Mostrando entradas con la etiqueta Diego Fernández de Cevallos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Diego Fernández de Cevallos. Mostrar todas las entradas
viernes, 24 de mayo de 2013
Diego, tres años después. Raymundo Riva Palacio (análisis)
Mayo 13, 2013
Esta semana hay una efeméride muy poco recordada, salvo por aquellos cuya vida quedó marcada por ella: el secuestro de Diego Fernández de Cevallos en mayo de 2010, quien duró siete meses retenido por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Esta fecha no suele ser recordada, pero en esta ocasión coincide con un comunicado del EPR del 29 de abril pasado que cierra varios ciclos guerrilleros.
El ELN es una escisión del EPR, que opera en la zona de El Bajío y San Luis Potosí desde hace varios años, dedicado al secuestro. Se le adjudican retenciones de alto impacto, como la de la sobrina del empresario José Sulaimán y de un empresario poblano por el cual se pagaron alrededor de siete millones de dólares. El ELN, la parte más criminal y menos ideológica de la guerrilla, siempre le ha dado parte de sus ganancias al EPR, aunque éste lo ha negado. En el caso de Fernández de Cevallos, que nunca ha hablado de su cautiverio, el rescate fue de 30 millones de dólares -que salieron de préstamos bancarios-, pagados por varios sacerdotes.
La conexión que hace importante la efeméride es el comunicado del 29 de abril con el “juicio revolucionario” que el ELN hizo a Fernández de Cevallos, probablemente, antes del 26 de mayo de 2010, cuando emitieron su segundo comunicado sobre el secuestro, en el que hablan de las relaciones del abogado. Esta red de contactos no fue una improvisación del ELN, sino que salió de lo que él mismo “declaró” a sus captores, de acuerdo con la primera declaración ministerial que hizo dos días después de su liberación el 20 de diciembre en Los Pinos, que nunca ratificó ante el ministerio público.
Los nombres que dio en ese entonces, coinciden con los que mencionó el EPR en su reciente comunicado, y los que identifica como miembros de los “clanes oligárquicos” beneficiados por las reformas derivadas del Pacto por México. En este documento el EPR comenzó a difundir extractos del “juicio revolucionario”, donde sugiere nuevos secuestrables e identifica como a enemigos al comisionado de Seguridad Pública, Manuel Mondragón, y el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. Además, este mismo texto conecta con otro comunicado que difundió el EPR el 21 de junio de 2012, donde perfilaba la construcción de un frente de masas -su cobertura social y política-, que necesita toda guerrilla para apoyar sus frentes de guerra.
En este mismo espacio se publicaron en diciembre las señales que estaba emitiendo el EPR para 2013. La primera relevante la mostró el EPR en un comunicado que difundió el 21 de junio pasado, tras la llamada Convención Nacional contra la Imposición, celebrada en San Salvador Atenco, donde decía: “No dudamos que ante un fraude(electoral) y por consiguiente una imposición, habrá grupos que quieran hacer una revolución”, dice el EPR. La segunda fue el 9 de diciembre, donde habló de las “diferentes expresiones de descontento”, algunas enfiladas a organizar guerrillas, y otras en proceso de radicalización. La tercera es la del 29 de abril donde afirma: “Las movilizaciones populares, del magisterio democrático, de estudiantes normalistas y universitarios son necesarias e irán en aumento”.
El EPR ha engañado con la verdad. Ha venido anunciando desde hace 10 meses el proceso de construcción de un movimiento de masas con un brazo armado. No quisieron verlo, o lo vieron pero no lo atajaron, pero ya está aquí. En el Distrito Federal, en Guerrero, en Oaxaca, de manera activa. “Son tiempos de resistencia popular, de organización y lucha consecuente, de organizar creativamente la autodefensa popular, de vincular la lucha con todos los sectores populares de impulsar y generalizar las acciones políticas de masas conjuntas”, especificó en el comunicado. El dilema ya no es convivir con un EPR acotado, como en otros años, sino cómo se ataja su crecimiento y se le regresa al lugar donde su daño estaba focalizado, en lugar de inyectar un virus rebelde a las inconformidades sociales, bajo el diagnóstico que dejan traslucir de que las condiciones objetivas para la insurrección están dadas.
(Tomado de http://www.24-horas.mx/diego-tres-anos-despues/ )
Etiquetas:
24 Horas,
Diego Fernández de Cevallos,
ELN,
EPR,
Raymundo Riva Palacio
miércoles, 13 de octubre de 2010
El Jefe Diego y los eperristas (análisis)
Desde la Argentina, Jorge Lofredo, investigador del Centro de Documentación de los Movimiento Armados nos envía la siguiente reflexión para compartir y comentar en colectivo. Aborda dos desapariciones: la del “Jefe” Diego Fernández de Cevallos y la de los militantes del EPR desaparecidos en 2007, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez. Afirma que una será, al parecer, transitoria, mientras que las otras parecen ser permanentes, es decir, radicales:
“El ‘anonimato radical’ no sólo es la connotación política que adquiere un acto realizado a partir de una identidad desconocida y cuidadosamente desvirtuada sino también de los objetivos que se ocultan mediante el engaño (sus proclamas son ‘sucias’ porque no permiten vislumbrar sus pretensiones ni sirven, para el caso, como prueba de vida), la mentira y todo aquello que no puede conocerse en forma certera con los elementos a disposición.
“Tanto, que cualquier hipótesis sobre sus protagonistas pueden ser ciertas pero también es igualmente válida cualquier otra que afirme lo contrario. En este caso se ignoran la identidad y los objetivos de los responsables, pero como existe una negociación en curso, su anonimato radical es ‘transitorio’ (la caída de cualquiera de estos elementos, por supuesto, eliminará su condición radical) pero, en esencia, no deja de ser tal.
“Sin embargo, la desaparición de los eperristas continúa siendo radical, porque tampoco existió, ni existe, al menos hasta el momento y por lo que puede saberse, negociación, contacto, razón concluyente y, como agravante definitivo, se desconoce su paradero y situación: la desaparición constituye, así, un fin en sí mismo. Su finalidad fue la desaparición y no otra cosa.
“En conclusión: tanto identidad como objetivos –convenientemente trastocados y enmascarados en el caso de Diego Fernández de Cevallos– dan forma al anonimato radical de los ‘misteriosos desaparecedores’. Es una reivindicación en nombre de nadie”.
Hasta donde entiendo –-y ya Jorge nos aclarará dicho punto en la discusión que tendremos al rato en este mismo espacio— aun cuando todos los citados personajes fueron privados de su libertad, uno lo fue por razones económicas y, quizá, políticas (esto lo sabremos con el tiempo), y los otros dos habrían sido víctimas de un hecho de desaparición forzada, hasta donde se puede saber, muy probablemente perpetrado por fuerzas del orden y, por lo mismo, un acto de lesa humanidad y grave violación de derechos humanos.
