20-enero-2009
Seguimos por el peor de los caminos. Cuando México se resiste a declararse un Estado fallido, o a reconocer que existen ciudades con la gobernabilidad perdida, resulta que aparece el ejemplo más claro hasta ahora en la historia moderna de país de grupo paramilitar, que pretende hacerse justicia por propia mano ante la ineficacia del gobierno para combatir al crimen organizado.
Salvo un interesante texto de ayer de Ricardo Alemán, aquí en EL UNIVERSAL, y pese a su importancia, no vi gran repercusión en la prensa del comunicado difundido por el autodenominado Comando Ciudadano por Juárez, enviado por correo electrónico el miércoles 14 de enero.
Con una retórica que recuerda a la de los grupos guerrilleros, el mencionado grupo señala que “ciudadanos cansados desde hace años del nivel de impunidad que existe en esta ciudad hemos fundado el Comando Ciudadano por Juárez, el cual intentará terminar en primera instancia, con los criminales que han provocado terror a los residentes de esta frontera”.
De acuerdo con la nota del corresponsal Luis Carlos Cano dicen que “más vale la muerte de una mala persona, que ésta mala persona continué contaminando a nuestra región”.
Asimismo, comentan que este comando funciona con participaciones financieras de parte de los empresarios afectados y su misión es terminar cada 24 horas con la vida de un criminal. Si tienen identificado a criminales pronto podrán mandar a una dirección electrónica para poder acabar con su vida.
El correo enviado indica que “dentro de los próximos días el CCJ difundirá el manifiesto para que las personas interesadas en participar para limpiar nuestra ciudad de estos criminales, se puedan unir al primer movimiento ciudadano para defender a Juárez”.
“Nuestro comando no está ligado a ningún partido y nuestra única preocupación es que Juárez recupere los niveles de tranquilidad que se tenían hace un par de años”, afirman. El lema de esta organización es “Patria y justicia, por una nación para todos”
¡Uf! De entrada se me ocurren cinco razones para rechazar a este tipo de “comandos”, más las que podamos encontrar juntos a lo largo del día en este blog:
1.- Los grupos paramilitares no erradican los problemas de criminalidad de fondo. La justicia por propia mano, vía escuadrones de la muerte, cumplirá con deseos de venganza de ciudadanos agraviados, al cumplir con la ley del Talión, de ojo por ojo y diente por diente, pero sin atacar las causas estructurales del fenómeno, como la oferta demanda de droga –que es multinacional-, la pobreza o el incremento del consumo.
2.- Esto es la puerta al paramilitarismo de derecha vivido en Colombia y que ya se ha manifestado en Chiapas y Guerrero, aunque con características locales. La experiencia colombiana con grupos similares encargados de combatir a narcotraficantes y a las FARC y al ELN fue que una vez que se armaron –con el patrocinio de la élite empresarial local- adquirieron vida propia y acabaron por descontrolarse, pues al estar al margen de la ley –aunque tolerados por el gobierno- podían pasar por sobre lo que fuera, sobre todo los derechos humanos, ya no digamos de los delincuentes, sino de la población civil.
En la paradoja total, al final acabaron aliándose con traficantes de droga, lo que provocó que el gobierno dedicara tiempo y esfuerzo a combatirlos y a desmovilizarlos.
3.- Su manejo tramposo de un discurso justiciero provoca confusión de discursos y siglas entre grupos paras, auténticos guerrilleros, narcos y organizaciones populares, lo que suele ser muy útil a los gobiernos para unificar la lucha del Estado en contra de todos esos grupos, como si fueran lo mismo. Este discurso es propio de la guerra de baja intensidad.
4.- Intensificación de la guerra al entrar un tercer actor en la contienda.
5.- Al final, ineficacia de fines, ya que al proponerse matar un hampón por día, cuando ellos son capaces de matarse 15 por jornada, aun en fines de semana y días festivos, pues no es nada. Por lo tanto no se cumpliría el propósito de disuadir a los criminales a través de provocarles terror para que dejen de delinquir.
Insisto, esto es lo que veo, pero tú dime qué más ves en este caso. A lo mejor hay quien se pone de lado de ellos y dicen que es la mejor opción para suplir la ineficacia del gobierno. No lo sé.
viernes, 5 de febrero de 2010
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