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domingo, 30 de octubre de 2016

En formación, nuevo movimiento guerrillero en México

Contralínea 511 / del 24 al 29 de Octubre 2016


En México se organiza una nueva guerrilla. Los organismos de seguridad nacional buscan la manera de impedir que reciba el apoyo de comunidades urbanas y campesinas. La nueva formación se suma a las que ya luchan con las armas por la caída del régimen: EZLN, EPR, TDR y ERPI





por Zósimo Camacho


En la Agenda Nacional de Riesgos, los organismos encargados de la seguridad y defensa nacionales advierten de la formación de una nueva estructura guerrillera, con algunos exintegrantes de otros movimientos armados pero, sobre todo, con nuevas generaciones de combatientes.

El documento –de carácter confidencial, bajo custodia del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen)– señala como uno de los “escenarios de riesgo” la irrupción de “nuevas expresiones” de lucha armada.

Advierte puntualmente del “surgimiento de una nueva expresión subversiva”. Según las versiones 2013, 2014 y 2015 de la Agenda Nacional de Riesgos –a las cuales Contralínea tuvo acceso–, la nueva organización está integrada por “cuadros históricos” de varias organizaciones vigentes “y nuevas generaciones de militantes de mayor radicalidad de lucha”.

La Agenda Nacional de Riesgos es un documento de carácter confidencial elaborado anualmente por el Cisen –organismo descentralizado de la Secretaría de Gobernación (Segob) encargado de los servicios de inteligencia civil del Estado mexicano–, con información de las demás dependencias responsables de la seguridad y defensa nacionales, principalmente las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar).

Los movimientos subversivos se mantienen dentro de las 10 principales “amenazas” a la seguridad nacional que reconoce el Estado mexicano. Llegaron a significar en 2013 la quinta más importante, pero desde finales de 2015 ocupan el lugar décimo en las prioridades de los encargados de los servicios de inteligencia civil y militar.

Vigencia de la lucha armada



El propio documento reconoce que en amplias regiones del país predominan  “los factores” que favorecen la subversión: “asilamiento físico, ineficacia de las políticas públicas, corrupción y alto nivel de marginación”.

Ante ello, la vía armada es hoy una opción “lógica y teórica”, señala Gilberto López y Rivas. El doctor en antropología por la Universidad de Utah e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señala que a la cerrazón de los espacios de participación política, por fraudes electorales, se suma “el mundo de la impunidad total, donde los delitos no se persiguen, no se obtiene justicia para ninguno de los grandes crímenes”.

El de la impunidad que se vive en México es uno de los factores que también destaca Daniel Zizumbo-Colunga, doctor en filosofía por la Universidad de Vanderbilt. Entre más casos que hagan ver a la justicia como comprada por los políticos o las clases adineradas, mayores serán las posibilidades de que las personas consideren el uso de las armas como una vía para defenderse y obtener justicia. “Aunque no necesariamente estos grupos se conviertan en guerrillas con reivindicaciones antiestatales”, aclara el experto en autodefensas y policías comunitarias.

López y Rivas, por su parte, señala que así como las grandes masacres de las décadas de 1950 y 1960, que quedaron en la impunidad, dieron origen a las luchas de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, también se está mandando un mensaje a los desposeídos de que no es posible caminar por la vía electoral. Agrega que ninguna de las autoridades electorales funciona para detener los fraudes que se ponen en marcha con cada elección.

“Y cuando uno analiza los factores que llevaron a muchos jóvenes a levantarse en armas y recurrir a un recurso tan extremo como la lucha armada, se da uno cuenta que estos factores permanecen hoy, incluso algunos más agudizados. Por ello uno puede concluir que la lucha armada es tan vigente hoy como ayer”, explica López y Rivas.

Coincide con Daniel Zizumbo en que, ante la incapacidad o criminalidad del Estado, muchos de los grupos que han aparecido recientemente son de autodefensa armada, independientemente de que quieran cambiar el régimen o sólo defenderse de la violencia del Estado o de la criminalidad.

Se pregunta: “¿Qué hacer ante una circunstancia donde el Estado, por omisión o comisión, se convierte en un cómplice de la impunidad, de la criminalidad, de la delincuencia; en donde no se puede garantizar la justicia porque el 90 por ciento de los delitos no se investiga siquiera?

Daniel Zizumbo-Colunga explica los tres grandes grupos de causas que generan movimientos armados: “la inseguridad; las comunidades fuertes llenando los vacíos del Estado y, finalmente, la erosión del sistema democrático mexicano”.

Abunda en que “tenemos un sistema muy mal diseñado, y no sólo me refiero a la corrupción. Estamos viendo en muchos lugares una erosión del sentimiento de representación de la gente. Muchas de las guerrillas emergen por un sentimiento de la gente de no ser representada y de un desencanto con la democracia. La gente empieza a sentir que los partidos políticos no la representa y el sistema democrático no es el mejor. Intentan buscar un cambio”.





Si el crimen toca a la puerta de las familias y las comunidades y, además, ve que el sistema “democrático” no funciona,  “muchas de las policías comunitarias pueden surgir no solamente para llenar el hueco del Estado, sino para oponerse a ese Estado y democracia que no funcionan”.

Por ello, una de las principales acciones de contrainsurgencia, según reconoce la Agenda Nacional de Riesgos, es el uso de los programas asistenciales. Así, entre las “capacidades” del Estado frente a la guerrilla anota la “aplicación de programas federales y estatales de beneficio social en zonas con presencia de grupos subversivos”.

Así, el documento recomienda “profundizar estrategias en los municipios que registran promedios superiores en cada uno de los factores predominantes asociados a la subversión”, incluso en aquellas zonas donde aún no hay presencia de grupos guerrilleros. “En este universo, los programas sociales tendrán mayor efecto preventivo”.

Abunda la Agenda Nacional de Riesgos en “focalizar algunas acciones de política social con fines preventivos, en la población de municipios que por sus características socioeconómicas sean idóneos para la cooptación de nuevas bases sociales”.

Como en el caso de la lucha del Estado contra el anarquismo (Contralínea 510), en el documento se recomienda el “relanzamiento de grupos operativos al interior del Cisen enfocados a objetivos específicos”.

Señala que los principales “problemas de gobernabilidad” asociados a movimientos subversivos se encuentran en regiones de Chiapas, Guerrero, Michoacán, Morelos y Oaxaca. Incluso, apunta que en estas amplias zonas del país, las guerrillas “operan endémicamente”.

Entre las vulnerabilidades del Estado mexicano frente a la “amenaza” subversiva, destacan los “problemas de coordinación entre autoridades federales y estatales” para atacar a los grupos guerrilleros.

Otras de las “vulnerabilidades” del Estado, según la Agenda Nacional de Riesgos, son las “demandas ante instancias internacionales sobre presuntas violaciones a derechos humanos”.

Entre las capacidades para enfrentar a los movimientos guerrilleros, los organismos de inteligencia señalan que cuentan –como en el caso de los anarquistas insurreccionalistas (Contralínea 510)– con “trabajo de inteligencia interinstitucional” que involucra a las secretarías de Gobernación, de la Defensa Nacional y de Marina.

También se han instalado “mesas de coordinación con los procuradores de los estados de Chiapas, Michoacán, Morelos y Oaxaca para atender integralmente estos temas”.


Los movimientos armados



De manera pública, el Cisen reconoce la existencia de sólo tres movimientos armados: el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).

Lo anterior, según el documento Cronología de los grupos armados activos que el organismo desconcentrado de la Secretaría de Gobernación (Segob) entregó a Contralínea en días pasados. El texto es parte de la respuesta a la solicitud de información 0410000005116 presentada por este medio de comunicación a través de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

Sin embargo, en la Agenda Nacional de Riesgos se revela que el Estado mexicano también sigue de cerca otra expresión guerrillera: la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo (TDR-EP).

El Centro de Documentación de los Movimientos Armados (Cedema) lleva el registro de 50 formaciones guerrilleras en México. Muchas de ellas sólo son membretes o son comandos o brigadas de organizaciones más grandes. De otras sólo se conocen sus esporádicos comunicados sin que hayan llegado a realizar alguna acción “revolucionaria” de carácter violento. Algunas más aparecieron y dejaron de existir sin siquiera haber concretado algún hecho armado.

Para los organismos de seguridad nacional –según la Agenda Nacional de Riesgos– sólo son cinco organizaciones con estructura y capacidad real para desafiar al Estado mexicano: las cuatro citadas y la nueva agrupación que no ha emitido aún comunicado alguno ni ha reivindicado hasta el momento alguna acción “revolucionaria”.

De las cuatro guerrillas activas que “preocupan” a los organismos de inteligencia, tanto civil como militar, una (el EZLN) cuenta con bases que se cuentan por miles y simpatizantes en todas las entidades de la República. Las otras tres son resultado de la “diáspora” eperrista o “depuración”, como señala la dirección del actual EPR. Varían en sus niveles de aceptación, pero todas sus expresiones son de carácter clandestino. Cuentan con organizaciones populares (o “de masas”) pero éstas no se reivindican públicamente como parte civil del movimiento armado.

EZLN, reposicionamiento

En el horizonte, advierte la Agenda Nacional de Riesgos, un “reposicionamiento del EZLN”. Señala que la nueva iniciativa política de esta organización “buscará que las redes de apoyo zapatistas repliquen el modelo de autonomía en diversas zonas del país”.