No me queda claro –y esta es una pregunta para Jorge— si a él le parece un atenuante que el secuestro sea privación temporal de la libertad, mientras que la desaparición de los eperristas parece ser permanente. Y que, por lo mismo, el primer caso es menos grave que el de los guerrilleros.
También el hecho de atar dos hechos aparentemente inconexos pudiera arrojar un subtexto en el que se sugiere que ambos hechos están conectados de alguna manera; acaso que el secuestro es represalia por las desapariciones previas. ¿Es así?
En el entendido de que sin datos duros para analizar -–apenas los comunicados de los “misteriosos desaparecedores”, en un caso, y los de los del EPR, en el otro— todo son especulaciones, quizá es probable construir un discurso lógico donde los pocos hechos conocidos hablen por sí mismos y arrojen conclusiones preliminares sobre la naturaleza de dos eventos en los que tres mexicanos han perdido su libertad.
¿Cuál es tu idea del caso?, ¿qué te dicen los comunicados de ambas partes?, ¿crees que haya vinculación entre casos?, ¿es menos grave un secuestro que una desaparición forzada?
Opina con nosotros. La tribuna está abierta.
La guerra de Sendero Luminoso
El número 2 del grupo armado peruano Sendero Luminoso, Edgar Mejía Asencios, alias camarada Izula, fue capturado este miércoles por la Policía Nacional de Perú en la región del Alto Huallaga.
Camarada Izula es lugarteniente de Florindo Eleuterio Flores-Hala, alias camarada Artemio, jefe militar de Sendero Luminoso, quien ha planteado una salida negociada a su conflicto con el Estado, lo que ha sido desestimado por el gobierno peruano.
Checa la nota completa en la Radio del Sur.
El Insurgente, del EPR
Ayer fue difundido el ejemplar número 130 del órgano de difusión y propaganda del PDPR-EPR, El Insurgente, que entre otros temas abordan los desastres sociales causados por fenónemos naturales, su rechazo a los festejos del Bicentenario y su objeción al concepto de narcoinsurgencia con el que se pretende, dicen, vincular al crimen organizado con los movimientos de lucha social.
“El ‘anonimato radical’ no sólo es la connotación política que adquiere un acto realizado a partir de una identidad desconocida y cuidadosamente desvirtuada sino también de los objetivos que se ocultan mediante el engaño (sus proclamas son ‘sucias’ porque no permiten vislumbrar sus pretensiones ni sirven, para el caso, como prueba de vida), la mentira y todo aquello que no puede conocerse en forma certera con los elementos a disposición.
“Tanto, que cualquier hipótesis sobre sus protagonistas pueden ser ciertas pero también es igualmente válida cualquier otra que afirme lo contrario. En este caso se ignoran la identidad y los objetivos de los responsables, pero como existe una negociación en curso, su anonimato radical es ‘transitorio’ (la caída de cualquiera de estos elementos, por supuesto, eliminará su condición radical) pero, en esencia, no deja de ser tal.
“Sin embargo, la desaparición de los eperristas continúa siendo radical, porque tampoco existió, ni existe, al menos hasta el momento y por lo que puede saberse, negociación, contacto, razón concluyente y, como agravante definitivo, se desconoce su paradero y situación: la desaparición constituye, así, un fin en sí mismo. Su finalidad fue la desaparición y no otra cosa.
“En conclusión: tanto identidad como objetivos –convenientemente trastocados y enmascarados en el caso de Diego Fernández de Cevallos– dan forma al anonimato radical de los ‘misteriosos desaparecedores’. Es una reivindicación en nombre de nadie”.
Hasta donde entiendo –-y ya Jorge nos aclarará dicho punto en la discusión que tendremos al rato en este mismo espacio— aun cuando todos los citados personajes fueron privados de su libertad, uno lo fue por razones económicas y, quizá, políticas (esto lo sabremos con el tiempo), y los otros dos habrían sido víctimas de un hecho de desaparición forzada, hasta donde se puede saber, muy probablemente perpetrado por fuerzas del orden y, por lo mismo, un acto de lesa humanidad y grave violación de derechos humanos.
No me queda claro –y esta es una pregunta para Jorge— si a él le parece un atenuante que el secuestro sea privación temporal de la libertad, mientras que la desaparición de los eperristas parece ser permanente. Y que, por lo mismo, el primer caso es menos grave que el de los guerrilleros.
También el hecho de atar dos hechos aparentemente inconexos pudiera arrojar un subtexto en el que se sugiere que ambos hechos están conectados de alguna manera; acaso que el secuestro es represalia por las desapariciones previas. ¿Es así?
En el entendido de que sin datos duros para analizar -–apenas los comunicados de los “misteriosos desaparecedores”, en un caso, y los de los del EPR, en el otro— todo son especulaciones, quizá es probable construir un discurso lógico donde los pocos hechos conocidos hablen por sí mismos y arrojen conclusiones preliminares sobre la naturaleza de dos eventos en los que tres mexicanos han perdido su libertad.
¿Cuál es tu idea del caso?, ¿qué te dicen los comunicados de ambas partes?, ¿crees que haya vinculación entre casos?, ¿es menos grave un secuestro que una desaparición forzada?
Opina con nosotros. La tribuna está abierta.
La guerra de Sendero Luminoso
El número 2 del grupo armado peruano Sendero Luminoso, Edgar Mejía Asencios, alias camarada Izula, fue capturado este miércoles por la Policía Nacional de Perú en la región del Alto Huallaga.
Camarada Izula es lugarteniente de Florindo Eleuterio Flores-Hala, alias camarada Artemio, jefe militar de Sendero Luminoso, quien ha planteado una salida negociada a su conflicto con el Estado, lo que ha sido desestimado por el gobierno peruano.
Checa la nota completa en la Radio del Sur.
El Insurgente, del EPR
Ayer fue difundido el ejemplar número 130 del órgano de difusión y propaganda del PDPR-EPR, El Insurgente, que entre otros temas abordan los desastres sociales causados por fenónemos naturales, su rechazo a los festejos del Bicentenario y su objeción al concepto de narcoinsurgencia con el que se pretende, dicen, vincular al crimen organizado con los movimientos de lucha social.
Etiquetas:
Análisis,
desaparecidos,
Diego Fernández de Cevallos,
El Insurgente,
EPR,
Jorge Lofredo,
Perú,
Sendero Luminoso
lunes, 9 de agosto de 2010
TDR admite secuestro de empresarios
El 22 de abril de 2009 publiqué en El Universal una entrevista digital que hice al grupo Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR), a quien diversos rumores responsabilizan ahora del secuestro de Diego Fernández de Cevallos.
Como he insistitdo, no existe más datos duro de la posible vinculación de grupos armados con dicho secuestro, pero es un hecho que cuando menos TDR tiene abierta esa posibilidad y explica sus razones:
La Coalición Revolucionaria (CR), que encabeza el grupo guerrillero Tendencia Democrática Revolucionaria- Ejército del Pueblo (TDR-EP), considera válido secuestrar empresarios para financiar sus actividades, ya que, desde su punto de vista, toda gran fortuna está cimentada en el crimen, y avala prácticas similares de grupos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que allá cobra impuestos a narcotraficantes y corporaciones multinacionales.
