acción eficaz. Todo esto significa un riesgo que no quiere enfrentar el Gobierno mexicano y, por lo tanto, el Gobierno de Washington.

Ante lo ocurrido en Estados Unidos el 11 de septiembre del 2001, la beligerancia de George W. Bush ha encontrado al enemigo esperado, el terrorismo, para dar nuevos bríos a su doctrina de seguridad nacional expandiéndola a todo el mundo. La visita de asesores de seguridad del Pentágono no sólo ha sido en países europeos o de Centroamérica para dar sus recomendaciones y planes, sino también en México estuvo un investigador cercano o vinculado al Gobierno de Estados Unidos, John Bailey, quien se reunió con Alejandro Gertz Manero, Secretario de Seguridad Pública, y también con Leonel Godoy, ex Secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, para establecer planes de seguridad y cooperación entre ambos países. Los gobiernos de López Obrador y de Fox han tenido arreglos en esta materia, estableciendo los vínculos necesarios para la cooperación. Tal es el caso de la presencia de la Policía Federal Preventiva (PFP [militares]) en las calles de la ciudad de México, que además es una institución sin fundamento legal, pues no están establecidas su existencia ni sus funciones en la Constitución, es decir, es una policía ilegal e inconstitucional, lo que le da un carácter de paramilitar.

Ante la entrada de la PFP a la ciudad, el Jefe de Gobierno capitalino se mostró evasivo a los cuestionamientos para, después, afirmar que la PFP permanecería de forma indefinida por sus buenos resultados (¿?). Hay que recordar que sus actuaciones han sido, primero su debut con la intervención en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para romper la huelga estudiantil; posteriormente, en la represión a otras manifestaciones sociales y desalojos, como en Mexicali, o en operativos de “decomisos” y supuesta búsqueda infructuosa de armas en Tepito; así se le ha utilizado, modificando los argumentos y justificaciones.

Ahora es para el combate al narcotráfico, instalando retenes en las principales carreteras del país, principalmente del sureste: Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán, etc.; el número es excesivo, con puestos de control y cuarteles desmontables. No cabe duda que esta medida tiene que ver más con la intimidación y la contrainsurgencia; la localización de zonas donde se pueda gestar la inconformidad de los habitantes que puedan generar movimientos sociales y, como consecuencia, grupos subversivos y armados, además de la oposición pacífica, producto de los planes económicos y la pobreza consecuente. La inteligencia del Estado ha tomado estas medidas de militarización abierta, pues a la vez que realiza esto en las calles y poblados en todo el país, al interior de las instituciones se está creando un sistema rígido. En la misma Secretaría de Gobernación, área administrativa, se fomentan prácticas militares, como el uso del saludo castrense, incluyendo que han recibido uniformes policíacos. El siguiente paso es instituir la carrera de Licenciado en Policía, con grado, toda una jerarquía de rangos y especialidades; esto ha sido una constante en la enseñanza en la Escuela de Las Américas o, como se le conoce, “Escuela del Crimen”, de profesionalizar a la Policía y al Ejército en prácticas antisubversivas y de contrainsurgencia, planes de control social a través de la propaganda y la acción, agregando también que hay todo un proyecto inmediato de incorporar a las empresas de seguridad privada a nivel nacional, a la Secretaría de Gobernación, coordinadas por esta Secretaría para su funcionamiento y, posiblemente, la recolección de información.

Es necesario señalar que muchas de estas empresas pertenecen a conocidos políticos y empresarios, esto significa una medida clara de paramilitarización. Este es un proceso de militarización del Estado, que puede encaminarlo a un complejo autoritarismo, donde el Ejército podría tomar el control de las instituciones. Así lo demuestra la falta de voluntad en el esclarecimiento del asesinato de la defensora de derechos humanos, Digna Ochoa, pese a la presión de organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ni el gobierno local ni el federal han agilizado su solución, y los obstáculos ahora son en forma de trámites burocráticos; el sospechosamente silenciado tema del 68, con la muerte de Florencio López Osuna; los hermanos Cerezo Contreras, a quienes no se les ha comprobado el vínculo con las FARP.

Todo esto en una campaña articulada en los distintos ámbitos y regiones del país, que no necesariamente tienen que estar vinculados los actores o las dependencias gubernamentales, es una estrategia global llamada Seguridad Nacional, con distintas vertientes, que para eso se creó el Consejo de Seguridad Nacional, que estuvo a cargo de Adolfo Aguilar Zínser, como coordinador, sin sustento jurídico hasta la fecha y que dicho funcionario actuó con resultados cuestionables y sin dar cuentas públicas, pues es un funcionario público en un trabajo que le incumbe al pueblo entero, y que ha sido nombrado representante permanente ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Por estas razones debemos pedir esclarecer todo respecto a la seguridad nacional y que deje de ser una doctrina mandatada desde Estados Unidos, para no seguir siendo el patio trasero de la principal potencia económica y militar. Para que no ocurran hechos bochornosos, como los crímenes de lesa humanidad, ya sean colectivos o selectivos. Para eso debemos, en organización conjunta con los sectores verdaderamente progresistas y sumamente críticos de la realidad, desde organizaciones, estudiantes, trabajadores, campesinos, escritores, amas de casa, niños, indígenas, homosexuales, lesbianas, todos los grupos diversos que luchan por su expresión o sus necesidades más elementales; hacer un frente unificado con propuestas concretas y comunes, con demandas articuladas entre sí, mínimas, para avanzar y hacer planes a corto y largo plazos, y evitar que el autoritarismo penetre disfrazado de combate a la delincuencia; exigiendo a la vez la desaparición de los cuerpos policíacos y militares contrarios a los principios constitucionales y el regreso del Ejército a sus cuarteles.

La delincuencia se debe erradicar con justicia, sin pobreza, con la repartición equitativa de la riqueza y de sus bienes materiales, con igualdad y educación.

____________________

* Pasante de la carrera de Periodismo y Comunicación, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

http://www.uom.edu.mx/trabajadores/30seguridad.htm

Anarquistas argentinos dicen haber quemado 100 autos de lujo


Tomado de la pagina http://bit.ly/Wwl6TA


Reivindicación de la quema de más de 100 autos de lujo en un mes en Argentina.

This entry was posted by unanimus on Sábado, 22 diciembre, 2012


Comunicamos que durante el mes de noviembre pasado fueron incendiados mas de un centenar de automóviles de lujo en Buenos Aires en los barrios de Recoleta, Palermo, Belgrano, Nuñez, Villa Urquiza y Villa Devoto. A causa de la acción incendiaria de manos anónimas que se autodenominan “Amigxs de la Tierra” FAI.

El coche que el sábado 8/12 a las 2.30 ardió sobre la Av. Coronel Díaz al 1700 y el móvil de traslado de la PFA Cria.21 a cinco cuadras y minutos después que se quemó, como el ataque incendiario a la concesionario Volkswagen el domingo 9/12 a las 3.30 en la Av. San Martín al 6700, fue un gesto de liberación para todos los seres de este mundo que sufren la opresión y la explotación del sistema que nos domina.

Deseamos en el mes de diciembre cagarle las fiestas hipócrita y fascista a todos los cristianos de mierda que estarán en vigilia para que todo lo mas importante que tienen no se les escape de las manos.

Vamos a hacer todo lo posible para que sus coches, bancos, comisarías, embajadas y ustedes mismos sean alcanzados por nuestro fuego.

Alentamos a los demás núcleos de la FAI de ésta región a que participen en la ofensiva contra el Estado y el Capital del modo que les parezca que se tiene que aplicar la acción directa anarquista.

Los golpes que los distintos sectores del Poder dan a los compañeros no van a contener las prácticas subversivas que se extienden en los corazones revolucionarios.

Salud y anarquía para todos los que luchan en especial a los compañeros presos en Grecia, Italia, Alemania, España, Suiza, Indonesia, México, Chile y Bolivia.

QUE SE EXTIENDA EL CAOS Y EL FUEGO LIBERADOR.

Amigxs de la Tierra / Federación Anarquista Informal.



Fuente: http://vivalaanarquia.espivblogs.net/?p=14833

Estudiando la contrainsurgencia de EU


Tomado del portal Saboteamos.info http://bit.ly/12KrL0R


Estudiando a la contrainsurgencia de EEUU: manuales, mentalidades y uso de la antropología

This entry was posted by unanimus on Lunes, 26 marzo, 2012

La siguiente, es una compilación revisada de artículos publicados durante estos años en La Jornada y en páginas alternativas, en torno a manuales y documentos de contrainsurgencia estadounidenses. A la luz de la reciente matanza de civiles en Afganistán, incluyendo niños, por soldados de Estados Unidos, me pareció importante que los lectores de Rebelión puedan tener esta perspectiva de las mentalidades del aparato militar que condiciona estas masacres.

El 5 de octubre de 2007, el New York Times publicó un artículo de David Rohde (“El Ejército enlista a la antropología en zonas de Guerra”), sobre la considerada por los militares estadounidenses como “nueva arma crucial en las operaciones contrainsurgentes”: un equipo integrado por antropólogos y otros científicos sociales para su utilización permanente en unidades de combate de las tropas de ocupación de Estados Unidos en Afganistán e Irak. El corresponsal informa que este singular involucramiento de las ciencias sociales en el esfuerzo bélico estadounidense constituye un exitoso programa experimental del Pentágono que, iniciado en febrero de 2007, ha sido tan recomendado por los comandantes en el teatro de la guerra que en septiembre de ese año el Secretario de Defensa Robert M. Gates autorizó una partida adicional de 40 millones de dólares para asignar equipos similares a cada una de las 26 brigadas de combate en los dos países mencionados.

En el mismo artículo se destacan las reacciones críticas por parte de un sector importante de la academia estadounidense que no duda en considerar el programa como “antropología mercenaria” y “prostitución de la disciplina”, comparándolo con lo ocurrido en la década de los sesenta, cuando se utilizaron antropólogos en campañas contrainsurgentes en Vietnam y América Latina (Plan Camelot).

Ya en su sesión anual en noviembre de 2006 y con la presencia de cientos de sus integrantes, la American Anthropological Association condenó por unanimidad “el uso del conocimiento antropológico como elemento de tortura física y sicológica”, ante el alegato de que los torturadores de la prisión Abu Ghraib, en Irak, pudieron ser inspirados por la obra de un antropólogo, a partir de la idea que “hombres árabes humillados sexualmente podrían llegar a ser informantes comedidos” (Matthew B. Stannard. “Montgomery McFate’Mission. Can one anthropologist possibly steer the course in Iraq?” San Francisco Chronicle, April 29, 2007).

En julio de 2007, el antropólogo Roberto J, González escribió un excelente artículo (“¿Hacia una antropología mercenaria? El nuevo manual de contrainsurgencia del Ejército de Estados Unidos FM- 3-24 y el complejo militar-antropológico”. Anthropology Today, Vol. 23, No. 3, June 2007), en el que detalla críticamente las contribuciones de antropólogos en la elaboración de dicho manual. González demuestra, incluso, que algunas de estas “contribuciones” no son innovadoras desde el punto de vista de la teoría antropológica y más bien parecen “un libro de texto introductorio de antropología simplificado –aunque con pocos ejemplos y sin ilustraciones.”

La antropología mercenaria estadounidense se caracteriza por la beligerancia y el cinismo con que justifica la estrecha colaboración entre antropólogos y militares en guerras imperialistas y violatorias de los más elementales derechos humanos y los principios fundacionales de la Organización de Naciones Unidas. Una de sus más aguerridas defensoras y autoras intelectuales es la antropóloga estadounidense Montgomery Mcfate, quien se impuso la tarea de “educar” a los militares y cuya misión en los últimos cinco años ha sido convencer a los estrategas de la contrainsurgencia de que la “antropología puede ser un arma más efectiva que la artillería”. Mcfate ignora y le exasperan las críticas de sus colegas en la academia, a quienes considera encerrados en una torre de marfil y más “interesados en elaborar resoluciones que en encontrar soluciones”. Ella es ahora la “comisaría política” de los militares, una de las autoras del citado manual de contrainsurgencia, creadora del programa Sistema Operativo de Investigación Humana en el Terreno, iniciado por el Pentágono, y consejera de la Oficina del Secretario de Defensa. Todo un éxito del American way of life.

