07-julio-2009
Hoy México va a juicio en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por el caso de desaparición forzada de Rosendo Radilla, que data de 1974 en Atoyac, Guerrero, durante los duros años de la guerra sucia. Más claro: se va a juzgar al Estado Mexicano por violaciones al Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, (CMDPDH), organización que lleva legalmente el caso Radilla asegura que ésta es la primera vez que la Corte Interamericana involucra al Ejército mexicano como el posible responsable de una desaparición forzada durante los años 70.
Estima que, por lo mismo, el caso abre la posibilidad de revisar este capítulo de la historia mexicana y su resolución podría tener implicaciones para las miles de personas cuyos familiares fueron víctimas de la represión gubernamental durante este periodo.
Para esta comisión, la presentación ante la Corte de este caso “constituye la única vía para que las víctimas del caso y sus familiares hallen la justicia que el Estado mexicano, por acciones u omisiones, ha negado a lo largo de más de treinta años. Adicionalmente, el fallo de la Corte, podría traerle satisfacción, justicia y verdad no sólo a la familia Radilla, sino al resto de las familias de desaparecidos, al refrendar la existencia del patrón sistemático y generalizado de violaciones de derecho humanos en esa época. Lo cual también contribuiría a la reconciliación y construcción de la memoria histórica”.
Como asegura el abogado Javier Cruz Angulo en un artículo publicado hoy en EL UNIVERSAL: “Rosendo Radilla jamás tuvo la oportunidad de estar frente a un juez, nunca estuvo en aptitud de explicar su caso y sus razones. Tuvieron que pasar más de treinta años para que a través de su hija, Tita Radilla, se escuchara su historia”.
Hace poco comparábamos los procesos de castigo a responsables de violaciones a derechos humanos durante la época de la guerra sucia en Argentina y Chile, respecto del acso mexicano, donde una Fiscalía inútil nunca pudo sentenciar a los responsables todavía vivos de aquellos crímenes.
En mayo del año pasado mencionamos la publicación del libro “Voces Acalladas”, en el que Andrea Radilla, que hace un perfil biográfico de Rosendo, su padre, quien fuera detenido y desaparecido por el Ejército federal en Atoyac de Alvarez, Guerrero, en 1974.
El relato es intimista y político a la vez y da detalles de la personalidad de Rosendo, del contexto social en el que se dieron los hechos y en el calvario que ha sido su búsqueda desde entonces hasta nuestros días.
Es un libro de corto tiraje y edición independiente, pero pudiera conseguirse a través de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Victimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (afadem-fedefam@moviments.net).
Hoy, aquel viejo trovador costeño, ex presidente municipal de Atoyac, compositor de coplas a Lucio Cabañas, pero del que no se tiene registro que haya actuado como guerrillero, tiene sentado en el banquillo interamericano de los acusados al Estado mexicano.
viernes, 5 de febrero de 2010
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