Se trata del movimiento armado al que mayores páginas le dedica el documento. Para los autores de la Agenda, el EZLN se encuentra “aislado políticamente”, pero puede salir de esta situación en cualquier momento. Destaca que los zapatistas mantienen “disputas” por tierras con “grupos desafectos y exzapatistas”. Lo anterior genera que en Chiapas se viva de manera permanente en conflicto social.

Señala que los conflictos están focalizados en  Chenalhó, Chilón, Ocosingo, Sabanilla, San Cristóbal de las Casas y Tumbalá. Destaca que algunos de estos conflictos focalizados han sido retomados por “grupos nacionales e internacionales para denunciar acciones de hostigamiento contra comunidades zapatistas”.



EL EZLN irrumpió en Chiapas el 1 de enero de 1994, justo cuando entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Esa fecha tomó siete cabeceras municipales chiapanecas y atacó un cuartel militar. Fue replegado por el Ejército Mexicano pero desde entonces quedó claro que la fuerza de este movimiento sobrepasaba a las de guerrillas anteriores.

Cálculos oficiales estiman que cuenta con más de 50 mil integrantes y ocupa amplias franjas del estado donde apareció, pero ejerce influencia en colectivos y organizaciones de las demás entidades de la República. Además, mantiene una alianza estrecha con el Congreso Nacional Indígena, organización de carácter pacífico en el que participan comunidades de los 65 pueblos indígenas que sobreviven en México.

Se formó en 1983, como parte de las Fuerzas de Liberación Nacional, un movimiento guerrillero de la década de 1970 que casi es aniquilado en Nepantla, Estado de México, en febrero de 1974.

Hoy el EZLN, junto con el Congreso Nacional Indígena, tiene en marcha consultas para elegir a una candidata indígena a la Presidencia de la República que contienda en las elecciones de 2018.

Según el documento, entre los objetivos actuales del EZLN es “conservar presencia territorial y reclutar nuevos integrantes”; además promover en toda la república la autonomía, principalmente indígena.

Entre las “capacidades” específicas para enfrentar al EZLN, en el documento se destaca el “establecimiento de la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México”. Y recomienda echar a andar la “regularización” de la tenencia de la tierra en la zona de esta guerrilla.

 “El EZLN es una organización político militar que no ha entregado sus armas y que las mantiene ahí, como dijo el subcomandante Moisés, como un instrumento más, como se tiene el azadón o como se tiene un hacha; este tipo de planteamientos que hacen hoy los zapatistas de reivindicar sus formas de autogobierno, sus formas de defesa colectiva, de rotación de los cargos; todo lo que representan los procesos autonómicos. Y representan un planteamiento que no solamente es para el mundo indígena”, a decir de López y Rivas.

Sobre la candidatura a la Presidencia de la República que impulsará el EZLN y el Congreso Nacional Indígena, dice: “No podemos desechar nada; no podemos desechar ni vías como una defensa armada, ni vías como los cambios a través de vías electorales que hagan una ruptura”.


EPR, permanencia





Según la Agenda Nacional de Riesgos, en su versión 2013, el EPR –en realidad PDPR-EPR– “conserva” su “capacidad operativa”. Sin embargo, ha optado, en estos momentos por “la vía política”.

Señala que la estrategia de la guerrilla decana del movimiento armado en México es “penetrar movimientos sociales a fin de radicalizarlos”, así como “generar conflictos comunitarios que puedan escalar”.

El EPR se asume como la organización decana del movimiento guerrillero en México. Surgió en Oaxaca en 1965 como Unión del Pueblo. Luego se convirtió en el Partido Revolucionario Clandestino Unión del Pueblo (PROCUP). Y a mediados de la década de 1980 integró a algunos de los cuadros sobrevivientes del Partido de los Pobres (PDLP), de Lucio Cabañas. Por ello cambió su nombre al del PROCUP-PDLP.

Más tarde, a principios de la década de 1990 se renombró como PDRP-EPR. Irrumpió en Guerrero el 28 de junio de 1996, en el vado de Aguas Blancas, justo en el lugar y un año después de que fueran masacrados campesinos inermes que luchaban por mejorar sus condiciones de vida.

Es conocida su capacidad militar, sobre todo en materia de manejo de explosivos. Desde que se llamaba Unión del Pueblo utilizó la colocación y detonación de bombas como una herramienta precisa de su “crítica armada”.

Es el movimiento armado con los desaparecidos políticos más recientes. Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez –este último parte de la dirigencia– fueron detenidos desaparecidos en la ciudad de Oaxaca el 25 de mayo de 2007 en el contexto de las protestas de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. Fueron secuestrados por policías estatales y militares. Desde entonces se desconoce su paradero. El EPR inició entonces una serie de acciones de hostigamiento contra el Estado mexicano que incluyeron la detonación precisa de explosivos en ductos de Petróleos Mexicanos.

Entre las “capacidades” que destacan los organismos de inteligencia contra el EPR cuenta el “expediente penal” contra la guerrilla. Detalla que cuenta con 21 órdenes de aprehensión contra el mismo número de integrantes.


TDR, capacidad de fuego





Según el documento, TDR también “conserva su capacidad de realizar acciones violentas de alto impacto”.

Este grupo armado se escindió del EPR a mediados de la década de 1990. Cuenta con capacidad de fuego similar a la de esa guerrilla. Las afinidades son incluso ideológicas pero rompieron con la dirección del EPR por motivos políticos y “tácticos”.

Una de las características de este grupo armado es que su llamado tribunal revolucionario ha condenado a muerte a los perpetradores de la masacre de Aguas Blancas. Ha elaborado una lista de los funcionarios involucrados y ha ordenado a sus efectivos ejecutarlos en cuanto les sea posible.


ERPI: ¿el declive?



Según los organismos de seguridad, la guerrilla que se ha visto más golpeada es la del ERPI. Contralínea documentó que hasta antes de 2012, era la formación más numerosa después del EZLN. Luego de los golpes que recibió con la detención de su dirigencia en 2008 y el asesinato del líder de su columna más aguerrida, el comandante Ramiro, hoy viene en declive.

El documento señala que el ERPI “se encuentra fragmentado”. Incluso, dice que algunas de sus células se han vinculado a la delincuencia organizada. Esto en las regiones guerrerenses de la Montaña y la Costa Chica. En el documento se les acusa a algunos excombatientes de este movimiento de dar cobertura a “secuestros, robos y siembra de enervantes”.

Agrega que, por otra parte, “la dispersión que enfrenta el ERPI en Guerrero ha propiciado el impulso de nuevas expresiones armadas”.

Asimismo, otras células del ERPI que no mantienen relaciones con la delincuencia organizada “se insertan en conflictos con la expectativa de generar situaciones de inestabilidad”. Señala concretamente, sin pruebas, que esta organización busca insertarse en las policías comunitarias y en las oposiciones a las reformas estructurales, proyectos de infraestructura y agrarios.


El diálogo, el camino


El gobierno debería trabajar e restablecer la confianza ciudadana en el Estado y el sistema antes de elegir la vía de la represión ante los grupos armados, considera Daniel Zizumbo-Colunga.

Explica que el país “muchas veces sí hay presencia de las autoridades, pero hay una sensación muy deteriorada en la población de que los procedimienos son justos, que la justicia es igualitaria. La gente no percibe que la ley se aplica tanto a ricos como a pobres, que se aplica de manera consistente y de manera justa”.

Por ello, Zizumbo-Colunga considera que más que mostrar una mano dura, sobre todo a los grupos de autodefensa, el Estado tiene que luchar para solucionar el problema de la falta de justicia y los vacíos del Estado.





 “En la medida en que la ley se aplique tanto a ricos como a pobres, la gente va a tener más confianza en el sistema de justicia y van a empezar a delegar otra vez esa labor a las autoridades. Mientras el gobierno siga reprimiendo a los pobres y siga mostrando una mano dura contra estos movimientos y los políticos que delinquen sigan libres, sigan sucediendo casos de gente rica que violan y matan y salen libres, pues la gente va a seguir percibiendo que el sistema de justicia está arreglado”, señala Zizumbo.

Por su parte, López y Rivas sentencia: “Los movimientos armados no cesan porque no hay garantías de nada: de  justicia, de democracia, de una vida digna; el país está hecho un desastre en lo que toca a la economía; las instituciones han perdido toda legitimidad, si es que alguna vez la han tenido; no hay credibilidad en ninguno de los tres poderes; es lógico que haya movimientos armados”.






(Tomado de http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/10/23/en-formacion-nuevo-movimiento-guerrillero/ )

domingo, 7 de agosto de 2016

Iztapalapa, nido de guerrilleros: Cisen

7 agosto 2016

(Primera de dos partes)

A“sangre y fuego”, entre decenas de oficios sin respuesta, incapacidad de autoridades, terror y violencia empoderados en sus calles, barrios, colonias y unidades habitacionales, Iztapalapa vive la impotencia de las demandas y denuncias vecinales contra su virtual “colombianización” o “guerrerización”, a merced de pandillas de asaltantes, delincuencia organizada y hasta “células de grupos urbanos radicales”, presuntamente vinculados a vestigios de la guerrilla en México.

