El comandante del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista, dijo que siguen los encuentros con delegados del Gobierno y que aún falta acordar algunos puntos para que arranque formalmente el proceso de paz.
“En este momento marchan con regularidad los encuentros”, sostuvo Rodríguez, alias “Gabino”, en un video enviado a Reuters en respuesta a una solicitud de entrevista en persona que fue rechazada por motivos de seguridad.
“Hay un 80 por ciento de acuerdo (en la agenda), queda un 20 por ciento que es lo que falta para establecer una mesa pública”, agregó el jefe rebelde de 65 años en el video en el que se lo ve sentado en medio de la maleza enfundado en un uniforme verde oliva y con un fusil sobre sus piernas.
Cuando se iniciaron los contactos preliminares entre el Gobierno y el ELN hace 15 meses, las partes acordaron abordar temas sociales, políticos y económicos en sus negociaciones.
Esa agenda coincide con la que discuten en Cuba el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor grupo guerrillero colombiano, desde hace más de dos años.
Pero como sucede con las FARC, el mayor escollo en las negociaciones también promete ser la negativa de los guerrilleros del ELN a cerrar las heridas con condenas penales.
“Ni más faltaba. Si no hemos sido objeto de prisión durante más de 50 años de confrontación contra un aparato militar tan poderoso como es el colombiano, sería entonces absurdo pensar que fuéramos a pagar cárcel por reivindicar el derecho que tenemos a una salida política al conflicto”, dijo Rodríguez.
El ELN, que nació en 1964 inspirado por la revolución cubana y tuvo en sus filas a sacerdotes católicos radicales que se sumaron a la lucha por imponer un sistema socialista, ya había mantenido contactos exploratorios con el Gobierno para superar el conflicto en el 2002 y el 2007, pero no prosperaron.
Hoy esa guerrilla todavía se enfrenta con las Fuerzas Armadas en las selvas colombianas y lanza ataques contra la infraestructura productiva, a pesar de que la ofensiva militar colombiana ha reducido sus filas a unos 2.000 combatientes.
Son acusados de financiarse con secuestros, la extorsión a multinacionales petroleras y mineras, y con el narcotráfico.
Desde la clandestinidad, el comandante rebelde, sobre quien pende una recompensa de 2,5 millones de dólares, no quiso detallar dónde se celebraron los encuentros con el Gobierno. Pero fuentes cercanas al proceso han dicho que se realizan en el exterior.
“El tren de la paz”
Flanqueado por las banderas de Colombia y del ELN, y por tres guerrilleros armados, Rodríguez aseguró que algunos cambios políticos y sociales para combatir la pobreza y la desigualdad impulsados por el Gobierno ayudarían a que se sienten a la mesa para negociar.
Rodríguez dijo que si se inicia la negociación con el Gobierno están dispuestos a hacer gestos de paz como colaborar con el desminado del territorio.
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