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viernes, 2 de agosto de 2013

"¿Nuevos grupos?, ¿nuevas guerrillas?, 2", por Jorge Lofredo (análisis)


Una mirada retrospectiva a la historia reciente indica que los distintos anuncios que refieren al surgimiento de nuevos grupos armados generan duda, desconfianza y sospecha antes que la posibilidad concreta de enfrentar una nueva vertiente de oposición, disidencia o estrategia revolucionaria. Sin ánimo de reiterar un trabajo anterior (v. “¿Nuevos grupos?, ¿nuevas guerrillas?”, en la página del Centro de Documentación de los Movimientos Armados <http://www.cedema.org/ver.php?id=5747>), la premisa fundamental que rige al presente es que el peor escenario, en cualquiera de las circunstancias posibles, es el del enemigo invisible, aquel que no se le conoce ni del cual tampoco es posible saber ni admitir su existencia; y ello debido a que la funcionalidad de los textos que presentan, o representan, no aclara el objetivo que procuran alcanzar; ya que para este tipo de organizaciones siempre será necesario e imprescindible que coincidan palabras y hechos.

Tanto como genuina expresión de inconformidad política-social o como argumento implantado para desviar el eje fundamental de un conflicto en desarrollo y revertirlo en expresión subversiva, esta situación que hoy se presenta puede asumirse desde múltiples lecturas. Una entre otras implica la disparidad de fuerzas entre un poder local y cualquier comunidad, pero esta última apela a una representación armada inexistente para esgrimir un poder que no tiene o que aún no alcanzó a adquirir; otra es que cuente ahora en forma efectiva con ese poder y su anuncio formará parte de la intención en revertir la actual asimetría de poder. Una tercera es que el recurso armado no es tal, pero se reafirma su existencia para dividir a la comunidad o bien para aislarla y así alcanzar a sojuzgarla. Una más refiere a la táctica/estrategia de un grupo armado real que se presenta con diversos nombres bajo obvias cuestiones de seguridad, por un lado, o bien para representar una lógica más extendida de inconformidad social y política, por otro. Para cualquier caso, la referencia es tanto a una comunidad como al movimiento popular, mientras que por grupo armado no debe asimilarse en forma automática a guerrilla sino a todas las demás expresiones que dirimen sus términos exclusivamente a partir del uso de armas. La diferencia entre grupo armado, que apela al terrorismo indiscriminado, y guerrilla es que sólo esta última requiere de argumentos políticos indispensables para justificar su actuación que, y si así no fuese, perderá su condición de tal.

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Es posible tomar como primer ejemplo de estos grupos efímeros —aquellos que aparecen y desaparecen en un mismo momento y circunstancia o bien que no pueden sostener a lo largo de tiempo los argumentos con los cuales cobraron vida— a quien, finalmente, no puede ser considerado con estas mismas características. Cuando todavía se desconocía que el Comando Popular Revolucionario La Patria es Primero formaba parte de Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR), desprendimiento del Ejército Popular Revolucionario (EPR), se adjudicó el ajusticiamiento —por recurrir a la terminología revolucionaria— de José Rubén Robles Catalán en Acapulco, era poco probable considerar este hecho como parte de una circunstancia que tuviese referencia en un atentado político y, menos aún, con la posibilidad real de que un grupo signado por lo ideológico fuese su autor. Sin embargo, poco tiempo después se darán a conocer los pormenores de su ejecución como así también la lógica impulsada hacia el interior y hacia fuera del movimiento armado mexicano, pues a la víctima se le comprobó (y no sólo por grupos armados) una participación directa en la matanza en Aguas Blancas. Este mismo grupo será, tiempo después, el que se adjudicó otro hecho semejante pero ahora contra Miguel Ángel Mesino, líder de la Organización Campesina de la Sierra Sur y por lo que le valió el mote de paramilitar por parte de esta organización social que, bien vale recordarlo, fue la castigada en aquella masacre.

Todo esto sirve para estimar a cada anuncio respecto a su genuinidad o no y cuánto tiene que ver la valoración tanto objetiva como subjetiva que se esgrime de sus acciones a futuro; y, además, si éstas tienen lugar o en cambio sólo se continúan a través del silencio o desaparición. No es lo mismo, para el caso, considerar este ejemplo junto a otros que se han ido reproduciendo y tras lo cual no volvieron a ofrecer respuesta ni respaldo a sus primeras y a menudo únicas comunicaciones. No obstante, y volviendo al punto nodal de la cuestión, no significa tampoco que la continuidad de los textos vuelva genuina a una organización: hace falta que sus dichos y hechos establezcan una referencia coherente entre sí y con lo que aducen representar a través de sus párrafos. Por ello, ni uno ni lo otro sirve para desmenuzar la realidad que embarga en sus iniciativas, como así tampoco pueden considerarse idénticas a cada una de ellas aunque las contenga una situación similar. Una simple enumeración —aunque enfrentando el riesgo de no poder alcanzar un listado exhaustivo y menos aún definitivo— ayuda a correr el velo de invisibilidad que las embarga y además para conocer sentar un precedente sobre esta forma de intervención en el escenario político mexicano. Se hace necesario remarcar que corresponde excluir del mismo a los grupos anarquistas, que por lo menos desde 2009 a la fecha han cobrado notoriedad diversa ya que es posible establecer un patrón delimitado acerca de ellos, pues la diversidad de siglas, su inconexión, su actuación en número ilimitado, sus motivaciones y la existencia fugaz determinada de antemano de las células está orientada hacia otros objetivos, los cuales no alcanzan a ser especificados en el presente.

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Un breve repaso, a modo de recuento de siglas, alcanza para apuntar el siguiente nomenclador bajo algunos ejes primarios.

— Repetición de siglas que en apariencia no tienen que ver una con otras: Sumado al caso del ya mencionado ELN, también puede mencionarse al ERS oaxaqueño, que emitió su primer comunicado en 2001, con el guerrerense, cuyo texto se fecha en diciembre de 2009. El primero se denomina Ejército Revolucionario del Sureste a diferencia del último que se llamó del Sur. También, para el caso, vale la mención de la Triple Alianza Guerrillera Indígena Nacional (TAGIN) utilizada en distintas ocasiones y que, más aún, ésta estuvo conformada por distintas organizaciones, en diferentes ocasiones y con fines específicos determinados, pero también disímiles unos de otros. En Oaxaca, se hicieron conocer varios comunicados de FAS, con distinto tenor y en un lapso más prolongado en comparación al resto (entre 2007 y 2012). En una ocasión se denominó Frente Armado del Sur y en otro Fuerzas Armadas del Sur. Lo destacado aquí es que en un mismo comunicado se llamaron a sí mismos en forma indistinta.

— Siglas contemporáneas semejantes: El caso más notorio fue el de la Organización Revolucionaria Armada del Pueblo de Oaxaca (ORAPO) que en pleno conflicto social detonó unos petardos en el centro de la ciudad, asemejando fonéticamente sus siglas a las de la APPO. Pero también se supo del Comando Jaramillista de la Región Oriente, que apareció en 2004 después que de las acciones político-militares del Comado Jaramillista Morelense, integrante de TDR. En este mismo sentido, se suman los ejemplos del Ejército Revolucionario Insurgente Popular (ERIP), el Ejército de los Pueblos Indios (ERPIS) y el Ejército Justiciero del Pueblo Indefenso (EJPI), todos de notable semejanza con el ERPI, Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente. Junto a ello cabe mencionar el del caso más reciente, ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), que se dice desprendimiento del EPR. Capítulo aparte merece el Ejército Villista de Liberación Nacional (EVLN), que fue utilizado en dos ocasiones distintas (primero en Aguascalientes), pero que después sirvió para provocar la caída de la primera cúpula del ERPI y, además, con el que se prestó a confusión por su parecido con el Ejército Villista Revolucionario del Pueblo, EVRP, ruptura del EPR.

— Utilización de las mismas figuras históricas: Varios son los grupos que recurren a una misma figura histórica para asumir un posicionamiento público. El caso más destacado es el de Flores Magón. Aparecen así el Ejército Popular Magonista de Liberación Nacional, el Movimiento Armado Revolucionario Ricardo Flores Magón, ambos en el mismo 2012, aunque uno en enero y el otro en diciembre, y donde cada uno señala que se trata del primer comunicado de la respectiva organización. En el caso de la denominación Movimiento Armado Revolucionario vale aclarar que ya hubo de ser utilizada en 2006 en Oaxaca, aunque sin la referencia histórica. Además de ellas, no debe olvidarse a otras organizaciones que no son efímeras, como las Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón, la Unidad Popular Revolucionaria Magonista o el Comando Magonista de Liberación, las cuales estas últimas pertenecen a las estructuras de TDR y, ahora, de la Coordinación Revolucionaria.

— Recurrencia militarizada: El término Ejército se impone en la mayoría de los casos en lo que refiere a la adopción de un nombre organizativo, al cual refieren en 21 ocasiones sobre un total de 57. En seis veces apelaron a Movimiento, en otras tantas a Comando, cinco veces a Frente y es al menos llamativo que entre las que concitaron apenas dos menciones son Célula y Red, en tanto que una sola refiere a Organización. Por su parte, Revolucionario, Armado, Popular/Pueblo, Liberación, Nacional e Insurgente/Insurgencia son los denominadores comunes en la mayoría de los casos, aun por sobre México/Mexicano o Socialista/Socialismo.

— Año y lugar de aparición: De cincuenta y siete ejemplos que dan a conocer su primer texto o mencionan su primera acción, puede discriminarse la tabla siguiente: Una en 2013, cuatro en 2012, cuatro en 2011, cuatro en 2010, siete en 2009, cinco en 2008, cinco en 2007, cinco en 2006, tres en 2005, dos en 2004, dos en 2003, ninguno en 2002, dos en 2001, dos en el 2000 y nueve entre 1996 y 1999. No obstante, respecto al lugar de mención, la tabulación establece que el orden es Guerrero, Oaxaca, República Mexicana, Chiapas, estados del norte de la República y no determinados (desde algún lugar, estamos en todos lados, en todo el país y en toda la república son las menciones habituales).