En entrevista digital con este diario señala que, “partiendo de que toda gran fortuna está cimentada en el crimen, gravamos la gran explotación asalariada mediante la captura y la retención física de empresarios capitalistas, con base en un código que nos obliga a respetar su la integridad física y moral”.
La CR dice que es sabido que los guerrilleros colombianos capturan a civiles y militares que apoyan al gobierno, reteniéndolos como prisioneros de guerra, pero siempre dentro de lo que califican como el marco de una estrategia de liberación nacional y de la construcción de una sociedad socialista.
Aun así, deslinda a las FARC de participar directamente en el tráfico de drogas, afirmación que le parece forma parte de una estrategia política y mediática instrumentada por la “mafia gobernante colombiana”, a fin de desacreditar , aislar y golpear a esta organización revolucionaria.
Sobre la guerra que se lleva a cabo en el país en contra del narcotráfico, TDR-EP considera que no es real, que más bien es una máscara con que las distintas mafias gobernantes pretenden ocultar su participación en este lucrativo y criminal negocio, y disfrazar su sesgada intervención en la guerra de las drogas.
“Como ejemplo podríamos mencionar la protección de los Salinas al cártel del Golfo y la de los gobiernos de Fox y Calderón al de Sinaloa. En esta disputa por las plazas, las principales tajadas están entre gobernadores, senadores, diputados, funcionarios del gobierno federal y altos mandos policiacos y militares”.
Señala que la “supuesta” lucha contra el narcotráfico en México y en otros países ha sido la cortina de humo desde la que se han tratado de enmascarar acciones represivas y contrainsurgentes.
Sobre la posibilidad de que los grupos armados se unan en un esfuerzo común, asegura que, en tanto objetivo estratégico, la unidad de las fuerzas revolucionarias rebasa la coyuntura actual y tendrá que irse dando paulatinamente.
Reconocen los avances de organización social que ha alcanzado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en sus territorios y consideran que en Oaxaca se está dando un reflujo de la lucha popular, luego de que la APPO fuera debilitada por las acciones represivas de Ulises Ruiz.
TDR-EP surge como una escisión del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en agosto de 1999, y se encuentra a la cabeza de un grupo de comandos guerrilleros de índole estatal.
Como he insistitdo, no existe más datos duro de la posible vinculación de grupos armados con dicho secuestro, pero es un hecho que cuando menos TDR tiene abierta esa posibilidad y explica sus razones:
La Coalición Revolucionaria (CR), que encabeza el grupo guerrillero Tendencia Democrática Revolucionaria- Ejército del Pueblo (TDR-EP), considera válido secuestrar empresarios para financiar sus actividades, ya que, desde su punto de vista, toda gran fortuna está cimentada en el crimen, y avala prácticas similares de grupos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que allá cobra impuestos a narcotraficantes y corporaciones multinacionales.
En entrevista digital con este diario señala que, “partiendo de que toda gran fortuna está cimentada en el crimen, gravamos la gran explotación asalariada mediante la captura y la retención física de empresarios capitalistas, con base en un código que nos obliga a respetar su la integridad física y moral”.
La CR dice que es sabido que los guerrilleros colombianos capturan a civiles y militares que apoyan al gobierno, reteniéndolos como prisioneros de guerra, pero siempre dentro de lo que califican como el marco de una estrategia de liberación nacional y de la construcción de una sociedad socialista.
Aun así, deslinda a las FARC de participar directamente en el tráfico de drogas, afirmación que le parece forma parte de una estrategia política y mediática instrumentada por la “mafia gobernante colombiana”, a fin de desacreditar , aislar y golpear a esta organización revolucionaria.
Sobre la guerra que se lleva a cabo en el país en contra del narcotráfico, TDR-EP considera que no es real, que más bien es una máscara con que las distintas mafias gobernantes pretenden ocultar su participación en este lucrativo y criminal negocio, y disfrazar su sesgada intervención en la guerra de las drogas.
“Como ejemplo podríamos mencionar la protección de los Salinas al cártel del Golfo y la de los gobiernos de Fox y Calderón al de Sinaloa. En esta disputa por las plazas, las principales tajadas están entre gobernadores, senadores, diputados, funcionarios del gobierno federal y altos mandos policiacos y militares”.
Señala que la “supuesta” lucha contra el narcotráfico en México y en otros países ha sido la cortina de humo desde la que se han tratado de enmascarar acciones represivas y contrainsurgentes.
Sobre la posibilidad de que los grupos armados se unan en un esfuerzo común, asegura que, en tanto objetivo estratégico, la unidad de las fuerzas revolucionarias rebasa la coyuntura actual y tendrá que irse dando paulatinamente.
Reconocen los avances de organización social que ha alcanzado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en sus territorios y consideran que en Oaxaca se está dando un reflujo de la lucha popular, luego de que la APPO fuera debilitada por las acciones represivas de Ulises Ruiz.
TDR-EP surge como una escisión del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en agosto de 1999, y se encuentra a la cabeza de un grupo de comandos guerrilleros de índole estatal.
Etiquetas:
Diego Fernández de Cevallos,
El Universal,
FARC,
secuestros,
TDR
miércoles, 4 de agosto de 2010
Son guerrilleros, dice Onésimo
Ya salimos del apuro y no tenemos por qué quebrarnos más la cabeza. El obispo de la Diócesis de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, concluye e ilustra que “más que al narcotráfico, el país enfrenta a guerrillas disfrazadas de narco, de lo cual ya se había alertado y nadie hizo caso. Ya tenemos al lobo encima y es bravo”.
Y abundó: “Evidentemente con la ayuda del Ejército y la Marina se van a hacer muchísimas cosas… pero debemos poner más énfasis, y esa es la labor del Presidente, en los grupos guerrilleros que están descuidados, pero primero hay que admitir que existen.
“Ya se había alertado al gobierno de la presencia de la guerrilla, que cada vez se estaban armando más, que había una incursión muy grande de armas en el país… pero que todo se quedó en eso y nadie hizo caso porque creyeron que no tenía sentido”.
O sea que los 28 mil muertos que reporta el Cisen que van en esta lucha en el sexenio son causados por EPR, TDR, ERPI, las Milicias Flores Magón, las FARP, el Comando Jaramillista, etcétera, quienes tendrían más fuerza, capacidad de fuego y poder territorial que los Zetas, o que los cárteles del Golfo y Pacífico, o que La Familia.
Tal conclusión suena simplista y no concuerda con lo que afirman en su media lengua de filtraciones y rumores los órganos de inteligencia federal. Tampoco guarda relación directa con el accionar de los grupos. No he escuchado a ningún un detenido de los Zetas afirmar que su lucha es política y para derrocar al régimen.
