viernes, 5 de febrero de 2010

Matar por matar, no: EZLN

21-mayo-2009
Alain Gresh acaba de publicar en la edición de este mes de Le Monde Diplomatique un artículo cuyo título revela un optimismo singular: El sueño de un mundo mejor está de regreso.
En pocas líneas hace una semblanza de los movimientos guerrilleros, de liberación y anticolonialistas de los años 60 y 70; su debacle; el triunfo del mundo unipolar estadounidense tras la caída del Muro de Berlín, y el advenimiento del individualismo materialista neoliberal de las grandes corporaciones, que está en crisis financiera e hipotecaria.
Su tesis es que, después de todo aquello, resurgen en el mundo –en particular en Africa y América Latina- movimientos que apuntan hacia un cambio social en sentido opuesto al de la globalización empresarial, donde se priorizan más el humanismo y el igualitarismo.
Para probar dicha tendencia repasa varios ejemplos. Entre ellos retoma un estupendo párrafo del Subcomandante Marcos, uno de los dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que a la letra dice:
“No queremos (los integrantes del EZLN) imponer soluciones por la fuerza, queremos crear un espacio democrático. No vemos la lucha armada en el sentido clásico de las guerrillas anteriores, como el único camino y la única poderosa verdad en torno a la cual todo deba ser organizado. En una guerra, el factor decisivo no es la confrontación militar, sino la política que está en juego durante la confrontación. No vamos a la guerra a matar y a que nos maten. Vamos a la guerra para ser escuchados”.
Esto Greish lo interpreta como un movimiento antisistémico de nuevo cuño, que nació empuñando las armas, pero que aprendió de los desastrosas experiencias guerrilleras y revolucionarias de los años 60 y 70, dándole un nuevo giro a la palabra “democracia” y al sentido mismo de tomar las armas.
¿Cuántas de nuestras guerrillas actuales mexicanas se adherirían a esta reflexión? ¿ERPI, EPR, TDR y su Coalición Revolucionaria, las FARP, el EVRP?
Hacer la guerra para tomar el poder y desplazar a quienes consideran sus explotadores, sí se ve en su agenda; pero ¿tomar las armas para hacerse oir y para convocar a la construcción de un mundo mejor tomando en cuenta a todas las voces, sin un partido vanguardia, sin caudillos, sin libros fetiche, sin fechas simbólicas?
No sé que opines, pero por momentos percibo en el EZLN un concepto de democracia radical, casi anarquista, que trasciende, como piensa Greish, la vieja concepción de las guerrillas maoístas, marxistas, trotskistas, chinas de viejo cuño.
Hay quien me dice que el EZLN es idealismo puro y que la solución al problema social está por el lado del pragmatismo de las élites revolucionarias, por rígidas que sean. ¿Será?

1 comentario:

  1. la toma de posisiones ventajosas tanto militares como de difusion ideologica son la clave para lograr la unidad y la confianza de la poblacion en este caso todos los que hemos sido victimas de el mal gobierno y esto se logra... solo con palabras o solo con el uso de armas o ambas pero siempre siendo mas fuertes que el despota en los altos mandos.

    ResponderEliminar