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Se corre el riesgo de involucrar en un mismo lugar fenómenos emergentes procedentes de situaciones disímiles; sin embargo, el denominador común es que la totalidad de ellas se presentan como organizaciones armadas revolucionarias. Ahora bien, que no haya vuelto a saberse de ellas, ¿significa que decidieron sumergirse en una clandestinidad estricta o, por el contrario, son inexistentes?; y con estos elementos reunidos, de cualquiera de las dos maneras, ¿es posible considerarlas tales como se presentan a sí mismas? Usadas por el narco, por conflictos pre/poselectorales, en el contexto de conflictos sociales, en la dinámica político-militar, como táctica para marcar bases de organizaciones insurgentes, o por cualquier otra razón, lo cierto es que su aparición siempre generará desconcierto antes que la afirmación por alguna nueva forma de expresión armada.

Finalmente, y volviendo a lo mencionado más arriba, sólo cuando el reclamo escrito y las acciones que se emprenden en pos de ese objetivo se correspondan íntimamente entre sí y con el contexto en el cual surgen, se disipará toda duda respecto a cada uno de los anuncios que refieren a organizaciones armadas. Mientras tanto, sólo restará un acercamiento a este fenómeno, comparándolo, evaluándolo, conociéndolo y tomando la distancia necesaria para disipar toda duda.

jorgelofredo@gmail.com
http://cedema.org 

viernes, 24 de mayo de 2013

Anarquismo: Los motivos de la rabia


Por Laura Castellanos
24 febrero 2013

La madrugada del 27 de junio de 2012 echaba su manto clandestino sobre la figura de Mario López, un joven que caminaba por una silenciosa calle del sur de la Ciudad de México. Transportaba dos artefactos explosivos en su mochila. Sólo media hora había demorado en elaborarlos con un reloj temporizador. Los hizo con artículos que no le costaron más de 300 pesos, adquiridos en una tlapalería. Uno explotaría en las instalaciones del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el otro detonaría en una de las oficinas del Instituto Federal Electoral (IFE). Así protestaría contra las elecciones presidenciales, "un circo", a realizarse en cinco días. Las bombas estallarían una hora después de su instalación para no causar daños a civiles.

Al llegar a la esquina de Londres y Vicente Guerrero, a cuatro cuadras del centro de Coyoacán, uno de los artefactos explotó inesperadamente en su mochila. Un destello de luz acompañado de un zumbido resplandeció a su espalda. Pensó que era un auto. El impacto de la detonación lo lanzó al piso, lo dejó inconsciente. La descarga le voló un pedazo del muslo derecho, lesionó su antebrazo, incendió su pantalón, la sudadera. "Me paré, me quité la sudadera, intenté correr y me caí", dice. La pierna herida no le respondió. Quedó tirado en el piso.

Lo llevaron al hospital Rubén Leñero. Y luego al Reclusorio Sur. En los interrogatorios le preguntaron si le habían pagado para boicotear las elecciones. "No", dijo. "Soy anarquista individual". Su reivindicación política tuvo consecuencias. Mario asegura que la Policía de Investigación del Gobierno del Distrito Federal (GDF) lo torturó físicamente, pero no quiere hablar del asunto. "Quiero dejarlo así".

Tripa, como le llaman sus amigos, pertenece a una generación de jóvenes anarquistas de clases populares, la mayoría de hogares marcados por la pobreza, muchos de los cuales dejaron de estudiar para trabajar o porque se inconformaron con el sistema educativo. Ellos buscan derrumbar "el sistema de dominación" a través de ataques incendiarios contra instalaciones simbólicas del neoliberalismo: edificaciones políticas, cajeros automáticos bancarios, restaurantes de comida rápida, mega proyectos en construcción, automotrices, tiendas departamentales…

Esta generación ha estado presente en protestas ocurridas en Grecia, Italia, Chile, España y México, entre otros países. En pocos años, el fenómeno ha transitado de pequeñas acciones hacia un proceso ascendente de  violencia y selectividad de objetivos.

En México primero apareció la expresión ecoanarquista en 2007, influenciada por activistas ingleses que hacen pintas, selladura de candados de carnicerías y peleterías, liberación de animales de criaderos o tiendas de mascotas en protesta por la explotación animal para consumo humano y contra la destrucción de la naturaleza. Un año después iniciaron los sabotajes con bombas molotov a cajeros automáticos bancarios y a restaurantes de comida rápida. A partir de 2009 repuntaron las células de carácter insurreccional que con sus sabotajes incendiarios buscan contagiar a otros, o incluso, detonar una insurrección popular. A partir de 2010 algunas células más radicales han enviado más de una docena de paquetes bomba a objetivos políticos, económicos o científicos que en su opinión son responsables del sometimiento humano o la devastación de la naturaleza.

La corriente insurreccionalista ahora gana presencia. En una entrevista cibernética con uno de los teóricos de la Tendencia Informal Anarquista (ITA), afirma que ésta se creó en 2010 y ha actuado en Ciudad de México, Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Morelos, Hidalgo, Baja California, Querétaro, Sonora, San Luis Potosí, Jalisco, Oaxaca, Veracruz y Michoacán, sin que haya un cambio de planes de ataque a partir de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto. En su mensaje, en el que con un estilo contestatario usan la "x" en lugar de la "@", escribió: "No existe una estrategia de lucha contra Peña y el GDF, para nosotrxs la conflictividad permanente es parte de nuestra cotidianidad y se manifiesta en el ataque consecuente contra todas las instancias de poder y el sabotaje constante al sistema de dominación, sin importarnos si el rostro que representa al poder es Peña, Mancera, López Obrador o quien sea".

Gabriel Regino, criminólogo y ex subsecretario de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal, considera que el crecimiento de esta vertiente anarquista coincide con la punta de la cresta de la crisis del capitalismo. En su opinión, no se trata de vandalismo ni terrorismo: "son conductas contestatarias que llegan en ocasiones a cometer violaciones a la ley penal". Y pronostica: "larga vida a esta expresión, sí, todavía le queda tiempo, desafortunadamente".

El movimiento crece

Seis meses después de la explosión que provocó una cirugía reconstructiva en parte de su muslo derecho, Mario López salió del Reclusorio Sur. La madrugada del 29 de diciembre de 2012, el anarquista de 27 años, acusado de ataques a la paz pública y daños en propiedad, cruzó la puerta del penal con un semblante ojeroso y su cuerpo de huesos largos 10 kilos más enflaquecido. Las cicatrices en el brazo y la pierna derecha aún duelen. Un grupo de familiares y amigos lo recibió. Tripa no se arrepiente de su intento de ataque a instalaciones políticas previo a las elecciones presidenciales. Al contrario, el militante encarna la tozudez anarquista legendaria: aunque uno de los artefactos le estalló en el cuerpo no se arrepiente. Lo torturaron y no se arrepiente. Vivió la pesadilla carcelaria por seis meses y no se arrepiente. Pudo ser condenado a 30 años de encierro y no se arrepiente.

Sin embargo, hay algo que no perdona: "De lo único que me arrepiento es de no haber hecho bien el artefacto, de ahí en fuera no hay nada de lo que tenga que arrepentirme, absolutamente nada".

Eso me lo dijo cuando lo vi, tres semanas después de su excarcelación, en los alrededores del penal. Debe ir a firmar una vez a la semana mientras siga su proceso. Fue de negro: jeans, camiseta, chamarra de algodón con capucha, tenis oscuros. Hace medio año era un anarquista de acción clandestina. Ahora, como se dice en el argot subversivo, está "quemado", pues su proceso penal lo expuso de forma pública. También era vegano. No comía ningún producto de origen animal porque está en contra de la explotación animal desmedida en el sistema capitalista. Ahora lo encuentro en un puesto de comida callejera, enfilándose un taco al pastor. El menú carcelario lo hizo dejar su dieta.

—¿Sigues siendo anarquista? —le pregunto cuando termina de comer.

—Soy anarquista —se pone serio—, y asumo mi responsabilidad individual.

El carpintero crecido en Nezahualcóyotl, Estado de México, es parte del amplio movimiento anarquista que en sus variantes violentas y de resistencia pacífica estremece hoy a Occidente. David Graeber, uno de los intelectuales anarquistas más conocidos, el ideólogo de Occupy Wall Street en Washington, dice que el anarquismo es el movimiento revolucionario del Siglo XXI. El espíritu trasgresor antineoliberal, no jerárquico, autogestivo y ecológico de este pensamiento mueve a ciber hackeadores de Anonymous, indignados de España, okupas de Wall Street, altermundistas, activistas zapatistas, punks, artistas contestatarios, animalistas, grupos con procesos autonómicos…

De idéntica manera mueve a la expresión insurreccional y ecosaboteadora a la que pertenece el recién liberado. Jorge Lofredo, especialista en guerrilla mexicana del Centro de  Estudios de los Movimientos Armados (CEDEMA), piensa que el anarquismo prende donde crece la tensión social y la protesta. México, en tal caso, es terreno abonado: "El anarquismo es la fuerza social que más ha crecido y que mayor juventud concentra en México", escribe en un mensaje vía internet desde Buenos Aires. En su opinión, se ha convertido en "un enemigo interno de 'moda'".

En el país la manifestación clandestina se expandió de forma refractaria en los últimos seis años haciéndose patente en por lo menos 14 estados. En cambio, el activismo organizado y público tiene menor presencia. Es más visible en el Valle de México, donde se han identificado alrededor de 30 colectivos que realizan trabajo diverso. No obstante, para el GDF el anarquismo sin distinciones es motivo de alerta. El exjefe de Gobierno Marcelo Ebrard responsabilizó a los colectivos Cruz Negra, Bloque Negro y a la Alianza Anarquista Revolucionaria de los destrozos cometidos durante las protestas por la toma de posesión de Peña Nieto, el primero de diciembre de 2012. En conferencia de prensa estos grupos negaron las acusaciones y denunciaron persecución.