Tampoco se percibe que los comunicados de EPR, por ejemplo, reivindiquen el trasiego de drogas como actividad revolucionaria. Lo más que han hecho en tal sentido es respaldar a las FARC de Colombia, que sí viven de eso.
Si Onésimo sabe algo, sería bueno que lo compartiera con los órganos de inteligencia federales, no con la prensa.
Si sólo está hablando de oidas, animado más por una fobia personal en contra los guerrilleros, pues tendría que aclarar que es una impresión suya.
Los curas rurales, los de la sierra, los que andan deveras en las comunidades saben muchas cosas de lo que se mueve por ahí; de las inquietudes e inconformidades de la gente; y también saben quién es quién en cada lugar. ¿Será de ahí de dónde sale la información del prelado?
Muy probablemente no. Su círculo de amigos es más de poderosos y potentados. Tiene más afinidad con el dinero, el PRI y el PAN, que con las comunidades de base.
Aun así, se agradece la declaración, pues es sintomática de lo que piensa una parte de esa élite a la que Onésimo pertenece.
Más del caso Diego
De entre tanta pirotecnia de declaraciones; en medio de una cruce de filtraciones sobre el origen de los secuestradores de Diego Fernández de Cevallos, surgió esta semana una voz mesurada y prudente, la de Jorge Lofredo, quien no se atreve a descartar a ningún grupo armado como perpetrador del caso, pero tampoco a acusar a priori a ninguno y da sus razones.
Recomiendo su lectura en esta liga.
Y abundó: “Evidentemente con la ayuda del Ejército y la Marina se van a hacer muchísimas cosas… pero debemos poner más énfasis, y esa es la labor del Presidente, en los grupos guerrilleros que están descuidados, pero primero hay que admitir que existen.
“Ya se había alertado al gobierno de la presencia de la guerrilla, que cada vez se estaban armando más, que había una incursión muy grande de armas en el país… pero que todo se quedó en eso y nadie hizo caso porque creyeron que no tenía sentido”.
O sea que los 28 mil muertos que reporta el Cisen que van en esta lucha en el sexenio son causados por EPR, TDR, ERPI, las Milicias Flores Magón, las FARP, el Comando Jaramillista, etcétera, quienes tendrían más fuerza, capacidad de fuego y poder territorial que los Zetas, o que los cárteles del Golfo y Pacífico, o que La Familia.
Tal conclusión suena simplista y no concuerda con lo que afirman en su media lengua de filtraciones y rumores los órganos de inteligencia federal. Tampoco guarda relación directa con el accionar de los grupos. No he escuchado a ningún un detenido de los Zetas afirmar que su lucha es política y para derrocar al régimen.
Tampoco se percibe que los comunicados de EPR, por ejemplo, reivindiquen el trasiego de drogas como actividad revolucionaria. Lo más que han hecho en tal sentido es respaldar a las FARC de Colombia, que sí viven de eso.
Si Onésimo sabe algo, sería bueno que lo compartiera con los órganos de inteligencia federales, no con la prensa.
Si sólo está hablando de oidas, animado más por una fobia personal en contra los guerrilleros, pues tendría que aclarar que es una impresión suya.
Los curas rurales, los de la sierra, los que andan deveras en las comunidades saben muchas cosas de lo que se mueve por ahí; de las inquietudes e inconformidades de la gente; y también saben quién es quién en cada lugar. ¿Será de ahí de dónde sale la información del prelado?
Muy probablemente no. Su círculo de amigos es más de poderosos y potentados. Tiene más afinidad con el dinero, el PRI y el PAN, que con las comunidades de base.
Aun así, se agradece la declaración, pues es sintomática de lo que piensa una parte de esa élite a la que Onésimo pertenece.
Más del caso Diego
De entre tanta pirotecnia de declaraciones; en medio de una cruce de filtraciones sobre el origen de los secuestradores de Diego Fernández de Cevallos, surgió esta semana una voz mesurada y prudente, la de Jorge Lofredo, quien no se atreve a descartar a ningún grupo armado como perpetrador del caso, pero tampoco a acusar a priori a ninguno y da sus razones.
Recomiendo su lectura en esta liga.
Etiquetas:
Diego Fernández de Cevallos,
Jorge Lofredo,
Onésimo Cepeda,
secuestros,
TDR
martes, 27 de julio de 2010
Niegan que Alejandro Constantino haya secuestrado a Diego
México, Distrito Federal; a 27 de julio de 2010.
El día de ayer se publicaron en el periódico “El Universal”, en la columna del periodista José Cárdenas, los diversos rumores que sobre el posible secuestro del ex senador Diego Fernández de Ceballos circulan en los pasillos de la Secretaría de Gobernación. El día de hoy en el periódico La Jornada, el periodista Alfredo Méndez retoma una de las varias versiones o hipótesis que se filtran de la Procuraduría General de la República.
Una vez que en una de dichas hipótesis se menciona que podría ser un grupo guerrillero mexicano el autor del aparente secuestro del licenciado Fernández de Ceballos y además se menciona que mi hermano Constantino Alejandro es miembro de una organización insurgente, considero necesario hacer los siguientes comentarios:
1. Nuevamente desmiento las diversas versiones que pretenden en algunas ocasiones que mi hermano Constantino Alejandro es el “Jefe militar del Ejército Popular Revolucionario” y en otras dicen que es “el Comandante José Arturo de la Tendencia Democrática Revolucionaria”, versiones absurdas y falsas. Mi hermano fue un participante del movimiento democrático universitario en la ciudad de Oaxaca en los años 1976-77 y a raíz de su participación en una organización democrática en la cual luchamos por una universidad crítica, científica, democrática y popular, fue víctima de una agresión por grupos porriles vinculados al PRI y recibió un disparo en el pecho que le lesionó el corazón y un pulmón, sufrió dos paros cardiorrespiratorios cuando era trasladado en una ambulancia del Instituto Mexicano del Seguro Social a un hospital de dicha institución y las secuelas físicas de dicho percance le harían imposible hacer realidad las hipótesis policiacas.
2. En virtud de que en el año 2006, las corporaciones de seguridad del Estado mexicano después de propalar versiones en relación a los posibles e hipotéticos autores de las acciones de hostigamiento político-militar del EPR contra los ductos de PEMEX, detuvieron sin orden alguna al compañero expreso político Hermenegildo Torres Cruz, considero prudente y necesario manifestar que sería condenable que se repitan dichos palos de ciego en contra de compañeros militantes que realizamos nuestra actividad profesional y política en forma democrática, pacífica, pública y dentro de los marcos constitucionales.
3. A raíz de la mención de mi hermano Constantino Alejandro en el contexto ya mencionado, nuevamente aclaro que soy licenciado en derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, asesoro comunidades indígenas y ejidos en los estados de Oaxaca e Hidalgo, además de víctimas de pederastia y sectores vulnerables de la ciudadanía y milito, al lado de los expresos políticos David Cabañas Barrientos, Hermenegildo Torres Cruz, Italo Ricardo Díaz Díaz, Pablo Torres Hernández, Bonifacio Ramírez Carmona, Rey Venegas Castro y Rubén Díaz Díaz en la Organización Política Izquierda Democrática Popular.