En realidad, la participación de antropólogos en misiones coloniales e imperialistas es tan antigua como la propia antropología, la cual se establece como ciencia estrechamente ligada al colonialismo y a los esfuerzos por imponer en el ámbito mundial las relaciones de dominación y explotación capitalistas. Un clásico sobre el tema es el libro de Gérard Leclercq, “Anthropologie et colonialisme” (Paris: Librairie Arthéme Fayard, 1972) que en su introducción asienta: “El nacimiento común del imperialismo colonial contemporáneo y de la antropología igualmente contemporánea puede situarse en la segunda mitad del siglo XIX. Trataremos de poner en evidencia la relación de la ideología imperialista, de la que la antropología no es sino uno de sus elementos, con la ideología colonial, y las razones por las cuales una investigación ‘sobre el terreno’ se hacía necesaria y posible por la colonización de tipo imperialista.” (p. 15)

Hay que recordar en México el papel protagónico que jugaron los antropólogos en la elaboración de las políticas indigenistas desde el momento en que Manuel Gamio, –padre fundador de la disciplina en este país–, definió a la antropología como “la ciencia del buen gobierno”, iniciándose un maridaje entre antropólogos y el Estado mexicano que fue roto en parte hasta que el movimiento estudiantil-popular de 1968 creó las condiciones para que las corrientes críticas se manifestaran y denunciarán el papel de complicidad de la antropología mexicana posrevolucionaria en el afianzamiento del colonialismo interno que rompió la rebelión zapatista.

El grotesco maquillaje cultural de la antropología contrainsurgente no cambia la naturaleza brutal de la ocupación imperialista ni ganará la mente y los corazones de la resistencia y de los millones de estadounidenses que se manifiestan de manera creciente contra la guerra.

El manual 3-24 de contrainsurgencia estadounidense

Como expresión del grado de involucramiento de la alta burocracia académica en los esfuerzos belicistas del imperialismo estadounidense, la Universidad de Chicago publicó en julio de 2007 una edición de bolsillo –de chaqueta militar, naturalmente– del nuevo Manual de campo de contrainsurgencia (No. 3-24). Está abierta complicidad de los círculos de educación superior con la maquinaria de guerra de Estados Unidos, provocó un alud de críticas de los intelectuales independientes estadounidenses, quienes con rigor analizaron el texto coordinado por el general David H. Petraeus y condenaron el vergonzoso papel jugado por las autoridades universitarias que consintieron en editar un manual destinado a la persecución, tortura y asesinato de seres humanos y a la ocupación militar de países en los “oscuros rincones del mundo” en los que Estados Unidos pretende hacer prevalecer sus intereses.

Uno de estos críticos es David Price, autor de un demoledor artículo traducido al castellano y publicado por Rebelión: “Prostitución de la antropología al servicio de las guerras del imperio”, en el que demuestra el plagio realizado –en particular en el capítulo tercero del Manual — de autores como Victor Turner, Anthony Giddens, David Newman, Susan Silbey, Kenneth Brown, Fred Plog, Daniel Bates, Max Weber, entre otros. Este capítulo, considerado por Price como central, fue escrito por la antropóloga Montgomery Mcfate, quien –recordemos– es una de las más fervientes partidarias de la utilización de la ciencia antropológica en la contrainsurgencia a partir de equipos de antropólogos “empotrados” en las unidades de combate en Afganistán e Irak.

Price destaca esta carencia de ética intelectual debido a que “las pretensiones de integridad académica constituyen el fundamento mismo de la estrategia promocional del Manual”, que ha sido alabado por los mercenarios intelectuales del Pentágono en los medios masivos de comunicación y en periódicos y revistas como el New York Times, Newsweek y otras publicaciones estadounidenses.

También, el Manual ha provocado una reacción de alborozo en los medios militares de otras altitudes. El general brasileño Álvaro de Souza Pinheiro, por ejemplo, lo considera “el documento doctrinario de contrainsurgencia más bien elaborado que el mundo occidental ha visto hasta hoy en día” e informa que “gran parte de los ejércitos de la OTAN ya está en proceso de reformulación de sus documentos similares, teniendo como base el reciente manual norteamericano”. (Chile Press, 02/04/2007).

Seguramente que la Secretaría de la Defensa Nacional mexicana, a través del Plan México, está analizando tal novedad editorial para poner al día sus viejos manuales de guerra irregular y mejorar sus campañas contrainsurgentes en Chiapas y otros estados de la república, ahora con el auxilio de antropólogos empotrados –a la moda Mcfate– que ayuden a “comprender” a los militares las culturas de los “nativos” que se rebelan contra el orden establecido.

La lectura del Manual es obligatoria para entender la mentalidad de los intelectuales de la guerra “contra el terrorismo”. El prefacio firmado por el general Petraeus (que estuvo a cargo de las fuerzas expedicionarias de Estados Unidos en Irak) y por el general James F. Amos, del tristemente célebre Cuerpo de Marines, muestra que los militares estadounidenses se tornaron si no marxistas por lo menos dialécticos pues descubren que: “El Ejercito y el Cuerpo de Marines reconocen que cada insurgencia es contextual y presenta su propio conjunto de retos”. Por ello, una campaña de contrainsurgencia requiere que “Soldados y Marinos (así, con mayúsculas en todo el texto) utilicen una mezcla de tareas de combate con habilidades más frecuentemente asociadas con agencias no militares…

“Se espera que Soldados y Marinos sean constructores de naciones lo mismo que guerreros. Ellos deben estar preparados para ayudar a restablecer instituciones y fuerzas locales de seguridad y asistir en la reconstrucción de los servicios básicos. Ellos deben de ser capaces de facilitar el establecimiento de la gobernabilidad local y el imperio de la ley. La lista de estas tareas es larga; hacerlas involucra una cooperación y coordinación con muchas agencias intergubernamentales (de Estados Unidos), de la nación huésped y del ámbito internacional…Conducir una campaña de contrainsurgencia exitosa requiere de una fuerza flexible, adaptable, dirigida por líderes ágiles, bien informados y astutos culturalmente.”

El análisis de este prefacio a la luz de la ocupación neocolonial de Irak descubre que estos “constructores de naciones” han sido quienes sin justificación alguna llevaron a cabo una guerra violatoria del marco jurídico internacional contra un Estado independiente y miembro de la Organización de Naciones Unidas, misma que ha ocasionado la muerte de 650 mil iraquíes, la destrucción de la infraestructura básica de servicios públicos, el éxodo de millones de habitantes hacia el exterior, el saqueo y destrucción de su patrimonio cultural, el asesinato premeditado de sus escritores, docentes, médicos y abogados. La potencia ocupante estableció un gobierno pelele de colaboracionistas al que eufemísticamente llama “gobierno de la nación huésped”, el cual se sostiene sólo por la letal astucia cultural de Soldados y Marinos y el imperio de la ley de Estados Unidos.

Por cierto, el 2007 fue el más mortífero para las tropas de ocupación con 858 soldados estadounidenses muertos hasta el seis de noviembre y 3855 acumulados desde 2003 (61, 996 muertos y heridos por causas hostiles y no hostiles). ¿Será que el Manual no está funcionando? ¿Qué los Soldados y Marinos no leen? ¿Qué los antropólogos empotrados no hacen bien su trabajo? ¿Será, tal vez, que la insurgencia es más dialéctica que la contrainsurgencia?

Un supuesto básico del Manual de Contrainsurgencia 3-24 es que Estados Unidos tiene el derecho de intervenir militarmente en el ámbito mundial, lo cual se contrapone con los principios y leyes del marco jurídico internacional que dieron origen y constituyen el fundamento de la Organización de Naciones Unidas. Así, el Manual sostiene que su doctrina “por definición es amplia en perspectiva y contiene principios, tácticas y procedimientos aplicables en todo el mundo …Esta publicación tiene como propósito ayudar a preparar a los jefes del Ejército y del Cuerpo de Marines a conducir operaciones de contrainsurgencia en cualquier parte del mundo.”

Para justificar esta extraterritorialidad castrense –como ya mencionamos– los estrategas utilizan una entelequia jurídica denominada “nación huésped”, cuyo gobierno “invita” a Estados Unidos a la contrainsurgencia contra su propio pueblo, aunque dicha autoridad sea impuesta con posterioridad al derrocamiento del gobierno legalmente constituido y la ocupación militar del país por las fuerzas expedicionarias de Estados Unidos. Ya en la anexión del archipiélago de las Filipinas en 1898, Estados Unidos libró su primera guerra de contrainsurgencia del siglo XX contra la rebelión encabezada por Emilio Aguinaldo, con el pretexto –según el presidente estadounidense William McKinley– de “educar, elevar y cristianizar a los filipinos“. (Timothy K. Deady, “Parameters”. Spring, 2005).

También, en la guerra contrainsurgente de Estados Unidos en Nicaragua contra el general Augusto C. Sandino –quien derrotó una y otra vez a los marines estadounidenses– los yanquis emplearon la táctica de enfrentar “nativos contra nativos”, al crear la Guardia Nacional encabezada por Anastasio Somoza García, quien finalmente asesinó a Sandino en 1934.

Otra de las ideas-fuerza del Manual es que al poseer Estados Unidos una abrumadora superioridad militar convencional, sus enemigos luchan por medio de una guerra no convencional, “mezclando tecnología moderna con antiguas técnicas de insurgencia y terrorismo…En contrainsurgencia, el lado que aprende y se adapta más rápidamente –el que tiene mejor organización para aprender- usualmente gana. Contrainsurgencias han sido llamadas competencias de aprendizaje. Entonces, esta publicación identifica que ‘aprender y adaptar’ es un imperativo moderno de contrainsurgencia para las fuerzas de Estados Unidos”

A partir de esta premisa, el Manual concluye:

“Irónicamente, la naturaleza de la contrainsurgencia presenta retos a los sistemas tradicionales de lecciones-aprendizaje; muchos aspectos no militares de la contrainsurgencia no llevan por sí mismos a un aprendizaje táctico rápido…Realizar tareas no militares en contrainsurgencia requiere conocimiento en muchas y diversas materias complejas. Estas incluyen gobernanza, desarrollo económico, administración pública, y el imperio de la ley. Comandantes con un conocimiento profundo en estas materias pueden ayudar a sus subordinados a entender ambientes desafiantes y poco familiares y adaptarse más rápidamente a situaciones cambiantes.”

Se ofrecen definiciones a modo de insurgencia y contrainsurgencia: “insurgencia es una lucha político-militar organizada y prolongada ideada para debilitar el control y la legitimidad de un gobierno establecido, de una fuerza ocupante o de otra autoridad política, mientras se incrementa el control insurgente”. Otra definición de insurgencia afirma que ésta es “típicamente una forma de guerra interna, una que ocurre primariamente dentro de un estado, no entre estados, y una que contiene al menos ciertos elementos de guerra civil. Contrainsurgencia son las acciones militares, paramilitares, políticas, económicas, psicológicas y cívicas llevadas a cabo por un gobierno para derrotar a la insurgencia.”

En el caso de Irak se observa que el “gobierno establecido” no tiene legitimidad ni control puesto que es una autoridad subordinada a la potencia ocupante. Asimismo, ante su fracaso contra la resistencia patriótica, Estados Unidos ha provocado la guerra civil, enfrentando a sunitas contra chiitas a través de atentados terroristas perpetrados por sus agencias de inteligencia, fortaleciendo la independencia de facto de los kurdos y debilitando al máximo la unidad nacional.

