EPR, señales de vida

24-marzo-2009
Del viernes para acá, el Ejército Revolucionario del Pueblo (EPR) difundió tres comunicados, tras una larga sequía de pronunciamientos. En ellos ajustan cuentas con un ex aliado, hoy vocero de Ulises Ruiz, difunden el número 115 de su revista El Insurgente y amagan a Felipe Calderón.
El primero, fechado el 19 de marzo, pero enviado un día después, es inusual en su tono. Se dirige a Raúl Castellanos Hernández, coordinador de Comunicación Social del estado de Oaxaca, quien en un desplegado de prensa desmiente informaciones del periódico Reforma sobre involucramiento de policías estatales en la desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.
Lo acusan de mentiroso y proceden a contar una sorprendente historia del pasado de Castellanos como líder de la Federación Estudiantil Oaxaqueña (FEO), allá por los años sesenta, cuando estudiantes democráticos, ligados a lo que sería después el Procup, dieron esas batallas contra los porros del PRI.
“Termina relativamente el movimiento del 68 con el asesinato de los estudiantes en la plaza de Tlatelolco. En Oaxaca se sigue exigiendo justicia al gobierno federal y estatal, mientras esto sucedía, el trabajo de lo que hoy es nuestro partido consistía en organizar el descontento de los ferrocarrileros, de los campesinos cuyos problemas agrarios no estaban resueltos, incluidos los pueblos del valle hoy conurbados con la ciudad de Oaxaca para desarrollar mejores formas democráticas, a la vez, unimos a los estudiantes de las normales rurales, la normal urbana, el tecnológico y la Universidad para formar realmente una Federación Estudiantil de Oaxaca y no sólo universitaria. Nos costó mucho trabajo pero se logró.
“En ese entonces entre otros estudiantes entraron Heliodoro Díaz Escárraga y Alfonso Gasga Iturribarría y en esta situación, recuerda Raúl que en tu casa realizábamos las juntas en las que miembros de nuestra organización realizaban la estrategia y las tácticas a seguir para que quedaran como representantes estudiantiles”.
Después, los eperristas, quienes ya identificaron como viejo aliado a Castellanos, hacen un aporte a la historia de su organización, al revelar que Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Jorge Vera secuestraron (“se llevan a la casa de unos familiares”) al catedrático Sadot Sánchez Carreño, delito por el que son detenidos y encarcelados en el penal de Ixcotel, y que gracias a las negociaciones de Castellanos con el gobierno del estado logran liberarlos a los ocho meses de haber sido detenidos.
Se relata que después de la delación con la que detienen a José María Ortiz Vides, el guerrillero de origen guatemalteco que fundó Unión del Pueblo, “varios de nosotros pasamos a la clandestinidad y es entonces cuando el oportunismo se adueña del trabajo desarrollado y son cooptados por el Estado”. Entre los cooptados señala a Raúl Castellanos, que ahora hasta trabaja para un gobierno priísta y represor como el de Ulises Ruiz.
Hasta ahí el reproche –y balconeo- a Castellanos. Después insisten en que el gobierno de Oaxaca tiene responsabilidad en la desaparición de sus compañeros militantes.
En el segundo comunicado, emitido ayer, retoman su tono de ultimátum al gobierno federal, para que presente o dé con el paradero de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, a casi dos meses de su desaparición (17 abril 2007).
“Por enésima ocasión le exigimos al gobierno federal que presente con vida y en libertad a nuestros compañeros y declare públicamente en dónde los ha tenido en todo este tiempo así como a todos los detenidos desaparecidos del país. (…) Consideramos que si en un lapso de tiempo razonable no hay una respuesta que satisfaga a las necesidades de nuestro pueblo y partido, es el gobierno federal, sobre todo usted señor Calderón el responsable directo de lo que se pueda desencadenar ante este ominoso silencio y dilación, sabemos que el combate al narcotráfico y al narcomenudeo es una cortina de humo, porque sólo con ese pretexto pueden llegar a regiones pobres a hacer destrozos y violar los derechos humanos, “amparados” por “su guerra” cuando el motivo fundamental es tratar de descubrirnos y realizar aprehensiones, si así fuese tomen en cuenta que habría una respuesta inmediata y el rompimiento de la tregua”.
Pese a ello, insisten en mantener confianza en la Comisión de Mediación integrada por intelectuales de renombre y mantenerse por la vía de la política, en espera de que rinda frutos el trabajo de la Comed. Esto es, en muchos sentidos, una buena noticia.
Ya de paso, vuelven a mandar un mensaje, advirtiendo que están al tanto de todo. Al hablar de la violación a la soberanía nacional de parte del gobierno de Felipe Calderón, menciona intrusiones de los gringos, de los colombianos y de los israelitas.
“¿Dónde vive y quién es ese “misterioso” israelita y todas las demás personas a las cuales les hablaron desde el teléfono de Edmundo Reyes Amaya? Seguramente ese israelita es un agente del Mossad, es decir, la policía de inteligencia judía que junto con los demás participan en cateos, detenciones y torturas contra luchadores sociales”.
No extraña, pero llama la atención su silencio respecto a la situación de los comandantes del ERPI, Jacobo Silva Nogales y Gloria Arenas, quienes acaban de ganar un segundo amparo a la justicia mexicana, pero por detalles legaloides se pretende mantener presos cinco años más.
Ciertamente no son sus militantes –lo fueron antes de la escisión del comité estatal guerrerense del EPR-, pero aun así no hay ni asomo de solidaridad revolucionaria.
¿Tú cómo ves este rompimiento del silencio eperrista?