viernes, 5 de febrero de 2010

15 guerrillas más

29-mayo-2008
Aun cuando tiene 44 años de combatir, en los cuales ha cambiado de nombres y siglas, no así de dirigentes originales y plan de acción, el Ejército Popular Revolucionario (EPR) no es el único grupo de mexicanos que se encuentra actualmente en la clandestinidad y que le ha declarado la guerra al Estado mexicano.
Existen, cuando menos, otras 15 autodenominadas guerrillas, cuyo número exacto de militantes no conocemos, aunque se presume que son poco numerosos, la mayoría con un ideario socialista de viejo cuño, casi soviético, que reivindica la guerra popular prolongada y un esquema de lucha militar de Guerra Popular Prolongada (GPP).
En círculos de información de inteligencia oficial se sabe poco de acciones armadas. Si es que los realizan no reivindican asaltos o secuestros para no darse a conocer, a diferencia de lo que sucedía en los años 70, cuando los grupos armados reivindicaban cada golpe públicamente y, por lo mismo, rápidamente detenidos, desaparecidos o asesinados. Tampoco es seguro que sólo por el hecho de ser guerrilleros se dediquen a realizar acciones delincuenciales. Hay grupos que viven del apoyo de sus comunidades de base, sobre todo en zonas rurales.
Básicamente se encuentran distribuidos en la parte sur y sureste del país, es decir donde hay más pobreza. Cuentan con gran presencia en las sierras, aunque con ramificaciones en centros académicos universitarios y en organizaciones sociales de corte radical con presencia pública abierta y legal. Aunque siempre lo nieguen, hay vasos comunicantes entre organizaciones sociales radicales y guerrillas, lo que no quiere decir que todos los que militen en ambos lados de la ecuación sean guerrilleros.
Tampoco se puede decir que de manera automática donde hay pobreza hay guerrilla, porque la falta de recursos es sólo una de las precondiciones para que haya movimientos armados. También deben coincidir problemas sociales más graves, injusticias, cacicazgos e impunidad. No sólo debe haber gente pobre –esa la hay por todo el país-, sino que tiene que estar enojada e indignada. Las guerrillas rurales de los años 70 surgieron después de grandes actos de represión estatal.
De lo que se desprende de sus propios textos, tenemos hasta arriba del organigrama al EPR, del cual salen cuatro grandes escisiones: el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo (TDR-EP), Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP) y Ejército Villista Revolucionario del Pueblo (EVRP).
Del ERPI descienden como escisiones el Comando Justiciero 28 de Junio y el Comando Clandestino Revolucionario de los Pobres.
A TDR lo conforman, a su vez, tres unidades: el Comando México Bárbaro, el Comando La Patria es Primero y el Comando Jaramillista 23 de Mayo. Hay también un gran desprendimiento, la Organización Revolucionaria 2 de Diciembre-Nueva Brigada Campesina de Ajusticiamiento.
De FARP vienen el Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos (MRLCB) y el Comando Revolucionario del Pueblo- Viva Villa (CRP-VV).
Un último grupo, sin relación aparente con los demás, que data de 1996, son las Milicias Revolucionarias Ricardo Flores Magón (MRRFM).
Todos sus comunicados pueden ser consultados en el Centro de Documentación de los Movimientos Armados (Cedema) y en ellos se puede analizar su discurso, sus posiciones políticas, su ideario social y objetivos militares.
Cabe hacer notar que aunque se parecen sus proyectos político-militares, estas organizaciones armadas no son lo mismo, tienen serias diferencias entre sí, al grado de que incluso algunas se acusan entre sí de ser falsas guerrillas y ser más bien grupos al servicio de las policías.
Se cuece aparte el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), heredero de las viejas Fuerzas de Liberación Nacional de los años 70, que combatió 12 días en 1994, que entró en negociaciones con el gobierno federal y que ha seguido pugnando por armar un movimiento social y político junto con la sociedad civil.
No lo ha conseguido, pero el hecho es que tampoco ha dejado oficialmente las armas y mantiene control territorial sobre una parte del país -pequeña pero significativa-, lo que ningún otro grupo armado puede ostentar.
Pudiera haber más grupos que se digan clandestinos, que estén conformados como embriones de grupos armados, pero sin acciones de autodefensa u hostiles al Estado mexicano y sin comunicados a la opinión pública. Acaso hay más grupos radicales de campesinos y estudiantes cuya conclusión política es que están cerradas las vías pacíficas para lograr la justicia social en el país y que consideran que llegó el tiempo –como hemos dicho en otras ocasiones- en que no hay otra que matar o morir para conseguir un cambio político.
¿Hay condiciones, en serio, para tomar las armas hoy? ¿Está mal mi organigrama?
Más de Corte de Caja
A las seis de la tarde de hoy se presenta en la biblioteca Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica, ubicada en la calle de Tamaulipas, colonia Condesa de la ciudad de México (lo que era el cine Bella Época), el libro “Corte de Caja. Entrevista al Subcomandante Marcos”, de Laura Castellanos y Ricardo Trabulsi.
Lo presentan don Pablo González Casanova, Jorge Lofredo y Guadalupe Loaeza. Si le caen, por allá nos vemos y nos saludamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario