viernes, 5 de febrero de 2010

La máquina de destruir gente

14-abril-2009
“La cárcel es una terapia intensiva para que las personas que pasen por ella se adapten rápidamente al desorden social existente, que sepan cohechar, sobornar, ya que ésta y no otra, es la forma sana de relacionarse con un aparato de Estado putrefacto. Que la gente aprenda que no debe ser solidaria con sus semejantes, que aprenda queno pueden confiar en nadie (…) Que aprenda a delinquir sin romper el orden, sin llamar la atención (…) Que mienta, tergiverse, se deje humillar por el poderoso y humille al débil (…) La cárcel no resana sino que destruye a los individuos, los hace abandonar un proyecto de sociedad inculcado por los padres (…)”.
Frases como ésta, duras, directas, fueron escritas por David Cilia Olmos, ex integrante de las últimas células de lo que fuera la Liga Comunista 23 de Septiembre, detenido en el año 1990 y preso en el Reclusorio Norte, lo que le dio la desafortunadada experiencia de conocer el monstruo carcelario por dentro, en carne propia, sin intermediarios ni como asunto académico.
Cilia recopiló reflexiones personales y testimonios, y así editó, en 2002, su libro “La Máquina de Destruir Gente”, con el patrocinio del Centro de Derechos Humanos Yax’kin y la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Querétaro, dentro del Fondo Editorial Huasipungo, que editara otros textos vitales para entender, desde la perspectiva guerrillera, los años de la guerra sucia en México y algunos libros teóricos, como las Cuestiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario, que es la base de sustentación ideológica de Ignacio Salas Obregón, fundador de la LC23S.
David fue testigo de cómo la cárcel, lejos de readaptar al individuo a una sociedad ideal sin delitos, lo adapta a la realidad de una sociedad corrupta, donde sólo ganan los más fuertes, los prepotentes, los que tienen dinero.
Para ello, dice, la cárcel destruye en los reclusos su concepción de sociedad, legalidad y justicia; los acostumbra a un trato bestial que los doblega como seres humanos, que es más brutal contra los que no tienen dinero.
En la prisión se le inyecta al individuo “cinismo moral”; les destruye sus vínculos afectivos y familiares. Les induce dinámicas de evasión y fuga mental, por el exceso de tiempo sin hacer nada, que los lleva a dependencias con el alcohol, las drogas, el sexo o psicopatías de todo tipo.
Aun cuando su experiencia data de hace ya casi dos décadas, sus reflexiones siguen siendo vigentes. Nada ha cambiado, comenzando por la sociedad. Penitenciarías, sobrepobladas, corruptas, dominadas por delincuentes y no por la autoridad, que más bien se encarga de hacer que el sistema de vicios y podredumbre se reproduzca.
El libro se complementa con testimonios de detenciones arbitrarias y torturas a las que fueron sometidos otros reclusos a los que él conoció, que terminan por redondear la imagen de lo que es la cárcel en una sociedad como la nuestra.
Teóricos como Michelle Foucault estudiaron el sistema penitenciario como el eje que da mejores luces del estado moral de las naciones y, en ese sentido, México deja mucho que desear. Testimonios van y vienen. Experimentos de modernización carcelaria, también. Se sabe que la cárcel es la verdadera escuela del crimen y una extensión de los territorios criminales de la calle, sin que nadie se atreva a meterle mano.
Tierra sin ley, donde todos los partidos políticos han perdido la partida, ya que moralizar esos centros es tanto como transformar a la sociedad en su conjunto.
¿Qué idea tienes tu de nuestro sistema carcelario?
Este próximo miércoles 15 de abril, a las 18 horas, David Cilia presenta en la Universidad de la Ciudad de México, plantel colonia Del Valle, la cuarta edición de “La Máquina de Destruir Gente”, que será presentado por Laura Castellanos, Carlos Montemayor y Leopoldo Ayala, acompañados de la música de Tatei Rodríguez y Cayo Vicente.
Presenta, además, un pequeño libro de cuentos titulado Regiones de Refugio y uno de poesía llamado Clandestino en la Ciudad, como prueba de que la vocación revolucionaria no está peleada con las ideas y el arte.

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