4. Independientemente del rumor que propalan los organismos de seguridad del Estado mexicano, considero oportuno mencionar que indudablemente en nuestro país existen organizaciones insurgentes político-militares y miles de ciudadanos que militan en ellas se han considerado obligados a engrosar sus filas en virtud de las condiciones de represión que prevalecen en México y la falta de apertura para la actividad política pacífica y dentro de los marcos constitucionales. Ante ello considero necesario reiterar el llamado que hemos hecho en la Organización Política Izquierda Democrática Popular, de que es necesario que tomemos conciencia del México profundo y bronco que ronronea más allá de los titulares de los medios masivos de comunicación y nos decidamos por fin a tomar con seriedad ese tema y a construir una patria donde ningún mexicano se sienta obligado a empuñar un arma para conseguir una demanda legítima.
A T E N T A M E N T E
Lic. Felipe Edgardo Canseco Ruiz
El día de ayer se publicaron en el periódico “El Universal”, en la columna del periodista José Cárdenas, los diversos rumores que sobre el posible secuestro del ex senador Diego Fernández de Ceballos circulan en los pasillos de la Secretaría de Gobernación. El día de hoy en el periódico La Jornada, el periodista Alfredo Méndez retoma una de las varias versiones o hipótesis que se filtran de la Procuraduría General de la República.
Una vez que en una de dichas hipótesis se menciona que podría ser un grupo guerrillero mexicano el autor del aparente secuestro del licenciado Fernández de Ceballos y además se menciona que mi hermano Constantino Alejandro es miembro de una organización insurgente, considero necesario hacer los siguientes comentarios:
1. Nuevamente desmiento las diversas versiones que pretenden en algunas ocasiones que mi hermano Constantino Alejandro es el “Jefe militar del Ejército Popular Revolucionario” y en otras dicen que es “el Comandante José Arturo de la Tendencia Democrática Revolucionaria”, versiones absurdas y falsas. Mi hermano fue un participante del movimiento democrático universitario en la ciudad de Oaxaca en los años 1976-77 y a raíz de su participación en una organización democrática en la cual luchamos por una universidad crítica, científica, democrática y popular, fue víctima de una agresión por grupos porriles vinculados al PRI y recibió un disparo en el pecho que le lesionó el corazón y un pulmón, sufrió dos paros cardiorrespiratorios cuando era trasladado en una ambulancia del Instituto Mexicano del Seguro Social a un hospital de dicha institución y las secuelas físicas de dicho percance le harían imposible hacer realidad las hipótesis policiacas.
2. En virtud de que en el año 2006, las corporaciones de seguridad del Estado mexicano después de propalar versiones en relación a los posibles e hipotéticos autores de las acciones de hostigamiento político-militar del EPR contra los ductos de PEMEX, detuvieron sin orden alguna al compañero expreso político Hermenegildo Torres Cruz, considero prudente y necesario manifestar que sería condenable que se repitan dichos palos de ciego en contra de compañeros militantes que realizamos nuestra actividad profesional y política en forma democrática, pacífica, pública y dentro de los marcos constitucionales.
3. A raíz de la mención de mi hermano Constantino Alejandro en el contexto ya mencionado, nuevamente aclaro que soy licenciado en derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, asesoro comunidades indígenas y ejidos en los estados de Oaxaca e Hidalgo, además de víctimas de pederastia y sectores vulnerables de la ciudadanía y milito, al lado de los expresos políticos David Cabañas Barrientos, Hermenegildo Torres Cruz, Italo Ricardo Díaz Díaz, Pablo Torres Hernández, Bonifacio Ramírez Carmona, Rey Venegas Castro y Rubén Díaz Díaz en la Organización Política Izquierda Democrática Popular.
4. Independientemente del rumor que propalan los organismos de seguridad del Estado mexicano, considero oportuno mencionar que indudablemente en nuestro país existen organizaciones insurgentes político-militares y miles de ciudadanos que militan en ellas se han considerado obligados a engrosar sus filas en virtud de las condiciones de represión que prevalecen en México y la falta de apertura para la actividad política pacífica y dentro de los marcos constitucionales. Ante ello considero necesario reiterar el llamado que hemos hecho en la Organización Política Izquierda Democrática Popular, de que es necesario que tomemos conciencia del México profundo y bronco que ronronea más allá de los titulares de los medios masivos de comunicación y nos decidamos por fin a tomar con seriedad ese tema y a construir una patria donde ningún mexicano se sienta obligado a empuñar un arma para conseguir una demanda legítima.
A T E N T A M E N T E
Lic. Felipe Edgardo Canseco Ruiz
lunes, 14 de junio de 2010
La pelota gira y los comunicados fluyen
15 junio 2010
Distraídos en la euforia futbolera, resulta que estos días en México sí ha habido actividad guerrillera; cuando menos epistolar, hasta donde podemos saber.
En un comunicado emitido ayer, el Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario reitera que no tiene secuestrado a Diego Fernández de Cevallos, contra todo lo que se ha dicho en los medios, y aclara los alcances de su referencia a Joaquín Villalobos, ex guerrillero salvadoreño que hoy asesora al gobierno de Felipe Calderón, que algunos pensamos podía ser la referencia a otro grupo armado.
Refiere que la acusación es directa y no metafórica. Lo critica a él y a otro supuesto grupo de ex guerrilleros de El Salvador de realizar interrogatorios en México a luchadores sociales detenidos, pero no especifica quiénes.
Por su parte, el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) recordó que hace 12 años una columna suya se enfrentó al Ejército mexicano en el paraje guerrerense conocido como El Charco.
Ésa fue la primera vez que se supo de esta escisión eperrista, que hasta hace poco negaba los hechos. La misma Erika Zamora, en su libro “Erika Zamora acusada de ser guerrillera” (Plaza y Valdés 2003) no aclara su participación como militante de un grupo armado.
Ahora los erpistas reconocen abiertamente este episodio al que califican de crimen de Estado y en el que murieron cuatro de sus combatientes y siete personas del pueblo.
A otro nivel de ofensiva armada, dos células anarquistas reivindicaron esta semana sendas acciones. El Frente de Liberación de la Tierra inutilizó el 5 de junio pasado dos pipas de agua en el Estado de México, por considerarlas herramientas de destrucción de la naturaleza. “No dejaremos que unx cuantxs obtengan ganancias sobre la naturaleza y los ecosistemas salvajes para expandir la civilización”.
El Frente de Liberación Animal reivindicó esta semana la instalación de un par de bombas falsas en establecimientos de comida rápida de Gómez Palacio, Durango. “Mientras ellxs sigan usando la explotación animal y de la Tierra para seguir engrandeciendo la civilización, sus centros de exterminio, carcelarios, y demás… nosotrxs estaremos ahí, interrumpiendo su tranquilidad, destruyendo sus centros capitalistas, y causando daños de cualquier tipo al sistema industrial…”
Por último, las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP) difundieron su revista “Verde Olivo” número 26, que dedican su texto central a recordar que el 14 de junio de hace cuatro años Ulises Ruiz intentó desalojar con violencia el plantón que mantenía la APPO en el centro de la ciudad de Oaxaca.