Más de 27 mil 130 delitos perpetrados en los últimos once meses, a un promedio 75.9 diarios, oficios delegacionales en poder de El Sol de México, de informes de las mesas de trabajo vecinales, reportes oficiales sobre la incidencia delictiva e información del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), exponen el clima impune de asesinatos, secuestros, asaltos, robos, violaciones y tráfico de drogas, que asola a la delegación política más grande de la Ciudad de México.

Prácticamente se reporta como “zonas sin ley”, a colonias como la Guelatao, Álvaro Obregón, Eje Oriente, Palmitas, Lomas de Santa Cruz, Ejército de Agua Prieta, Año de Juárez, Francisco Villa, Tenorios, Parajes San Juan, Santa Martha, El Arco, El Polvorillo, La Madriguera, El Paraíso, Sinatel, Justo Sierra, El Retoño y El Triunfo, además del Cerro de las Tres Cruces y Sierra Santa Catarina, donde “los secuestradores han instalado casas de seguridad y donde las policías no llegan, ya que esos terrenos son defendidos a sangre y fuego, por sus habitantes”.

En una superficie superior a los 105.8 kilómetros cuadrados, ubicada al oriente de la capital y con casi dos millones de habitantes, colindando con el Estado de México y las delegaciones Xochimilco, Tláhuac, Coyoacán, Benito Juárez, Iztacalco, este suburbio jurisdiccional del oriente de la Ciudad de México, se niega a fenecer bajo los estigmas de la guerra y violencia que le han caracterizado desde mil 321, en su lucha contra la esclavitud de las conquistas tepanecas.

Rica en tradiciones, mitos y leyendas, Iztapalapa es señalada hoy por su espiral creciente de violencia. “Estamos invadidos por la delincuencia y nuestras autoridades están inmovilizadas, por el miedo”, claman los dirigentes vecinales de sus diferentes pueblos, barrios, colonias y unidades habitacionales, que semana a semana, mes con mes, se reúnen en mesas de trabajo, para ventilar el clima de terror que viven por la inseguridad galopante.

Por meses y hasta años, han redactado decenas de oficios dirigidas a sus gobernantes en turno, como hoy lo son la jefa delegacional, Dione Anguiano; el secretario de Seguridad Pública, Hiram Almeida Estrada, o el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera “todos ellos perredistas-, sin recibir respuestas y, en algunos casos, impotentes, frustrados, ante la abierta negativa de sus autoridades, para atender sus demandas de apoyo, auxilio, o su derecho a vivir en armonía y con seguridad.

Los iztapalapenses coinciden con los reportes del CISEN, en donde se reconoce que de los ocho grupos guerrilleros detectados en el país, seis tienen presencia en la Ciudad de México, y entre estos, “algunos vestigios de la extinta Liga 23 de Septiembre” que habrían infiltrado al grupo urbano de “Los Panchos Villa”, dicen residentes de la demarcación, aunque el presidente de Comisión de Seguridad de la Asamblea Legislativa, José Gonzalo Espina, lo niega y asegura que no existe información oficial al respecto.

Guerrilla y “leyendas urbanas”, en el Oriente de la Ciudad

Para los habitantes de Iztapalapa, “las únicas células guerrilleras que hay en la Ciudad de México, están en su polígono. “Nos estamos “colombianizando” o “guerrerizando’, con una mezcla de guerrilla y delincuencia organizada o narcotráfico al menudeo”, sostienen.

Rubén y Angelina, con más de 30 años de residencia en las colonias Santa María Aztahuacán y Ejército de Oriente, aseguran que este problema inició con el grupo urbano radical de “Los Panchos Villa”, en las décadas de los ochentas y de los noventas, y los Gobiernos de Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard en la Ciudad de México.

Comentan que el grupo urbano se dividió en tres facciones: el primero, encabezado por un integrante llamado Eli Homero Aguilar, hombre que estableció un puente de contacto entre los movimientos urbanos de la capital y elementos vinculados a la guerrilla centro y sudamericana.

“Estos movimientos -continúan-, sentaron sus reales en la zona oriente de la capital, donde existe un lugar llamado Fuerte Loreto, por la colonia Guelatao, y se estableció una central de carga, tomada desde hace 25 años y convertida en un emporio, para abastecer gasolina en forma clandestina a diferentes rutas de peseras concurrentes”.

Los iztapalapenses aseguran que dicha área también la utilizaban para el intercambio de diversas mercancías ilícitas, y como zona de albergue u hospedaje de instructores de dichos grupos subversivos, “estableciéndose además los cobros por derecho de piso y los secuestros, principalmente en un predio de la Sierra de Santa Catarina, tomado por narcos y donde nadie entra”.

“Son vestigios, -remarcan- de la “Liga 23 de Septiembre”, encabezados por un tal Rafael Sarmiento, y estas células, a su vez, se coaligaron con otro movimiento popular, cuyo dirigente incluso, fue encarcelado en su momento. Aquí se les conoce como grupos de choque no como guerrilla, están armados e Iztapalapa ya está lleno”.
Reconoce Cisen presencia de grupos armados en la ciudad; ALDF, la niega

En uno de sus reportes, el Cisen reconoce la existencia de los grupos armados Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), al Comando Jaramillista Morelense (CJM), la Coordinadora Guerrillera Nacional José María Morelos (CGN), Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR), Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP), el Comité Clandestino Revolucionario del Pueblo (CCRP), el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) y el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

El Centro de Investigación y Seguridad Nacional, es un órgano de inteligencia civil al servicio del Estado, cuyo propósito es generar inteligencia estratégica, táctica y operativa, para alertar y proponer medidas de prevención, disuasión, contención de riesgos y amenazas que pretendan vulnerar el territorio, la soberanía y el orden constitucional, aunque desde la irrupción del EZLN en 1994, su eficiencia operativa ha estado en duda.

Y en unos de sus documentos desclasificados, el Cisen resalta el surgimiento de algunas ramificaciones de estas expresiones paramilitares, y a seis de éstas -EPR, EZLN, ERPI, FARP, TDR y CJM-, se les ubica como con presencia en la Ciudad de México.

Con algunas partes testadas, otro de los expedientes hace referencia “a grupos armados en el Distrito Federal”. En éste, el Cisen admite la existencia de “escisiones” de la guerrilla en el centro del país, con lo que algunos analistas estiman que el organismo dependiente de la Secretaría de Gobernación “supera la idea que éstas (fuerzas) no existen”.

Sin embargo, entrevistado por este diario al respecto, el presidente de la Comisión de Seguridad de la ALDF, José Gonzalo Espina, admite que la comisión legislativa local no ha realizado ninguna labor de campo a Iztapalapa, pero rechaza la posible presencia de grupos armados en la demarcación y pide “ser muy responsables en el suministro de la información”.

“Yo -dijo-, sería el primero en denunciar este problema, si lo tuviéramos palpable. Yo mismo he hablado con el Procurador capitalino, con el Secretario, y no hay delincuencia organizada o este tipo de grupos delictivos, puesto que no hay carteles que operen como operan en otros Estados”.

El legislador panista subraya que “por supuesto hay delincuencia, pero en realidad hoy por hoy, no hay algo formalmente que nos haga decir que existen estos grupos operando en la Ciudad de México”.
Inercial crecimiento criminal en calles de la demarcación

Desde 2015, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, en ese orden, han sido las delegaciones donde se ha registrado el mayor número de homicidios dolosos, y donde se iniciaron más de 50 por ciento de las averiguaciones por asesinatos.

En el documento “Datos de incidencia delictiva del fuero común municipal 2011-2015” del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) se establece que en los primeros diez meses de 2014 se iniciaron en esa jurisdicción 127 averiguaciones previas por el delito de homicidio doloso.

Sin embargo, en el mismo periodo de 2015, la cifra de investigaciones por muertes intencionales sumó 145. En el caso de la GAM, durante el periodo referido de 2014 se iniciaron 102 averiguaciones previas por homicidio intencional, que para 2015 aumentaron a 133.

No sorprende que con base en los últimos informes de la Procuraduría capitalina y el SESNSP, se reporte que durante el periodo de julio de 2015 a junio de 2016, en Iztapalapa se hayan registrado 27 mil 130 delitos, a un promedio de 75.9 ilícitos diarios y cerrar con dos mil 278 ilícitos el mes de junio del presente año.

De acuerdo a dichos informes, en el primer semestre de 2016, este polígono delegacional sufrió 13 mil 500 delitos, con un 20 por ciento de ilícitos de alto impacto, lo que lo mantiene como una de las demarcaciones con más violaciones a la ley.

Con esta tendencia al alza, 2016 ya es el año más violento del sexenio del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ya que en el primer semestre se registraron 477 asesinatos, es decir, un aumento del 8 por ciento, respecto el mismo periodo de 2015, con un crimen cada nueve horas.
Nula respuesta de autoridades a demandas en juntas vecinales

De acuerdo a las relatorías de hechos de las mesas de trabajo vecinales sobre seguridad pública en la delegación, se ha solicitado el retiro de vehículos chatarra en la calle Primera Cerrada de Margaritas y Callejón de Margaritas de la colonia Palmitas, por la obstrucción del drenaje e insalubridad que provoca, pero la delegación Iztapalapa no ha dado respuesta.

En la secundaria “Federico Froebel” Número 98, por la Unidad Habitacional Santa Cruz Meyehualco y en la colonia Lomas de Santa Cruz, predomina un clima de robos y asaltos ante la escasez de vigilancia y patrullajes. “Se ha solicitado a la delegación visitas de verificación a diversos negocios en donde se venden bebidas alcohólicas, sin obtener respuesta alguna”.