El entrante jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera no ha hecho declaraciones sobre el asunto. Y al cierre de esta edición, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) no había respondido a mi solicitud de entrevista con algún funcionario.

El día de las revueltas

La tarde decembrina fenece, refresca. Vegladen camina con el cuerpo crispado entre la muchedumbre que a los pies de las escalinatas de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) exige la liberación de 27 personas durante los desmanes del primero de diciembre. El joven de 26 años lleva oculta la cresta de su cabello con la capucha de su chamarra negra. Guantes del mismo color cubren los tatuajes en sus manos. No quiere mostrar su identidad anarquista, lo considera riesgoso. La gente lo ve con cierto recelo.

Pasa al lado de familias desconsoladas. Lo miran de lejos sus rivales históricos: jóvenes comunistas que ondean banderas con la hoz y el martillo. Ninguna "A" encerrada en un círculo, símbolo antiguo del anarquismo, asoma en la manifestación. A sus militantes se los tragó el asfalto después de que Ebrard los señaló como responsables de la "barbarie" de Avenida Juárez nunca antes ocurrida en marcha alguna: cristalazos en comercios, restaurantes y oficinas públicas, saqueo de aparadores, daños y pintas en el recién remodelado Hemiciclo a Juárez. Las lentes de los medios de comunicación capturaron a jóvenes con el rostro cubierto rompiendo y saqueando a su paso. La "A" anarquista quedó en fachadas y monumentos. Los empresarios estimaron los daños en 25 millones de pesos.

Vegladen llega al micrófono. Sin descubrirse la capucha echa la voz: "¡Yo soy anarquista y ningún anarquista estuvo en los hechos del primero de diciembre!". Sileeencio. Lleva doblada la hoja de papel bond que usó en la marcha como pancarta. Pasó desapercibida por pequeña. En ella escribió con plumón negro: "Soy anarquista y nunca he alterado la paz".

Aceptó darme una entrevista pero desde el anonimato. Nos vemos un sábado en las inmediaciones del Tianguis del Chopo, la isla indiscutible de las tribus urbanas en la capital: anarcos, punks, skin heads, skatos, darketos. Ese entorno le parece seguro. Ahora sí luce la cresta. Viste de negro. Como es vegano radical, lo cual da sentido a su mote, Vegladen, no usa nada de cuero animal. Calza unas botas con diseño de piel de cebra elaboradas con vinil biodegradable.

Es hijo de un policía. En la adolescencia huyó de su casa por el maltrato paterno. Entró a trabajar en cocinas industriales mientras se costeaba sus estudios. Comenzó a leer sobre anarquismo, ingresó a un colectivo editorial y dejó de estudiar. Se apasionó por la cocina y con el tiempo montó en su casa un negocio de comida vegana que vende a domicilio.

Me contó que esa tarde tomó la palabra durante la manifestación para deslindar a su movimiento de las tropelías que le adjudican. Fue a la marcha del primero de diciembre que partió del Monumento a la Revolución al Congreso de la Unión, en donde un operativo espectacular con cercas metálicas y policías federales resguardaba la toma de protesta presidencial. Lo acompañó su novia y su suegro. Desde un puente peatonal observó a un grupo de civiles encapuchados, otros con paliacates o sombreros, recibir órdenes federales. Llevaban cadenas y llaves stilson. Los vio mover cajas con tornillos, garrotes, varillas (El gobierno federal dijo después que eran los montadores de las vallas. Fotos de prensa mostrarían a algunos de ellos participando en los destrozos).

También miró que cuando la marcha se aproximó a la barrera de metal, devino la confrontación: jóvenes lanzaban bombas molotov y piedras contra el muro infranqueable y los policías, cubiertos por éste, respondían con lanza proyectiles de bombas de gas. Humo y tronidos brotaron en ambos lados. La violencia subió. Jóvenes tomaron un camión blanco y lo estrellaron contra la pared de contención.

El vegano le pidió a su suegro que regresara a su casa. Dejó a la novia en el puente, descendió al terreno de guerra urbana y atestiguó que un joven recibió un impacto en una pierna, dejándole una herida. Enojado, se acercó a las vallas y a través de las mirillas hizo reclamos airados a los policías: "¡Por qué reprimen al pueblo en vez de protegerlo!". Un impacto seco golpeó su pecho. Dio unos pasos atrás, el aire se le hizo nudo, cayó al suelo. Brazos intentaron subirlo a una ambulancia pero él se negó, buscó reponerse. Miró cuando al estudiante Uriel Sandoval lo trasladaban desfallecido, el ojo despedazado. Ya no vio al activista dramaturgo Juan Francisco Kuykendall caer por otro impacto de proyectil en la cabeza, con la masa encefálica expuesta.

El anarcovegano se incorporó furioso, adolorido. Fue en busca de su novia. Comenzaron a caminar alrededor de la cerca que rodeaba las instalaciones del Congreso para intentar colarse a la sede. Así, dice él, confrontaría personalmente al nuevo presidente: sobre la operación represiva de seguridad, su triunfo cuestionado, la violencia en Atenco, los feminicidios y la homofobia en el estado que gobernó. "Quería que me contestara preguntas concretas". Se tardó hora y media en hacer el rodeo a paso veloz. Cansado, frustrado, con una magulladura intocable en el pecho, regresó al punto de la protesta, pero ya no encontró a nadie.

Más tarde él y su novia alcanzaron la parte de la marcha que desembocó en la Alameda Central. Sólo miraron la escena de caos. Le llamó la atención que estuviera dañado el Hemiciclo a Juárez, un símbolo republicano que ningún anarquista medianamente informado hubiera atacado. Observó que además de las pintas color rojo contestatario hubiera otras de la "A" en color azul marino. Ese tono lo remitió al vínculo paterno. "Esos spray los usan los policías para cubrir raspones en cascos o patrullas", me dice. También se sorprendió con una pinta azul que decía "Viva san Marx", jamás el santo de devoción de los anarquistas.

¿Su tesis?: hubo policías y porros vestidos de civil que detonaron la violencia. Pero también hubo jóvenes radicales con diverso grado y origen militante, gente iracunda variopinta y vándalos espontáneos. "Todo se mezcló, nada más faltaba quién encendiera la mecha", dice el anarquista. Para el GDF, la caja de cerillos sólo estuvo en manos anarquistas.

Repliegue entre sombras

El sol dibuja las dos sombras en el pavimento del parque: la de él es grande, compacta la de ella. Sus siluetas no proyectan la inquietud contenida en sus cuerpos. Lucen como cualquier universitario capitalino. Di con un militante de Cruz Negra, uno de los tres colectivos señalados por el GDF como responsables de los disturbios de inicio de sexenio. Él aceptó charlar a condición de que yo no revelara su identidad. Lo acompañó una anarquista independiente. Se sentaron en la banca.

No fue fácil conseguir la entrevista. Tras los señalamientos de diciembre el movimiento amplio anarquista del Valle de México se replegó. Si uno no conoce sus laberintos, es difícil que acepten hablar. También lo es porque su naturaleza no es "prota", protagónica, reivindica el anonimato y desconfía de aquellos que no son sus afines. Las circunstancias complicaban aún más el encuentro. Pero aceptaron hablar.

El activista rechazó las acusaciones: "Cruz Negra no convocó ni participó no sólo en la manifestación del primero de diciembre sino en ninguna de las que se han venido realizando en contra del fraude y la imposición". Explicó que ésta pertenece a una red mundial de colectivos contra el sistema carcelario por considerarlo el símbolo mayor de descomposición del neoliberalismo. Y que su trabajo es abierto: "Nos solidarizamos con los presos, los visitamos, difundimos su situación, les escribimos cartas".

Denunció a su vez la manipulación cibernética en contra de Cruz Negra: a una convocatoria que circularon por la red para reunir fondos para Tripa, manos extrañas le añadieron la invitación "a un taller para hacer bombas molotov". Después manos desconocidas crearon en Facebook la página de la "Unión de Fuerzas Socialistas y Revolucionarias" que a nombre de los tres colectivos señalados convocó a una manifestación contra el Teletón de Televisa utilizando un estandarte de la Virgen de Guadalupe. ¿Socialistas y anarquistas unidos por la Guadalupana? Un disparate.

La joven intervino. Reivindicó el trabajo que en el Valle de México hacen por mujeres, estudiantes, la ecología y la organización barrial. Los núcleos están conformados por un estimado de 15 a 30 integrantes con edades promedio de 25 años. Los mueven los ejes básicos de su pensamiento: no tienen jerarquías, promueven la autogestión popular, no tienen vínculos con partidos políticos ni instituciones, no reciben fondos de ningún tipo, el trabajo es voluntario y en contra de cualquier forma de explotación y discriminación. "Pero ahora todos están replegados porque van contra nosotros", expuso.

Días después Cruz Negra, Bloque Negro y la Alianza Anarquista Revolucionaria (aglutina a 8 colectivos) dieron una conferencia de prensa en la que exigieron el cese de los ataques y denunciaron que había órdenes de aprehensión en vilo. A fines de diciembre se reunieron en asamblea y decidieron no dar más declaraciones. Se hicieron, como se dice, ojo de hormiga. Ya no se dejaron contactar en enero. Ni febrero.

La emergencia anarquista

Lofredo observa que hay una criminalización del anarquismo en México a raíz de los disturbios. No lo considera nuevo ni local. Desde los orígenes de la ideología en el siglo XIX a su militancia siempre se le ha criminalizado "por dictaduras, regímenes más liberales, más autoritarios o totalitarios".

El anarquismo busca romper cualquier sistema de dominación: del Estado, entre humanos, contra la mujer y contra la naturaleza. Uno de sus teóricos clásicos, Enrico Malatista, planteó que su objetivo es crear una sociedad fraterna, sin discriminaciones ni jerarquías. El pensamiento tiene presencia en México desde 1861 y sus figuras más célebres son los hermanos Flores Magón y militantes magonistas de la Revolución Mexicana. En el siglo XX la ideología estuvo presente en pequeños grupos campesinos, obreros e intelectuales del país. Pero a partir de la irrupción de Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que impulsó redes de resistencia pacífica contra el neoliberalismo, incluyentes y descentralizadas, el anarquismo recibió una bocanada que marcó a una generación en Occidente.

