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domingo, 30 de octubre de 2016

En formación, nuevo movimiento guerrillero en México

Contralínea 511 / del 24 al 29 de Octubre 2016


En México se organiza una nueva guerrilla. Los organismos de seguridad nacional buscan la manera de impedir que reciba el apoyo de comunidades urbanas y campesinas. La nueva formación se suma a las que ya luchan con las armas por la caída del régimen: EZLN, EPR, TDR y ERPI





por Zósimo Camacho


En la Agenda Nacional de Riesgos, los organismos encargados de la seguridad y defensa nacionales advierten de la formación de una nueva estructura guerrillera, con algunos exintegrantes de otros movimientos armados pero, sobre todo, con nuevas generaciones de combatientes.

El documento –de carácter confidencial, bajo custodia del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen)– señala como uno de los “escenarios de riesgo” la irrupción de “nuevas expresiones” de lucha armada.

Advierte puntualmente del “surgimiento de una nueva expresión subversiva”. Según las versiones 2013, 2014 y 2015 de la Agenda Nacional de Riesgos –a las cuales Contralínea tuvo acceso–, la nueva organización está integrada por “cuadros históricos” de varias organizaciones vigentes “y nuevas generaciones de militantes de mayor radicalidad de lucha”.

La Agenda Nacional de Riesgos es un documento de carácter confidencial elaborado anualmente por el Cisen –organismo descentralizado de la Secretaría de Gobernación (Segob) encargado de los servicios de inteligencia civil del Estado mexicano–, con información de las demás dependencias responsables de la seguridad y defensa nacionales, principalmente las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar).

Los movimientos subversivos se mantienen dentro de las 10 principales “amenazas” a la seguridad nacional que reconoce el Estado mexicano. Llegaron a significar en 2013 la quinta más importante, pero desde finales de 2015 ocupan el lugar décimo en las prioridades de los encargados de los servicios de inteligencia civil y militar.

Vigencia de la lucha armada



El propio documento reconoce que en amplias regiones del país predominan  “los factores” que favorecen la subversión: “asilamiento físico, ineficacia de las políticas públicas, corrupción y alto nivel de marginación”.

Ante ello, la vía armada es hoy una opción “lógica y teórica”, señala Gilberto López y Rivas. El doctor en antropología por la Universidad de Utah e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señala que a la cerrazón de los espacios de participación política, por fraudes electorales, se suma “el mundo de la impunidad total, donde los delitos no se persiguen, no se obtiene justicia para ninguno de los grandes crímenes”.

El de la impunidad que se vive en México es uno de los factores que también destaca Daniel Zizumbo-Colunga, doctor en filosofía por la Universidad de Vanderbilt. Entre más casos que hagan ver a la justicia como comprada por los políticos o las clases adineradas, mayores serán las posibilidades de que las personas consideren el uso de las armas como una vía para defenderse y obtener justicia. “Aunque no necesariamente estos grupos se conviertan en guerrillas con reivindicaciones antiestatales”, aclara el experto en autodefensas y policías comunitarias.

López y Rivas, por su parte, señala que así como las grandes masacres de las décadas de 1950 y 1960, que quedaron en la impunidad, dieron origen a las luchas de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, también se está mandando un mensaje a los desposeídos de que no es posible caminar por la vía electoral. Agrega que ninguna de las autoridades electorales funciona para detener los fraudes que se ponen en marcha con cada elección.

“Y cuando uno analiza los factores que llevaron a muchos jóvenes a levantarse en armas y recurrir a un recurso tan extremo como la lucha armada, se da uno cuenta que estos factores permanecen hoy, incluso algunos más agudizados. Por ello uno puede concluir que la lucha armada es tan vigente hoy como ayer”, explica López y Rivas.

Coincide con Daniel Zizumbo en que, ante la incapacidad o criminalidad del Estado, muchos de los grupos que han aparecido recientemente son de autodefensa armada, independientemente de que quieran cambiar el régimen o sólo defenderse de la violencia del Estado o de la criminalidad.

Se pregunta: “¿Qué hacer ante una circunstancia donde el Estado, por omisión o comisión, se convierte en un cómplice de la impunidad, de la criminalidad, de la delincuencia; en donde no se puede garantizar la justicia porque el 90 por ciento de los delitos no se investiga siquiera?

Daniel Zizumbo-Colunga explica los tres grandes grupos de causas que generan movimientos armados: “la inseguridad; las comunidades fuertes llenando los vacíos del Estado y, finalmente, la erosión del sistema democrático mexicano”.