Durante una mesa de trabajo de la junta vecinal de la Unidad Habitacional las Rosas, ubicada en Avenida Fuerte de Loreto, colonia Ejército de Agua Prieta, se planteó la extrema inseguridad al interior y al exterior del inmueble, por la falta de patrullajes tanto de la delegación como por parte de la SSP.

En la secundaria Manuel Acuña Número 306, también de la colonia Palmitas, se han reportado múltiples robos y se han solicitado cámaras al interior del plantel y la colocación de un botón de emergencia.

Con fecha 25 de febrero de 2015, se envió oficio al secretario de Seguridad Pública central, Hiram Almeida Estrada, solicitándole mayor seguridad y cámaras en la colonia, para frenar la ola de robos con arma de fuego y armas punzo cortantes.

“En múltiples ocasiones y a diferentes autoridades se les ha hecho entrega de un disco en donde se aprecian los rostros de los asaltantes, pero a la fecha no se ha dado respuesta alguna por parte de autoridad delegacional ni de la SSP”, se indica en la minuta. (Continúa)






(Tomado de https://elsoldemexico.com.mx/mexico/383180-iztapalapa-nido-de-guerrilleros-cisen)

domingo, 3 de mayo de 2015

EPR: El grupo guerrillero más antiguo de México y América Latina.

 

 La historia del EPR

Al sur de México, en la Oaxaca de los años sesenta, a un pequeño grupo de jóvenes que por lamañana trabajaban como burócratas en la Secretaría de la Reforma Agraria y por la tarde formaban parte de la Liga Leninista Espartaco (LLE),
los sueños revolucionarios de la década se les metieron en la cabeza. Buscaron campesinos para asesorarlos en la lucha por la tierra, reclutaron estudiantes para tareas de agitación y empezaron la organización de obreros y colonos inspirados en los aires de la doctrina de liberación nacional, que por entonces recorrían América Latina. El triunfo de la revolución cubana en 1959 y la guerra estadunidense inicia
da en Vietnam en 1964 fueron el telón de fondo para la creación de su organización clandestina que, casi medio siglo después, continúa operando bajo el nombre de Ejército Popular Revolucionario (EPR), el grupo guerrillero más antiguo de México y del continente americano junto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En sus 47 años de historia, la organización político-militar que, en contraste con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), fue definida por el gobierno del PRI e incluso por analistas independientes como “la guerrilla mala”, tuvo otros dos nombres antes de usar el de EPR. Los jóvenes que fundaron el grupo —en buena parte miembros de la familia Cruz Sánchez, originaria del centro histórico de la ciudad de Oaxaca— inicialmente lo nombraron Organización Revolucionaria Clandestina (ORC).

“Un poco más de historia”


Un extenso e inusual documento emitido por la Comandancia General del grupo, titulado “
Un poco más de historia”, relata el origen y el transcurrir de la agrupación armada, cuyo histórico hermetismo le ha permitido seguir operando en el país, como sucedió de forma notoria en 2007 y 2008, cuando realizó una serie de actos de sabotaje contra instalaciones de Pemex sin que, hasta la fecha y pese a los amagos públicos del presidente Felipe Calderón, haya sido detenido uno solo de los participantes. En la acción exigían la presentación de sus militantes desaparecidos, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez, éste último hermano de Tiburcio Cruz Sánchez, fundador y actual líder eperrista.

Los otros fundadores del grupo armado, que hoy tienen poco más de 60 años, desde sus primeros días guerrilleros tuvieron como táctica relacionarse con la mayor cantidad posible de luchas sociales del sur del país, aunque desde entonces preferían permanecer detrás de los reflectores, “
o sea sin aspavientos ni actitudes histriónicas, sin importar que los que estaban a la cabeza de sus organizaciones se llevaran el prestigio y las palmas”. Su objetivo era sembrar las semillas de la revolución al organizar el descontento que existía. El grupo comisionaba a ciertos militantes para estar en cualquier movimiento que surgiera, sin importar que fuera del Partido Comunista Mexicano (PCM), la LLE u otras organizaciones.

Uno de sus primeros éxitos dentro del mundo de la izquierda subterránea fue el haber impulsado la
Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED), en Guanajuato, estado en el que, debido a la importante ascendencia de los cristeros, algunos dirigentes comunistas del Distrito Federal creían que no se podía hacer nada.

Sin embargo, el núcleo eperrista pudo hacer mítines, manifestaciones, recolectar dinero por medio de boteo y ayudar a que crecieran organizaciones juveniles de izquierda en el Bajío, algo tan sobresaliente como ver orquídeas en el desierto. En otros estados pudieron adquirir posiciones de influencia en federaciones estudiantiles, donde reclutaron a nuevos miembros que aunque públicamente se asumían como priistas les decían a los eperristas que ellos iban a transformar al PRI desde dentro, lo cual hizo que se ganaran el apodo de Los dentristas.

Los jóvenes guerrilleros viajaban por todo el país y se sumaban a luchas en las que veían la posibilidad de esparcir la semilla revolucionaria. El primer movimiento importante en el cual participaron fue uno acontecido en la Universidad Nicolaíta de Michoacán, donde pudieron establecer nuevos contactos en escuelas normales rurales y universidades públicas. En esos días, el líder
Efrén Capíz fue aprehendido, por lo que los eperristas, mediante la CNED, organizaron una Marcha de la Libertad que partió de Dolores Hidalgo, Guanajuato, en la que demandaban su libertad. Los manifestantes avanzaron hasta Valle de Santiago, donde el Ejército los esperaba. Los soldados se abalanzaron sobre ellos y los subieron a decenas de autobuses. Los trasladaron a cuarteles militares y, entre amenazas y cachetadas, les tomaron sus datos y luego los dejaron en libertad.

En esa ocasión, los eperristas fueron reprimidos no sólo por los soldados, sino también por sus propios compañeros de marcha, quienes los increparon por repartir las tesis de
Ernesto Che Guevara entre los manifestantes. Tras abandonar la prisión, los jóvenes eperristas sostuvieron una reunión con la cúpula del PCM, en la cual los dirigentes se burlaron de ellos llamándoles anarco-castro-guevara-aventureros. La separación de los eperristas de los sectores de la izquierda más conocida (que hoy forman parte del PRD o apoyan al EZLN) comenzó allí, y se ahondó luego de Tlatelolco en 1968, cuando los eperristas ya eran catalogados como “ultras”. El núcleo se refugió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y trató de aumentar su presencia en las universidades de Oaxaca, Guadalajara, Morelia y Sinaloa. Cuando se incrementó la represión tras 1968, los eperristas tuvieron que dejar las universidades y se fueron a trabajar en pequeñas comunidades rurales, en muchas de las cuales aún cuentan con un respaldo que ha permitido que ninguno de sus dirigentes fundadores sea detenido.

Los setenta: Surgimiento de la ORCUP


En los años setenta, el núcleo eperrista se alió con otro pequeño grupo de nombre Unión del Pueblo, en el que había jóvenes que se pronunciaban por la lucha armada.
La Organización Revolucionaria Clandestina pasó a ser la: Organización Revolucionaria Clandestina-Unión del Pueblo (ORCUP). En esta nueva fase formó el Frente Estudiantil Revolucionario (FER) y enfocó su trabajo en repeler organizadamente a grupos paramilitares de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) y en la creación de bufetes jurídicos populares para asesorar legalmente a campesinos. En ese entonces, en el mundo de la izquierda subterránea, los eperristas ya no eran tildados de “ultras”, sino como “policías de la CIA”. Un grupo llamado Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) formó un comando para asesinar a los fundadores eperristas, aunque nunca lo consiguió. Ante la persecución gubernamental y la de otros grupos subversivos, los eperristas apuntalaron todavía más su vida clandestina: sus integrantes fueron acusados de ser miembros infiltrados del ORCUP, como si efectivamente fueran agentes enemigos pertenecientes a la CIA.

La Liga Comunista 23 de Septiembre, la agrupación más consolidada de esa década, determinó en su momento que los eperristas tenían que ser ajusticiados por ser una tendencia “campesinista” y por colaborar con la policía. Para revertir esto, los eperristas buscaron al dirigente de la Liga, Ignacio Salas Obregón, Oseas, con quien fumaron la pipa de la paz.

A la par, mediante el nombre de
ORCUP los eperristas alentaron el desarrollo de escuelas populares. Entre los militantes más destacados que murieron en esa década se encuentra Joel Silva Aréstegui, apodado El Panterita, torturado, asesinado y desaparecido. Otros fueron Gastón Erudiel y Ricardo Pérez Hernández, muertos en diferentes circunstancias. Fue en estos años cuando los eperristas montaron la mayoría de sus escuelas de educación política militar, a donde asistían tres o cuatro organizaciones y grupos.

A finales de los setenta, los eperristas se reunieron con otro grupo de guerrilleros que habían estado al lado de
Lucio Cabañas cuando éste cayó durante un enfrentamiento con el Ejército en las montañas de Guerrero. Aunque habían militado en las filas del grupo de uno de los líderes míticos de la guerrilla contemporánea en México, los integrantes del Partido de los Pobres desconocían lo que era un lineamiento político y el estudio de la filosofía marxista. De acuerdo con los fundadores eperristas, les dieron sus documentos para que los leyeran y discutieran un proyecto en común. Al final, varios de los guerrilleros campesinos se sumaron al núcleo eperrista.