Nació así el movimiento altermundista, llamado por sus detractores despectivamente como "globalifóbico", que estremeció a Occidente con sus protestas durante las cumbres entre países ricos y las instituciones económicas mundiales más poderosas. Pero en 2001 éste recibió dos golpes: los zapatistas se replegaron tras el rechazo legislativo de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, y en la Cumbre del G8 en Génova se reprimió a más de 150 mil activistas con el saldo de un muerto. Sobrevino la desarticulación. Hasta 2011 el altermundismo tomaría un segundo aire a través del movimiento de los indignados europeos y luego de los okupas estadounidenses. En el periodo intermedio, en Europa poco a poco se hizo cada vez más visible la expresión inspirada en anarquistas radicales de fines del siglo XIX y principios del XX que recurre a los sabotajes como táctica de lucha para destruir al Estado.

En México, mientras tanto, el repliegue zapatista; la detención y tortura de anarquistas mexicanos en la Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea en Guadalajara en 2004; el aplastamiento de la guerra urbana encabezada por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en 2006; el ataque policiaco contra pobladores y activistas de San Salvador Atenco en 2006; así como la denuncia izquierdista de fraude electoral de ese mismo año, codificaron —según la interpretación de los anarquistas— un mensaje desde el Estado: el cambio no es posible por la vía política ni electoral. A partir de 2007 brincó en la escena la nueva generación de anarquistas radicales mexicanos que a través de internet se unió a la retícula de lucha que ya despuntaba en Europa, Estados Unidos y Chile.

Abogada en el infierno

La noche del primero de diciembre Lizbeth Lugo llegó al Ministerio Público enfundada en una chamarra con la "A" ácrata, jeans negros, botas negras, el cabello colorado y los labios rojo encendido. Canceló su ida a un concierto punk y se trasladó a las instalaciones ministeriales para saber si entre los 106 detenidos había algún anarquista. Al juez le presentó su cédula de licenciada en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El hombre miró a la muchacha de 28 años de cara redonda, piel blanca, lentes de armazón ancha, actitud aguerrida. "¡Pero si usted es de los mismos!", le espetó.

Esa noche, en las instalaciones ministeriales, Lizbeth se integró a la naciente Liga de Abogados Primero de Diciembre, conformada por 12 litigantes solidarios con las personas que denunciaban aprehensiones arbitrarias. "¿Hay anarquistas?", preguntó. No había. Ella pertenece a la generación que responde a la nueva realidad anarquista. Es cofundadora del Grupo de Abogadas en Solidaridad con los Presos Anarquistas (GASPA). El primero de su tipo que reivindica la ideología y la defensa pública de sus militantes, hubieran o no actuado en la clandestinidad. Es la defensora de Tripa, sólo un año mayor que él.        

Cualquiera diría que la abogada punk se metió de abogada del diablo, pero ella es contundente: "Si los violadores, los genocidas, los asesinos seriales, tienen derecho a una defensa, ¿por qué una persona que lucha con una convicción no tiene ese derecho?". ¿Una abogada anarquista? Me suena contradictorio. No para ella: "Si bien los anarquistas no creemos en las leyes del Estado también creemos que no se puede dejar en la indefensión a un compañero que está en manos del Estado".

Lizbeth guarda su indumentaria radical para los fines de semana. Cuando la conocí vestía casual: jeans azules, blusa blanca, chaqueta café. Y calzaba unas zapatillas rojas de tacón alto dignas de un buen danzón. Así anda en el transporte público. Piensa que vestida como anarquista no podría hacerse respetar en el sistema judicial. Es defensora del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero del Estado de México. No cobra por su servicio. Tampoco le cobra a Tripa. Como parte de la Liga de Abogados tomó además el caso de Roberto Fabián, un indigente alcohólico al que, caído de borracho, se le detuvo en la avenida 5 de mayo ese primero de diciembre. La solidaridad militante no se cobra, dice. Sus gastos los saca de sus litigios particulares: pensiones alimenticias, divorcios, delitos del fuero común.

GASPA se creó luego de la aprehensión de Mario López en julio de 2012. Está integrado por la joven y… Alma Melgarito. Sí, sólo dos veinteañeras. Eran tres, pero la tercera desertó. Lizbeth afirma que a partir de la defensa de Tripa ha recibido amenazas en los juzgados e intimidaciones en su domicilio.

La activista no participa en actos de sabotaje, pero no los reprueba, como tampoco lo hace la mayoría de la militancia abierta del movimiento. "Como anarquistas consideramos que cualquier forma de lucha contra el Estado es válida", externa. Tiene claros sus riesgos, pero dice que no cejará en la defensa legal de la militancia. Y advierte: "Si el Estado realiza un acto de desaparición o ejecución en mi contra ¿qué quedará? Un caminito de compañeros que actuarán en consecuencia".

GASPA ya tuvo su primer logro. Tras la modificación a la tipificación del delito de ataques a la paz pública, se liberó a los últimos 27 encarcelados por las revueltas de diciembre. El grupo salió en libertad provisional bajo fianza el 28 de diciembre. Tripa lo hizo un día después.

La incertidumbre

Volví a ver a Mario López una tarde de febrero para realizar una segunda entrevista. Lucía más repuesto. Intenta retomar su dieta vegana. Está a la espera de que su proceso legal termine. Ahora debe reunir 70 mil pesos para poder pagar el préstamo que tomó para salir bajo fianza. Desconoce si hay una orden federal de aprehensión en su contra. La noche del sabotaje fallido, otro explosivo detonó en un cajero automático de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una acción reivindicada por un Frente de Liberación de Tenochtitlan. Tripa dice que él no tuvo nada que ver.

—¿Qué viene para ti? —le pregunto al despedirnos.

—¡Ay! —suspira—, primero terminar con este proceso. Yo no puedo dejar mi vida, mi militancia. Yo no sobrevaloro el ir a poner una bomba sobre el hecho de abrir una editorial y sacar un montón de libros. El anarquismo es tan amplio, y uno hace lo necesario para contribuir con el proceso.

—¿Tienes esperanza?

—Soy escéptico en ese tipo de cosas.




(Tomado de http://www.domingoeluniversal.mx/historias/detalle/Anarquismo%3A+los+motivos+de+la+rabia-1289 )

martes, 5 de marzo de 2013

Guerrillas, luchas y organizaciones armadas en México y América Latina.Estudios y testimonios.


11-15 de marzo de 2013

Escuela Nacional de Antropología e Historia, Auditorio Javier Romero. Ciudad de México.

Lunes 11 de marzo

Mesa Inaugural: Tras las pistas de la memoria histórica: a 40 años de la formación de la Liga Comunista 23 de septiembre y la primera Comuna Popular de América Latina

9.30 a 12.00 hrs, Auditorio Javier Romero

· Palabras de presentación a cargo de organizadores.

· Jorge Lofredo del Centro de Estudios de los Movimientos Armados, vía skype desde Argentina.

· Jaime Laguna Berber, del Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Armados (CIHMA).

Receso 12.00 – 13.00 hrs.

Mesa 1. Luchas armadas en la ciudad: un homenaje a la Liga Comunista 23 de septiembre, 13.00 - 17.00 hrs.

· José Luis Moreno Borbolla, CIHMA. Orígenes del movimiento armado, mi experiencia en la Liga Comunista 23 de Septiembre.

· Mario Cartagena. Reflexión-testimonio

· David Cilia.Reflexión-testimonio


Martes 12 de marzo

Mesa 2 Lucha armada campesina, 13.00-17.00 hrs. Salón de usos Múltiples

· Aleída García, Guerrilla en Chihuahua

· Francisco Ávila Coronel, UNAM, Partido de los Pobres, Guerrero

· Uriel Velázquez, ENAH, La lucha del Güero Medrano y la formación de la primera comuna china en América Latina: la "Colonia Rubén Jaramillo"

· Yair Balam Vázquez, ENAH

· Evangelina Sánchez, Terrorismo de Estado y represión en Atoyac, Guerrero


Miércoles 13 de marzo

Mesa 3 Pueblos indígenas: armas e identidad, 13.00-17.00 hrs. Auditorio Javier Romero

· Colectivo sin rostro. EZLN

· David Cilia. México

· Fabiola Escárzaga, Las organizaciones armadas en Perú


Jueves 14 de marzo

Mesa 4 Mujeres y participación en la lucha armada, 13.00-17.00 hrs. Auditorio Javier Romero

· Edna Ovalle, Testimonio, LC23S

· Nadin Reyes, Testimonio FMLN, El Salvador

· Gabriela Hernández, El Internacionalismo en la lucha salvadoreña


Viernes 15 de marzo. Auditorio Javier Romero

Presentación del libro: Desaparición forzada y terrorismo de Estado en México, 13.00-14.30 hrs.

Comentan: Claudia Rangel, David Cabañas, Yair Balam Vázquez

Mesa 5 Los rezagos de la guerra: buscando justicia, 14.30-18.00 hrs

· Claudia Rangel Lozano.
· Comité 68
· AFADEM
· HIJOS
· Comité contra la desaparición forzada
Clausura 18.00 hrs.
Proyecciones hasta las 21.00 hrs.


jueves, 21 de febrero de 2013

¿Signo ideológico de la guerrilla?. Francisco Rodríguez entrevista a Jorge Lofredo (análisis)



ÍNDICE POLÍTICO
 
 
Por FRANCISCO RODRÍGUEZ
 
 
¿SIGNO IDEOLÓGICO DE LA GUERRILLA?
 
 
(18 febrero 2013)
 
A partir de una amplia entrevista (http://suracapulco.mx/archivos/66876) al general Genaro Fausto Lozano Espinoza, comandante de la Novena Región Militar --“casi se puede decir” que en Guerrero hay una cultura de la violencia, que el cultivo de amapola y mariguana en la entidad son un fenómeno cultural y que la historia de la guerrilla en el estado tiene sus raíces en el resentimiento social producto del rezago en que se encuentra la entidad, dijo--, publicada el viernes 15, hace tres días, el investigador Jorge Lofredo comparte con usted y con este escribidor apuntes o “pensamientos en voz alta” sobre el carácter ideológico de la guerrilla mexicana.
 
