viernes, 5 de febrero de 2010

FARC, ¿fin de las guerrillas?

08-julio-2008
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no pasan por un buen momento. Tras más de 40 años de lucha revolucionaria han sufrido este año importantes golpes que ponen en la mesa el tema de la viabilidad de los movimientos guerrilleros, no sólo en Colombia, sino incluso en toda América Latina.
Su antiguo aliado, el presidente venezolano, Hugo Chávez, les ha pedido dejar las armas y liberar a los cientos de rehenes que tienen en su poder, remarcando que no hay lugar para la guerrilla en el continente, pues eso sólo es, dijo, pretexto para que el Imperio (EU) ataque a los países de la región.
El mensaje es importante, no sólo para el caso colombiano, sino para todo el continente, incluido México. ¿Qué tienen qué decir los grupos armados nacionales ante ese planteamiento chavista de que la lucha armada no es el camino de la revolución? Poco han dicho, pero esperamos su posicionamiento.
Regresando a las FARC, en menos de un semestre murieron sus líderes históricos, Pedro Antonio Marín Marín (Manuel Marulanda “Tiro Fijo”) de muerte natural el 26 de marzo, y Raúl Reyes, el primero de marzo, bajo una lluvia de bombas en su campamento de territorio ecuatoriano. También han sido detenidos importantes comandantes del grupo.
La cinematográfica liberación de Ingrid Betancourt, haya sido montada o real, es un golpe indudable para el grupo armado, que perdió a su rehén más valioso de canje ante el gobierno colombiano y quedó exhibido como una organización torpe.
Y el tema de que los grupos guerrilleros secuestren llegó hasta Fidel Castro, quien pidió a las FARC no privar de la libertad a las personas, aun cuando tampoco les pidió deponer las armas. Tal debate llegó incluso a México, con cuestionamiento al EPR sobre ese tema, por el que acabaron diciendo que desde el año 2000 no recurren a ese tipo de acciones.
Es cierto que la desaparición de las FARC dista mucho de ser inminente. Controlan buena parte del territorio colombiano y mantienen un enorme poder de fuego, alimentado por una bien aceitada máquina de relaciones multinacionales, que tiene como eje fundadas acusaciones de narcotráfico.
Sin embargo, los golpes militares y mediáticos que ha sufrido este año han sido importantes. Se esperan sangrientas reacciones guerrilleras, ahora encabezadas, hasta donde sabemos, por Guillermo Sáenz Vargas (Alfonso Cano) y por Jorge Briceño, alias Mono Jojoy, jefe quienes habrían tomado las riendas del grupo.
Más allá de la circunstancia colombiana vale el cuestionamiento: ¿sigue siendo la vía armada el único camino a la revolución? ¿No tiene sentido ya seguir por la senda militar para incitar al levantamiento social?
Esquemas tradicionales de la lucha guerrillera latinoamericana como el “foquismo” guevarista o la Guerra Popular Prolongada hablan de lo inevitable y hasta necesario del choque armado entre clases, con diferencias de estrategia y táctica, pero con el mismo fin: hacer de los países Latinoamericanos repúblicas socialistas, más igualitarias y con plena justicia social.
Que son, pues, las FARC: ¿el fin del paradigma guerrillero que viene continuado desde hace cuatro décadas, o sólo el derrumbe circunstancial de un grupo dentro de una guerra mayor de más largo plazo?

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