viernes, 5 de febrero de 2010

El EPR y los pobres desclasados

28-agosto-2008
Esta semana el EPR emitió dos documentos. Uno para reiterar su disposición a la tregua que le había pedido la Comisión de Mediación que busca desde la sociedad civil a sus militantes desaparecidos y otro para reflexionar en torno a la cumbre de seguridad de la semana pasada y sobre la marcha convocada para este sábado que viene.
El segundo comunicado viene cargado de mensajes interesantes. Más allá de su esperado y convencional rechazo a las iniciativas del Consejo Nacional de Seguridad Pública y su descalificación de la marcha por considerarla un movimiento promovido por la oligarquía para autoprotegerse, va dejando otro tipo de señales inquietantes. Vale la pena leer su versión original.
Por ejemplo, habla de que estamos en plena implementación de la IV fase del terrorismo de Estado contra los opositores políticos, dentro de un contexto para limitar las libertades individuales, lo que incluye la realización de vuelos rasantes de helicópteros artillados y aviones de combate. ¿Cuáles fueron las otras tres fases, según ellos? y, mejor aún, ¿cuáles siguen? ¿Estamos hablando en concreto de un plan militar?, ¿se refieren, entre otras cosas, al acoso a las bases zapatistas de Chiapas?
También detallan abusos cometidos cotidianamente por policías y soldados a lo largo y ancho del país, con el pretexto de la lucha contra la criminalidad, donde ni detienen a los delincuentes, pero sí roban a los pobres y hostigan a los luchadores sociales, lo cual es una realidad.
“En estos tiempos para las autoridades y sus cuerpos policiaco-militares ser pobre es sinónimo de delincuente, porque en sus cateos anticonstitucionales y estados de sitio impuesto a la población tener tus raquíticos ahorros en casa, tus escasas cosas de valor, las pocas joyas son catalogadas como "propiedades y dinero mal habido" que si los quieres recuperar tendrás que ir a la zona militar y ser objeto de todo tipo de prepotencia y abuso de la burocracia militar; hacer una fiesta con tu familia también es un delito para los ojos inquisidores de los militares y los policías quienes llegan allanando viviendas, saqueando las pocas pertenencias y cosas de valor, sacando a la calle a las mujeres, niños, ancianos y enfermos en paños menores. El robo, la humillación y la violación de mujeres es el común denominador de estos operativos”.
Difícil rebatir tales aseveraciones. Es uno de los pocos comunicados en los que explican de una manera tan contudente el problema.
Más adelante suelta dos inocultables y extraños guiños al periodista Joaquín López Dóriga, cuando sabemos que han sido otros conductores de Televisa e incluso otras televisoras las que han buscado contactar al grupo armado, así como que periodistas del grupo al que pertenece éste no son afines a los guerrilleros. ¿Qué pretenden con ello?
Suelta, además, como no queriendo, un párrafo de los que para ellos son los medios incómodos del régimen, clasificación inédita viniendo de un grupo guerrillero:
“Más peligroso resulta aún en estos tiempos panistas que vean en tu casa, periódicos como La Jornada, Milenio y hasta El Universal, las revistas Proceso, Contralínea, MX, etc., libros de filosofía como los de Adolfo Sánchez Vázquez, de historia como los de Juan Broom, libros de Noam Chomski y no se diga los clásicos de Carlos Marx y Lenin, porque inmediatamente eres amenazado de muerte y te interrogan inquisorialmente si tienes volantes que estén en contra del gobierno de Calderón, contra la privatización de PEMEX, si tienes propaganda "pejista" poco les falta para hacer en la calle una pira donde quemen los libros de cultura y ciencia vanagloriándose de ello”.
Al final pone unas líneas que parecen aisladas, como metidas a fuerza, con dedicatoria a un interlocutor que no es la sociedad civil, no es ninguna autoridad y no parece ser un partido político.
“¡Cuidado con algunos pobres y desclasados que lleguen a tener poder! porque con su miseria intelectual y cultural son un peligro también para el pueblo porque se hacen cómplices de políticas y medidas represivas y antipopulares ofendiendo con sus espectáculos frívolos a los pobres no desclasados”.
Uf. ¿Quiénes son los pobres desclasados que de llegar al poder serían tan represivos como los actuales gobernantes y realizarían frívolos espectáculos? Es indudable que el pleito es con alguien en particular, pero la alusión queda como eso, un mensaje cifrado para que lo entienda el destinatario.
¿Con quién se están peleando los eperristas?, ¿con otro grupo guerrillero?, ¿con una disidencia en ciernes?, ¿con alguna ya consumada? Nada de eso sería nuevo.
El comunicado fluye del típico discurso setentero antigubernamental a la más intimista de las reflexiones, que llega a hablar de tú a los lectores. Oscilaciones discursivas que tampoco son nuevas, pero que en el contexto actual revelan una emotividad singular. El tiempo irá respondiendo las claves que nos van dejando.

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