Los ochenta: Nacimiento del PROCUP-PDLP


En 1981 se dio la integración formal de los colaboradores de
Lucio Cabañas al EPR. Esto se dio a conocer en una entrevista con el periodista Mario Menéndez Rodríguez, de la revista ¡Por esto!, en la cual los eperristas se presentaron ya no como una organización sino como un partido. Así como aumentaba el número de sus integrantes, crecían las siglas que los identificaban: Partido Revolucionario Obrero Clandestino-Unión del Pueblo-Partido de los Pobres (PROCUP- PDLP).

Pero siguieron siendo satanizados. “
Decían que no existíamos, haciendo eco de ello la mayoría de los medios de difusión conjuntamente con los articulistas; los que nos calumniaban no sólo nos difamaban sino también destruían nuestra propaganda en las manifestaciones, acusándonos hasta de sus propias desgracias personales; pero ahí estábamos”. En este proceso, los eperristas acusaron al resto de los miembros de la izquierda radical de oportunistas. “Muchos de ellos lo fueron y el tiempo nos dio la razón”.

Durante las insurrecciones de Nicaragua y El Salvador, los eperristas apoyaron no sólo con presencia sino también discutiendo con sus representantes sobre estrategia y táctica militar y política. Pero también exportaron a Centroamérica sus desencuentros con la izquierda. En El Salvador se pelearon con las Fuerzas Populares de Liberación debido al asesinato de
Mélida Anaya Montes, la Comandante Ana María, y del suicidio de Salvador Cayetano Carpio, el Comandante Marcial, así como por el nombramiento de un miliciano de nombre

Los noventa: Surgiemiento del  EPR y las diásporas


A principios de los noventa, los eperristas decidieron concentrar sus esfuerzos revolucionarios en Guerrero. Militantes de distintas partes del país fueron enviados a reforzar la lucha que se daba ahí, y lo que encontraron fue una gran falta de trabajo político en las zonas rurales, así como violaciones sistemáticas de los lineamientos del grupo por parte del comisionado nacional y de un dirigente del comité estatal. De acuerdo con los fundadores eperristas, las comunidades no estaban estructuradas, las columnas guerrilleras estaban separadas de las comunidades y pocas familias colaboraban con ellos. Durante esta etapa se empezaron a dar choques entre los eperristas enviados y los locales de Guerrero, que de acuerdo con los fundadores fueron “resultado de una forma sociológica de ser y del nulo trabajo de formación política e ideológica”.

Pese a ello se empezó a levantar el trabajo y se fue desarrollando el lineamiento de la comandancia eperrista, a la vez que se organizó a pueblos enteros y se implementaron normas estrictas de clandestinidad. El primero de enero de 1994, el alzamiento del EZLN en Chiapas no tomó por sorpresa a los eperristas, ya que desde años anteriores los zapatistas ya eran conocidos por la base del EPR. Proletario, el periódico clandestino del grupo, se repartía en comunidades indígenas y, según los fundadores eperristas, fueron unos militantes de la organización los que derribaron la estatua de Diego de Mazariegos en Chiapas, conocido como el gran acto público que precedió el alzamiento armado de los zapatistas.

Como dictaba la línea original eperrista, el grupo hizo algunas acciones armadas en apoyo a los zapatistas con el fin de detener la ofensiva militar del Ejército mexicano, pero en los meses siguientes el subcomandante Marcos se desmarcó del grupo. “¡Oh, paradoja! nuestra solidaridad no fue bien recibida; tampoco nos quisieron, nos regañaron, y como perritos pateados, para no provocar un mayor ensoberbecimiento en su actitud, no continuamos, porque como siempre —y ya tendrán la oportunidad de leerlo en las entrevistas— a veces nos hemos pasado de... bondadosos”. Cuando los zapatistas convocaron a la Convención Nacional Democrática, algunos eperristas que llegaron a Chiapas no fueron bienvenidos. Se les acusó de lucrar con el nombre del EZLN.

Al año siguiente, los eperristas aceleraron el proceso de organización en Guerrero, luego de que la policía estatal asesinó, el 28 de junio de 1995, a 17 miembros de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), que no eran militantes pero que simpatizaban con la causa.

Poco tiempo después el grupo cambió de nuevo su nombre: de Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo-Partido de los Pobres (PROCUP-PDLP), se convirtió en el Ejército Popular Revolucionario (EPR). Algunos consideraron que era la oportunidad de intentar borrar la historia negra del grupo y estar en la cresta de la ola, en los medios, con los intelectuales, analistas y académicos; otros argumentaron que habían quedado en la orfandad supuestamente teórica desde la caída del muro de Berlín y de la URSS, y decían que no debía mencionarse la palabra “socialismo”.

Lo que sí acordaron fue el cambio de nombre, con el objetivo de “engañar al enemigo y para que el pueblo creyera realmente lo que estábamos planteando”. De acuerdo con los fundadores eperristas, se inventó que el EPR era la alianza de 14 organizaciones, cuando en realidad eran las estructuras del PROCUP-PDLP.

El 28 de junio de 1996, un año después de la masacre de Aguas Blancas, se hizo la presentación pública del
EPR, y el 28 de agosto de ese mismo año el EPR lanzó una ofensiva fracasada en Oaxaca y Guerrero. Para justificar esta derrota, que provocó detenciones y represión en regiones donde tenían amplia base social, los fundadores eperristas literalmente dicen: “En el transcurso del desarrollo de los planes partidistas se empieza a descubrir que algunos responsables de los estados mentían porque —dentro de su lógica— según la cantidad de supuestos cuadros que tenían eran sus necesidades y las teníamos que satisfacer, se descubrió que algunos de éstos estaban satisfaciendo sus necesidades personales y que no vivían de una manera austera o como algunos otros compañeros que casi vivían miserablemente, sino que su vida la satisfacían con la francachela, amén de otras situaciones de corrupción. Eso va agudizando la crisis porque para esconder todo esto se amparaban en una supuesta posición política, por la facilidad que había dado el partido de ampliar el comité central, pero la mayoría de los integrantes no respondía a tener la capacidad ni la disposición de serlo, creyendo que al serlo iban a tener prebendas y desahogos económicos, pero al estar dentro del CC, ven el trabajo, el esfuerzo, la discusión y la disposición de trabajo y se amparan en una supuesta intención de horizontalidad para poder hacer, sin consultar a nadie, situaciones que se podían hacer, siempre y cuando participara la seguridad del partido (su inteligencia), y va haciendo cada quien lo que le satisface personalmente, violando principios hasta llegar a ‘ajusticiar’ a personas que creyeron eran policías”.

El fracaso de la ofensiva derivó en una crisis interna y en la primera diáspora importante del eperrismo: Jacobo Silva Nogales, el Comandante Antonio, abandonó la organización junto con otros dirigentes eperristas de Guerrero, con quienes fundó el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), el cual se quedó con el control de comunidades guerrerenses y oaxaqueñas. El siguiente éxodo importante del eperrismo empezó en 1999, cuando un grupo de los militantes mejor entrenados militarmente decidió crear una corriente independiente dentro del EPR bajo el nombre de Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR); pero en los dos años siguientes la tensión aumentó y el grupo, conformado por cerca de 50 miembros conocidos en la izquierda subterránea como Los Rambos de la guerrilla, dejó definitivamente el eperrismo.

Conforme ha pasado el tiempo, tanto el ERPI como la TDR se han acercado más a las posiciones del EZLN y el poder popular, al grado de que en 2006 anunciaron que se sumarían a “La otra campaña”. En tanto el EPR, en diversos comunicados emitidos en 2005 y 2006 y de cara a los comicios presidenciales, expresó un reconocimiento especial a Andrés Manuel López Obrador y se pronunció a favor de que los grupos guerrilleros estuvieran en donde están las masas. Pero una de las diferencias notorias entre los eperristas y la TDR es la realización de asaltos y secuestros como parte de la táctica guerrillera: mientras que los eperristas rechazan en sus documentos estas acciones, el grupo escindido las reivindica, e incluso se le atribuyó el plagio de Diego Fernández de Cevallos, lo que provocó que el último comunicado emitido por el EPR en 2010 fuera una crítica indirecta a la TDR por el uso de dicha táctica.

Gloria Arenas Agis, quien formó parte del EPR y luego de la fundación del ERPI, relata en el libro de John Gibler México rebelde —que publicará Random House-Debate en julio de este año— que la escisión eperrista se debió, entre otras razones, al discernimiento entre “grupo” y “movimiento” armados. Arenas, quien llegó al EPR como parte del grupo que trabajaba en Guerrero, equipara lo vivido por su equipo con lo que el subcomandante Marcos dice sobre el EZLN: “Uno llega de vanguardia a elevar la conciencia de la gente, y la gente se va a unir a ti, tú eres la vanguardia; tú vas a guiar a la gente y a tomar el poder. Esto choca con las comunidades indígenas y sus tradiciones de democracia comunal, y también choca con los movimientos sociales que han enfrentado asesinatos y desapariciones y que ‘siguen’ peleando sin doblegarse ante el miedo. Teníamos que cambiar nuestra idea de que los movimientos sociales son formas inferiores de lucha y que los movimientos armados son formas superiores de lucha; y teníamos que cambiar nuestra idea de que los movimientos armados iban a aparecer en escena para guiar a los movimientos sociales”.