Abunda en que “tenemos un sistema muy mal diseñado, y no sólo me refiero a la corrupción. Estamos viendo en muchos lugares una erosión del sentimiento de representación de la gente. Muchas de las guerrillas emergen por un sentimiento de la gente de no ser representada y de un desencanto con la democracia. La gente empieza a sentir que los partidos políticos no la representa y el sistema democrático no es el mejor. Intentan buscar un cambio”.





Si el crimen toca a la puerta de las familias y las comunidades y, además, ve que el sistema “democrático” no funciona,  “muchas de las policías comunitarias pueden surgir no solamente para llenar el hueco del Estado, sino para oponerse a ese Estado y democracia que no funcionan”.

Por ello, una de las principales acciones de contrainsurgencia, según reconoce la Agenda Nacional de Riesgos, es el uso de los programas asistenciales. Así, entre las “capacidades” del Estado frente a la guerrilla anota la “aplicación de programas federales y estatales de beneficio social en zonas con presencia de grupos subversivos”.

Así, el documento recomienda “profundizar estrategias en los municipios que registran promedios superiores en cada uno de los factores predominantes asociados a la subversión”, incluso en aquellas zonas donde aún no hay presencia de grupos guerrilleros. “En este universo, los programas sociales tendrán mayor efecto preventivo”.

Abunda la Agenda Nacional de Riesgos en “focalizar algunas acciones de política social con fines preventivos, en la población de municipios que por sus características socioeconómicas sean idóneos para la cooptación de nuevas bases sociales”.

Como en el caso de la lucha del Estado contra el anarquismo (Contralínea 510), en el documento se recomienda el “relanzamiento de grupos operativos al interior del Cisen enfocados a objetivos específicos”.

Señala que los principales “problemas de gobernabilidad” asociados a movimientos subversivos se encuentran en regiones de Chiapas, Guerrero, Michoacán, Morelos y Oaxaca. Incluso, apunta que en estas amplias zonas del país, las guerrillas “operan endémicamente”.

Entre las vulnerabilidades del Estado mexicano frente a la “amenaza” subversiva, destacan los “problemas de coordinación entre autoridades federales y estatales” para atacar a los grupos guerrilleros.

Otras de las “vulnerabilidades” del Estado, según la Agenda Nacional de Riesgos, son las “demandas ante instancias internacionales sobre presuntas violaciones a derechos humanos”.

Entre las capacidades para enfrentar a los movimientos guerrilleros, los organismos de inteligencia señalan que cuentan –como en el caso de los anarquistas insurreccionalistas (Contralínea 510)– con “trabajo de inteligencia interinstitucional” que involucra a las secretarías de Gobernación, de la Defensa Nacional y de Marina.

También se han instalado “mesas de coordinación con los procuradores de los estados de Chiapas, Michoacán, Morelos y Oaxaca para atender integralmente estos temas”.


Los movimientos armados



De manera pública, el Cisen reconoce la existencia de sólo tres movimientos armados: el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).

Lo anterior, según el documento Cronología de los grupos armados activos que el organismo desconcentrado de la Secretaría de Gobernación (Segob) entregó a Contralínea en días pasados. El texto es parte de la respuesta a la solicitud de información 0410000005116 presentada por este medio de comunicación a través de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

Sin embargo, en la Agenda Nacional de Riesgos se revela que el Estado mexicano también sigue de cerca otra expresión guerrillera: la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo (TDR-EP).

El Centro de Documentación de los Movimientos Armados (Cedema) lleva el registro de 50 formaciones guerrilleras en México. Muchas de ellas sólo son membretes o son comandos o brigadas de organizaciones más grandes. De otras sólo se conocen sus esporádicos comunicados sin que hayan llegado a realizar alguna acción “revolucionaria” de carácter violento. Algunas más aparecieron y dejaron de existir sin siquiera haber concretado algún hecho armado.

Para los organismos de seguridad nacional –según la Agenda Nacional de Riesgos– sólo son cinco organizaciones con estructura y capacidad real para desafiar al Estado mexicano: las cuatro citadas y la nueva agrupación que no ha emitido aún comunicado alguno ni ha reivindicado hasta el momento alguna acción “revolucionaria”.