El gran “descubrimiento” del Manual es su barniz antropológico:

“El conocimiento cultural es esencial para emprender una exitosa contrainsurgencia. Las ideas americanas (sic) de lo que es “normal” o “racional” no son universales. Por el contrario, miembros de otras sociedades frecuentemente tienen diferentes nociones de racionalidad, conducta apropiada, niveles de devoción religiosa, y normas concernientes al género.”

El verdadero proceso de aculturación de los soldados estadounidenses va más allá de los manuales, según palabras de un veterano de la guerra de Irak:

“He sido un asesino psicópata porque me entrenaron para matar. No nací con esa mentalidad. Fue el Cuerpo de Infantería de Marina quien me educó para que fuera un gánster de las corporaciones estadounidenses, un delincuente. Me entrenaron para cumplir ciegamente la orden del Presidente de Estados Unidos y traerle a casa lo que él pidiera, sin reparar en ninguna consideración moral. Yo era un psicópata porque nos enseñaron a disparar primero y a preguntar después, como lo haría un enfermo y no un soldado profesional que solo debe enfrentar a otro soldado. Si había que matar a mujeres y a niños, lo hacíamos. Por tanto, no éramos soldados, sino mercenarios”. (Jimmy Massey, Fuente: Cuba Debate).

Inteligencia en la contrainsurgencia

Si en cualquier tipo de conflicto bélico el trabajo de inteligencia es indispensable, en la contrainsurgencia es particularmente vital, señalan los militares estadounidenses. Por ello, el capítulo clave del Manual de Contrainsurgencia 3-24 versa precisamente sobre las características de la inteligencia en esta guerra asimétrica. Igualmente, dado que las conflagraciones que libra Estados Unidos tienen lugar en espacios culturalmente extraños, el descubrimiento castrense es la colaboración de científicos sociales en las campañas imperialistas contra los movimientos revolucionarios y de resistencia nacional.

La antropóloga contrainsurgente Montgomery McFate lo explica de esta manera: “En un conflicto entre adversarios simétricos, en el que ambos son equivalentemente iguales y usan tecnología similar, comprender la cultura del adversario es en gran parte irrelevante. La Guerra Fría, con toda su complejidad, enfrentó entre sí a dos poderes de herencia europea. En una operación de contrainsurgencia contra un adversario no occidental, sin embargo, la cultura es importante.” (Military Review, March-April, 2005)

Ya que los comandantes y estrategas militares requieren “profundizar en las culturas, percepciones, valores, creencias, y procesos de toma de decisiones de individuos y grupos,” el Pentágono integró equipos de expertos en economía, antropología y ciencia política, quienes juegan un papel en lo que técnicamente es llamado “Preparación de Inteligencia del Campo de Batalla”, que consiste en el proceso continuo y sistemático de análisis de la amenaza posible del enemigo y el ambiente en una región geográfica especifica. Los científicos sociales no son más que un instrumento de guerra, ya que las decisiones finales las toma el personal militar.

El Manual describe el tipo de información que recaban estos singulares mercenarios académicos:

“Por ejemplo, grupos tribales y familiares en Irak y Afganistán cruzan las fronteras nacionales en países vecinos. Las relaciones tras fronterizas permiten a los insurgentes contar con refugio seguro fuera de su país y les ayudan al tráfico tras fronterizo. El área de intereses puede ser grande en relación al AO (área operativa). Muy frecuentemente ésta puede estar influenciada por varios factores, tales como: redes de familia, tribales, étnicas, religiosas y otras que van más allá del área de operaciones; relaciones de comunicación y económicas hacia otras regiones; influencia de los medios de comunicación en la población local, el público de Estados Unidos y los socios multinacionales; apoyos logísticos, financieros y morales del enemigo.”

Los antropólogos-militares definen –con la ayuda del plagio ya denunciado– conceptos como sociedad, grupo étnico, tribu, redes, instituciones, roles y estatus, estructura y normas sociales, cultura, identidad, sistema de creencias, valores, actitudes y percepciones, lenguaje, poder y autoridad, fuerza coercitiva, capital social, participación política, entre otros. Todo ello para conocer lo que realmente interesa a los militares: los insurgentes, sus objetivos, motivaciones, apoyo o tolerancia de la población hacia ellos, sus capacidades y vulnerabilidades, formas de organización, líderes y personalidades claves, actividades y relaciones políticas, libertad de movimiento, sustentos logísticos, financieros y de inteligencia, nuevos reclutas, armamento y capacidades militares, entrenamiento, etcétera. Especial atención merece la estructura organizativa de los insurgentes: si es jerárquica o no, si los miembros están especializados, si los lideres ejercen un control centralizado, o se permite acción autónoma e iniciativa propia, si el movimiento opera independientemente, o tiene relaciones con otras redes y organizaciones, si los insurgentes le dan más peso a la acción política, o a la violenta.

También, cada dirigente es motivo de un escrutinio detallado: su papel en la organización, actividades conocidas y asociadas, historia personal y trayectoria, creencias, motivaciones e ideología, educación y entrenamiento, temperamento (“por ejemplo, cuidadoso, impulsivo, pensativo, o violento”), importancia en la organización, popularidad fuera de ella. En las sesiones de tortura en Irak, Afganistán, Guantánamo, y otros “oscuros rincones del planeta”, estas son sin duda algunas de las preguntas a los detenidos por las fuerzas de ocupación estadounidenses; también formarán parte de las materias que los mentores yanquis enseñaron a miembros de las fuerzas armadas mexicanas en los cursos de “combate al terrorismo” denunciados por La Jornada.

Asimismo, estrategias y tácticas de los rebeldes merecen especial cuidado: acciones conspirativas, militarismo, guerrilla urbana, guerra popular, emboscadas, incendios, bombas y explosivos, armas químicas, biológicas, radiológicas, o armas nucleares, manifestaciones, contrainteligencia de los insurgentes, ejecución de soplones, secuestros, toma de rehenes, infiltración y subversión, propaganda, ataques a instalaciones, sabotaje, entre otros. Se analizan todos los tipos de inteligencia: humana, operaciones militares, interrogatorio a detenidos y desertores, informes de asuntos civiles, operaciones psicológicas, de los oficiales del ejército y fuerzas policíacas del gobierno pelele, contratistas, delaciones telefónicas anónimas, periodistas, académicos, etcétera. También se obtiene información de inteligencia de rutinas de reconocimiento y vigilancia, sensores y cámaras, inteligencia espacial, análisis de archivos de propiedad, financieros, del contenido de celulares y computadoras.

Sería un error subestimar las capacidades y los alcances de este trabajo de inteligencia de los imperialistas estadounidenses, como pensar que son invencibles. También es importante que la comunidad de antropólogos en el ámbito latinoamericano se manifieste en contra de la utilización mercenaria de su disciplina.

Antropología de la contrainsurgencia y la ocupación neocolonial

“Human terrain team handbook” (2008), del militar Nathan Finney, es otro de los documentos importantes disponible en Wikileaks para analizar la utilización de la antropología en las campañas contrainsurgentes y en la ocupación neocolonial de países por parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos.

El propósito fundamental de este manual es servir en la preparación y el trabajo de los equipos (human terrain teams, HTT) que actúan en las estructuras militares estadounidenses (regimientos, brigadas, divisiones, fuerzas combinadas, etcétera). Estos equipos están compuestos de cinco a nueve personas empleadas para apoyar a los comandantes en el terreno a partir de compensar sus deficiencias de conocimiento cultural del contexto en el que maniobran. Los equipos se conforman de la conjunción de soldados y de especialistas militares y académicos provistos por contratistas del Ejército, supuestamente con una sólida preparación en ciencias sociales.

La hipótesis rectora del manual es que:

“una condición fundamental de la guerra irregular y de las operaciones de contrainsurgencia es que el comandante y su estado mayor no pueden seguir limitando su atención a las materias tradicionales: misión, enemigo, terreno y condiciones meteorológicas, tropas amigas y apoyo disponibles, y tiempo. La población local del área de conflicto debe ser considerada un aspecto tan crítico como distintivo del diagnóstico del teatro de la guerra por parte del comandante… La dimensión humana es la esencia misma de la guerra irregular. Entender la cultura local y los factores políticos, sociales, económicos y religiosos es crucial para una contrainsurgencia y para operaciones de estabilidad exitosas, y últimamente, para el triunfo de la guerra contra el terror”.

Los aspectos clave de la misión de los equipos HTT son tres: 1) Investigación por medio de las ciencias sociales (utilización de métodos antropológicos y sociológicos clásicos como entrevistas abiertas y estructuradas, análisis de texto, encuestas y observación participante). 2) Recolección de información relevante para la unidad castrense y presentación de la misma en términos familiares a una audiencia militar. 3) Creación de un marco analítico cultural para la planeación, toma de decisiones y diagnósticos operativos.

El programa, en suma: “investigará, interpretará, archivará y proveerá información y conocimiento cultural para optimizar la efectividad operativa y armonizar las acciones en curso dentro del entorno cultural”. Con el falso supuesto de que el programa no forma parte del trabajo de inteligencia militar, el manual señala contradictoriamente que sus productos deben ser incorporados en el plan de operaciones de esta sección y que sus equipos deben estar presentes en todas las etapas del proceso de toma de decisiones militares.

Los equipos HTT de civiles y militares tienen un líder (comúnmente un oficial en activo o retirado), un científico social, un procesador de información y dos analistas. Según el manual, la composición óptima incluye al menos un miembro del equipo que hable la lengua de la zona, otro que sea experto en el país en cuestión, y otro que sea mujer, “para permitir que el equipo tenga acceso a 50 por ciento de la población frecuentemente subestimada en las operaciones militares”.

La naturaleza del programa, el papel y los objetivos de los equipos varían según sea la acción intervencionista de las fuerzas armadas estadounidenses, clasificada en el manual como “contrainsurgencia, construcción de naciones (nation building), ocupación, mantenimiento de la paz, operaciones cinéticas o una combinación de estos objetivos”. Comprendiendo el programa el espectro completo de sociedad y cultura, los equipos deben determinar cómo ganar el apoyo de la población local, mitigar su desconfianza y usar la extensa familiaridad con todos los aspectos de la sociedad para lograr esos objetivos.

La siguiente, es una compilación revisada de artículos publicados durante estos años en La Jornada y en páginas alternativas, en torno a manuales y documentos de contrainsurgencia estadounidenses. A la luz de la reciente matanza de civiles en Afganistán, incluyendo niños, por soldados de Estados Unidos, me pareció importante que los lectores de Rebelión puedan tener esta perspectiva de las mentalidades del aparato militar que condiciona estas masacres.

El 5 de octubre de 2007, el New York Times publicó un artículo de David Rohde (“El Ejército enlista a la antropología en zonas de Guerra”), sobre la considerada por los militares estadounidenses como “nueva arma crucial en las operaciones contrainsurgentes”: un equipo integrado por antropólogos y otros científicos sociales para su utilización permanente en unidades de combate de las tropas de ocupación de Estados Unidos en Afganistán e Irak. El corresponsal informa que este singular involucramiento de las ciencias sociales en el esfuerzo bélico estadounidense constituye un exitoso programa experimental del Pentágono que, iniciado en febrero de 2007, ha sido tan recomendado por los comandantes en el teatro de la guerra que en septiembre de ese año el Secretario de Defensa Robert M. Gates autorizó una partida adicional de 40 millones de dólares para asignar equipos similares a cada una de las 26 brigadas de combate en los dos países mencionados.

En el mismo artículo se destacan las reacciones críticas por parte de un sector importante de la academia estadounidense que no duda en considerar el programa como “antropología mercenaria” y “prostitución de la disciplina”, comparándolo con lo ocurrido en la década de los sesenta, cuando se utilizaron antropólogos en campañas contrainsurgentes en Vietnam y América Latina (Plan Camelot).