Sobre sus antiguos aliados, los eperristas anotan: “La unidad fortalece, pero esa unidad es sobre discusiones, sobre argumentos, porque no podrá ser por rencores, y eso que nos han tratado de lo peor, porque también tenemos muchos compañeros asesinados, porque nuestros indígenas no desean que les paguen el maltrato o el racismo, ellos se han estado ganando un lugar con sus principios y con sus capacidades para que sean respetados, porque se han dado cuenta que no todos sus usos y costumbres son adecuados, que aunque hayan sido catequistos —como decimos entre nosotros— no son ángeles ni querubines porque no somos absolutamente puros, ya que estando dentro de un sistema como el nuestro, también existen los que se enriquecen a costa de su propia gente, abigeos y un sin número de actos delincuenciales porque se les ha hecho más fácil adoptar los vicios del capitalismo que luchar contra él”.

En uno de los tramos finales de su escrito “Un poco más de historia”, los eperristas, “la guerrilla mala”, destacan: “Violamos un principio fundamental de nuestro lineamiento político porque antes de tener una actitud ante el enemigo, valiente y capaz, debemos tener una actitud ante la vida, para transformar al mundo tenemos que transformarnos nosotros mismos en cada uno de nuestros actos de la vida cotidiana, y eso intentamos, y decimos intentamos porque el revolucionario solamente se sabrá si lo es o lo fue, hasta el último suspiro de su vida”.

Esta nueva guerra entre eperristas y sus antiguos camaradas podría añadir más violencia a la que existe actualmente.





Tomado de  http://www.expresiontotal.com/periodismo-digital/epr-el-grupo-guerrillero-mas-antiguo-de-mexico-y-america-latina/itemid-215

jueves, 11 de julio de 2013

ERP: la nueva guerrilla mexicana (análisis)


Sin hacer mucho ruido, y usando canales de comunicación serios, la semana pasada supimos del primer comunicado de una nueva guerrilla mexicana: el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que se autodenomina una escisión del Ejército Popular Revolucionario (EPR). No sabemos el tamaño del grupo que se separa y si es determinante en el equilibrio de fuerzas eperrista, pero sí revela un estado de cosas que pasan en el México rural e insurgente, que pocas veces es conocido por la opinión pública.


No es la primera escisión que sufre el grupo armado: TDR y ERPI fueron primero. Los escindidos de ahora culpan al EPR de mantener una cerrada postura conservadora de los principios marxistas-leninistas y de ser burócratas revolucionarios. Y hacen acusaciones graves, como que el núcleo duro de militantes del EPR persigue a los disidentes y pretende ejecutarlos; así como de que viven “de manera excéntrica, distinta al pueblo”.


Dan a entender que los dirigentes eperristas son tan cerrados que no hablan el lenguaje de los campesinos, ni pretenden hablarlo. “Los compañeros (que ustedes consideran como de medio pelo), decidimos optar por mantener nuestra línea marxista-leninista bajo un lenguaje acorde al entendimiento de nuestras bases.” Y dicen que “para como están las cosas” en el país no pretenden quedarse cruzados de brazos y que buscan impulsar una verdadera revolución.


Ya se defenderá el EPR, vía epistolar, pero por lo plasmado por estos guerrilleros disidentes se desprenden varias consideraciones: que hay un núcleo duro muy conservador el frente del EPR, que se ha hecho viejo;  que en paralelo hay un núcleo campesino con un ánimo de más beligerancia revolucionaria que desea insurreccionarse ya; que tienen un fuerte componente guerrerense, por las referencias al ERPI y a la masacre de Aguas Blancas; que la brecha generacional entre dirigencia y tropa se ha ensanchado con el tiempo y el relevo generacional en la ya vieja guerrilla es probable.


¿Cómo puede esto reflejarse en la cotidianeidad social mexicana? Mediante acciones guerrilleras más espectaculares en los próximos meses, generadas por estos campesinos jóvenes, radicalizados, cansados de ser una guerrilla de papel, muy posiblemente con epicentro en Guerrero, estado al que ya no le falta nada para ser un Estado fallido.


En un mundo globalizado es altamente creíble que las revueltas sociales del mundo, alzadas en contra del neoliberalismo mundial, y aun los anarquistas chilangos que desde el 1 de diciembre pasado no desaprovechan ninguna marcha para descargar lo que llaman su rabia, sean un escaparate y ejemplo envidiable para quienes pretenden cambiar su pobreza atávica por la vía armada.


Esto representará mucho trabajo para los encargados de la seguridad nacional del Estado mexicano en los meses por venir, pero debería ser mucho mayor para los encargados de cerrar la brecha económica y la inequidad social en el país.Mientras eso no se consiga, seguiremos bajo el estigma ya visualizado por Carlos Montemayor, de la guerrilla recurrente, que no ha dejado de existir en el país desde cuando menos 1964.    

 

*Periodista

ajimac@gmail.com

@ajimac

viernes, 4 de enero de 2013

La viabilidad de una alianza guerrillera en México (análisis)


Tomado del blog Revolución Tres punto Cero http://bit.ly/UpoQUU

3 enero, 2013

La viabilidad de una alianza guerrillera en México

Por Angie López
 
El país se ha visto envuelto en una serie de brotes regionales de levantamientos armados que según publicó el Blog de Oaxaca, ya están siendo investigados por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), dada la posibilidad de una serie de alianzas entre grupos armados y rebeldes.
El EZLN es el levantamiento armado más conocido, pero existen muchos otros con influencia en distintas regiones del país.
 
El Sol de México publicó el 31 de diciembre en su columna Así lo dice La Mont, que en Guerrero existe la posibilidad de la conformación de una Coordinadora Nacional Guerrillera (CNG) que agrupe a los diversos levantamientos que existen en la región de La Montaña, Costa Chica, Costa Grande, así como sectores suburbanos de Acapulco y Chilpancingo.
 
De acuerdo con tal publicación, la CNG no se limitaría exclusivamente a Guerrero, sino que ejercería su influencia en Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí, Michoacán, Estado de México, Chihuahua y Baja California.
 
Se comenta que según información procedente del Centro de Inteligencia de El Paso, Texas, es posible que para 2014 surja una narco-guerrilla, que en caso de concretar alianzas, puede convertirse en una amenaza para la seguridad nacional, al llevar a cabo ataques contra instalaciones estratégicas y bases militares.
 
Existen también guerrillas indígenas, como la Triple Alianza Guerrillera Indígena Nacional, que reúne a tres grupos armados de Oaxaca, Guerrero, Morelos, Estado de México y Chiapas. No existe acuerdo con respecto a las características de este grupo, principalmente a su dirigencia, ya que existen versiones contradictorias, pero se supo de su existencia y sus intenciones unificadoras a través de un manifiesto que dieron a conocer en abril de 1999.
 
Pese a expresar su intención de atacar al gobierno, el grupo no cuenta con formación militar, por lo que aún faltan un par de años para que pudiera iniciar a operar con base en sus objetivos.
 
El grupo armado más conocido en las partes bajas de Guerrero es el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), aunque existen otros grupos en el nudo mixteco, ubicado en la Sierra Madre del Sur. EL ERPI surge como resultado de una separación del EPR, grupo guerrillero que luchó en los años 70 y 80. Sus principios son “el compromiso con el pueblo, la soberanía popular, la democracia, la flexibilidad y el humanismo”.
 
Sin embargo, existen otros grupos rebeldes cuya finalidad no es atacar al gobierno, sino que luchan por la autonomía, el respeto a los derechos humanos y el mejoramiento de las condiciones de vida de los pueblos al margen, mas no en contra del gobierno.
 
Por su parte, el EPR, que surgió en defensa de los campesinos asesinados en Aguas Blancas en 1995, sigue vigente en Acapulco, Chilpancingo y en el denominado “corredor rebelde”, que incluye localidades como Coyuca, Tepetixtla, Atoyac, Tecpan de Galeana y Petatlán, así como otras comunidades en la sierra.
 
Además, hay otros grupos como el Comando Justiciero 28 de Junio (CJ28J) “Mientras la acción política de las organizaciones, frentes y partidos de izquierda no se agote; mientras los resquicios legales existentes no sean agotados en la lucha y mientras el gobierno y sus personeros (aun los esbozados en la izquierda) no nos toquen, el Comité Clandestino Revolucionario de los Pobres del CJ28J se mantendrá en la etapa de Autodefensa Armada”.
 
Está también Tendencia Democrática Revolucionaria – Ejército del Pueblo (TDR – EP), grupo que fue acusado del secuestro al Jefe Diego, surge como una escisión del EPR y actualmente cuenta con una presencia militarizada en la región de Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Jalisco.
 
El TDR-EP tiene vínculos con la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), la Brigada de Ajusticiamiento-2 de Diciembre (BA-2D) el Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos (MR-LCB), la Organización Insurgente 1º de Mayo (OI-1º M) entre otros, con los que conforma la Coordinación Revolucionaria.
 
Por su parte, las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP), quienes en el 2000 detonaron un explosivo en las inmediaciones de oficinas gubernamentales en Puebla, así como tres bombazos en sucursales de Banamex en 2001 (como protesta por su venta a Citigroup), no han tenido actividad significativa desde el 2002, pero continúan existiendo.
 
Se calcula la existencia de aproximadamente 70 grupos rebeldes. En su mayoría no pretenden derrocar al gobierno, sino presionar para que las condiciones de vida de los grupos más vulnerables puedan mejorar, como es el caso de los indígenas.
 
