No respetamos ni nos rendimos a otras leyes distintas a las leyes naturales, despreciamos todo ese cumulo de palabras recopiladas en anchos libros, las cuales bajo castigo, dictan el comportamiento de los individuos. Rechazamos y negamos las leyes de los gobiernos, las leyes morales impuestas por la sociedad, las leyes culturales occidentales, las leyes tecnológicas de innovación, las leyes de credo de las nocivas religiones, todos aquellos mandatos artificiales y efímeros caen por su propio peso, los retamos y nos burlamos de ellos atentando frontalmente.
Por eso fue que la noche del 25 de Abril, nos dirigimos hacia el Palacio de Justicia de Atizapán de Zaragoza sobre la carretera Lago de Guadalupe, y abandonamos uno de nuestros explosivos justo en frente del mencionado edificio.
Alejados a unas cuantas cuadras, el artefacto se activó y las calles se vieron invadidas por la onda sonora de la explosión, las personas de los puestos ambulantes nocturnos y los autos que pasaban por el lugar fueron testigos de este acto de negación.
Que se sepa bien, los grupúsculos de Reacción Salvaje también tienen en su mira instituciones gubernamentales, pues estas son reflejo fiel de la podredumbre de esta civilización, y de las absurdas dinámicas de la sociedad industrial, de las cuales nos mofamos con este tipo de actos.
Los explosivos siguen detonando y el estruendo es solo el aliento liviano de la naturaleza salvaje sobre nosotros, es solo cuestión de tiempo para que la caza de RS rinda frutos…
Reacción Salvaje
Grupúsculo ¡Hasta tu muerte o la mía!
No hay comentarios:
Publicar un comentario