Desaparecidos de EPR: horas decisivas

29-enero-2009
El ajedrez continúa. Mañana 30 de enero se vence un plazo dado por el gobierno federal a la Comisión de Mediación (Comed) que coadyuva en la búsqueda de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, militantes del EPR probablemente víctimas del delito de desaparición forzada.
Para este viernes se debe saber, por escrito, si el gobierno acepta la propuesta de ampliar la interlocución que actualmente tiene la Comed con la Secretaría de Gobernación a la Secretaría de la Defensa Nacional, al Cisen y acaso a la PGR.
La Comed, integrada por Rosario Ibarra de Piedra, Miguel Ángel Granados Chapa, Enrique González Ruiz, Juan de Dios Hernández Monge, Gilberto López y Rivas, Carlos Montemayor y Samuel Ruiz García, afirma que tiene identificadas hipótesis plausibles de la desaparición forzada de persona, pero para verificarlo se requiere que se amplíe la interlocución con otras instancias: la Secretaría de la Defensa Nacional, la Procuraduría General de la República y el Centro de Investigaciones en Seguridad Nacional. Esto implica abrir las posibilidades de indagación, para buscar caminos hacia la presentación de los desaparecidos.
Contra lo que pudiera pensarse, la Comed no ha dejado de trabajar intensamente, y sus contactos con el gobierno federal no se han interrumpido, aun cuando se han mantenido fuera del conocimiento de la opinión pública, según nos contó ayer don Carlos Montemayor, integrante de dicha comisión, quien refiere que, por el contrario, con quien no tiene ningún tipo de contacto es con el EPR, de quien saben sólo por sus comunicados públicos.
Nos dice que después de que la Comed presentó las conclusiones de su propia investigación sobre el caso, el 14 de agosto del año pasado, hasta el 6 de diciembre de 2008 hubo cuando menos tres encuentros entre la mediación y el representante de la Secretaría de Gobernación, así como mucho intercambio de información por otras vías.
Esto derivó, el 15 de enero pasado, en el compromiso gubernamental de dar respuesta a su petición de ampliar la interlocución con otras instancias del gobierno federal.
La importancia del hecho no es menor, pues de esto depende que el gobierno revele sus verdaderas intenciones sobre este caso: darle carpetazo –lo cual sería lamentable pues dejaría impune un muy probable caso de crimen de lesa humanidad- o seguir colaborando en el esclarecimiento del mismo, que ya ha costado un par de explosivas represalias de parte de los eperristas, quienes hicieron detonar artefactos en ductos de Pemex durante el año 2007 y quienes en abril del año pasado optaron por proponer esta instancia civil de mediación que coadyuvara a encontrar a sus compañeros.
La Comed, espera que dicha autorización para ampliar la interlocución se otorgue por escrito, para darle formalidad al proceso y no todo quede, como hasta ahora, en volátiles comunicaciones telefónicas.
Pregunté en Gobernación sobre el sentido de la respuesta que dará la dependencia a este plazo, pero en Comunicación Social dicen no tener conocimiento del tema, lo que no deja de ser inquietante y un mal augurio.
El viernes pasado, el EPR difundió un comunicado en el que pese a que descalifica a todo el gobierno federal, sus funcionarios y sus políticas, mantiene viva su exigencia de que la Comed sea respetada, con lo que cuando menos no advierte de un rompimiento de la tregua que declaró unilateralmente en lo que duran los trabajos de la Comed.
Dijeron: “(…) del gobierno no ha existido ni la voluntad ni la disposición política para resolver estos crímenes de lesa humanidad, a la Comisión de Mediación no se le ha dado el lugar y el trato que le corresponde como tal al estar tratando un asunto de suma importancia y salud política para el país, de ahí la importancia del reconocimiento oficial sin regateos de la Comisión de Mediación y la respuesta oficial sobre la detención-desaparición de nuestros compañeros”.
Carlos Montemayor me dijo que la Comed es optimista y que cualquier otro escenario no contemplado hasta el momento, como por ejemplo que no se amplíe la interlocución, sería motivo de una decisión nueva que por ahora no se contempla. A ver qué pasa. Las siguientes horas son decisivas.