Está también el caso de Cherán y Urapichu, quienes en “sus pasos de autodefensa y la búsqueda de la libre determinación, para proteger ellos mismos a sus familias y sus recursos naturales” han optado por la vía armada como defensa y no como ataque.
 
Habrá que ver si efectivamente estos movimientos encuentran útil la posibilidad de aliarse para articular acciones conjuntas que tengan mayor peso en la modificación de las políticas públicas que afectan o ignoran a millones de mexicanos. De ser así, falta ver si su organización logra llevarse a cabo, así como la influencia que pueden alcanzar en el país, así como las consecuencias.

lunes, 9 de agosto de 2010

TDR admite secuestro de empresarios

El 22 de abril de 2009 publiqué en El Universal una entrevista digital que hice al grupo Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR), a quien diversos rumores responsabilizan ahora del secuestro de Diego Fernández de Cevallos.

Como he insistitdo, no existe más datos duro de la posible vinculación de grupos armados con dicho secuestro, pero es un hecho que cuando menos TDR tiene abierta esa posibilidad y explica sus razones:

La Coalición Revolucionaria (CR), que encabeza el grupo guerrillero Tendencia Democrática Revolucionaria- Ejército del Pueblo (TDR-EP), considera válido secuestrar empresarios para financiar sus actividades, ya que, desde su punto de vista, toda gran fortuna está cimentada en el crimen, y avala prácticas similares de grupos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que allá cobra impuestos a narcotraficantes y corporaciones multinacionales.

En entrevista digital con este diario señala que, “partiendo de que toda gran fortuna está cimentada en el crimen, gravamos la gran explotación asalariada mediante la captura y la retención física de empresarios capitalistas, con base en un código que nos obliga a respetar su la integridad física y moral”.

La CR dice que es sabido que los guerrilleros colombianos capturan a civiles y militares que apoyan al gobierno, reteniéndolos como prisioneros de guerra, pero siempre dentro de lo que califican como el marco de una estrategia de liberación nacional y de la construcción de una sociedad socialista.

Aun así, deslinda a las FARC de participar directamente en el tráfico de drogas, afirmación que le parece forma parte de una estrategia política y mediática instrumentada por la “mafia gobernante colombiana”, a fin de desacreditar , aislar y golpear a esta organización revolucionaria.

Sobre la guerra que se lleva a cabo en el país en contra del narcotráfico, TDR-EP considera que no es real, que más bien es una máscara con que las distintas mafias gobernantes pretenden ocultar su participación en este lucrativo y criminal negocio, y disfrazar su sesgada intervención en la guerra de las drogas.

“Como ejemplo podríamos mencionar la protección de los Salinas al cártel del Golfo y la de los gobiernos de Fox y Calderón al de Sinaloa. En esta disputa por las plazas, las principales tajadas están entre gobernadores, senadores, diputados, funcionarios del gobierno federal y altos mandos policiacos y militares”.

Señala que la “supuesta” lucha contra el narcotráfico en México y en otros países ha sido la cortina de humo desde la que se han tratado de enmascarar acciones represivas y contrainsurgentes.

Sobre la posibilidad de que los grupos armados se unan en un esfuerzo común, asegura que, en tanto objetivo estratégico, la unidad de las fuerzas revolucionarias rebasa la coyuntura actual y tendrá que irse dando paulatinamente.

Reconocen los avances de organización social que ha alcanzado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en sus territorios y consideran que en Oaxaca se está dando un reflujo de la lucha popular, luego de que la APPO fuera debilitada por las acciones represivas de Ulises Ruiz.

TDR-EP surge como una escisión del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en agosto de 1999, y se encuentra a la cabeza de un grupo de comandos guerrilleros de índole estatal.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Son guerrilleros, dice Onésimo

Ya salimos del apuro y no tenemos por qué quebrarnos más la cabeza. El obispo de la Diócesis de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, concluye e ilustra que “más que al narcotráfico, el país enfrenta a guerrillas disfrazadas de narco, de lo cual ya se había alertado y nadie hizo caso. Ya tenemos al lobo encima y es bravo”.
Y abundó: “Evidentemente con la ayuda del Ejército y la Marina se van a hacer muchísimas cosas… pero debemos poner más énfasis, y esa es la labor del Presidente, en los grupos guerrilleros que están descuidados, pero primero hay que admitir que existen.

“Ya se había alertado al gobierno de la presencia de la guerrilla, que cada vez se estaban armando más, que había una incursión muy grande de armas en el país… pero que todo se quedó en eso y nadie hizo caso porque creyeron que no tenía sentido”.

O sea que los 28 mil muertos que reporta el Cisen que van en esta lucha en el sexenio son causados por EPR, TDR, ERPI, las Milicias Flores Magón, las FARP, el Comando Jaramillista, etcétera, quienes tendrían más fuerza, capacidad de fuego y poder territorial que los Zetas, o que los cárteles del Golfo y Pacífico, o que La Familia.

Tal conclusión suena simplista y no concuerda con lo que afirman en su media lengua de filtraciones y rumores los órganos de inteligencia federal. Tampoco guarda relación directa con el accionar de los grupos. No he escuchado a ningún un detenido de los Zetas afirmar que su lucha es política y para derrocar al régimen.

Tampoco se percibe que los comunicados de EPR, por ejemplo, reivindiquen el trasiego de drogas como actividad revolucionaria. Lo más que han hecho en tal sentido es respaldar a las FARC de Colombia, que sí viven de eso.

Si Onésimo sabe algo, sería bueno que lo compartiera con los órganos de inteligencia federales, no con la prensa.

Si sólo está hablando de oidas, animado más por una fobia personal en contra los guerrilleros, pues tendría que aclarar que es una impresión suya.

Los curas rurales, los de la sierra, los que andan deveras en las comunidades saben muchas cosas de lo que se mueve por ahí; de las inquietudes e inconformidades de la gente; y también saben quién es quién en cada lugar. ¿Será de ahí de dónde sale la información del prelado?

Muy probablemente no. Su círculo de amigos es más de poderosos y potentados. Tiene más afinidad con el dinero, el PRI y el PAN, que con las comunidades de base.

Aun así, se agradece la declaración, pues es sintomática de lo que piensa una parte de esa élite a la que Onésimo pertenece.

Más del caso Diego

De entre tanta pirotecnia de declaraciones; en medio de una cruce de filtraciones sobre el origen de los secuestradores de Diego Fernández de Cevallos, surgió esta semana una voz mesurada y prudente, la de Jorge Lofredo, quien no se atreve a descartar a ningún grupo armado como perpetrador del caso, pero tampoco a acusar a priori a ninguno y da sus razones.

Recomiendo su lectura en esta liga.

martes, 27 de julio de 2010

Niegan que Alejandro Constantino haya secuestrado a Diego

México, Distrito Federal; a 27 de julio de 2010.

El día de ayer se publicaron en el periódico “El Universal”, en la columna del periodista José Cárdenas, los diversos rumores que sobre el posible secuestro del ex senador Diego Fernández de Ceballos circulan en los pasillos de la Secretaría de Gobernación. El día de hoy en el periódico La Jornada, el periodista Alfredo Méndez retoma una de las varias versiones o hipótesis que se filtran de la Procuraduría General de la República.

Una vez que en una de dichas hipótesis se menciona que podría ser un grupo guerrillero mexicano el autor del aparente secuestro del licenciado Fernández de Ceballos y además se menciona que mi hermano Constantino Alejandro es miembro de una organización insurgente, considero necesario hacer los siguientes comentarios:

1. Nuevamente desmiento las diversas versiones que pretenden en algunas ocasiones que mi hermano Constantino Alejandro es el “Jefe militar del Ejército Popular Revolucionario” y en otras dicen que es “el Comandante José Arturo de la Tendencia Democrática Revolucionaria”, versiones absurdas y falsas. Mi hermano fue un participante del movimiento democrático universitario en la ciudad de Oaxaca en los años 1976-77 y a raíz de su participación en una organización democrática en la cual luchamos por una universidad crítica, científica, democrática y popular, fue víctima de una agresión por grupos porriles vinculados al PRI y recibió un disparo en el pecho que le lesionó el corazón y un pulmón, sufrió dos paros cardiorrespiratorios cuando era trasladado en una ambulancia del Instituto Mexicano del Seguro Social a un hospital de dicha institución y las secuelas físicas de dicho percance le harían imposible hacer realidad las hipótesis policiacas.

2. En virtud de que en el año 2006, las corporaciones de seguridad del Estado mexicano después de propalar versiones en relación a los posibles e hipotéticos autores de las acciones de hostigamiento político-militar del EPR contra los ductos de PEMEX, detuvieron sin orden alguna al compañero expreso político Hermenegildo Torres Cruz, considero prudente y necesario manifestar que sería condenable que se repitan dichos palos de ciego en contra de compañeros militantes que realizamos nuestra actividad profesional y política en forma democrática, pacífica, pública y dentro de los marcos constitucionales.

3. A raíz de la mención de mi hermano Constantino Alejandro en el contexto ya mencionado, nuevamente aclaro que soy licenciado en derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, asesoro comunidades indígenas y ejidos en los estados de Oaxaca e Hidalgo, además de víctimas de pederastia y sectores vulnerables de la ciudadanía y milito, al lado de los expresos políticos David Cabañas Barrientos, Hermenegildo Torres Cruz, Italo Ricardo Díaz Díaz, Pablo Torres Hernández, Bonifacio Ramírez Carmona, Rey Venegas Castro y Rubén Díaz Díaz en la Organización Política Izquierda Democrática Popular.