“Aceptemos por un momento que frente a un gobierno recién asumido los elementos discursivos ceden paso a los simbólicos:
 
“Convengamos que la idea del combate al hambre es una idea, aunque todavía idea, por lo menos seductora e innegable a ser aplicada.
 
“Convengamos también que la lucha contra el crimen organizado no es exclusiva de respuesta militar sino que debe alcanzar la aplicación de medidas culturales, sociales, etcétera.
 
“Y convengamos además que ‘lo tricolor’ es un elemento cultural que funciona en diversos niveles de adhesión y que además supera lo meramente electoral (aunque no lo político, pero eso sería tema de otra disgregación).
 
“Y aceptemos, por último, que el nuevo comandante militar de Guerrero, entidad madre de guerrillas de las últimas décadas (admiradas por su bravura y reprimidas por su insolencia a levantarse contra caudillos, tiranos, dictadores y toda otra calaña de autoritarismos e injusticias inimaginables), aspire como así se menciona a entender las causas de la inconformidad pero también ponga en práctica otra forma de política que no recurra al aniquilamiento de lo que lo cuestiona.
 
“Frente a todas estas cuestiones, ¿cómo visualiza la guerrilla la coyuntura local, regional y nacional?, ¿su marxismo alcanza para explicar la realidad?, ¿varió, o variará, esta visión o adaptará su estrategia a estos otros nuevos tiempos?
 
“Dejemos de lado, por un momento, la insidiosa y pretendida vinculación de grupos guerrilleros con los movimientos de autodefensa que se registran en Guerrero y Oaxaca (reitero: cuna y madre de la actual generación de guerrilleros) que mezclan sin profundizar guerrillas, movimientos ciudadanos, autodefensa, paramilitarismo, o cualquier otro fenómeno social --la mayoría de los casos ocurre porque los comentaristas que sostienen la existencia de esos ¿vínculos? reportan a corporaciones que necesitan ponerlos de relevancia para justificar represiones, demonizaciones varias o bien porque no alcanzan a considerar las consecuencias de la ausencia estatal fuera de los centros urbanos o bien por simple ignorancia--.
VUELTA AL NACIONALISMO REVOLUCIONARIO
“Todo esto nos lleva a pensar una cuestión que no es menor. La guerrilla: ¿una vuelta al nacionalismo revolucionario?
 
 
“¿Y esto por qué sucedería?:
 
“1) por orfandad de referencias reales por la implosión de la ex URSS y de los socialismos realmente existentes, tanto que las décadas que han pasado avejentaron los posicionamientos políticos de los grupos de izquierda y también de los clandestinos;
 
“2) a continuación de lo anterior pero sin abdicar del marxismo-leninismo ortodoxo, esta nueva generación de guerrilleros ha transcurrido, y transcurre, la mayor parte de su tiempo en combate contra el neoliberalismo, lo que los lleva a reivindicar al pueblo, la patria y la soberanía antes que la revolución pero sin renunciar a ella;
 
“3) sin hacer mayor hincapié en los actuales liderazgos latinoamericanos, no puede obviarse alguna lectura sobre los procesos que se vienen dando en América Latina, con mayor énfasis en los procesos sociales antes que sobre sus líderes (antes que idolatría, necesitan encontrar líderes propios; por lo tanto, antes que ¡Viva Chávez! corearán ¡Viva el Pueblo Venezolano! --el respeto a Chávez parte de la decisión soberana del pueblo venezolano, etcétera--), que hoy alcanzan correspondencia electoral; y
 
“4) la imposibilidad de llevar adelante en forma exclusiva un proyecto político y social revolucionario que obliga a la necesidad de pensar y buscar establecer alianzas (caída de liderazgos excluyentes, verdades reveladas y vanguardias infalibles) con sectores revolucionarios, con otros sectores populares y también con distintas fuerzas sociales.”
 
Ahí están los planteamientos de Lofredo, cofundador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (http://cedema.org). Ahora nos corresponde a nosotros darles seguimiento.
Índice Flamígero:Al preguntarle si tiene ubicados a los grupos guerrilleros, el comandante Lozano Espinoza insistió en que ‘no le llamaría guerrilla, yo le llamo gente con la cual el Estado tiene una deuda histórica’, y dijo que como el problema de la guerrilla tiene muchos años en la entidad, ‘tenemos varios puntos perfectamente ubicados, caracterizados, pues a lo largo de tantos años en este tema hay mucha información y mucha experiencia’. Agregó que lo que esos grupos buscan son soluciones justas, porque ‘ellos tienen muy claro que la vía de la subversión, de subvertir el orden, la ley, no ha sido un camino adecuado, ha sido estéril a lo largo de los años. Es la vía de la conciliación, la vía del acuerdo, el consenso, de la participación, la que resuelve’.
 
 
Tomado de

sábado, 19 de enero de 2013

Mexico, país con guerrillas: J. Lofredo. (análisis)


Entrevista de la BBC al investigador Jorge Lofredo, sobre la existencia de guerrillas en México.

Tomado de http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/01/130116_mexico_pais_guerrillas_ezln_epr_pri_narcotrafico_an.shtml

viernes, 21 de diciembre de 2012

Señales para 2013 (análisis)


Texto publicado en el periódico 24 Horas y tomado de El Sur, de Acapulco http://bit.ly/12ElcMj

Señales para el 2013

Por Raymundo Riva Palacio


Desde el 1 de diciembre, diversas organizaciones armadas han emitido seis comunicados. A una frecuencia de casi uno cada 72 horas donde llaman a la insurrección, han lanzado advertencias sobre los gobiernos de Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Mancera en el Distrito Federal, Rafael Moreno Valle en Puebla, Ángel Heladio Aguirre en Guerrero y Rubén Moreira en Coahuila. En meses anteriores lo hicieron contra Fausto Vallejo en Michoacán, y entonces como ahora, hay comunes denominadores como la “imposición” de Peña Nieto en la Presidencia, y el apoyo a la rebelión estudiantil que inició en la campaña presidencial con el movimiento #YoSoy132.

Los enfrentamientos en las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México durante la toma de posesión oxigenó la protesta radical. En un comunicado el 9 de diciembre, el EPR subrayó las “diferentes expresiones de descontento”, algunas encaminadas a organizar guerrillas como la suya, y otras en proceso de radicalización. El EPR saludó la evolución que tomó un sector de la sociedad, aún desconocido por cuanto a tamaño, al optar por la confrontación al poder establecido como la ruta. La guerrilla había diagnosticado lo que germinaba en la sociedad desde que comenzó el #YoSoy132, cuando en un comunicado del 21 de junio adelantó que tras el “fraude” electoral habría grupos que “quieran hacer una revolución”.

Para ese entonces, el EPR ya tenía en marcha la consolidación de un frente de masas. Se puede argumentar que lo había venido construyendo todo el año, como lo reflejan los insólitos -por cantidad- 27 comunicados este año, dirigidos a sindicatos, organizaciones de derechos humanos, periodistas, madres, familiares de desaparecidos y comunidades afectadas por la guerra contra el narcotráfico. Un primer botón fue la propaganda del EPR que encontró la policía en las escuelas de Nueva Jerusalén en agosto pasado, cuando la secta que controlaba la comunidad michoacana se opuso violentamente a un cambio en el plan de estudios. La segunda fueron los cuadros que se mezclaron con quienes el 1 de diciembre protestaron violentamente contra la Policía Federal en el Palacio Legislativo de San Lázaro, horas antes de que Peña Nieto rindiera protesta como Presidente.

Esa violencia, como anticipó el EPR, originó que aparecieran nuevos grupos guerrilleros, el Comando de Resistencia Urbana Saltillo y el Ejército Popular Magonista de Liberación Nacional, que han dado a conocer tres comunicados en lo que va del mes. Uno más, el Movimiento Anarquista Revolucionario Sanluisino apareció de manera informal, pero no ha dado a conocer públicamente ningún planteamiento. Hay escasa información sobre estas nuevas organizaciones, aunque una de ellas, la del Comando en Saltillo, se presentó como parte del EPR sin que esta guerrilla lo desmintiera. Entre las claves que todavía no encuentran lectura fácil, está otro comunicado, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo, el martes pasado. “La real capacidad de un revolucionario se mide por el saber encontrar tácticas revolucionarias adecuadas en cada cambio de la situación”, dijo el grupo, que es una escisión del EPR. “Para hacer frente a una situación dada, se requiere de la coordinación, articulación y desarrollo de los diferentes procesos de democratización y revolucionarios”.

¿Qué están diciendo todos estos comunicados? Jorge Lofredo, quizás quien fuera de los servicios de inteligencia es quien más sabe sobre movimientos armados, dudó en el periódico El Sur de Acapulco el martes sobre un involucramiento directo del EPR con esos grupos, ante los altos riesgos para su seguridad interna. Sin embargo, apuntó: “Es probable que el EPR considere a estas situaciones como la ocasión propicia para el reclutamiento de nuevos y futuros miembros antes que de participación”.

La hipótesis refleja el tono de los comunicados, solidarios pero distantes, en el llamado a la insurrección. ¿Qué buscan? En varios de los últimos comunicados recordaron el aniversario de la caída de uno de sus fundadores -cuando era Partido Revolucionario Obrero Clandestino-Unión del Pueblo- el 10 de diciembre de 1974, Héctor Heladio Hernández Castillo, quien como Tiburcio Cruz Sánchez, jefe histórico del EPR, entró a la guerrilla durante la ola insurgente de los 70, cuando los estudiantes se radicalizaron tras la matanza de Tlatelolco de 1968 y la represión el Jueves de Corpus en 1971, ante lo que veían un poder autoritario e impuesto. Justo, en condiciones como las que hoy en día también diagnostican.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Las interrogantes tras la ira de diciembre (análisis)


Este texto fue escrito originalmente para el periódico El Sur, de Acapulco, Guerrero, México, que está en la liga http://suracapulco.mx/archivos/57359; se encuentra también en la página del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (Cedema), en http://www.cedema.org/ver.php?id=5336    Opinión que aporta elementos para el debate.