De las cuatro guerrillas activas que “preocupan” a los organismos de inteligencia, tanto civil como militar, una (el EZLN) cuenta con bases que se cuentan por miles y simpatizantes en todas las entidades de la República. Las otras tres son resultado de la “diáspora” eperrista o “depuración”, como señala la dirección del actual EPR. Varían en sus niveles de aceptación, pero todas sus expresiones son de carácter clandestino. Cuentan con organizaciones populares (o “de masas”) pero éstas no se reivindican públicamente como parte civil del movimiento armado.

EZLN, reposicionamiento

En el horizonte, advierte la Agenda Nacional de Riesgos, un “reposicionamiento del EZLN”. Señala que la nueva iniciativa política de esta organización “buscará que las redes de apoyo zapatistas repliquen el modelo de autonomía en diversas zonas del país”.

Se trata del movimiento armado al que mayores páginas le dedica el documento. Para los autores de la Agenda, el EZLN se encuentra “aislado políticamente”, pero puede salir de esta situación en cualquier momento. Destaca que los zapatistas mantienen “disputas” por tierras con “grupos desafectos y exzapatistas”. Lo anterior genera que en Chiapas se viva de manera permanente en conflicto social.

Señala que los conflictos están focalizados en  Chenalhó, Chilón, Ocosingo, Sabanilla, San Cristóbal de las Casas y Tumbalá. Destaca que algunos de estos conflictos focalizados han sido retomados por “grupos nacionales e internacionales para denunciar acciones de hostigamiento contra comunidades zapatistas”.



EL EZLN irrumpió en Chiapas el 1 de enero de 1994, justo cuando entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Esa fecha tomó siete cabeceras municipales chiapanecas y atacó un cuartel militar. Fue replegado por el Ejército Mexicano pero desde entonces quedó claro que la fuerza de este movimiento sobrepasaba a las de guerrillas anteriores.

Cálculos oficiales estiman que cuenta con más de 50 mil integrantes y ocupa amplias franjas del estado donde apareció, pero ejerce influencia en colectivos y organizaciones de las demás entidades de la República. Además, mantiene una alianza estrecha con el Congreso Nacional Indígena, organización de carácter pacífico en el que participan comunidades de los 65 pueblos indígenas que sobreviven en México.

Se formó en 1983, como parte de las Fuerzas de Liberación Nacional, un movimiento guerrillero de la década de 1970 que casi es aniquilado en Nepantla, Estado de México, en febrero de 1974.

Hoy el EZLN, junto con el Congreso Nacional Indígena, tiene en marcha consultas para elegir a una candidata indígena a la Presidencia de la República que contienda en las elecciones de 2018.

Según el documento, entre los objetivos actuales del EZLN es “conservar presencia territorial y reclutar nuevos integrantes”; además promover en toda la república la autonomía, principalmente indígena.

Entre las “capacidades” específicas para enfrentar al EZLN, en el documento se destaca el “establecimiento de la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México”. Y recomienda echar a andar la “regularización” de la tenencia de la tierra en la zona de esta guerrilla.

 “El EZLN es una organización político militar que no ha entregado sus armas y que las mantiene ahí, como dijo el subcomandante Moisés, como un instrumento más, como se tiene el azadón o como se tiene un hacha; este tipo de planteamientos que hacen hoy los zapatistas de reivindicar sus formas de autogobierno, sus formas de defesa colectiva, de rotación de los cargos; todo lo que representan los procesos autonómicos. Y representan un planteamiento que no solamente es para el mundo indígena”, a decir de López y Rivas.

Sobre la candidatura a la Presidencia de la República que impulsará el EZLN y el Congreso Nacional Indígena, dice: “No podemos desechar nada; no podemos desechar ni vías como una defensa armada, ni vías como los cambios a través de vías electorales que hagan una ruptura”.


EPR, permanencia





Según la Agenda Nacional de Riesgos, en su versión 2013, el EPR –en realidad PDPR-EPR– “conserva” su “capacidad operativa”. Sin embargo, ha optado, en estos momentos por “la vía política”.

Señala que la estrategia de la guerrilla decana del movimiento armado en México es “penetrar movimientos sociales a fin de radicalizarlos”, así como “generar conflictos comunitarios que puedan escalar”.

El EPR se asume como la organización decana del movimiento guerrillero en México. Surgió en Oaxaca en 1965 como Unión del Pueblo. Luego se convirtió en el Partido Revolucionario Clandestino Unión del Pueblo (PROCUP). Y a mediados de la década de 1980 integró a algunos de los cuadros sobrevivientes del Partido de los Pobres (PDLP), de Lucio Cabañas. Por ello cambió su nombre al del PROCUP-PDLP.