Ya en su sesión anual en noviembre de 2006 y con la presencia de cientos de sus integrantes, la American Anthropological Association condenó por unanimidad “el uso del conocimiento antropológico como elemento de tortura física y sicológica”, ante el alegato de que los torturadores de la prisión Abu Ghraib, en Irak, pudieron ser inspirados por la obra de un antropólogo, a partir de la idea que “hombres árabes humillados sexualmente podrían llegar a ser informantes comedidos” (Matthew B. Stannard. “Montgomery McFate’Mission. Can one anthropologist possibly steer the course in Iraq?” San Francisco Chronicle, April 29, 2007).

En julio de 2007, el antropólogo Roberto J, González escribió un excelente artículo (“¿Hacia una antropología mercenaria? El nuevo manual de contrainsurgencia del Ejército de Estados Unidos FM- 3-24 y el complejo militar-antropológico”. Anthropology Today, Vol. 23, No. 3, June 2007), en el que detalla críticamente las contribuciones de antropólogos en la elaboración de dicho manual. González demuestra, incluso, que algunas de estas “contribuciones” no son innovadoras desde el punto de vista de la teoría antropológica y más bien parecen “un libro de texto introductorio de antropología simplificado –aunque con pocos ejemplos y sin ilustraciones.”

La antropología mercenaria estadounidense se caracteriza por la beligerancia y el cinismo con que justifica la estrecha colaboración entre antropólogos y militares en guerras imperialistas y violatorias de los más elementales derechos humanos y los principios fundacionales de la Organización de Naciones Unidas. Una de sus más aguerridas defensoras y autoras intelectuales es la antropóloga estadounidense Montgomery Mcfate, quien se impuso la tarea de “educar” a los militares y cuya misión en los últimos cinco años ha sido convencer a los estrategas de la contrainsurgencia de que la “antropología puede ser un arma más efectiva que la artillería”. Mcfate ignora y le exasperan las críticas de sus colegas en la academia, a quienes considera encerrados en una torre de marfil y más “interesados en elaborar resoluciones que en encontrar soluciones”. Ella es ahora la “comisaría política” de los militares, una de las autoras del citado manual de contrainsurgencia, creadora del programa Sistema Operativo de Investigación Humana en el Terreno, iniciado por el Pentágono, y consejera de la Oficina del Secretario de Defensa. Todo un éxito del American way of life.

En realidad, la participación de antropólogos en misiones coloniales e imperialistas es tan antigua como la propia antropología, la cual se establece como ciencia estrechamente ligada al colonialismo y a los esfuerzos por imponer en el ámbito mundial las relaciones de dominación y explotación capitalistas. Un clásico sobre el tema es el libro de Gérard Leclercq, “Anthropologie et colonialisme” (Paris: Librairie Arthéme Fayard, 1972) que en su introducción asienta: “El nacimiento común del imperialismo colonial contemporáneo y de la antropología igualmente contemporánea puede situarse en la segunda mitad del siglo XIX. Trataremos de poner en evidencia la relación de la ideología imperialista, de la que la antropología no es sino uno de sus elementos, con la ideología colonial, y las razones por las cuales una investigación ‘sobre el terreno’ se hacía necesaria y posible por la colonización de tipo imperialista.” (p. 15)

Hay que recordar en México el papel protagónico que jugaron los antropólogos en la elaboración de las políticas indigenistas desde el momento en que Manuel Gamio, –padre fundador de la disciplina en este país–, definió a la antropología como “la ciencia del buen gobierno”, iniciándose un maridaje entre antropólogos y el Estado mexicano que fue roto en parte hasta que el movimiento estudiantil-popular de 1968 creó las condiciones para que las corrientes críticas se manifestaran y denunciarán el papel de complicidad de la antropología mexicana posrevolucionaria en el afianzamiento del colonialismo interno que rompió la rebelión zapatista.

El grotesco maquillaje cultural de la antropología contrainsurgente no cambia la naturaleza brutal de la ocupación imperialista ni ganará la mente y los corazones de la resistencia y de los millones de estadounidenses que se manifiestan de manera creciente contra la guerra.

El manual 3-24 de contrainsurgencia estadounidense

Como expresión del grado de involucramiento de la alta burocracia académica en los esfuerzos belicistas del imperialismo estadounidense, la Universidad de Chicago publicó en julio de 2007 una edición de bolsillo –de chaqueta militar, naturalmente– del nuevo Manual de campo de contrainsurgencia (No. 3-24). Está abierta complicidad de los círculos de educación superior con la maquinaria de guerra de Estados Unidos, provocó un alud de críticas de los intelectuales independientes estadounidenses, quienes con rigor analizaron el texto coordinado por el general David H. Petraeus y condenaron el vergonzoso papel jugado por las autoridades universitarias que consintieron en editar un manual destinado a la persecución, tortura y asesinato de seres humanos y a la ocupación militar de países en los “oscuros rincones del mundo” en los que Estados Unidos pretende hacer prevalecer sus intereses.

Uno de estos críticos es David Price, autor de un demoledor artículo traducido al castellano y publicado por Rebelión: “Prostitución de la antropología al servicio de las guerras del imperio”, en el que demuestra el plagio realizado –en particular en el capítulo tercero del Manual — de autores como Victor Turner, Anthony Giddens, David Newman, Susan Silbey, Kenneth Brown, Fred Plog, Daniel Bates, Max Weber, entre otros. Este capítulo, considerado por Price como central, fue escrito por la antropóloga Montgomery Mcfate, quien –recordemos– es una de las más fervientes partidarias de la utilización de la ciencia antropológica en la contrainsurgencia a partir de equipos de antropólogos “empotrados” en las unidades de combate en Afganistán e Irak.

Price destaca esta carencia de ética intelectual debido a que “las pretensiones de integridad académica constituyen el fundamento mismo de la estrategia promocional del Manual”, que ha sido alabado por los mercenarios intelectuales del Pentágono en los medios masivos de comunicación y en periódicos y revistas como el New York Times, Newsweek y otras publicaciones estadounidenses.

También, el Manual ha provocado una reacción de alborozo en los medios militares de otras altitudes. El general brasileño Álvaro de Souza Pinheiro, por ejemplo, lo considera “el documento doctrinario de contrainsurgencia más bien elaborado que el mundo occidental ha visto hasta hoy en día” e informa que “gran parte de los ejércitos de la OTAN ya está en proceso de reformulación de sus documentos similares, teniendo como base el reciente manual norteamericano”. (Chile Press, 02/04/2007).

Seguramente que la Secretaría de la Defensa Nacional mexicana, a través del Plan México, está analizando tal novedad editorial para poner al día sus viejos manuales de guerra irregular y mejorar sus campañas contrainsurgentes en Chiapas y otros estados de la república, ahora con el auxilio de antropólogos empotrados –a la moda Mcfate– que ayuden a “comprender” a los militares las culturas de los “nativos” que se rebelan contra el orden establecido.

La lectura del Manual es obligatoria para entender la mentalidad de los intelectuales de la guerra “contra el terrorismo”. El prefacio firmado por el general Petraeus (que estuvo a cargo de las fuerzas expedicionarias de Estados Unidos en Irak) y por el general James F. Amos, del tristemente célebre Cuerpo de Marines, muestra que los militares estadounidenses se tornaron si no marxistas por lo menos dialécticos pues descubren que: “El Ejercito y el Cuerpo de Marines reconocen que cada insurgencia es contextual y presenta su propio conjunto de retos”. Por ello, una campaña de contrainsurgencia requiere que “Soldados y Marinos (así, con mayúsculas en todo el texto) utilicen una mezcla de tareas de combate con habilidades más frecuentemente asociadas con agencias no militares…

“Se espera que Soldados y Marinos sean constructores de naciones lo mismo que guerreros. Ellos deben estar preparados para ayudar a restablecer instituciones y fuerzas locales de seguridad y asistir en la reconstrucción de los servicios básicos. Ellos deben de ser capaces de facilitar el establecimiento de la gobernabilidad local y el imperio de la ley. La lista de estas tareas es larga; hacerlas involucra una cooperación y coordinación con muchas agencias intergubernamentales (de Estados Unidos), de la nación huésped y del ámbito internacional…Conducir una campaña de contrainsurgencia exitosa requiere de una fuerza flexible, adaptable, dirigida por líderes ágiles, bien informados y astutos culturalmente.”

El análisis de este prefacio a la luz de la ocupación neocolonial de Irak descubre que estos “constructores de naciones” han sido quienes sin justificación alguna llevaron a cabo una guerra violatoria del marco jurídico internacional contra un Estado independiente y miembro de la Organización de Naciones Unidas, misma que ha ocasionado la muerte de 650 mil iraquíes, la destrucción de la infraestructura básica de servicios públicos, el éxodo de millones de habitantes hacia el exterior, el saqueo y destrucción de su patrimonio cultural, el asesinato premeditado de sus escritores, docentes, médicos y abogados. La potencia ocupante estableció un gobierno pelele de colaboracionistas al que eufemísticamente llama “gobierno de la nación huésped”, el cual se sostiene sólo por la letal astucia cultural de Soldados y Marinos y el imperio de la ley de Estados Unidos.

Por cierto, el 2007 fue el más mortífero para las tropas de ocupación con 858 soldados estadounidenses muertos hasta el seis de noviembre y 3855 acumulados desde 2003 (61, 996 muertos y heridos por causas hostiles y no hostiles). ¿Será que el Manual no está funcionando? ¿Qué los Soldados y Marinos no leen? ¿Qué los antropólogos empotrados no hacen bien su trabajo? ¿Será, tal vez, que la insurgencia es más dialéctica que la contrainsurgencia?

Un supuesto básico del Manual de Contrainsurgencia 3-24 es que Estados Unidos tiene el derecho de intervenir militarmente en el ámbito mundial, lo cual se contrapone con los principios y leyes del marco jurídico internacional que dieron origen y constituyen el fundamento de la Organización de Naciones Unidas. Así, el Manual sostiene que su doctrina “por definición es amplia en perspectiva y contiene principios, tácticas y procedimientos aplicables en todo el mundo …Esta publicación tiene como propósito ayudar a preparar a los jefes del Ejército y del Cuerpo de Marines a conducir operaciones de contrainsurgencia en cualquier parte del mundo.”

Para justificar esta extraterritorialidad castrense –como ya mencionamos– los estrategas utilizan una entelequia jurídica denominada “nación huésped”, cuyo gobierno “invita” a Estados Unidos a la contrainsurgencia contra su propio pueblo, aunque dicha autoridad sea impuesta con posterioridad al derrocamiento del gobierno legalmente constituido y la ocupación militar del país por las fuerzas expedicionarias de Estados Unidos. Ya en la anexión del archipiélago de las Filipinas en 1898, Estados Unidos libró su primera guerra de contrainsurgencia del siglo XX contra la rebelión encabezada por Emilio Aguinaldo, con el pretexto –según el presidente estadounidense William McKinley– de “educar, elevar y cristianizar a los filipinos“. (Timothy K. Deady, “Parameters”. Spring, 2005).

También, en la guerra contrainsurgente de Estados Unidos en Nicaragua contra el general Augusto C. Sandino –quien derrotó una y otra vez a los marines estadounidenses– los yanquis emplearon la táctica de enfrentar “nativos contra nativos”, al crear la Guardia Nacional encabezada por Anastasio Somoza García, quien finalmente asesinó a Sandino en 1934.