Las interrogantes tras la ira de diciembre
 
Jorge Lofredo

Una de las consecuencias que se desprende de lo sucedido el primero de diciembre es el anuncio de ¿dos nuevas organizaciones? (vale, para el caso, el exceso por los signos de interrogación), que se definen como clandestinas, armadas y revolucionarias. La referencia es al Comando de Resistencia Urbana Saltillo (CRUS) y el Ejército Popular Magonista de Liberación Nacional (EPM-LN), que dieron a conocer respectivamente sus primeros comunicados en forma pública para la misma ocasión y con los que obtuvieron una significativa repercusión informativa.

1. ¿Presentación legítima o clásica impostura? En el México actual, vértice de violencias con distintos signo y sentido, el acto de reivindicación de una figura histórica determinada no confiere nada a la organización que lo reclama hasta que su accionar lo confirme a lo largo del tiempo. No todo grupo que se reclama revolucionario es tal sólo porque así se ha bautizado, ni tampoco aquel que se denomine de “liberación nacional” será capaz de encabezar, y quizá ni tan siquiera integrar, un movimiento donde todas las clases sociales confluyan en una lucha por liberar la nación de lo que la oprime hasta que lo demuestre en forma efectiva. Y más aún, siempre en el mismo sentido y como siempre en estos casos, la única emisión de un escrito no vuelve real, viable o concreta la experiencia que dicen representar. Por lo tanto, no es “guerrilla” u “organización revolucionaria” por el mero hecho de reclamarse tal o por la mera posesión de armamento, sino aquel decidido a usarlo en pos de un programa e ideología revolucionarias. El resto es simplemente un elemento más de este entrecruzamiento de violencias disímiles con irreconciliables, y a veces irreconocibles, objetivos.
El accionar de una organización político-militar deberá contener siempre cada una de estas variables en sus actos, por lo tanto, estarán ligados a una reivindicación política encuadrada en la estrategia y táctica que se imponga esa organización. En este sentido, y dentro de un terreno sumamente subjetivo, cada acción emite un mensaje, beneficia o afecta a otros y confirma su objetivo; pero si ello acaba por beneficiar a quien en los papeles hubieron de definir previamente como “enemigo” entonces poco sirvió lo dicho, en cambio es su actuación la que más hablará sobre ellos. Tampoco es suficiente la participación en alguna refriega callejera o realizar actos de sabotaje para alcanzar la condición de revolucionaria ni de organización político-militar pues, si ello fuese así, distintas organizaciones que apelan al sabotaje como táctica, que no son clandestinas ni revolucionarias, se convertirían, automáticamente, en organizaciones de este tipo.

2. Brevísimo apunte sobre el caso CRUS y EPM-LN. De la misma manera por lo sucedido en Michoacán en octubre, algunas versiones han denunciado la participación directa del Ejército Popular Revolucionario (EPR) durante los hechos del primero de diciembre pasado. Con algunas diferencias entre uno y otro hecho –antes se afirmó que los eperristas encabezaron el conflicto, ahora que sólo han participado en él–, cierto es que el grupo ha apoyado a los inconformes, posteriormente a lo sucedido, a través de comunicados. Y ello es lógico debido a que una organización de estas características jamás se abstendrá de observar en forma puntual cada muestra de inconformidad social que se produce. Pero si se considera que el eperrismo (o sea, la totalidad de las organizaciones que de alguna u otra forma se han vinculado a la experiencia del EPR desde 1996) es un espacio signado por el fraccionamiento interno y si además se le suma que su estrategia declarada es de largo aliento (bajo los cánones de la guerra popular prolongada), es altamente probable que la participación eperrista en dichos sucesos haya sido antes a nivel individual que organizativo. De hecho, es probable que el EPR considere a estas situaciones como la ocasión propicia para el reclutamiento de nuevos y futuros miembros antes que de participación. La participación directa en estos hechos expondría al grupo a un muy alto riesgo de seguridad interna.

Sin olvidar este contexto, en los comunicados de CRUS y EPM-LN se encuentra un punto de coincidencia muy interesante que merece ser destacado: ambas aducen alguna forma de acercamiento a la experiencia eperrista, ya contemporánea o intencionadamente histórica, tanto en forma directa o indirecta. Por una parte, CRUS se presenta, en forma explícita, como parte integrante del EPR; en tanto que EPM-LN lo hace en forma implícita, y más sutil, pero siempre refiriendo a la historia reciente del eperrismo. Por supuesto que lo afirmado por CRUS no se vuelve cierto de inmediato ni el eperrismo necesita que hablen por él. Por lo tanto, no son suficientes sus dichos sino que será necesario que el propio EPR defina una confirmación o un desmentido, ya que sería la primera vez que el EPR accione bajo otra denominación. Por su parte, el caso del EPM-LN es diferente. En su texto refieren a la experiencia eperrista y a no repetir el pasado, como si se tratase de una organización proveniente de esa experiencia, o bien como ruptura de alguna de las siglas que la componen. Si ello resulta ser así, por lo visto hasta el momento de poco ha servido si no para continuar las divisiones entre las distintas expresiones clandestinas; en cambio, si así no fuese, entonces se trata de una situación de injerencia cuyos objetivos y alcances no han sido manifestados. Para ambos casos, cada cuestión puede abordarse desde dos formas opuestas: una de estas aspira a descubrir una suerte de reclamo de un espacio dentro del espectro de las organizaciones clandestinas conocidas hasta la fecha –esto es, las eperristas– tanto sea para ser reconocidas como tales o bien para integrar algunas de las organizaciones preexistentes; por el sentido contrario, están procurando influir dentro de la dinámica divisionista que ha sufrido el eperrismo, ya sea para profundizar los clivajes que las divide o para infiltrarlas.

La aparición de un nuevo grupo armado, lo que no parece representar una sorpresa en el México contemporáneo, siempre conlleva estos riesgos ya que cualquier intención que surja desde o hacia ese espacio de clandestinidad no podrá evitar o negar la experiencia desarrollada por el eperrismo. Para desentrañar esta madeja, será necesario confirmar si éstas, como es el caso puntual de CRUS y de EPM-LN, se sustentarán en el tiempo o acabarán siendo, como tantas otras, efímeras.
 
criterio@riseup.net
www.cedema.org

lunes, 14 de mayo de 2012

El silencio de los guerrilleros (análisis)

Entrevista digital a Jorge Lofredo, director del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (Cedema),  el 13 de mayo de 2012


1.- El pasado 10 de abril no hubo los tradicionales comunicados de grupos guerrilleros recordando a Zapata. ¿Sabes la razón?, ¿repliegue?, ¿silencio táctico?, ¿desorganización?


No es la primera vez que obvian fechas de referencia: las organizaciones parecen haber roto con la lógica estricta de efeméride, como puede observarse desde hace bastante tiempo atrás. Se trata de una forma de superar la dinámica de organizaciones de referencia y testimoniales.
 La efeméride refiere a una coyuntura que no pierde su valor intrínseco ni su vigencia pero que va superándose paulatinamente; por lo tanto, lejos del olvido, la fecha de relevancia se reivindica –cualquiera que ésta sea– pero de otra forma.

 Como meros ejemplos, es posible encontrar a una campaña militar denominada Lucio Cabañas (como ya lo ha hecho el EPR) o, para el caso, no resulta extraño que un comando se presente bajo el nombre de Emiliano Zapata, Flores Magón, etcétera. (Y, como ejemplo contrario: ninguna de estas siglas ha reivindicado la efeméride de Francisco Javier Mina, lo cual no impidió que así se denomine el destacamento del EPR que actuó en Guanajuato contra los ductos de Pemex.)

 Sin embargo, ello no quiere decir que no recurran nuevamente a referirse a íconos y símbolos con los cuales se sienten identificados o movidos a comunicar recordatorios en fechas determinadas, sino que simplemente ya no se trata de una situación clave o indispensable en sus políticas.

Estas organizaciones parecen haber logrado asimilar las figuras de relevancia en su interior y lo que se procura comunicar “hacia fuera” es precisamente esto: la imagen del héroe fundida con el de la organización, intentando demostrar que una sea indivisible de la otra. Para el grupo es un aspecto más del proceso de legitimación a través de la hipóstasis.



2.- Los comités estatales del EPR han estado muy activos enviando comunicados estos días. Han renovado la esperanza en la Comed. Han criticado a los partidos PRI y PAN. Condenan la represión a normalistas michoacanos. Saludos a madres y obreros. Sé que por lo general no participan pero tampoco bloquean elecciones. ¿Qué opinión te merece esta táctica eperrista en 2012?



“Activarse”, “reactivarse” y “desactivarse” es parte de la táctica de la mayoría de los grupos guerrilleros, y no sólo los mexicanos, que se encuentra dentro del margen de imprevisibilidad (o “factor sorpresa”, donde todo parece “posible” en cualquier momento) que están obligados a recurrir debido a la asimetría en su compulsa de fuerzas respecto al Estado.

Es también una medida de seguridad –invisible/visible, subterráneo/superficie– pero además, y en este caso quizá lo más importante, es una señal política. Tiempo después de la desaparición de sus dos miembros en 2007 y tras hacer público una serie de problemas al interior de la organización, el EPR desautorizó a expresar en nombre de la organización a cualquier comité zonal, siendo el Comité de Prensa y Propaganda la única instancia autorizada por el partido para emitir comunicados.

 Ello, paulatinamente, ha variado hasta llegar a esta fecha donde, como se ha visto, los comités estatales o zonales parecen haber cobrado nuevamente voz. (Es el emergente de una situación más profunda al interior de la organización que, al volver a esta coyuntura, indica que lo que en algún momento fue un conflicto en sus estructuras hoy ya está superado.)

