viernes, 5 de febrero de 2010

Derechos Humanos y News Divine

01-julio-2008
Yo no quedé conforme con la tibia respuesta de los organismos no gubernamentales de derechos humanos respecto del caso de los nueve jóvenes muertos después del fallido operativo en la discoteca News Divine.
Salvo la muy honrosa excepción del Fray Francisco de Vitoria, el resto de organismos que suelen indignarse ante las injusticias, en este caso optaron por el silencio, por decir que esperan que avances las investigaciones para saber qué pasó exactamente y deslindar responsables, o de plano por exculpar a las autoridades capitalinas, pese a la contundencia de las pruebas, de las imágenes y las declaraciones de los muchachos.
¿Hay dos tablas para medir el valor de los derechos humanos en el país?, ¿por ser autoridades perredistas se les otorgó el beneficio de la duda?, ¿hubieran reaccionado con igual indulgencia si la autoridad hubiera sido de otro partido o proviniera del gobierno federal?
Los policías del Distrito Federal detuvieron jóvenes sólo por el hecho de estar ahí en esa tarde, no por haber cometido un delito. Se les subió a un camión sin rumbo. Se les paseó cinco horas. Se les pintó el cuerpo. Se desnudó a las mujeres. A los que no alcanzaron a salir se les condenó a la muerte.
Algo similar a lo de Atenco, donde la brutalidad de la autoridad fue, con toda justicia, denunciada y repudiada. Acá no, y conste que en Atenco nadie murió y en la Gustavo A.Madero fueron nueve los cadáveres.
Sobra decir que tan condenables son unos hechos como los otros, sea quien sea el que los ejecute. Y no hay que olvidar que el PRD es parte del sistema de partidos, es gobierno en el DF, es por lo tanto integrante del Estado mexicano.
También justo es decir, en descargo del GDF, que el jefe de Gobierno no ha rehuido responsabilidades y la información ha fluido, aun cuando rechaza lo evidente: que se criminaliza a los jóvenes.
El país está poblado de presos políticos, de desaparecidos, de asesinatos por motivos políticos, de violaciones cotidianas a los derechos humanos por cuestiones económicas, de género, religiosas o sexuales. Si algo ha prestigiado a nuestras organizaciones de derechos humanos ha sido su beligerancia, sus estridentes denuncias ante los atropellos de la autoridad, que en no pocas ocasiones han logrado de poner de rodillas a los violadores.
Guerrero y Chiapas, con gobernadores perredistas no se han salvado de condenas ante sus excesos y su tendencia criminalizar la pobreza o la juventud. ¿Por qué no hacer lo mismo en el DF?
En delitos contra los derechos humanos y frente a los delitos de lesa humandidad no se puede ser timorato. O se defienden todos o no se defiende ninguno. Las medias tintas no se valen.
Qué pena el silencio cómplice de quienes no se atreven, por consideraciones políticas, a condenar tales hechos y pedir castigo a los culpables. Varias solvencias morales quedarán marcadas por este hecho, al comprobárseles que miden con dos varas distintas el valor de la vida y que su lucha conlleva sólo un pueril cálculo político-partidista y no de elemental solidaridad con la dignidad humana.

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