Otra de las ideas-fuerza del Manual es que al poseer Estados Unidos una abrumadora superioridad militar convencional, sus enemigos luchan por medio de una guerra no convencional, “mezclando tecnología moderna con antiguas técnicas de insurgencia y terrorismo…En contrainsurgencia, el lado que aprende y se adapta más rápidamente –el que tiene mejor organización para aprender- usualmente gana. Contrainsurgencias han sido llamadas competencias de aprendizaje. Entonces, esta publicación identifica que ‘aprender y adaptar’ es un imperativo moderno de contrainsurgencia para las fuerzas de Estados Unidos”

A partir de esta premisa, el Manual concluye:

“Irónicamente, la naturaleza de la contrainsurgencia presenta retos a los sistemas tradicionales de lecciones-aprendizaje; muchos aspectos no militares de la contrainsurgencia no llevan por sí mismos a un aprendizaje táctico rápido…Realizar tareas no militares en contrainsurgencia requiere conocimiento en muchas y diversas materias complejas. Estas incluyen gobernanza, desarrollo económico, administración pública, y el imperio de la ley. Comandantes con un conocimiento profundo en estas materias pueden ayudar a sus subordinados a entender ambientes desafiantes y poco familiares y adaptarse más rápidamente a situaciones cambiantes.”

Se ofrecen definiciones a modo de insurgencia y contrainsurgencia: “insurgencia es una lucha político-militar organizada y prolongada ideada para debilitar el control y la legitimidad de un gobierno establecido, de una fuerza ocupante o de otra autoridad política, mientras se incrementa el control insurgente”. Otra definición de insurgencia afirma que ésta es “típicamente una forma de guerra interna, una que ocurre primariamente dentro de un estado, no entre estados, y una que contiene al menos ciertos elementos de guerra civil. Contrainsurgencia son las acciones militares, paramilitares, políticas, económicas, psicológicas y cívicas llevadas a cabo por un gobierno para derrotar a la insurgencia.”

En el caso de Irak se observa que el “gobierno establecido” no tiene legitimidad ni control puesto que es una autoridad subordinada a la potencia ocupante. Asimismo, ante su fracaso contra la resistencia patriótica, Estados Unidos ha provocado la guerra civil, enfrentando a sunitas contra chiitas a través de atentados terroristas perpetrados por sus agencias de inteligencia, fortaleciendo la independencia de facto de los kurdos y debilitando al máximo la unidad nacional.

El gran “descubrimiento” del Manual es su barniz antropológico:

“El conocimiento cultural es esencial para emprender una exitosa contrainsurgencia. Las ideas americanas (sic) de lo que es “normal” o “racional” no son universales. Por el contrario, miembros de otras sociedades frecuentemente tienen diferentes nociones de racionalidad, conducta apropiada, niveles de devoción religiosa, y normas concernientes al género.”

El verdadero proceso de aculturación de los soldados estadounidenses va más allá de los manuales, según palabras de un veterano de la guerra de Irak:

“He sido un asesino psicópata porque me entrenaron para matar. No nací con esa mentalidad. Fue el Cuerpo de Infantería de Marina quien me educó para que fuera un gánster de las corporaciones estadounidenses, un delincuente. Me entrenaron para cumplir ciegamente la orden del Presidente de Estados Unidos y traerle a casa lo que él pidiera, sin reparar en ninguna consideración moral. Yo era un psicópata porque nos enseñaron a disparar primero y a preguntar después, como lo haría un enfermo y no un soldado profesional que solo debe enfrentar a otro soldado. Si había que matar a mujeres y a niños, lo hacíamos. Por tanto, no éramos soldados, sino mercenarios”. (Jimmy Massey, Fuente: Cuba Debate).

Inteligencia en la contrainsurgencia

Si en cualquier tipo de conflicto bélico el trabajo de inteligencia es indispensable, en la contrainsurgencia es particularmente vital, señalan los militares estadounidenses. Por ello, el capítulo clave del Manual de Contrainsurgencia 3-24 versa precisamente sobre las características de la inteligencia en esta guerra asimétrica. Igualmente, dado que las conflagraciones que libra Estados Unidos tienen lugar en espacios culturalmente extraños, el descubrimiento castrense es la colaboración de científicos sociales en las campañas imperialistas contra los movimientos revolucionarios y de resistencia nacional.

La antropóloga contrainsurgente Montgomery McFate lo explica de esta manera: “En un conflicto entre adversarios simétricos, en el que ambos son equivalentemente iguales y usan tecnología similar, comprender la cultura del adversario es en gran parte irrelevante. La Guerra Fría, con toda su complejidad, enfrentó entre sí a dos poderes de herencia europea. En una operación de contrainsurgencia contra un adversario no occidental, sin embargo, la cultura es importante.” (Military Review, March-April, 2005)

Ya que los comandantes y estrategas militares requieren “profundizar en las culturas, percepciones, valores, creencias, y procesos de toma de decisiones de individuos y grupos,” el Pentágono integró equipos de expertos en economía, antropología y ciencia política, quienes juegan un papel en lo que técnicamente es llamado “Preparación de Inteligencia del Campo de Batalla”, que consiste en el proceso continuo y sistemático de análisis de la amenaza posible del enemigo y el ambiente en una región geográfica especifica. Los científicos sociales no son más que un instrumento de guerra, ya que las decisiones finales las toma el personal militar.

El Manual describe el tipo de información que recaban estos singulares mercenarios académicos:

“Por ejemplo, grupos tribales y familiares en Irak y Afganistán cruzan las fronteras nacionales en países vecinos. Las relaciones tras fronterizas permiten a los insurgentes contar con refugio seguro fuera de su país y les ayudan al tráfico tras fronterizo. El área de intereses puede ser grande en relación al AO (área operativa). Muy frecuentemente ésta puede estar influenciada por varios factores, tales como: redes de familia, tribales, étnicas, religiosas y otras que van más allá del área de operaciones; relaciones de comunicación y económicas hacia otras regiones; influencia de los medios de comunicación en la población local, el público de Estados Unidos y los socios multinacionales; apoyos logísticos, financieros y morales del enemigo.”

Los antropólogos-militares definen –con la ayuda del plagio ya denunciado– conceptos como sociedad, grupo étnico, tribu, redes, instituciones, roles y estatus, estructura y normas sociales, cultura, identidad, sistema de creencias, valores, actitudes y percepciones, lenguaje, poder y autoridad, fuerza coercitiva, capital social, participación política, entre otros. Todo ello para conocer lo que realmente interesa a los militares: los insurgentes, sus objetivos, motivaciones, apoyo o tolerancia de la población hacia ellos, sus capacidades y vulnerabilidades, formas de organización, líderes y personalidades claves, actividades y relaciones políticas, libertad de movimiento, sustentos logísticos, financieros y de inteligencia, nuevos reclutas, armamento y capacidades militares, entrenamiento, etcétera. Especial atención merece la estructura organizativa de los insurgentes: si es jerárquica o no, si los miembros están especializados, si los lideres ejercen un control centralizado, o se permite acción autónoma e iniciativa propia, si el movimiento opera independientemente, o tiene relaciones con otras redes y organizaciones, si los insurgentes le dan más peso a la acción política, o a la violenta.

También, cada dirigente es motivo de un escrutinio detallado: su papel en la organización, actividades conocidas y asociadas, historia personal y trayectoria, creencias, motivaciones e ideología, educación y entrenamiento, temperamento (“por ejemplo, cuidadoso, impulsivo, pensativo, o violento”), importancia en la organización, popularidad fuera de ella. En las sesiones de tortura en Irak, Afganistán, Guantánamo, y otros “oscuros rincones del planeta”, estas son sin duda algunas de las preguntas a los detenidos por las fuerzas de ocupación estadounidenses; también formarán parte de las materias que los mentores yanquis enseñaron a miembros de las fuerzas armadas mexicanas en los cursos de “combate al terrorismo” denunciados por La Jornada.

Asimismo, estrategias y tácticas de los rebeldes merecen especial cuidado: acciones conspirativas, militarismo, guerrilla urbana, guerra popular, emboscadas, incendios, bombas y explosivos, armas químicas, biológicas, radiológicas, o armas nucleares, manifestaciones, contrainteligencia de los insurgentes, ejecución de soplones, secuestros, toma de rehenes, infiltración y subversión, propaganda, ataques a instalaciones, sabotaje, entre otros. Se analizan todos los tipos de inteligencia: humana, operaciones militares, interrogatorio a detenidos y desertores, informes de asuntos civiles, operaciones psicológicas, de los oficiales del ejército y fuerzas policíacas del gobierno pelele, contratistas, delaciones telefónicas anónimas, periodistas, académicos, etcétera. También se obtiene información de inteligencia de rutinas de reconocimiento y vigilancia, sensores y cámaras, inteligencia espacial, análisis de archivos de propiedad, financieros, del contenido de celulares y computadoras.

Sería un error subestimar las capacidades y los alcances de este trabajo de inteligencia de los imperialistas estadounidenses, como pensar que son invencibles. También es importante que la comunidad de antropólogos en el ámbito latinoamericano se manifieste en contra de la utilización mercenaria de su disciplina.

Antropología de la contrainsurgencia y la ocupación neocolonial

“Human terrain team handbook” (2008), del militar Nathan Finney, es otro de los documentos importantes disponible en Wikileaks para analizar la utilización de la antropología en las campañas contrainsurgentes y en la ocupación neocolonial de países por parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos.

El propósito fundamental de este manual es servir en la preparación y el trabajo de los equipos (human terrain teams, HTT) que actúan en las estructuras militares estadounidenses (regimientos, brigadas, divisiones, fuerzas combinadas, etcétera). Estos equipos están compuestos de cinco a nueve personas empleadas para apoyar a los comandantes en el terreno a partir de compensar sus deficiencias de conocimiento cultural del contexto en el que maniobran. Los equipos se conforman de la conjunción de soldados y de especialistas militares y académicos provistos por contratistas del Ejército, supuestamente con una sólida preparación en ciencias sociales.

La hipótesis rectora del manual es que:

“una condición fundamental de la guerra irregular y de las operaciones de contrainsurgencia es que el comandante y su estado mayor no pueden seguir limitando su atención a las materias tradicionales: misión, enemigo, terreno y condiciones meteorológicas, tropas amigas y apoyo disponibles, y tiempo. La población local del área de conflicto debe ser considerada un aspecto tan crítico como distintivo del diagnóstico del teatro de la guerra por parte del comandante… La dimensión humana es la esencia misma de la guerra irregular. Entender la cultura local y los factores políticos, sociales, económicos y religiosos es crucial para una contrainsurgencia y para operaciones de estabilidad exitosas, y últimamente, para el triunfo de la guerra contra el terror”.

Los aspectos clave de la misión de los equipos HTT son tres: 1) Investigación por medio de las ciencias sociales (utilización de métodos antropológicos y sociológicos clásicos como entrevistas abiertas y estructuradas, análisis de texto, encuestas y observación participante). 2) Recolección de información relevante para la unidad castrense y presentación de la misma en términos familiares a una audiencia militar. 3) Creación de un marco analítico cultural para la planeación, toma de decisiones y diagnósticos operativos.

El programa, en suma: “investigará, interpretará, archivará y proveerá información y conocimiento cultural para optimizar la efectividad operativa y armonizar las acciones en curso dentro del entorno cultural”. Con el falso supuesto de que el programa no forma parte del trabajo de inteligencia militar, el manual señala contradictoriamente que sus productos deben ser incorporados en el plan de operaciones de esta sección y que sus equipos deben estar presentes en todas las etapas del proceso de toma de decisiones militares.

Los equipos HTT de civiles y militares tienen un líder (comúnmente un oficial en activo o retirado), un científico social, un procesador de información y dos analistas. Según el manual, la composición óptima incluye al menos un miembro del equipo que hable la lengua de la zona, otro que sea experto en el país en cuestión, y otro que sea mujer, “para permitir que el equipo tenga acceso a 50 por ciento de la población frecuentemente subestimada en las operaciones militares”.

