viernes, 5 de febrero de 2010

El corte de caja del Subcomandante Marcos

06-mayo-2008
El blog de hoy es una recomendación bibliográfica para los interesados en estos temas.
No tienen desperdicio las 140 páginas del nuevo libro “Corte de Caja. Entrevista al Subcomandante Marcos”, basado en una entrevista realizada por la periodista Laura Castellanos y con fotografías de Ricardo Trabulsi, editado por Endira.
Para quienes pensaban que el discurso radical revolucionario se limita a lo que haga o deje de hacer el EPR, o para quienes piensan que la política de la izquierda no puede trascender a lo que AMLO ordene, se levanta una tercera voz, acaso menos estridente, más racional y congruente con su propio discurso, que le dan volumen a la política nacional devolviéndole sus tres dimensiones a un debate que con mucha frecuencia queda reducido a las dos dimensiones de un comic donde todo es blanco o todo es negro.
Desde Chiapas, el otrora veroborréico Subcomandante lanza un misil de ideas donde volvemos a escuchar un discurso con dignidad, producto de la comunidades zapatistas chiapanecas de base, que la izquierda bonita y perfumada de Coyoacán y La Jornada ya considera “pasadas de moda”, luego del surgimiento del nuevo icono al que ahora es políticamente correcto adorar.
El texto no repara en temas. Qué ha pasado 14 años después del alzamiento del EZLN. Cómo viven sus comunidades ahora. Qué sucede con sus denuncias de acecho paramilitar. Cómo han sobrellevado este desentendimiento de la sociedad civil a su llamado de solidaridad, pese a sus marchas como la del Color de la Tierra o la de la Otra Campaña, para sumar gente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
Marcos se explaya pero no está en medio de una entrevista complaciente. Se le cuestiona y habla de su protagonismo y por momentos regresa a chacotear, a mofarse de sí mismo y acabar con todos; a criticar a todos desde la perspectiva de las comunidades chiapanecas que son necias en lo que piden y testarudas en no reconocer ni a las otras guerrillas, ni al gobierno ni a los partidos políticos a los que no les cabe en la cabeza aquello de “mandar obedeciendo”, que rompe el molde clásico de pensamiento de que quienes conciben la política o la revolución como la simple toma del poder para ejercerlo a nombre del pueblo.
Podemos hacer argumentaciones teóricas sobre la falibilidad de la propuesta y su parecido a una democracia radical o a una comuna asambleística, pero lo que no se puede negar es que esta postura nos exige más esfuerzo intelectual para entender a la sociedad desde otro punto de vista, lo que enriquece el debate y nos obliga a definirnos, otra vez, respecto al indigenismo y a todos los desplazados que sí se han sumado a La Sexta: desposeídos, campesinos, minorías sexuales, jóvenes desplazados por el neoliberalismo, etcétera.
El libro, cuyas ganancias serán donadas a las comunidades zapatistas, es una bocanada de aire fresco en un debate social muy viciado. Nos saca de la zona de confort ideológica maniquea de la que hablábamos.
Aun los enemigos tradicionales del zapatismo –quizá aun más ellos que nadie- y aquellos que dicen ser sensibles a las causas sociales deben tomar este libro, que se lee de un tirón, para tratar de entender la complejidad de nuestro proceso social a partir de la “fotografía” editorial que Laura le toma al EZLN en este momento de su historia.
Checa también la página www.cortedecaja.org, para más información del libro.

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