4. Independientemente del rumor que propalan los organismos de seguridad del Estado mexicano, considero oportuno mencionar que indudablemente en nuestro país existen organizaciones insurgentes político-militares y miles de ciudadanos que militan en ellas se han considerado obligados a engrosar sus filas en virtud de las condiciones de represión que prevalecen en México y la falta de apertura para la actividad política pacífica y dentro de los marcos constitucionales. Ante ello considero necesario reiterar el llamado que hemos hecho en la Organización Política Izquierda Democrática Popular, de que es necesario que tomemos conciencia del México profundo y bronco que ronronea más allá de los titulares de los medios masivos de comunicación y nos decidamos por fin a tomar con seriedad ese tema y a construir una patria donde ningún mexicano se sienta obligado a empuñar un arma para conseguir una demanda legítima.

A T E N T A M E N T E

Lic. Felipe Edgardo Canseco Ruiz

lunes, 7 de junio de 2010

Caso Diego: ¿información o propaganda?

8 junio 2010

Sin un solo dato duro que la soporte, se impone ya en la agenda periodística la verdad oficial de que es un grupo guerrillero el que tiene secuestrado desde el 26 de abril pasado al político panista Diego Fernández de Cevallos, lo que si bien es probable, tendrá que ser respaldado por algo más que las filtraciones de los aparatos de inteligencia civil y militar.

Ayer, el periodista Raymundo Riva Palacio aseguró que “de acuerdo con los patrones de secuestros en los 10 últimos años y el modus operandi que han mostrado sus captores” es el Ejército de Liberación Nacional (ELN) quien tiene en su poder a Diego.

Se refiere a este grupo como escisión del EPR, que actúa en el centro del país, especialmente en el estado de Querétaro, con un bajo perfil, no protagónico, lo que justificaría el que hasta ahora no hayan reivindicado la acción. Refiere que el ELN ha realizado cuando menos otro secuestro de alto impacto, el de Nelly Esper Sulaimán.

Con perspicacia hace notar que en el comunicado eperrista de deslinde del secuestro del panista venían dos párrafos –que aquí sólo anotamos como extraños y aparentemente fuera de contexto-, en los que habla de grupos traidores, que simulan tener estructuras revolucionarias, que en realidad serían la clave para entender que los autores son una escisión propia.

Otra media docena de columnistas ha sido más vago, éstos ni siquiera se han tomado la molestia de responsabilizar a un grupo en particular, ni de explicar a sus lectores la mecánica guerrillera de los secuestros, ni de justificar la fe ciega en sus fuentes como para repetir lo que les dicen sin pedir una sola prueba de su dicho.

Jorge Lofredo, investigador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados ha escrito y explicado en cuando menos una entrevista radiofónica, que sin información concreta es imposible especular sobre la participación de grupos revolucionarios en el hecho. Prudente, no le entra a la tenebra propia del espionaje y la ciencia ficción, ajenas ambas a la ética periodística.

Hacer inteligencia, civil o militar, implica siempre recolectar datos y analizarlos. Hay ahí siempre un principio de incertidumbre propio de las organizaciones encargadas de la seguridad nacional, las que sin duda alguna están trabajando en lo de Diego Fernández de Cevallos. Las hipótesis de trabajo suelen ser de alta secrecía por sus implicaciones para el país y, en este caso, para la vida de la víctima.

Por eso llama la atención que se esté colando tanto el secreto de la guerrilla secuestradora. Más que filtraciones periodísticas parece campaña de posicionamiento de una verdad a repetir mil veces, para que quede más en el imaginario público que en la crudeza de los hechos.

Esto no es descabellado si se toma en cuenta que hay cuando menos un caso de secuestro –el de Eduardo García Valseca- en el que la autoridad asegura contundente que los autores fueron guerrilleros, que se pagaron poco menos de dos millones de dólares de rescate (@rivapa dixit), pero sin estar dispuestos a hacer pública su investigación, ni a exhibir las pruebas de que fue el EPR el plagiario, y no permiten siquiera que el expediente sea consultado por los afectados.

Opacidad pura que no abona a la credibilidad de las autoridades involucradas y más bien las pone en sospecha.

Aquí parece repetirse el patrón, con la diferencia de que el secuestro está en curso. Es cosa de tiempo para saber si estamos frente a datos duros de inteligencia o es sólo propaganda.

lunes, 17 de mayo de 2010

Diego Fernández de Cevallos y el EPR

18 mayo 2010

Ayer por la tarde llegó el comunicado en el que el Ejército Popular Revolucionario (EPR) rechaza haber secuestrado al político panista y polémico abogado Diego Fernández de Cevallos (DFC). El deslinde es oportuno, toda vez que las condiciones de los hechos y el perfil del personaje se prestaban a la especulación.

Si hay alguien en México que represente a la élite política y de poder en México es él. Diego personifica todo contra lo que dicen luchar las fuerzas revolucionarias e insurgentes del país y por lo mismo ha sido desde siempre un objetivo político de peso para dichos grupos. Aun así, al parecer no han sido ellos los plagiarios.

El comunicado inicia lamentando la desaparición de DFC, lo que parece ironía, pero no lo es tanto cuando al seguir la línea argumentativa del texto equiparan el secuestro por motivos económicos y sociales con el realizado con motivos políticos, del que han sido víctimas muchos luchadores sociales en el país y dos de sus militantes, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, por quienes llegaron a atentar contra instalaciones de Pemex en 2007 y por los cuales mantienen latente con el gobierno federal una cada vez más menguada mediación.

“Para nosotros la política no es un problema personal, por eso ante la desaparición del Sr. Diego Fernández de Cevallos, sin importar si sacan su accidentada biografía o los claro-oscuros de su vida, lamentamos el hecho y nos solidarizamos con el dolor de su familia, así como con el dolor de todas las familias que sufren por la ausencia de sus seres queridos y nos pronunciamos porque no hayan más desaparecidos en el país ni por motivos políticos o sociales…”

El grupo armado contrasta, sin embargo, el tratamiento que el gobierno federal da a la desaparición del renombrado panista, con el poco interés que pone en los casos de desaparición forzada de personas, tan seres humanos unos como los otros.

El tema del secuestro por guerrilleros es recurrente cuando pasan estas cosas. Se traen a colación los realizados por Lucio Cabañas, Genaro Vázquez y la Liga Comunista 23 de septiembre en los años 70. También se traen a la memoria los de Alfredo Harp y Ángel Lozada, en los 80, por el Procup.

En los últimos años se acusa a todas las organizaciones armadas de secuestrar empresarios para financiar su lucha, método que el EPR dice haber abandonado desde su congreso del año 2000, argumento que utiliza para deslindarse de todos los plagios que se le pretenden achacar después de ese año, incluído, muy notablemente , el de Eduardo García Valseca (parte 1 y parte 2), que el gobierno federal imputa a los eperristas sin aportar públicamente mayores pruebas.

Por lo pronto, en el caso de DFC habrá qué buscarle por otro lado: crimen organizado, secuestradores solitarios y no se puede descartar a otro grupo armado que no sea el EPR.

El reproche cifrado

En el mismo texto de deslinde del EPR respecto del caso DFC, se atraviesan dos párrafos aparentemente inconexos de la argumentación central, en el que se aborda el tema de los traidores a la causa guerillera. Dicen textualmente:

“En nuestro país, también existen los Joaquines Villalobos entre los ladrones y desertores de la revolución que huyeron para no ser juzgados bajo los principios revolucionarios. Hoy, algunos con sus actos simulan tener estructuras y quieren venderse muy caro con o para quien quiera cooptarlos, sin embargo, aunque hagan simulaciones de estar en la sierra, no deja de ser un montaje y medida mediática para tratar de justificar la incapacidad política para organizar revolucionariamente a las masas y la ausencia de un lineamiento y fundamentos filosóficos para hacer creíble su existencia.

“Cuando estaban dentro de las filas de nuestro partido, aquí era tanta la devaluación y mediocridad que decían que a pesar de los años en la lucha revolucionaria no se había hecho nada, hoy han pasado los años y quisiéramos ver los resultados, que sus palabras de presunción se volvieran realidad”.

¿Con quién se pelean?, ¿hubo otra escisión?, ¿quién se salió de sus filas huyendo del juicio revolucionario? Se refieren a “unos” que se salieron y al paso de los años no han hecho nada de revolución. Interesante…

Anarquistas en “conflicto permanente”

Las llamadas Células Autónomas de Revolución Inmediata Praxedis G. Guerrero, reivindicaron esta semana tres de las ultimas explosiones en la ciudad de México.

Se deslindan de la APPO, la Otra Campaña y grupos afines y niegan tener nexos con la supuesta bomba encontrada en la Cámara de Diputados.

Checa aquí los textos respectivos.

Congreso Nacional de Lucha Armada

Mañana inicia en la ciudad de México el Congreso Nacional de Lucha Armada, en el Centro Cultural José Martí de la ciudad de México (Reforma y Balderas). Reportaremos lo que se diga en las mesas y se "tuiteará" desde @ajimac. Revisa aquí el programa del evento.