La naturaleza del programa, el papel y los objetivos de los equipos varían según sea la acción intervencionista de las fuerzas armadas estadounidenses, clasificada en el manual como “contrainsurgencia, construcción de naciones (nation building), ocupación, mantenimiento de la paz, operaciones cinéticas o una combinación de estos objetivos”. Comprendiendo el programa el espectro completo de sociedad y cultura, los equipos deben determinar cómo ganar el apoyo de la población local, mitigar su desconfianza y usar la extensa familiaridad con todos los aspectos de la sociedad para lograr esos objetivos.

Es significativo que los equipos HTT no cuenten con vehículos propios. Para realizar su investigación de campo utilizan el transporte y la protección de las secciones militares de las que forman parte. El manual menciona que los miembros de estos equipos portan “armas de autodefensa” (sic) solamente, esto es, andan armados, y requieren del apoyo logístico de la unidad militar para la que trabajan, incluyendo boletos, raciones, seguridad y espacios de trabajo” (que, por cierto, suelen ser dentro del sector de inteligencia).

Por su parte, el Informe final de la American Anthropological Association (AAA) fechado en octubre de 2009 –después de un exhaustivo análisis– señala que este programa es motivo de preocupación para la asociación, ya que cumpliendo funciones de investigación, es fuente, a su vez, del trabajo de inteligencia y lleva a cabo funciones tácticas de guerra de contrainsurgencia. Dada esta confusión, cualquier antropólogo trabajando en el programa tendrá dificultades para cumplir el Código Disciplinario de Ética. El programa está adscrito dentro del Departamento de Defensa en su rama de Inteligencia, y en Irak y Afganistán la información del programa forma parte del acervo de inteligencia militar.

La AAA concluye:

“Cuando la investigación etnográfica está determinada por misiones militares, no sujeta a revisión externa; cuando la recolección de información ocurre en un contexto de guerra, integrada a los objetivos de la contrainsurgencia, y con un potencial coercitivo –todos ellos factores característicos de los conceptos y la aplicación del programa–, no es posible que estos trabajos sean considerados como un ejercicio profesional legítimo de la antropología”.

Uno de los científicos sociales participantes en el programa en Irak señaló acertadamente: “No se puede hacer antropología a punta de pistola”.

La Guía cultural de las fuerzas especiales de Estados Unidos

Por medio del excelente artículo del antropólogo David Price: “Anthropologies: the Army’s take on culture”. (AnthroNow 3/8/10: 57-63), fue posible dar lectura a un documento recientemente filtrado por el ejército de Estados Unidos, Special forces advisor guide (Guía para el asesor de las fuerzas especiales) que refleja, por un lado, los alcances de dominio global injerencista de ese país “operando” en la guerra sucia –versión Obama– ya en 75 naciones y, por el otro, la renovada influencia de conceptos y conocimientos antropológicos –previamente adecuados y depurados a las mentalidades castrenses– como un instrumento más al servicio del complejo militar imperialista. Con toda razón, Price considera la Guía…, sarcásticamente y parafraseando a Emily Post, como “un manual de etiqueta de la contrainsurgencia” que, ¡oh sorpresa,¡ “advierte al personal militar de que el mundo entero no es como Estados Unidos”.

Al igual que sus colegas de la academia estadounidense que han denunciado la implicación de antropólogos –encabezados por Montgomery McFate– como accesorios útiles, o mercenarios intelectuales, en todas las unidades de combate de las guerras de ocupación neocolonial en Iraq y Afganistán, Price señala que el principal propósito de la Guía… es instruir a los militares para interactuar mejor con otras culturas como asesores, ocupantes o visitantes. El documento está elaborado, asimismo, para evitar el shock cultural de frágiles “boinas verdes”, quienes paradójicamente tienen el lema “De oppreso liber” (“Para liberar a los oprimidos”), y que han sido denunciados por más de medio siglo por practicar y enseñar técnicas de tortura, asesinatos selectivos de prisioneros y combatientes, contribuir en la matanzas de indígenas, entrenar grupos paramilitares, etcétera, en los países llamados eufemísticamente “naciones huéspedes”; esto es, regímenes represivos en los que prestan sus servicios estos singulares “asesores”.

Price especifica que la Guía… se basa en la ya antigua, criticada y superada corriente antropológica denominada “cultura y personalidad”, que tuvo mucha influencia en los años de la Segunda Guerra Mundial y la posguerra, cuando antropólogos como Ruth Benedict y Margaret Mead se involucraron en estudios de “carácter nacional” para contribuir a los esfuerzos bélicos de su país, reduciendo la complejidad de naciones a rasgos simplificados y seudopsicológicos, que ignoraban las variantes significativas entre individuos y sociedades.

La Guía… se fundamenta también en el modelo de orientación de valores creado por el antropólogo Florence Kluckhohn y el psicólogo Fred Strodtbeck en los años 50 del siglo XX y basado en acartonadas representaciones de estereotipos regionales culturales, a partir de un supuesto núcleo básico de valores. Así, la compleja y heterogénea realidad étnica, lingüística y cultural del mundo se reduce en dicho documento a siete regiones culturales: “Norteamérica y Europa (incluyendo Australia y Nueva Zelanda), Asia suroeste y norte de África, América Central y Sudamérica (incluyendo México), África subsahariana, el borde del Pacífico (excluyendo las Américas), Rusia y las repúblicas independientes, y Oceanía (las islas del Pacífico)”.

La hipótesis de Price es que los militares adoptan modelos culturales inadecuados y criticados por la academia debido a que éstos hacen eco confortablemente de sus propias visiones del mundo.

“Desde la Segunda Guerra Mundial –afirma Price– observamos que los militares tienden a ignorar la investigación de la academia independiente en favor de perspectivas racialmente esencializadas ad hoc, tales como el modelo de orientación de valores de Kluckhohn (…) Los militares reconocen sus limitaciones en la comprensión antropológica de la cultura, pero sus propias reticencias, incluyendo su predilección de apoyar misiones neocoloniales, dificultan su habilidad para incorporar análisis antropológicos rigurosos”.

No obstante, poco importaría si los militares adoptaran los más acuciosos marcos conceptuales de la antropología, en lugar del reduccionismo psicológico, pletórico de estereotipos etnocéntricos que se encuentran en toda la extensión de la Guía…, ya que la finalidad de Estados Unidos y sus fuerzas armadas como potencia hegemónica de los países imperialistas sería exactamente la misma: proteger sus intereses geoestratégicos y los de sus corporaciones trasnacionales por medio de la intervención militar, policiaca y de inteligencia permanente en todas las regiones del mundo; apoyar a dictadores o gobernantes afines, formar contrapartes golpistas en sus escuelas de contrainsurgencia, continuar especializando a los ejércitos nacionales como fuerzas de ocupación a su servicio y en el control de insurgencias y disidencias de todo tipo; torturar, desaparecer, secuestrar, ejecutar, infiltrar, cooptar en operaciones transculturales de terrorismo global de Estado llevadas a cabo por los rambos de las fuerzas especiales que chapucean palabras de cortesía en español o árabe, mientras el esperanto de sus picotas cercena cuerpos y sus armas de destrucción universal aniquilan pueblos enteros.

El mensaje básico y crudo de la Guía… no requiere de interpretaciones antropológicas:

“Los asesores (de las fuerzas especiales) deben tener en mente que su principal objetivo es seguir la política de Estados Unidos (…) las mayores responsabilidades incluyen el área de defensa, la contrainsurgencia, la procuración y el empleo del apoyo de Estados Unidos (…) mantener relación con la policía y con las agencias de inteligencia responsables de la contra subversión (…) Asistir en el establecimiento de un adecuado programa de seguridad para salvaguarda contra la subversión, el espionaje y el sabotaje”.

Por cierto, México corresponde al “área de responsabilidad” compartida entre el 7 y el 20 grupos de fuerzas especiales en servicio activo (SFG), listos para liberar a los oprimidos mexicanos.

Manual de campo de las fuerza especiales número 31-20-3

A través de Wikileaks tuve acceso al Manual de campo 31-20-3, tácticas, técnicas y procedimientos de defensa interna para las Fuerzas Especiales en el extranjero, que es el tercero de una serie que produce el Departamento de Defensa de Estados Unidos para instruir y guiar a su soldadesca en las tareas injerencistas y represivas en el ámbito mundial, bajo la cobertura propagandística de ayudar a otros gobiernos a liberar y proteger a sus sociedades de la subversión, el desorden y la insurgencia. ¿¡Qué sería de nosotros si los buenos muchachos del Tío Sam no estuvieran listos para salvarnos del caos!?

Como se recordará, los intelectuales del Pentágono inventaron una entelequia eufemística-política-ideológica a la que denominan “nación-huésped”, esto es, gobiernos obsecuentes a Estados Unidos que enfrentan situaciones desestabilizadoras de variado tipo, pero sobre todo insurgencias armadas y movimientos sociales que cuentan con apoyo popular, ante las cuales recurren al desinteresado auxilio contrainsurgente de los rambos de las fuerzas especiales.

Así, el Manual de campo señala que: Una premisa básica de nuestra política exterior es que la seguridad de Estados Unidos, sus instituciones y valores fundamentales (léase: capitalismo) serán mejor preservados y fortalecidos como parte de una comunidad de naciones realmente libres e independientes (léase: sujetas a la órbita imperial). A este respecto, Estados Unidos se esfuerza por alentar a otros países para cumplir su parte en la preservación de esta libertad e independencia (léase: régimen autoritario y renuncia a la soberanía). El objetivo es apoyar los intereses estadounidenses a través de un esfuerzo común (más claro ni el agua). Donde intereses nacionales estadounidenses están involucrados (léase: corporaciones, petróleo, territorios geoestratégicos), Estados Unidos proveerá asistencia militar y económica para complementar los esfuerzos de dichos gobiernos (léase: para mantener el orden establecido). En suma, el propósito político del manual es la defensa de los intereses del imperialismo estadounidense por medio del asesoramiento y entrenamiento contrainsurgente de tropas de cipayos de la nación huésped.

A partir de esta proposición esencial, el manual cubre al detalle todas las facetas de la guerra contrainsurgente, monitoreada por los militares estadounidenses: las actividades previas a la misión intervencionista, los análisis preliminares, los permisos para el entrenamiento, el despliegue en la nación huésped, los programas de instrucción de las tropas, las operaciones tácticas, el control de las poblaciones, las operaciones conjuntas, las actividades posteriores a la misión, así como anexos que van desde consideraciones legales (sic), operaciones de inteligencia, fuerzas de autodefensa civil (paramilitares), establecimiento de bases, técnica de minas, etcétera.

Como en otros manuales comentados, este texto da importancia al barniz culturalista que los colegas antropólogos dedicados a la contrainsurgencia han aconsejado a los militares. Esto incluye una especie de manual de urbanidad con las reglas elementales de etiqueta y buen comportamiento para que los nativos no se sientan disminuidos, manipulados o discriminados por los asesores gringos, súbitamente transformados en políglotas, corteses, cuidadosos del multiculturalismo, las diferencias de género, y guardianes de las leyes y los hábitos democráticos que han aprendido recientemente en Irak o Afganistán, con el precio menor que esta educación ha costado en países destruidos y terroristas ejecutados, torturados, desaparecidos o mantenidos en prisión.

El manual no descuida el papel de la prensa y los medios de comunicación masivos en los esfuerzos contrainsurgentes, entre ellos, por supuesto, el Servicio de Información de Estados Unidos (USIA), al cual se le asigna la tarea de influir en la opinión pública de otras naciones en favor de los objetivos ya señalados de la política exterior de su gobierno, publicitando sus acciones, haciendo contra propaganda a las opiniones hostiles a Estados Unidos, coordinando las operaciones psicológicas abiertas bajo la guía del Departamento de Estado.

Otro aspecto a destacar del manual es la importancia que otorga al reclutamiento e integración de fuerzas paramilitares o irregulares como parte integral de la batalla contrainsurgente, componente clandestino que hemos denunciado en diversas ocasiones para el caso mexicano, que continúa teniendo un estratégico papel ahora con la acción de grupos del narcotráfico actuando como paramilitares.

