05-noviembre-2009
Esta pregunta fue la que tratamos de respondernos Laura Castellanos y yo, y lo que nos llevó a investigar más para elaborar el reportaje sobre los Eco Anarquistas que aparece en el número de noviembre de la revista Gatopardo.
Desde octubre de 2008 se documentaron en este blog ataques con petardos y latas de gas butano a sucursales bancarias y comercios en el Distrito Federal, el Estado de México y Guadalajara. ¿Guerrilleros atacando McDonald’s y KFC?
De acuerdo a singulares comunicados colgados en algunas páginas de internet supimos que quienes reivindicaban dichas acciones eran grupos de anarquistas de tendencia insurreccionalista, partidarios de la acción directa, con demandas a favor de los animales, en contra del avance tecno-industrial capitalista y opositores a la construcción de espacios de opresión, como las cárceles. Nada con lo que estuviéramos familiarizados hasta entonces.
En septiembre pasado los ataques de este tipo fueron más o menos continuados, lo que ya llamó la atención del resto de la prensa, que buscaba a los responsables.
Las policías y autoridades dejaron correr todo tipo de versiones: que eran vándalos sin oficio ni beneficio; que eran células urbanas del EPR; los hermanos Cerezo; españoles de extrema derecha; universitarios zapatistas; y así por el estilo.
Desde el principio buscamos a los verdaderos autores materiales de los ataques, con genuino interés periodístico. En febrero de este año hubo un primer y efímero contacto. En octubre, ya pudimos entrevistarlos en forma.
Parte de lo que nos dijeron viene en el reportaje citado: qué buscan, qué pretenden, hasta dónde piensan llegar, quién los patrocina, qué mundo aspiran a alcanzar, cómo se organizan, qué comen, a quién admiran, a quiénes odian.
Para desilusión de los amantes de las teorías del complot resulta que no son una guerrilla en forma. Son más bien células autónomas, sin liderazgo visible, que heredan y comparten el ideario anarquista, y al que le van dando expresiones concretas según la reivindicación a la que cada célula le dé más peso. Unos son vegetarianos radicales –veganos-; otros son anti capitalistas puros; los hay punks. Por lo general, jóvenes.
No todos los anarquistas son partidarios de la acción directa, o la violencia en contra del enemigo de clase. Los hay teóricos, pacíficos, que hacen proselitismo a a la luz pública. Algunos son adherentes a la Otra Campaña, del EZLN. Hay unos más radicales, guerrilleros en forma: las Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón. Aparentemente no hay vasos comunicantes entre unos y otros.
Todos abrevan del anarquismo original de Bakunin, Proudhon y Malatesta que, en términos generales, preconizaban que el hombre nació libre; que es mentira que necesite de un Estado o gobierno para organizarse y vivir; la solidaridad y el libertarismo son suficienets para que el hombre conviva en armonía, sin dirigentes, sin cabezas, sin organización, pero al mismo tiempo sin caos.
En México tal ideología alcanza su climax con el anarco sindicalismo de los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón durante la época revolucionaria. Después de esa experiencia ha estado en nuestra sociedad en estado latente.
Otra sorpresa: el fenómeno no es nuevo en el mundo. Los actuales anarquistas retoman las acciones directas que desde los años 70 realizan liberatrios ingleses a favor de causas determinadas, como la liberación de animales de laboratorios y circos.
Es más, en México las acciones anarquistas han crecido 850% de 2007 a la fecha, siendo nuestro país uno de los de mayor actividad anarquista insurreccional del continente, junto con Chile. Lo de septiembre sólo fue la parte más mediática de lo que en realidad es toda una oleada de micro ataques concentrados en más de seis estados de la República.
Más información, en Gatopardo de noviembre.
martes, 9 de febrero de 2010
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