 Pero esta cuestión tiene, además, otra explicación coyuntural: 1) la cercanía del quinto aniversario de las desapariciones; y 2) el desarrollo del proceso electoral.


A renglón seguido, conviene desarrollar ambas situaciones: 1) este 25 de mayo se cumplirán cinco años de las desapariciones de Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya y, por paradójico que resulte, esta es una efeméride donde el grupo buscará amplificarla como demanda social, propia y legitimadora.

 La solicitud reciente a la Comisión de Mediación para conocer el desarrollo de las gestiones sobre su paradero apunta a esa situación, sin dejar de lado que, en un anterior comunicado, el EPR puso en claro que los tiempos se agotan y cualquier respuesta que no resulte de conocer fehacientemente lo sucedido con ellos volverá la situación a un “punto cero” para el grupo, lo que significa que se sentirá liberado de cualquier compromiso y podrá dar por concluida la tregua militar.

 No obstante, mientras que ésta perdure no es previsible un retorno a la campaña político-militar que inició en 2007, la cual, por cierto, no ha dado por concluida. Pero para que ello fuese así –la vuelta a producir acciones político-militares– le demandaría al EPR exponer públicamente la solicitud de cese en sus funciones de la Comed, hecho harto difícil ya que debiera ser un pedido formal, puntual, políticamente atendible y que no se resolvería en un solo comunicado o acto sino que debiera referirse a un proceso político ante el cual está obligado a explicitar puntualmente sus razones.

 Esa solicitud, además, interrumpiría las gestiones internacionales que se están realizando a tal efecto ya que también tendría que rendir cuentas a los familiares de las víctimas y otras organizaciones e instancias que piden por la aparición de los desaparecidos. Todo ello por un lado.

 Por otro: 2) una posible irrupción político-militar durante el desarrollo del proceso electoral no sólo rompería con la lógica histórica de no boicotear las elecciones sino que agregaría una alta cuota de incertidumbre a dicho proceso eleccionario del cual se autoexcluirían automáticamente ya que, al presentarse como ruptura radical a la democracia electoral, perderían toda posibilidad de resonancia de sus posicionamientos políticos y, peor aún, se volverían funcionales a los argumentos de los sectores políticos y sociales que reclaman mayor seguridad, continuidad de la presencia del ejército en calles y comunidades, y prolongación del “estado de excepción” de facto que vienen sosteniendo en sus escritos por la guerra contra el narcotráfico.

La entrada militar del EPR en el actual escenario correría el eje de la discusión hacia otra variable falaz, pero igualmente contundente, de violencia/democracia, que servirá para abroquelar a toda la clase política y a la opinión pública en su contra. Y ello porque hoy la guerrilla no es tema de discusión ni debate, por tanto la amplificación informativa de sus demandas es menos costosa y más probable a través de la emisión de textos y generando algún “ruido” en los medios masivos de comunicación a partir de la solicitud por los desaparecidos, el llamado a no votar por algún u otro candidato o cualquier otra circunstancia que surja dentro de esos marcos. Y este quinto aniversario parece ser un momento clave.


 De hecho, con la sola emisión de un comunicado se la ha pretendido involucrar con los estudiantes de Michoacán, tal como señaló a los medios el actual gobierno estatal de esa entidad. Involucrar a la guerrilla suena como excusa ya superada pero recurrente frente a la incapacidad de hacer frente a un conflicto social o político, pero también es un atajo para imponer el miedo en la sociedad y legitimar el accionar gubernamental.

 Lo peligroso de involucrarla a ese nivel, es que posiblemente sirva en preparar el terreno para la represión, como muchos ejemplos inmediatos así lo demuestran. (Atenco, Oaxaca, Guerrero, recientemente con los miembros del movimiento que encabeza Sicilia, etcétera.) Debido a que no puede hacer frente al conflicto lo “militariza”, y a los manifestantes les confiere un status semejante al de “combatientes”.


3.- ¿Qué se sabe del ERPI y de las otras organizaciones?


Es muy poco lo que se sabe del ERPI y la poca información que circula sobre éste es confusa, contradictoria, errática y no confiable.

 Lo último conocido públicamente ha sido el deslinde del “caso Diego” a fines de septiembre de 2010. (Sus comunicados inmediatamente anteriores también mostraban distancia en el tiempo: uno referido al 7 de junio del mismo año sobre la masacre de El Charco y otro que anunció el asesinato del comandante Ramiro.) Luego de ello, ha caído en un pronunciado silencio al igual que la mayoría de las otras organizaciones eperristas (con excepción del EPR y en menor medida de FARP que si ha distribuido textos propios en este año).

 El caso de las otras organizaciones resulta llamativo debido a que, por lo general, mantenían fluido el canal de expresión vía textos, realizando conferencias de prensa y, con anterioridad, consumando acciones menores político-militares. Como ejemplo mensurable, TDR-EP y el MRLCB, que junto a otras organizaciones menos conocidas conforman la Coordinación Revolucionaria, llevan más de un año sin dar a conocer públicamente ninguna clase de textos, o periódicos partidarios ni partes políticos; ello, desde marzo-abril de 2011.

Semejante es el caso del Comando 28 de Junio, que desde junio del mismo año no se han pronunciado. Aún así, se han conocido otras situaciones en las cuales han producido silencios y ello no significa necesariamente alguna suerte de crisis o problemas internos sino que puede ser una decisión táctica-estratégica que, sin embargo, este año electoral podría ser un detonador para volver a expresar sus respectivos posicionamientos políticos.

De hecho, ambas organizaciones se han mostrado muy activas, en lo que refiere a la emisión de comunicados, durante el proceso electoral de 2006. Son organizaciones que siempre han tomado la palabra y augurar que seguirá por ese camino tanto como afirmar lo contrario resultaría un ejercicio ocioso pues, por una parte, la imprevisibilidad refiere a una condición básica del accionar clandestino y, por otra, no será más que una mera especulación, viciada siempre de gran cuota de intencionalidad política en contrario a su misma existencia.

Sin embargo, aunque es una caja de resonancia para estas cuestiones, un anuncio de envergadura proveniente de este ámbito podría evaluarse que el mismo quedaría sepultado por la avalancha informativa sobre las elecciones y sus candidatos. No obstante, vale reconocerlo, este es uno de los silencios más profundos que han protagonizado este sector de las organizaciones clandestinas.

 Sólo como mero ejemplo, el asesinato de Acosta Chaparro no ha merecido, hasta el momento, la referencia de ninguna de las organizaciones existentes, a excepción del EPR que le ha dedicado un párrafo en su comunicado del 1º de mayo pasado.

 Lo que resta considerar es que, ante la existencia de hechos coyunturales sobre los cuales estas organizaciones suelen pronunciarse, se está produciendo un vacío de información de ese sector sobre el cual aún no se puede establecer el parámetro de importancia del mismo pero que, y más importante aún, ese hecho –o sea, producir vacío a partir del silencio– expresa alguna otra circunstancia que aún no se revela, por lo que no puede mensurarse su importancia ni su dirección.

Si la emisión de un comunicado es una decisión política, el silencio también lo es; por lo tanto, es esperable que en este año electoral se devele.


4.- Los anarquistas han detenido acciones, ¿te dice algo esto?


También han incurrido en una suerte de silencio, aunque no es equiparable esta con la circunstancia de las otras organizaciones. En este caso particular es de considerar lo que parece suceder respecto a una sensible baja de las acciones de organizaciones anarquistas también en el resto del continente, aunque no por ello signifique alguna idea de abandonar las actividades que llevan a cabo.
Pero este caso es particular porque muchas de las acciones que realizan, y que en muchos casos también reivindican, no son “mostradas” por los medios de comunicación masivos y sólo se puede saber de ellas exclusivamente por la prensa alternativa. Sin embargo, lo que no es mostrado no significa que no suceda.
Al igual, en sus fanzines no se encuentra tampoco la reivindicación de nuevas acciones, en lo que respecta a México, y si sobre lo ocurre en otras partes, mucho de ello referido a los grupos que operan en Europa.
 A menudo, las acciones anarquistas son presentadas en los medios masivos como actos sin sentido, irracionales, y con ello no se permite desgranar la connotación profundamente política y de protesta que éstos implican en una sociedad. Y un camino elegido para ello es presentarlos como irracionales o decididamente como “locos”, donde a sus acciones se las muestran como insólitas, desvariadas o, peor aún, delincuenciales. Y esto no es así.
No obstante, estos grupos puede que resulten un poco más vulnerables al accionar policial que las organizaciones marxistas y es posible que lo que está ocurriendo sea una mayor preocupación y, en consecuencia, también mayor persecución a estos sectores.
 Y lo que no se entiende, o no se quiere entender o dar a conocer, políticamente del anarquismo es que tiene una carga política clarísima. Y, tal vez, este lapso en (presunto) silencio también contenga elementos políticos que son incapaces de ser percibidos “desde fuera” porque sus tiempos son distintos al ruido mediático que tiene, por ejemplo, el proceso electoral.
Pero es posible también considerar que los grupos anarquistas recurren al mismo elemento de la imprevisibilidad para actuar, cuyos golpes no pueden ser advertidos de antemano. En este punto, es factible considerar que sólo se trata de un momento dentro de una estrategia de una lucha más amplia.

miércoles, 13 de octubre de 2010

El Jefe Diego y los eperristas (análisis)

Desde la Argentina, Jorge Lofredo, investigador del Centro de Documentación de los Movimiento Armados nos envía la siguiente reflexión para compartir y comentar en colectivo. Aborda dos desapariciones: la del “Jefe” Diego Fernández de Cevallos y la de los militantes del EPR desaparecidos en 2007, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez. Afirma que una será, al parecer, transitoria, mientras que las otras parecen ser permanentes, es decir, radicales:

“El ‘anonimato radical’ no sólo es la connotación política que adquiere un acto realizado a partir de una identidad desconocida y cuidadosamente desvirtuada sino también de los objetivos que se ocultan mediante el engaño (sus proclamas son ‘sucias’ porque no permiten vislumbrar sus pretensiones ni sirven, para el caso, como prueba de vida), la mentira y todo aquello que no puede conocerse en forma certera con los elementos a disposición.