Presenta otro sobre las alianzas políticas de los partidos en tiempos electorales –las cuales no le parecen del todo descartables- aunque su tesis de fondo es la necesaria unidad de todas las fuerzas de izquierda, electorales, sociales y guerrilleras, porque mientras ésta no sé dé, argumenta que el Estado podrá desarticular movimientos aislados.
“Todo se hace más difícil por la enorme descoordinación y falta de unidad, casos como el de los mineros de Cananea, de los huelguistas del SME, de los opositores a La Parota son paradigmáticos de la urgente necesidad de unir todas las formas de lucha, de no descalificar y renunciar a ninguna de ellas”, concluyen.
Como se ve, no todo es futbol en estos días. Los grupos revolucionarios se mueven, aunque sean sólo en el papel.
Distraídos en la euforia futbolera, resulta que estos días en México sí ha habido actividad guerrillera; cuando menos epistolar, hasta donde podemos saber.
En un comunicado emitido ayer, el Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario reitera que no tiene secuestrado a Diego Fernández de Cevallos, contra todo lo que se ha dicho en los medios, y aclara los alcances de su referencia a Joaquín Villalobos, ex guerrillero salvadoreño que hoy asesora al gobierno de Felipe Calderón, que algunos pensamos podía ser la referencia a otro grupo armado.
Refiere que la acusación es directa y no metafórica. Lo critica a él y a otro supuesto grupo de ex guerrilleros de El Salvador de realizar interrogatorios en México a luchadores sociales detenidos, pero no especifica quiénes.
Por su parte, el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) recordó que hace 12 años una columna suya se enfrentó al Ejército mexicano en el paraje guerrerense conocido como El Charco.
Ésa fue la primera vez que se supo de esta escisión eperrista, que hasta hace poco negaba los hechos. La misma Erika Zamora, en su libro “Erika Zamora acusada de ser guerrillera” (Plaza y Valdés 2003) no aclara su participación como militante de un grupo armado.
Ahora los erpistas reconocen abiertamente este episodio al que califican de crimen de Estado y en el que murieron cuatro de sus combatientes y siete personas del pueblo.
A otro nivel de ofensiva armada, dos células anarquistas reivindicaron esta semana sendas acciones. El Frente de Liberación de la Tierra inutilizó el 5 de junio pasado dos pipas de agua en el Estado de México, por considerarlas herramientas de destrucción de la naturaleza. “No dejaremos que unx cuantxs obtengan ganancias sobre la naturaleza y los ecosistemas salvajes para expandir la civilización”.
El Frente de Liberación Animal reivindicó esta semana la instalación de un par de bombas falsas en establecimientos de comida rápida de Gómez Palacio, Durango. “Mientras ellxs sigan usando la explotación animal y de la Tierra para seguir engrandeciendo la civilización, sus centros de exterminio, carcelarios, y demás… nosotrxs estaremos ahí, interrumpiendo su tranquilidad, destruyendo sus centros capitalistas, y causando daños de cualquier tipo al sistema industrial…”
Por último, las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP) difundieron su revista “Verde Olivo” número 26, que dedican su texto central a recordar que el 14 de junio de hace cuatro años Ulises Ruiz intentó desalojar con violencia el plantón que mantenía la APPO en el centro de la ciudad de Oaxaca.
Presenta otro sobre las alianzas políticas de los partidos en tiempos electorales –las cuales no le parecen del todo descartables- aunque su tesis de fondo es la necesaria unidad de todas las fuerzas de izquierda, electorales, sociales y guerrilleras, porque mientras ésta no sé dé, argumenta que el Estado podrá desarticular movimientos aislados.
“Todo se hace más difícil por la enorme descoordinación y falta de unidad, casos como el de los mineros de Cananea, de los huelguistas del SME, de los opositores a La Parota son paradigmáticos de la urgente necesidad de unir todas las formas de lucha, de no descalificar y renunciar a ninguna de ellas”, concluyen.
Como se ve, no todo es futbol en estos días. Los grupos revolucionarios se mueven, aunque sean sólo en el papel.
lunes, 7 de junio de 2010
Caso Diego: ¿información o propaganda?
8 junio 2010
Sin un solo dato duro que la soporte, se impone ya en la agenda periodística la verdad oficial de que es un grupo guerrillero el que tiene secuestrado desde el 26 de abril pasado al político panista Diego Fernández de Cevallos, lo que si bien es probable, tendrá que ser respaldado por algo más que las filtraciones de los aparatos de inteligencia civil y militar.
Ayer, el periodista Raymundo Riva Palacio aseguró que “de acuerdo con los patrones de secuestros en los 10 últimos años y el modus operandi que han mostrado sus captores” es el Ejército de Liberación Nacional (ELN) quien tiene en su poder a Diego.
Se refiere a este grupo como escisión del EPR, que actúa en el centro del país, especialmente en el estado de Querétaro, con un bajo perfil, no protagónico, lo que justificaría el que hasta ahora no hayan reivindicado la acción. Refiere que el ELN ha realizado cuando menos otro secuestro de alto impacto, el de Nelly Esper Sulaimán.
Con perspicacia hace notar que en el comunicado eperrista de deslinde del secuestro del panista venían dos párrafos –que aquí sólo anotamos como extraños y aparentemente fuera de contexto-, en los que habla de grupos traidores, que simulan tener estructuras revolucionarias, que en realidad serían la clave para entender que los autores son una escisión propia.
Otra media docena de columnistas ha sido más vago, éstos ni siquiera se han tomado la molestia de responsabilizar a un grupo en particular, ni de explicar a sus lectores la mecánica guerrillera de los secuestros, ni de justificar la fe ciega en sus fuentes como para repetir lo que les dicen sin pedir una sola prueba de su dicho.
Jorge Lofredo, investigador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados ha escrito y explicado en cuando menos una entrevista radiofónica, que sin información concreta es imposible especular sobre la participación de grupos revolucionarios en el hecho. Prudente, no le entra a la tenebra propia del espionaje y la ciencia ficción, ajenas ambas a la ética periodística.
Hacer inteligencia, civil o militar, implica siempre recolectar datos y analizarlos. Hay ahí siempre un principio de incertidumbre propio de las organizaciones encargadas de la seguridad nacional, las que sin duda alguna están trabajando en lo de Diego Fernández de Cevallos. Las hipótesis de trabajo suelen ser de alta secrecía por sus implicaciones para el país y, en este caso, para la vida de la víctima.
Por eso llama la atención que se esté colando tanto el secreto de la guerrilla secuestradora. Más que filtraciones periodísticas parece campaña de posicionamiento de una verdad a repetir mil veces, para que quede más en el imaginario público que en la crudeza de los hechos.