También, el manual es muy claro en cuanto el involucramiento directo de fuerzas de combate estadounidenses, si la situación del gobierno de la nación huésped se deteriora a tal punto que los intereses vitales de Estados Unidos se vean en peligro y para hacer un decisivo cambio en el conflicto, el cual puede ser no sólo de naturaleza contrainsurgente sino también provocado por el narcotráfico. Este aspecto debe tomarse muy en serio para un análisis más responsable de la situación mexicana.

La acción de escuadrones de la muerte o grupos de matones es aprobada en el texto comentado, e incluso descrita con precisión y cinismo:

“Cazar-matar. Las fuerzas amigas pueden usar esta técnica (sic) en operaciones de consolidación… Ellas usan esta técnica de cazar y destruir enemigos aislados. El equipo de cazar-matar consiste en dos secciones: los cazadores y los asesinos. Los cazadores deben estar ligeramente equipados y altamente móviles. Su misión es localizar a las fuerzas enemigas mientras mantienen una comunicación constante con los ejecutores, quienes están alertas y listos para entrar en acción. Cuando los cazadores hacen contacto, éstos notifican a los asesinos.”

No cabe duda, los caminos de la “democracia a la estadounidense” son tenebrosos y fatales.

Recordemos que el Manual de Campo 31-20-3, Tácticas, técnicas y procedimientos de defensa interna para las fuerzas especiales en el extranjero, parte de la premisa subyacente de que Estados Unidos tiene una misión que cumplir en el ámbito mundial, que es la salvaguarda de los intereses de ese país frente a las amenazas consideradas de “menor escala” –que las relacionadas con la confrontación Este-Oeste–, como el terrorismo, la subversión, la insurgencia y el tráfico de drogas.

Esta tarea planetaria, heredada de las nociones del “Destino Manifiesto” que otorgan a ese pueblo escogido por la Providencia el derecho de expandirse fuera de sus fronteras, supuestamente en nombre de la libertad y la democracia, hace necesaria la elaboración de incontables manuales destinados al aprendizaje de sus fuerzas especiales para conducir la guerra contrainsurgente a cualquier oscuro rincón del mundo (Bush dixit) donde “el desorden interno sea de tal naturaleza que constituya una amenaza significante a los intereses nacionales de Estados Unidos”.

El manual no se distingue por la profundidad del análisis histórico, sociológico o político, el cual es sustituido por maniqueos recetarios que pretenden pasar por científicos y que conforman, en realidad, un conjunto de categorías clasificatorias de orden práctico que guíen la acción de sus fuerzas armadas. Así, se define a la insurgencia como “un movimiento organizado con el propósito de derrocar un gobierno constituido a través del uso de la subversión y el conflicto armado”. Los politólogos-sociólogos al servicio de la guerra contrainsurgente concluyen sesudamente que hay siete elementos comunes a toda insurgencia: “liderazgo, ideología, objetivos, ambiente y geografía, fases y tiempos (del desarrollo del movimiento), apoyo externo, y patrones operativos y organizativos”. También, se sostiene que hay tres estrategias generales de la insurgencia: el foco o foquismo, la orientada hacia las masas y la tradicional, clasificando a la insurgencia “liderada por Castro y el Che Guevara” en la primera, Vietnam en la segunda, y la rebelión de los huk en Filipinas, en la tercera.

Aprendiendo de sus derrotas militares –como la sufrida en Vietnam–, que por cierto nunca son mencionadas como tales en los manuales estudiados, se insiste en que la misión primordial de las fuerzas especiales en la defensa extranjera externa es organizar, entrenar, aconsejar y desarrollar la capacidad táctica y técnica de las fuerzas militares de la llamada “nación huésped”, de tal manera que éstas puedan derrotar a la insurgencia “sin el involucramiento directo de Estados Unidos.” Esto es, se pretende que los costos humanos, materiales y todo el impacto de la guerra los pague la “nación huésped” y que los ejércitos de nuestros países cumplan con las directrices represivas de Estados Unidos en contra de toda la gama de los movimientos sociales que siempre pueden ser considerados como accesorios o cómplices de los insurgentes. La “guerra contra el narcotráfico” en México, por ejemplo, que contabiliza en cinco años más de 50 mil muertos, miles de desaparecidos y una agresión permanente contra los movimientos populares, ha sido impuesta por Estados Unidos y llevada a cabo por Calderón, presidente espurio de la “nación huésped”, sin que ese país sufra en lo más mínimo las consecuencias de la misma.

El manual especifica que la “nación huésped” siempre puede obtener equipo de Estados Unidos para enfrentar la amenaza interna a su seguridad causada por individuos sin ley, como los narcotraficantes, que en el caso mexicano se plasma en la Iniciativa Mérida. Lo que no se informa en el documento es que el gobierno de ese país también suministra armas a los propios “individuos sin ley”, e incluso lava el dinero de sus operaciones criminales, como se ha venido documentando en nuestro periódico, porque la guerra es instrumental a la estrategia estadounidense de tomar el control de la “nación huésped”.

Coalición es otro de los eufemismos que el manual adopta para encubrir mediáticamente las incursiones neocoloniales de Estados Unidos y sus aliados europeos, como las llevadas a cabo en Irak y Afganistán. Hacer realidad el apoyo a estas coaliciones es una tarea adicional a ser estudiada por las fuerzas especiales estadounidenses, para lo cual se considera muy importante una comprensión profunda del área (a ser invadida) y de la gente que ahí viva, “orientación regional, conciencia cultural y habilidades en el manejo de otras lenguas, son necesarias para cumplir exitosamente la misión”.

El manual cuenta con un apéndice sobre consideraciones legales que especifican que las operaciones de las fuerzas especiales deberán ser conducidas de acuerdo con las leyes internacionales y las que rigen en territorio estadounidense. Se mencionan específicamente las cuatro Convenciones de Ginebra de 1949, que proveen la fuente primaria de derechos y obligaciones de las personas involucradas en conflictos internos, o no internacionales, que demandan un trato humanitario a los prisioneros, heridos y enfermos, y que prohíben el uso de la violencia en cualquiera de sus formas, en particular, el asesinato, la mutilación, la tortura, los tratos crueles y degradantes, la toma de rehenes, las ejecuciones extrajudiciales y los juicios sin el debido proceso. Estos exhortos resultan retóricos y profundamente contradictorios con las realidades de crasas violaciones a los derechos mencionados en las innumerables guerras contrainsurgentes y operaciones encubiertas llevadas a cabo en el mundo entero por las fuerzas armadas estadounidenses. Además, el apéndice recomienda la búsqueda de un acuerdo internacional que garantice la inmunidad diplomática para sus tropas en los países donde están “estacionadas”. Esto es, impunidad total para el ejercicio efectivo del terrorismo global de Estado.

La futurología de los estrategas estadounidenses

Los estrategas militares y de espionaje de Estados Unidos tienen una adición a la futurología que se manifiesta en su propensión a imaginar, acorde supuestamente a las realidades actuales, como será “su” mundo en el año 2030, por ejemplo. Recordemos las predicciones de los informes llamados “Tendencias Globales” que producen los “tanques pensantes” a sueldo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y sus múltiples organismos asociados, que constituyen materiales de lectura obligada para la “batalla de las ideas”, ya que en ellos se reflejan las peculiares perspectivas, temores, fobias, racismos, amenazas, sicopatías y, sobre todo, los intereses e ideologías imperialistas de sus autores. David Brooks informó sobre el último de estos escritos en nuestro periódico La Jornada, destacando la proyección del colapso “rápido y repentino” de México, “Estado débil y fracasado”, como uno de los mayores peligros mundiales a futuro (La Jornada, 16 de enero).

Se trata de un texto de 51 páginas elaborado por el Comando Conjunto de las Fuerzas de Estados Unidos con el título de JOE 2008 (Junta Operativa Ambiental). El propósito del estudio es informar del desarrollo conjunto de conceptos y experimentación a través del Departamento de Defensa y proveer una perspectiva sobre tendencias, reacciones, contextos, e implicaciones hacia el futuro a comandantes de la fuerza conjunta y otros líderes y profesionales en el campo de la seguridad nacional.

En su breve prólogo, el general del Cuerpo de Marines y comandante del Comando Conjunto de las Fuerzas de Estados Unidos, J. N. Mattis, enfatiza que nadie tiene una bola de cristal pero “si no tratamos de avizorar el futuro, no hay duda de que nos sorprenderán desprevenidos en los momentos en que nos esforzamos para proteger este experimento en democracia que llamamos América (sic).” Por ello, JOE 2008 es “nuestro esfuerzo por mirar más allá, informado históricamente, para discernir lo mas acertadamente los retos que enfrentaremos en el nivel operativo de la guerra, y para determinar sus implicaciones inherentes.”

El texto cuenta, además de una introducción, de seis partes: I.- Las constantes. II.- Las tendencias que influyen la seguridad del mundo. III.- El mundo en su contexto. IV.- Las implicaciones para la Fuerza Conjunta. V.- Algunas cuestiones de fondo. VI.- Pensamientos conclusivos. El informe, como la gran mayoría de los manuales de contrainsurgencia y otros escritos de militares estadounidenses, cuanta con epígrafes para el inicio de cada sección –generalmente de filósofos chinos o griegos— que sintetizan alguna de las ideas fuerza y pretenden demostrar que además de matones profesionales al servicio de su país y el capitalismo, los autores han pasado por alguna universidad, o siguen al menos las reglas esnobistas de la academia.

La introducción deja claro que para los militares estadounidenses lo más predecible del futuro cercano es el conflicto bélico: “La guerra ha sido el principal impulsor del cambio a lo largo de la historia y no hay razón para creer que el futuro será diferente en este aspecto. No cambiará la naturaleza fundamental de la guerra. La guerra continuará primariamente como un esfuerzo humano.” Con este marco de referencia sobre el significado “progresista” de la guerra, el documento examina tres interrogantes: 1.- ¿Que tendencias y disrupciones futuras serán las que más afecten a las Fuerzas Conjuntas? 2.- ¿Cómo estas tendencias y disrupciones podrían definir los contextos futuros para operaciones conjuntas? 3.- ¿Cuáles son las implicaciones de estas tendencias y contextos para las Fuerzas Conjuntas? Explorando estas tendencias, contextos e implicaciones, el texto provee las bases para pensar el mundo en los próximos 25 años.

Ya que los estrategas consideran que la guerra forma parte esencial de la naturaleza humana, la mejor forma de entender ésta es a partir de una cercana consideración de la historia. Así, la discusión inicia con el argumento acerca de la naturaleza de la guerra, las causas y consecuencias del cambio y las sorpresas, y el papel de la estrategia. La segunda parte describe algunas tendencias, discontinuidades y puntos potenciales de conflicto que las Fuerzas Conjuntas pueden enfrentar. La parte tercera analiza cómo estas tendencias y rupturas se combinan en contextos que podrían definir las operaciones conjuntas para los próximos 25 años. La cuarta parte describe las implicaciones de estos contextos que las Fuerzas Conjuntas confrontarán en el futuro incierto y sugiere la creación de una fuerza que pueda estar preparada para los retos que estos contextos presentarán. La parte quinta expone preguntas claves acerca de temas que pueden caer fuera del enfoque tradicional de este estudio, pero que sin embargo tienen importantes implicaciones para el futuro de las Fuerzas Conjuntas.

El informe-predicción sostiene la idea de que en muchas partes del planeta “existen actores no racionales, al menos en nuestros términos”. De hecho los militares dividen el mundo entre los que usan la razón (ellos, los estadounidenses) y quienes son presa de la pasión y se mantienen “fuera de los límites de las convenciones del mundo desarrollado”: los del “machete” y atacantes suicidas, los que están “ansiosos de morir”. “La tensión entre cálculos de poder de política racional, en una parte, y las ideologías seculares o religiosas, en la otra, combinadas con el impacto de la pasión y el azar, hacen de la trayectoria de un conflicto dificultoso sino imposible de predecir…En un mundo donde las pasiones dominan, la utilización de una estrategia racional viene a ser extraordinariamente difícil.” ¡La ardua carga del hombre blanco!