“Tanto, que cualquier hipótesis sobre sus protagonistas pueden ser ciertas pero también es igualmente válida cualquier otra que afirme lo contrario. En este caso se ignoran la identidad y los objetivos de los responsables, pero como existe una negociación en curso, su anonimato radical es ‘transitorio’ (la caída de cualquiera de estos elementos, por supuesto, eliminará su condición radical) pero, en esencia, no deja de ser tal.

“Sin embargo, la desaparición de los eperristas continúa siendo radical, porque tampoco existió, ni existe, al menos hasta el momento y por lo que puede saberse, negociación, contacto, razón concluyente y, como agravante definitivo, se desconoce su paradero y situación: la desaparición constituye, así, un fin en sí mismo. Su finalidad fue la desaparición y no otra cosa.

“En conclusión: tanto identidad como objetivos –convenientemente trastocados y enmascarados en el caso de Diego Fernández de Cevallos– dan forma al anonimato radical de los ‘misteriosos desaparecedores’. Es una reivindicación en nombre de nadie”.

Hasta donde entiendo –-y ya Jorge nos aclarará dicho punto en la discusión que tendremos al rato en este mismo espacio— aun cuando todos los citados personajes fueron privados de su libertad, uno lo fue por razones económicas y, quizá, políticas (esto lo sabremos con el tiempo), y los otros dos habrían sido víctimas de un hecho de desaparición forzada, hasta donde se puede saber, muy probablemente perpetrado por fuerzas del orden y, por lo mismo, un acto de lesa humanidad y grave violación de derechos humanos.

No me queda claro –y esta es una pregunta para Jorge— si a él le parece un atenuante que el secuestro sea privación temporal de la libertad, mientras que la desaparición de los eperristas parece ser permanente. Y que, por lo mismo, el primer caso es menos grave que el de los guerrilleros.

También el hecho de atar dos hechos aparentemente inconexos pudiera arrojar un subtexto en el que se sugiere que ambos hechos están conectados de alguna manera; acaso que el secuestro es represalia por las desapariciones previas. ¿Es así?

En el entendido de que sin datos duros para analizar -–apenas los comunicados de los “misteriosos desaparecedores”, en un caso, y los de los del EPR, en el otro— todo son especulaciones, quizá es probable construir un discurso lógico donde los pocos hechos conocidos hablen por sí mismos y arrojen conclusiones preliminares sobre la naturaleza de dos eventos en los que tres mexicanos han perdido su libertad.

¿Cuál es tu idea del caso?, ¿qué te dicen los comunicados de ambas partes?, ¿crees que haya vinculación entre casos?, ¿es menos grave un secuestro que una desaparición forzada?

Opina con nosotros. La tribuna está abierta.

La guerra de Sendero Luminoso

El número 2 del grupo armado peruano Sendero Luminoso, Edgar Mejía Asencios, alias camarada Izula, fue capturado este miércoles por la Policía Nacional de Perú en la región del Alto Huallaga.

Camarada Izula es lugarteniente de Florindo Eleuterio Flores-Hala, alias camarada Artemio, jefe militar de Sendero Luminoso, quien ha planteado una salida negociada a su conflicto con el Estado, lo que ha sido desestimado por el gobierno peruano.

Checa la nota completa en la Radio del Sur.

El Insurgente, del EPR

Ayer fue difundido el ejemplar número 130 del órgano de difusión y propaganda del PDPR-EPR, El Insurgente, que entre otros temas abordan los desastres sociales causados por fenónemos naturales, su rechazo a los festejos del Bicentenario y su objeción al concepto de narcoinsurgencia con el que se pretende, dicen, vincular al crimen organizado con los movimientos de lucha social.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Son guerrilleros, dice Onésimo

Ya salimos del apuro y no tenemos por qué quebrarnos más la cabeza. El obispo de la Diócesis de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, concluye e ilustra que “más que al narcotráfico, el país enfrenta a guerrillas disfrazadas de narco, de lo cual ya se había alertado y nadie hizo caso. Ya tenemos al lobo encima y es bravo”.
Y abundó: “Evidentemente con la ayuda del Ejército y la Marina se van a hacer muchísimas cosas… pero debemos poner más énfasis, y esa es la labor del Presidente, en los grupos guerrilleros que están descuidados, pero primero hay que admitir que existen.

“Ya se había alertado al gobierno de la presencia de la guerrilla, que cada vez se estaban armando más, que había una incursión muy grande de armas en el país… pero que todo se quedó en eso y nadie hizo caso porque creyeron que no tenía sentido”.

O sea que los 28 mil muertos que reporta el Cisen que van en esta lucha en el sexenio son causados por EPR, TDR, ERPI, las Milicias Flores Magón, las FARP, el Comando Jaramillista, etcétera, quienes tendrían más fuerza, capacidad de fuego y poder territorial que los Zetas, o que los cárteles del Golfo y Pacífico, o que La Familia.

Tal conclusión suena simplista y no concuerda con lo que afirman en su media lengua de filtraciones y rumores los órganos de inteligencia federal. Tampoco guarda relación directa con el accionar de los grupos. No he escuchado a ningún un detenido de los Zetas afirmar que su lucha es política y para derrocar al régimen.

Tampoco se percibe que los comunicados de EPR, por ejemplo, reivindiquen el trasiego de drogas como actividad revolucionaria. Lo más que han hecho en tal sentido es respaldar a las FARC de Colombia, que sí viven de eso.

Si Onésimo sabe algo, sería bueno que lo compartiera con los órganos de inteligencia federales, no con la prensa.

Si sólo está hablando de oidas, animado más por una fobia personal en contra los guerrilleros, pues tendría que aclarar que es una impresión suya.

Los curas rurales, los de la sierra, los que andan deveras en las comunidades saben muchas cosas de lo que se mueve por ahí; de las inquietudes e inconformidades de la gente; y también saben quién es quién en cada lugar. ¿Será de ahí de dónde sale la información del prelado?

Muy probablemente no. Su círculo de amigos es más de poderosos y potentados. Tiene más afinidad con el dinero, el PRI y el PAN, que con las comunidades de base.

Aun así, se agradece la declaración, pues es sintomática de lo que piensa una parte de esa élite a la que Onésimo pertenece.

Más del caso Diego

De entre tanta pirotecnia de declaraciones; en medio de una cruce de filtraciones sobre el origen de los secuestradores de Diego Fernández de Cevallos, surgió esta semana una voz mesurada y prudente, la de Jorge Lofredo, quien no se atreve a descartar a ningún grupo armado como perpetrador del caso, pero tampoco a acusar a priori a ninguno y da sus razones.

Recomiendo su lectura en esta liga.

lunes, 7 de junio de 2010

Caso Diego: ¿información o propaganda?

8 junio 2010

Sin un solo dato duro que la soporte, se impone ya en la agenda periodística la verdad oficial de que es un grupo guerrillero el que tiene secuestrado desde el 26 de abril pasado al político panista Diego Fernández de Cevallos, lo que si bien es probable, tendrá que ser respaldado por algo más que las filtraciones de los aparatos de inteligencia civil y militar.

Ayer, el periodista Raymundo Riva Palacio aseguró que “de acuerdo con los patrones de secuestros en los 10 últimos años y el modus operandi que han mostrado sus captores” es el Ejército de Liberación Nacional (ELN) quien tiene en su poder a Diego.

Se refiere a este grupo como escisión del EPR, que actúa en el centro del país, especialmente en el estado de Querétaro, con un bajo perfil, no protagónico, lo que justificaría el que hasta ahora no hayan reivindicado la acción. Refiere que el ELN ha realizado cuando menos otro secuestro de alto impacto, el de Nelly Esper Sulaimán.

Con perspicacia hace notar que en el comunicado eperrista de deslinde del secuestro del panista venían dos párrafos –que aquí sólo anotamos como extraños y aparentemente fuera de contexto-, en los que habla de grupos traidores, que simulan tener estructuras revolucionarias, que en realidad serían la clave para entender que los autores son una escisión propia.

Otra media docena de columnistas ha sido más vago, éstos ni siquiera se han tomado la molestia de responsabilizar a un grupo en particular, ni de explicar a sus lectores la mecánica guerrillera de los secuestros, ni de justificar la fe ciega en sus fuentes como para repetir lo que les dicen sin pedir una sola prueba de su dicho.

Jorge Lofredo, investigador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados ha escrito y explicado en cuando menos una entrevista radiofónica, que sin información concreta es imposible especular sobre la participación de grupos revolucionarios en el hecho. Prudente, no le entra a la tenebra propia del espionaje y la ciencia ficción, ajenas ambas a la ética periodística.

Hacer inteligencia, civil o militar, implica siempre recolectar datos y analizarlos. Hay ahí siempre un principio de incertidumbre propio de las organizaciones encargadas de la seguridad nacional, las que sin duda alguna están trabajando en lo de Diego Fernández de Cevallos. Las hipótesis de trabajo suelen ser de alta secrecía por sus implicaciones para el país y, en este caso, para la vida de la víctima.

Por eso llama la atención que se esté colando tanto el secreto de la guerrilla secuestradora. Más que filtraciones periodísticas parece campaña de posicionamiento de una verdad a repetir mil veces, para que quede más en el imaginario público que en la crudeza de los hechos.

Esto no es descabellado si se toma en cuenta que hay cuando menos un caso de secuestro –el de Eduardo García Valseca- en el que la autoridad asegura contundente que los autores fueron guerrilleros, que se pagaron poco menos de dos millones de dólares de rescate (@rivapa dixit), pero sin estar dispuestos a hacer pública su investigación, ni a exhibir las pruebas de que fue el EPR el plagiario, y no permiten siquiera que el expediente sea consultado por los afectados.

Opacidad pura que no abona a la credibilidad de las autoridades involucradas y más bien las pone en sospecha.

Aquí parece repetirse el patrón, con la diferencia de que el secuestro está en curso. Es cosa de tiempo para saber si estamos frente a datos duros de inteligencia o es sólo propaganda.