Esto no es descabellado si se toma en cuenta que hay cuando menos un caso de secuestro –el de Eduardo García Valseca- en el que la autoridad asegura contundente que los autores fueron guerrilleros, que se pagaron poco menos de dos millones de dólares de rescate (@rivapa dixit), pero sin estar dispuestos a hacer pública su investigación, ni a exhibir las pruebas de que fue el EPR el plagiario, y no permiten siquiera que el expediente sea consultado por los afectados.
Opacidad pura que no abona a la credibilidad de las autoridades involucradas y más bien las pone en sospecha.
Aquí parece repetirse el patrón, con la diferencia de que el secuestro está en curso. Es cosa de tiempo para saber si estamos frente a datos duros de inteligencia o es sólo propaganda.
Sin un solo dato duro que la soporte, se impone ya en la agenda periodística la verdad oficial de que es un grupo guerrillero el que tiene secuestrado desde el 26 de abril pasado al político panista Diego Fernández de Cevallos, lo que si bien es probable, tendrá que ser respaldado por algo más que las filtraciones de los aparatos de inteligencia civil y militar.
Ayer, el periodista Raymundo Riva Palacio aseguró que “de acuerdo con los patrones de secuestros en los 10 últimos años y el modus operandi que han mostrado sus captores” es el Ejército de Liberación Nacional (ELN) quien tiene en su poder a Diego.
Se refiere a este grupo como escisión del EPR, que actúa en el centro del país, especialmente en el estado de Querétaro, con un bajo perfil, no protagónico, lo que justificaría el que hasta ahora no hayan reivindicado la acción. Refiere que el ELN ha realizado cuando menos otro secuestro de alto impacto, el de Nelly Esper Sulaimán.
Con perspicacia hace notar que en el comunicado eperrista de deslinde del secuestro del panista venían dos párrafos –que aquí sólo anotamos como extraños y aparentemente fuera de contexto-, en los que habla de grupos traidores, que simulan tener estructuras revolucionarias, que en realidad serían la clave para entender que los autores son una escisión propia.
Otra media docena de columnistas ha sido más vago, éstos ni siquiera se han tomado la molestia de responsabilizar a un grupo en particular, ni de explicar a sus lectores la mecánica guerrillera de los secuestros, ni de justificar la fe ciega en sus fuentes como para repetir lo que les dicen sin pedir una sola prueba de su dicho.
Jorge Lofredo, investigador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados ha escrito y explicado en cuando menos una entrevista radiofónica, que sin información concreta es imposible especular sobre la participación de grupos revolucionarios en el hecho. Prudente, no le entra a la tenebra propia del espionaje y la ciencia ficción, ajenas ambas a la ética periodística.
Hacer inteligencia, civil o militar, implica siempre recolectar datos y analizarlos. Hay ahí siempre un principio de incertidumbre propio de las organizaciones encargadas de la seguridad nacional, las que sin duda alguna están trabajando en lo de Diego Fernández de Cevallos. Las hipótesis de trabajo suelen ser de alta secrecía por sus implicaciones para el país y, en este caso, para la vida de la víctima.
Por eso llama la atención que se esté colando tanto el secreto de la guerrilla secuestradora. Más que filtraciones periodísticas parece campaña de posicionamiento de una verdad a repetir mil veces, para que quede más en el imaginario público que en la crudeza de los hechos.
Esto no es descabellado si se toma en cuenta que hay cuando menos un caso de secuestro –el de Eduardo García Valseca- en el que la autoridad asegura contundente que los autores fueron guerrilleros, que se pagaron poco menos de dos millones de dólares de rescate (@rivapa dixit), pero sin estar dispuestos a hacer pública su investigación, ni a exhibir las pruebas de que fue el EPR el plagiario, y no permiten siquiera que el expediente sea consultado por los afectados.
Opacidad pura que no abona a la credibilidad de las autoridades involucradas y más bien las pone en sospecha.
Aquí parece repetirse el patrón, con la diferencia de que el secuestro está en curso. Es cosa de tiempo para saber si estamos frente a datos duros de inteligencia o es sólo propaganda.
lunes, 17 de mayo de 2010
Diego Fernández de Cevallos y el EPR
18 mayo 2010
Ayer por la tarde llegó el comunicado en el que el Ejército Popular Revolucionario (EPR) rechaza haber secuestrado al político panista y polémico abogado Diego Fernández de Cevallos (DFC). El deslinde es oportuno, toda vez que las condiciones de los hechos y el perfil del personaje se prestaban a la especulación.
Si hay alguien en México que represente a la élite política y de poder en México es él. Diego personifica todo contra lo que dicen luchar las fuerzas revolucionarias e insurgentes del país y por lo mismo ha sido desde siempre un objetivo político de peso para dichos grupos. Aun así, al parecer no han sido ellos los plagiarios.
El comunicado inicia lamentando la desaparición de DFC, lo que parece ironía, pero no lo es tanto cuando al seguir la línea argumentativa del texto equiparan el secuestro por motivos económicos y sociales con el realizado con motivos políticos, del que han sido víctimas muchos luchadores sociales en el país y dos de sus militantes, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, por quienes llegaron a atentar contra instalaciones de Pemex en 2007 y por los cuales mantienen latente con el gobierno federal una cada vez más menguada mediación.
“Para nosotros la política no es un problema personal, por eso ante la desaparición del Sr. Diego Fernández de Cevallos, sin importar si sacan su accidentada biografía o los claro-oscuros de su vida, lamentamos el hecho y nos solidarizamos con el dolor de su familia, así como con el dolor de todas las familias que sufren por la ausencia de sus seres queridos y nos pronunciamos porque no hayan más desaparecidos en el país ni por motivos políticos o sociales…”
El grupo armado contrasta, sin embargo, el tratamiento que el gobierno federal da a la desaparición del renombrado panista, con el poco interés que pone en los casos de desaparición forzada de personas, tan seres humanos unos como los otros.
El tema del secuestro por guerrilleros es recurrente cuando pasan estas cosas. Se traen a colación los realizados por Lucio Cabañas, Genaro Vázquez y la Liga Comunista 23 de septiembre en los años 70. También se traen a la memoria los de Alfredo Harp y Ángel Lozada, en los 80, por el Procup.
En los últimos años se acusa a todas las organizaciones armadas de secuestrar empresarios para financiar su lucha, método que el EPR dice haber abandonado desde su congreso del año 2000, argumento que utiliza para deslindarse de todos los plagios que se le pretenden achacar después de ese año, incluído, muy notablemente , el de Eduardo García Valseca (parte 1 y parte 2), que el gobierno federal imputa a los eperristas sin aportar públicamente mayores pruebas.
Por lo pronto, en el caso de DFC habrá qué buscarle por otro lado: crimen organizado, secuestradores solitarios y no se puede descartar a otro grupo armado que no sea el EPR.
