viernes, 5 de febrero de 2010

Atizando el fuego en Chiapas

10-junio-2008
No entiendo la estrategia que está siguiendo el Ejército mexicano en Chiapas. A ver si tu me ayudas a descifrar esto. En poco menos de un mes, las comunidades zapatistas de base se han quejado de dos serias incursiones militares en municipios autónomos rebeldes.
A las tres de la tarde del 19 de mayo, en San Jerónimo Tulija, municipio oficial de Chilón y municipio Autónomo Rebelde Ricardo Flores Magón. Los pobladores reportaron el acercamiento de un convoy motorizado integrado por vehículos del Ejército Mexicano y de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Allanaron tres domicilios sin orden judicial, de los cuáles dos eran de bases de apoyo zapatista y una de un militante del PRI. Dicen que militares y policías amenazaron de manera verbal a las personas que se encontraban en las casas y en las calles. Los oficiales salieron de la comunidad como a las 6 de la tarde sin llevarse a nadie detenido.
El jueves pasado, un incidente similar se reportó en el municipio La Garrucha, que los zapatistas llaman Junta de Buen Gobierno El Camino del Futuro, aunque con un número mayor de elementos militares (casi 200). Al llegar se bajaron todos los efectivos de sus carros y tomaron rumbo al pueblo de Hermenegildo Galeana, base de apoyo zapatista, diciendo que ahí hay sembradíos de marihuana, lo que los pobladores niegan.
A decir de testigos los soldados les dijeron que “venimos aquí porque sabemos que hay marihuana y vamos a pasar a huevos”. Todo el pueblo sacó machetes, palos, piedras, resorteras y hondas para rechazar la provocación. Los soldados dijeron entonces “esta vez no vamos a pasar, pero regresamos en 15 días y eso sí a huevos vamos a pasar”.
De verdad, ¿quién gana con estas acciones? ¿Está el tiempo como para que el gobierno del presidente Calderón abra un nuevo frente a los muchos que ya tiene abiertos, al agredir a los zapatistas que durante años han permanecido como una guerrilla pasiva que ha buscado infructuosamente acercarse a la sociedad civil? Además del narco, de una beligerante oposición, del EPR, de la crisis económica, ¿de veras el gobierno tiene ganas, voluntad y convicción de una escalada armada en Chiapas?
Uno puede entender que la lucha contra el narcotráfico es urgente y tiene carácter nacional, pero un punto que ha sido constante en el discurso del procurador general de la República, Eduardo Medina Mora ha sido en el sentido de que no hay ningún indicio, ni siquiera lejano, de que haya narcoguerrilla en México o plantíos en zonas guerrilleras. ¿El Ejército sí los tiene? En ese caso, primero tendrían que salir a explicar esa contradicción dentro del gabinete.
Ahora bien, los territorios zapatistas no son otro país y por lo tanto no pueden quedar exentos de la jurisdicción nacional, pero como está interrumpido el diálogo atacar a estas comunidades es atizar el fuego de la guerra. Políticamente no es lo mismo meter a la tropa en Navolato que en La Garrucha.
Los interrumpidos diálogos con los zapatistas no alcanzaron a definir el estatus de los municipios chiapanecos donde se encuentran las comunidades de base de este grupo, por lo que en estricto sentido las formas de gobierno zapatista no son oficialmente reconocidas ni legales, pero existen de facto y funcionan sin agredir a terceros ni a nadie fuera de su zona de simpatizantes. Son una experiencia de autogobierno sui generis que debe ser tomada en serio.
Por otra parte, también se debe reconocer que durante muchos años las comunidades de base y sus voceros han exagerado las dimensiones e inminencias de incursiones y ataques militares mismos que al final ni lo fueron, o de plano nunca ocurrieron, con lo que desgastaron a la sociedad civil y a la prensa con innumerables avisos de “ahí viene el lobo”.
Sin embargo, ahora el tono de las incursiones es grave, los hechos están respaldados con pruebas fehacientes. Se sabe que el hostigamiento constante y la creación de grupos paramilitares de corte indígena forman parte de los manuales clásicos de la Guerra de Baja Intensidad. Tal y como se están dando los hechos, éste parece ser el caso.
Yo creo que no vale la pena pretender solucionar por las armas lo que no se quiso solucionar en la mesa de diálogo.
No será matando zapatistas, -mexicanos como uno, rebeldes sí, pero con varias iniciativas de paz- como se solucionarán los problemas de pobreza ancestral en Chiapas.
Por eso, cualquier tentación autoritaria debe ser conjurada de inmediato. Sólo la política es la salida a los problemas, nunca la violencia, venga de donde venga.

1 comentario:

  1. conozco muchas comunidades zapatista en los municipios de chenalho, pantelho, y Larrainzar, en el estado de Chiapas, en donde abiertamente los zapatistas siembran y se cosecha marihuana, cosa que ellos lo saben y lo apoyan, ademas los lideres zapatistas de "polho" usan vehiculos robados; pero como son "reveldes" el gobierno no hace nada

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