No podía faltar en el documento recientemente hecho público JOE 2008 (Junta Operativa Ambiental) del Comando Conjunto de Estados Unidos la perspectiva imperialista sostenida por los estrategas militares y políticos de ese país. A lo largo del texto no existe la menor duda de que sus fuerzas militares tienen en todo momento el derecho a intervenir en cualquier parte del mundo. Reiteran que “América (sic) retiene el poder de la ‘intimidación y de inspiración’. Continuaremos jugando (los militares) un papel principal en la protección de los valores que se originaron en la sabiduría y visión de nuestros arquitectos nacionales originales…Continuará la existencia de oponentes que tratarán de destruir la estabilidad política y negar el acceso libre a las comodidades globales de la economía del mundo. En este contexto, la presencia, alcance y capacidad de las fuerzas militares de Estados Unidos, con aliados de mentalidad similar, continuarán siendo llamadas a proteger nuestros intereses nacionales.”

Así, no existen límites para la acción militar estadounidense ni dudas acerca de las guerras convencionales y contrainsurgentes a emprender: “Como la discusión de tendencias y contextos analizados sugiere, el papel y las misiones de las Fuerzas Conjuntas incluirá la protección de la patria, el mantenimiento de las comodidades globales, la contención de enemigos potenciales y, cuando sea necesario, luchar y ganar conflictos que pueden ocurrir en el mundo…Entre ahora y los años de la década de 2030, las fuerzas militares de Estados Unidos se encontrarán casi con certeza comprometidas en combates. Esta participación puede ser en la forma de conflictos regulares mayores, o en una serie de guerras contra las insurgencias.”

Muy avanzado el documento, se especifica que el primer conjunto de problemas para el “compromiso mundial” de las fuerzas militares de Estados Unidos será logístico; “asociado con trasladar tropas a grandes distancias y suplirlas con combustible, municiones, partes para reparaciones, y sustento…La habilidad para hacerse de bases por la fuerza desde el mar o el aire puede ser el movimiento inicial critico de una campaña”.

Para mayor preocupación sobre los destinos de la humanidad, los estrategas militares piensan lo impensable: “ataques a intereses vitales de Estados Unidos por adversarios implacables que se rehúsen a la disuasión, podría involucrar el uso de armas nucleares u otras Armas de Destrucción Masiva.” Aquí cabe señalar que ningún otro país ha utilizado las armas atómicas, a excepción de Estados Unidos en 1945 en su guerra contra Japón, lo cual torna más amenazante esta mentalidad castrense.

Los militares estadounidenses otorgan una gran importancia a la lucha ideológica en el campo de la información como arma estratégica y política: “las guerras modernas tienen lugar en espacios más allá de simplemente los elementos físicos del campo de batalla. Uno de los más importantes son los medios, en los cuales “la batalla de la narrativa” ocurrirá. Ya nuestros enemigos han reconocido que la percepción es tan importante para su éxito como el evento mismo…Al final del día, la percepción de que ocurrió importa más, que lo que pasó realmente. Dominar la narrativa de cualquier operación, ya sea militar o de otro tipo, paga enormes dividendos. Fracasos en este terreno, mina el apoyo para nuestras políticas y operaciones, y actualmente pueden dañar la reputación del país y su posición en el mundo.” Estas consideraciones explican, por ejemplo, los estrictos controles y prohibiciones para que medios independientes hagan su trabajo en Irak, Afganistán y ahora en la franja de Gaza, donde Israel ha puesto barreras a los medios para intentar ocultar el genocidio del pueblo palestino. A pesar de ello, la “narrativa” de lo que realmente ocurre en Irak, Afganistán o Palestina, por sus dimensiones dantescas y la perseverancia del periodismo comprometido, ha logrado traspasar las censuras castrenses y el trabajo diario de millares de comunicadores “incrustados” que hacen eco de las perspectivas imperialistas.

El informe JOE 2008 (Junta Operativa Ambiental) identifica a China como un competidor potencial militar en el futuro y “la más seria amenaza para los Estados Unidos, porque los chinos pueden entender a América (sic), sus fortalezas y debilidades, mucho mejor que los americanos (sic) entienden a los chinos. De Rusia, los estrategas critican que sus dirigentes han optado por maximizar el excedente energético, sin hacer inversiones de fondo que incrementen la producción de petróleo y gas a largo plazo; también ubican el potencial explosivo de conflictividad interna en el Cáucaso y en Asia Central, sus problemas demográficos y la “combinación peligrosa de paranoia –algo justificada considerando la historia de Rusia—nacionalismo, y amargura por la pérdida de lo que muchos rusos consideran como su derecho a un lugar como potencia mundial.” No obstante, “con su vasto e incrementado arsenal nuclear, Rusia se mantiene como una potencia en términos nucleares, a pesar de sus dificultades políticas y demográficas.”

Los militares estadounidenses observan con preocupación los sostenidos conflictos entre India y Pakistán por Cachemira y otras áreas en disputa, tomado en cuenta que ambos países tienen capacidades nucleares. Para el caso de Europa, el informe sólo le dedica cuatro párrafos, en los cuales reconoce su desarrollo económico, analiza su potencial militar y su compromiso con el Tratado del Atlántico del Norte, así como sus posibilidades para una más activa participación militar fuera de la geografía europea. Paradójicamente, y esto lo más notable del Informe, los estrategas estadounidenses no previeron la crisis económica que estaba en su narices.

Las guerras justas de Obama

A propósito de la evocación de Barack Obama del concepto de “guerra justa” al momento de recibir el inmerecido y desprestigiado Premio Nobel de la Paz, es necesario recordar a V. I. Lenin en su análisis de la primera guerra mundial1 en el que establece algunos criterios generales para el estudio del conflicto bélico: a).- condena las guerras entre los pueblos como algo bárbaro y feroz; b).- establece que cada guerra deberá estudiarse en su contexto y particularidad histórica; c).- distingue el lazo inevitable que une a las guerras con la lucha de clases en el interior de cada país; d).- reconoce la legitimidad, el carácter progresista y la necesidad de las guerras civiles que libran los oprimidos contra sus opresores, que más bien se adscriben en el derecho de los pueblos a la rebelión, la revolución y la resistencia; e).- emplea el término de “guerra justa”, que según él fue una expresión introducida por W. Liebknecht, cuando se refiere a las guerras de liberación nacional, o por la “defensa de la patria” sólo en el caso de Estados oprimidos, dependientes, menoscabados en sus derechos, que resisten a las grandes potencias opresoras, esclavistas y expoliadoras; y f).- denuncia que las burguesías en sus guerras imperialistas manipulan los conceptos de “guerra defensiva”, “defensa de la patria” o “guerra justa”, para encubrir sus reales objetivos de repartirse el mundo y sojuzgar otras naciones.

Estados Unidos surgió como nación a partir de una guerra anti-colonial contra el dominio de la Corona Británica. A partir de este acontecimiento de singular importancia histórica, todas las guerras en las que ha participado este país, hasta la segunda guerra mundial, y después de ella, no han tenido la menor legitimidad: la guerra de exterminio y reducción de los pueblos indios que ocupaban el inmenso territorio despojado y expropiado a sus dueños originales; la guerra de 1812 contra Inglaterra, que fue un intento fracasado de anexión del territorio de Canadá a la Unión Americana; la guerra de conquista territorial (1845-1848) contra la joven república de México que logró la anexión de más de la mitad de su territorio buscada afanosamente por los “padres fundadores”; la guerra civil que determinó el rumbo industrial-capitalista de la explotación de las clases y pueblos oprimidos al interior de la nación; la guerra neocolonial contra España en 1898 en la que consiguió apoderarse de algunas de sus posesiones territoriales; de la cual derivó también la sangrienta guerra de ocupación contrainsurgente estadounidense en Filipinas de 1889-1913; la guerra imperialista (1914-1918) en que Estados Unidos incursiona por primera vez en Europa en la etapa final del conflicto; las numerosas intervenciones bélicas abiertas y encubiertas en América Latina como poder imperialista (en donde Sandino consiguió la primera derrota militar de Estados Unidos en la región utilizando la guerra de guerrillas); la guerra de Corea y Vietnam para contener la revolución socialista en esos países, por recordar algunos de los eventos más importantes.

Incluso, la participación de Estados Unidos en la segunda guerra mundial, se llevó a cabo con la perspectiva de minar al máximo a la Unión Soviética, contener el avance de los comunistas en Europa, y establecer finalmente sus dominios imperiales en el ámbito mundial después de la derrota del eje Alemania-Japón-Italia.

Es necesario señalar la responsabilidad manifiesta de Estados Unidos, Inglaterra y Francia en el estallido de esta guerra, al estimular y permitir el rearme de Alemania, al solapar el crecimiento vertiginoso de sus fuerzas armadas y al invocar neutralidad frente a las agresiones fascistas en Etiopía en 1935, a España en 1936, a Austria y Checoslovaquia en 1938 y a Polonia en 1939. El anti-sovietismo y el anti-comunismo estuvieron presentes a lo largo de la contienda bélica y fueron un factor subyacente en la singular conducción de la guerra por parte de los aliados occidentales de la Coalición anti hitleriana. El retraso en la apertura del Segundo Frente hasta el año 1944, cuando ya el curso de la guerra se había definido en el frente soviético, y la sistemática política de las “acciones pequeñas”, tenían por objeto lograr el desgaste e incluso la eventual derrota de la URSS. Durante el inicio y el desarrollo de la guerra, las clases trabajadoras integran la resistencia antifascista, esto es, la participación activa de los pueblos en la resistencia nacional y el peso de la Unión Soviética en la contienda, van cambiando la naturaleza misma de la guerra: de imperialista se transforma en una guerra popular, antifascista, cobrando de este modo el carácter de una guerra justa y necesaria hasta la derrota el eje nazi-fascista.

El “patriotismo estadounidense” se ha nutrido de una historia de genocidios, etnocidios, despojos y conquistas territoriales; se fundamenta en las nociones etnocéntricas y racistas de “pueblo escogido” por “la providencia” para expandir su dominio sobre el continente, en su primera etapa, y después en el mundo entero; en el “destino manifiesto” que dio forma ideológica al expansionismo territorial; en el intervencionismo permanente y sistemático sobre América Latina; en la conquista de territorios más allá de sus fronteras continentales por la acción directa de sus marines. Su patriotismo implica la idea del “policía mundial” que vigila el cumplimiento de su ley y protege sus intereses y seguridad “nacionales” por encima de cualquier otro; se alimenta de los mitos de “salvadores del mundo” propalados por la propaganda cinematográfica; los incansables Rambos matando comunistas, y ahora “terroristas”, en nombre de la justicia, la democracia y la libertad.

Otorgar el Premio Nobel de la paz a un comandante en jefe de matones y psicópatas es grotesco e inconcebible y no tiene justificación alguna. Obama ha incrementado el número de tropas en Afganistán, ampliado su intervención en Pakistán, amenazado a Irán y sofisticado la guerra de ocupación en Iraq ahora con la profundización de la ayuda de antropólogos mercenarios que indican las rutas culturales para romper las redes de la resistencia y comprar a iraquíes que maten a iraquíes; ha apoyado el golpe militar en Honduras con malicia e hipocresía; ha sostenido el bloqueo contra el pueblo y el gobierno de Cuba; ha continuado con la ocupación de Colombia a través de bases militares que amenazan a Venezuela y a Bolivia; todo ello, justificado por el derecho a llevar a todos los confines del mundo “la guerra justa y necesaria”… para las corporaciones capitalistas de Estados Unidos.



Fuente: La Haine