Más tarde, a principios de la década de 1990 se renombró como PDRP-EPR. Irrumpió en Guerrero el 28 de junio de 1996, en el vado de Aguas Blancas, justo en el lugar y un año después de que fueran masacrados campesinos inermes que luchaban por mejorar sus condiciones de vida.

Es conocida su capacidad militar, sobre todo en materia de manejo de explosivos. Desde que se llamaba Unión del Pueblo utilizó la colocación y detonación de bombas como una herramienta precisa de su “crítica armada”.

Es el movimiento armado con los desaparecidos políticos más recientes. Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez –este último parte de la dirigencia– fueron detenidos desaparecidos en la ciudad de Oaxaca el 25 de mayo de 2007 en el contexto de las protestas de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. Fueron secuestrados por policías estatales y militares. Desde entonces se desconoce su paradero. El EPR inició entonces una serie de acciones de hostigamiento contra el Estado mexicano que incluyeron la detonación precisa de explosivos en ductos de Petróleos Mexicanos.

Entre las “capacidades” que destacan los organismos de inteligencia contra el EPR cuenta el “expediente penal” contra la guerrilla. Detalla que cuenta con 21 órdenes de aprehensión contra el mismo número de integrantes.


TDR, capacidad de fuego





Según el documento, TDR también “conserva su capacidad de realizar acciones violentas de alto impacto”.

Este grupo armado se escindió del EPR a mediados de la década de 1990. Cuenta con capacidad de fuego similar a la de esa guerrilla. Las afinidades son incluso ideológicas pero rompieron con la dirección del EPR por motivos políticos y “tácticos”.

Una de las características de este grupo armado es que su llamado tribunal revolucionario ha condenado a muerte a los perpetradores de la masacre de Aguas Blancas. Ha elaborado una lista de los funcionarios involucrados y ha ordenado a sus efectivos ejecutarlos en cuanto les sea posible.


ERPI: ¿el declive?



Según los organismos de seguridad, la guerrilla que se ha visto más golpeada es la del ERPI. Contralínea documentó que hasta antes de 2012, era la formación más numerosa después del EZLN. Luego de los golpes que recibió con la detención de su dirigencia en 2008 y el asesinato del líder de su columna más aguerrida, el comandante Ramiro, hoy viene en declive.

El documento señala que el ERPI “se encuentra fragmentado”. Incluso, dice que algunas de sus células se han vinculado a la delincuencia organizada. Esto en las regiones guerrerenses de la Montaña y la Costa Chica. En el documento se les acusa a algunos excombatientes de este movimiento de dar cobertura a “secuestros, robos y siembra de enervantes”.

Agrega que, por otra parte, “la dispersión que enfrenta el ERPI en Guerrero ha propiciado el impulso de nuevas expresiones armadas”.

Asimismo, otras células del ERPI que no mantienen relaciones con la delincuencia organizada “se insertan en conflictos con la expectativa de generar situaciones de inestabilidad”. Señala concretamente, sin pruebas, que esta organización busca insertarse en las policías comunitarias y en las oposiciones a las reformas estructurales, proyectos de infraestructura y agrarios.


El diálogo, el camino


El gobierno debería trabajar e restablecer la confianza ciudadana en el Estado y el sistema antes de elegir la vía de la represión ante los grupos armados, considera Daniel Zizumbo-Colunga.

Explica que el país “muchas veces sí hay presencia de las autoridades, pero hay una sensación muy deteriorada en la población de que los procedimienos son justos, que la justicia es igualitaria. La gente no percibe que la ley se aplica tanto a ricos como a pobres, que se aplica de manera consistente y de manera justa”.

Por ello, Zizumbo-Colunga considera que más que mostrar una mano dura, sobre todo a los grupos de autodefensa, el Estado tiene que luchar para solucionar el problema de la falta de justicia y los vacíos del Estado.





 “En la medida en que la ley se aplique tanto a ricos como a pobres, la gente va a tener más confianza en el sistema de justicia y van a empezar a delegar otra vez esa labor a las autoridades. Mientras el gobierno siga reprimiendo a los pobres y siga mostrando una mano dura contra estos movimientos y los políticos que delinquen sigan libres, sigan sucediendo casos de gente rica que violan y matan y salen libres, pues la gente va a seguir percibiendo que el sistema de justicia está arreglado”, señala Zizumbo.

