El TEO es una de las obras de ingeniería más grandes de las que se tengan registro en lo que respecta a drenajes profundos, fue construida para evitar inundaciones en las ciudades, comienza desde el estado de Hidalgo, pasando por municipios del Estado de México. El TEO está compuesto de 24 Lumbreras que llegan a albergar hasta 150 metros cúbicos de aguas residuales por segundo. Las Lumbreras (que son grandes agujeros en la tierra), actúan como respiraderos para entrar en el túnel y darle mantenimiento con maquinaria pesada.
En esta obra están involucradas varias instituciones del gobierno federal (1), y varias empresas privadas (2), una de sus finalidades (aparte de “salvar” a las podridas ciudades de las inundaciones que manda la naturaleza salvaje como respuesta al devastador progreso industrial), es la hipócrita función del mejoramiento ambiental, ¿De qué mejoramiento ambiental hablan? ¿De aquel “mejoramiento” el cual consiste en destruir una vasta zona de llanuras y bosques para su corredizo túnel que salvaguarda la integridad de la civilización? Porque eso es lo que hicieron para su construcción, arboles fueron arrancados de raíz, zonas verdes quedaron sepultadas por el concreto de su autopista “Circuito exterior mexiquense” la cual se encuentra aledaña a dichas Lumbreras, animales autóctonos también se vieron afectados, el rio que corría por esa zona fue convertido en un canal de aguas negras y basura asquerosa, el equilibrio ecológico fue violado de nueva cuenta por el progreso humano, si con ese “mejoramiento” se refieren los arquitectos y defensores de esta “magna obra”, lo hicieron muy bien.
Por eso es que “El Grupúsculo de Lo Oculto” de Reacción Salvaje se dirigió a una de las Lumbreras del TEO la noche del 22 de Abril, ubicada entre los municipios de Nextlalpan y Tonanitla en el Estado de México, saltamos las alambradas de púas que protegían el canal de aguas negras y detrás de un gran árbol de pirúl que sigue de pie, realizamos varias detonaciones de arma de fuego en contra de las maquinarias, estructuras y paredes de dicha construcción. Los disparos directos dañaron y aterrorizaron a los que se encontraban en el lugar, con el tronido de las balas detonando iban los sonidos de los animales muertos para la construcción de la obra, iba el violento zumbido del viento que mueve las hojas de los árboles derribados y el imperceptible cantar del agua del rio ennegrecido por lo artificial, también, iban los gritos de guerra de nuestros antepasados: ¡Axcan Kema Tehuatl Nehuatl!
De nada sirvió el escandaloso alumbrado, la vigilancia del lugar y los patrullajes nocturnos de policías estatales y federales, Lo Oculto nos cubrió con su manto y salimos sin ningún problema.
Con esta acción armada declaramos algo:
¡Muerte y sangre para los que destruyen la Tierra!
¡Habrá más balas hacia sus estructuras y hacia sus cabezas!
¡Por la defensa extremista de la naturaleza salvaje!
¡En guerra contra el sistema tecnológico!
Reacción Salvaje
“Grupúsculo de Lo Oculto”
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