El reproche cifrado
En el mismo texto de deslinde del EPR respecto del caso DFC, se atraviesan dos párrafos aparentemente inconexos de la argumentación central, en el que se aborda el tema de los traidores a la causa guerillera. Dicen textualmente:
“En nuestro país, también existen los Joaquines Villalobos entre los ladrones y desertores de la revolución que huyeron para no ser juzgados bajo los principios revolucionarios. Hoy, algunos con sus actos simulan tener estructuras y quieren venderse muy caro con o para quien quiera cooptarlos, sin embargo, aunque hagan simulaciones de estar en la sierra, no deja de ser un montaje y medida mediática para tratar de justificar la incapacidad política para organizar revolucionariamente a las masas y la ausencia de un lineamiento y fundamentos filosóficos para hacer creíble su existencia.
“Cuando estaban dentro de las filas de nuestro partido, aquí era tanta la devaluación y mediocridad que decían que a pesar de los años en la lucha revolucionaria no se había hecho nada, hoy han pasado los años y quisiéramos ver los resultados, que sus palabras de presunción se volvieran realidad”.
¿Con quién se pelean?, ¿hubo otra escisión?, ¿quién se salió de sus filas huyendo del juicio revolucionario? Se refieren a “unos” que se salieron y al paso de los años no han hecho nada de revolución. Interesante…
Anarquistas en “conflicto permanente”
Las llamadas Células Autónomas de Revolución Inmediata Praxedis G. Guerrero, reivindicaron esta semana tres de las ultimas explosiones en la ciudad de México.
Se deslindan de la APPO, la Otra Campaña y grupos afines y niegan tener nexos con la supuesta bomba encontrada en la Cámara de Diputados.
Checa aquí los textos respectivos.
Congreso Nacional de Lucha Armada
Mañana inicia en la ciudad de México el Congreso Nacional de Lucha Armada, en el Centro Cultural José Martí de la ciudad de México (Reforma y Balderas). Reportaremos lo que se diga en las mesas y se "tuiteará" desde @ajimac. Revisa aquí el programa del evento.
Ayer por la tarde llegó el comunicado en el que el Ejército Popular Revolucionario (EPR) rechaza haber secuestrado al político panista y polémico abogado Diego Fernández de Cevallos (DFC). El deslinde es oportuno, toda vez que las condiciones de los hechos y el perfil del personaje se prestaban a la especulación.
Si hay alguien en México que represente a la élite política y de poder en México es él. Diego personifica todo contra lo que dicen luchar las fuerzas revolucionarias e insurgentes del país y por lo mismo ha sido desde siempre un objetivo político de peso para dichos grupos. Aun así, al parecer no han sido ellos los plagiarios.
El comunicado inicia lamentando la desaparición de DFC, lo que parece ironía, pero no lo es tanto cuando al seguir la línea argumentativa del texto equiparan el secuestro por motivos económicos y sociales con el realizado con motivos políticos, del que han sido víctimas muchos luchadores sociales en el país y dos de sus militantes, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, por quienes llegaron a atentar contra instalaciones de Pemex en 2007 y por los cuales mantienen latente con el gobierno federal una cada vez más menguada mediación.
“Para nosotros la política no es un problema personal, por eso ante la desaparición del Sr. Diego Fernández de Cevallos, sin importar si sacan su accidentada biografía o los claro-oscuros de su vida, lamentamos el hecho y nos solidarizamos con el dolor de su familia, así como con el dolor de todas las familias que sufren por la ausencia de sus seres queridos y nos pronunciamos porque no hayan más desaparecidos en el país ni por motivos políticos o sociales…”
El grupo armado contrasta, sin embargo, el tratamiento que el gobierno federal da a la desaparición del renombrado panista, con el poco interés que pone en los casos de desaparición forzada de personas, tan seres humanos unos como los otros.
El tema del secuestro por guerrilleros es recurrente cuando pasan estas cosas. Se traen a colación los realizados por Lucio Cabañas, Genaro Vázquez y la Liga Comunista 23 de septiembre en los años 70. También se traen a la memoria los de Alfredo Harp y Ángel Lozada, en los 80, por el Procup.
En los últimos años se acusa a todas las organizaciones armadas de secuestrar empresarios para financiar su lucha, método que el EPR dice haber abandonado desde su congreso del año 2000, argumento que utiliza para deslindarse de todos los plagios que se le pretenden achacar después de ese año, incluído, muy notablemente , el de Eduardo García Valseca (parte 1 y parte 2), que el gobierno federal imputa a los eperristas sin aportar públicamente mayores pruebas.
Por lo pronto, en el caso de DFC habrá qué buscarle por otro lado: crimen organizado, secuestradores solitarios y no se puede descartar a otro grupo armado que no sea el EPR.
El reproche cifrado
En el mismo texto de deslinde del EPR respecto del caso DFC, se atraviesan dos párrafos aparentemente inconexos de la argumentación central, en el que se aborda el tema de los traidores a la causa guerillera. Dicen textualmente:
“En nuestro país, también existen los Joaquines Villalobos entre los ladrones y desertores de la revolución que huyeron para no ser juzgados bajo los principios revolucionarios. Hoy, algunos con sus actos simulan tener estructuras y quieren venderse muy caro con o para quien quiera cooptarlos, sin embargo, aunque hagan simulaciones de estar en la sierra, no deja de ser un montaje y medida mediática para tratar de justificar la incapacidad política para organizar revolucionariamente a las masas y la ausencia de un lineamiento y fundamentos filosóficos para hacer creíble su existencia.
“Cuando estaban dentro de las filas de nuestro partido, aquí era tanta la devaluación y mediocridad que decían que a pesar de los años en la lucha revolucionaria no se había hecho nada, hoy han pasado los años y quisiéramos ver los resultados, que sus palabras de presunción se volvieran realidad”.
¿Con quién se pelean?, ¿hubo otra escisión?, ¿quién se salió de sus filas huyendo del juicio revolucionario? Se refieren a “unos” que se salieron y al paso de los años no han hecho nada de revolución. Interesante…
Anarquistas en “conflicto permanente”
Las llamadas Células Autónomas de Revolución Inmediata Praxedis G. Guerrero, reivindicaron esta semana tres de las ultimas explosiones en la ciudad de México.
Se deslindan de la APPO, la Otra Campaña y grupos afines y niegan tener nexos con la supuesta bomba encontrada en la Cámara de Diputados.
Checa aquí los textos respectivos.
Congreso Nacional de Lucha Armada
Mañana inicia en la ciudad de México el Congreso Nacional de Lucha Armada, en el Centro Cultural José Martí de la ciudad de México (Reforma y Balderas). Reportaremos lo que se diga en las mesas y se "tuiteará" desde @ajimac. Revisa aquí el programa del evento.
Etiquetas:
Anarquismo,
anarquistas,
Diego Fernández de Cevallos,
Eduardo García Valseca,
EPR,
secuestros,
TDR
Suscribirse a:
Entradas (Atom)