Por su parte, López y Rivas sentencia: “Los movimientos armados no cesan porque no hay garantías de nada: de  justicia, de democracia, de una vida digna; el país está hecho un desastre en lo que toca a la economía; las instituciones han perdido toda legitimidad, si es que alguna vez la han tenido; no hay credibilidad en ninguno de los tres poderes; es lógico que haya movimientos armados”.






(Tomado de http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/10/23/en-formacion-nuevo-movimiento-guerrillero/ )

martes, 25 de octubre de 2016

Iztapalapa, nido de guerrilleros: Cisen

7 agosto 2016

PRIMERA DE DOS PARTES
A“sangre y fuego”, entre decenas de oficios sin respuesta, incapacidad de autoridades, terror y violencia empoderados en sus calles, barrios, colonias y unidades habitacionales, Iztapalapa vive la impotencia de las demandas y denuncias vecinales contra su virtual “colombianización” o “guerrerización”, a merced de pandillas de asaltantes, delincuencia organizada y hasta “células de grupos urbanos radicales”, presuntamente vinculados a vestigios de la guerrilla en México.

Más de 27 mil 130 delitos perpetrados en los últimos once meses, a un promedio 75.9 diarios, oficios delegacionales en poder de El Sol de México, de informes de las mesas de trabajo vecinales, reportes oficiales sobre la incidencia delictiva e información del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), exponen el clima impune de asesinatos, secuestros, asaltos, robos, violaciones y tráfico de drogas, que asola a la delegación política más grande de la Ciudad de México.
Prácticamente se reporta como “zonas sin ley”, a colonias como la Guelatao, Álvaro Obregón, Eje Oriente, Palmitas, Lomas de Santa Cruz, Ejército de Agua Prieta, Año de Juárez, Francisco Villa, Tenorios, Parajes San Juan, Santa Martha, El Arco, El Polvorillo, La Madriguera, El Paraíso, Sinatel, Justo Sierra, El Retoño y El Triunfo, además del Cerro de las Tres Cruces y Sierra Santa Catarina, donde “los secuestradores han instalado casas de seguridad y donde las policías no llegan, ya que esos terrenos son defendidos a sangre y fuego, por sus habitantes”.
En una superficie superior a los 105.8 kilómetros cuadrados, ubicada al oriente de la capital y con casi dos millones de habitantes, colindando con el Estado de México y las delegaciones Xochimilco, Tláhuac, Coyoacán, Benito Juárez, Iztacalco, este suburbio jurisdiccional del oriente de la Ciudad de México, se niega a fenecer bajo los estigmas de la guerra y violencia que le han caracterizado desde mil 321, en su lucha contra la esclavitud de las conquistas tepanecas.
Rica en tradiciones, mitos y leyendas, Iztapalapa es señalada hoy por su espiral creciente de violencia. “Estamos invadidos por la delincuencia y nuestras autoridades están inmovilizadas, por el miedo”, claman los dirigentes vecinales de sus diferentes pueblos, barrios, colonias y unidades habitacionales, que semana a semana, mes con mes, se reúnen en mesas de trabajo, para ventilar el clima de terror que viven por la inseguridad galopante.
Por meses y hasta años, han redactado decenas de oficios dirigidas a sus gobernantes en turno, como hoy lo son la jefa delegacional, Dione Anguiano; el secretario de Seguridad Pública, Hiram Almeida Estrada, o el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera “todos ellos perredistas-, sin recibir respuestas y, en algunos casos, impotentes, frustrados, ante la abierta negativa de sus autoridades, para atender sus demandas de apoyo, auxilio, o su derecho a vivir en armonía y con seguridad.
Los iztapalapenses coinciden con los reportes del CISEN, en donde se reconoce que de los ocho grupos guerrilleros detectados en el país, seis tienen presencia en la Ciudad de México, y entre estos, “algunos vestigios de la extinta Liga 23 de Septiembre” que habrían infiltrado al grupo urbano de “Los Panchos Villa”, dicen residentes de la demarcación, aunque el presidente de Comisión de Seguridad de la Asamblea Legislativa, José Gonzalo Espina, lo niega y asegura que no existe información oficial al respecto.
Guerrilla y “leyendas urbanas”, en el Oriente de la Ciudad
Para los habitantes de Iztapalapa, “las únicas células guerrilleras que hay en la Ciudad de México, están en su polígono. “Nos estamos “colombianizando” o “guerrerizando’, con una mezcla de guerrilla y delincuencia organizada o narcotráfico al menudeo”, sostienen.
Rubén y Angelina, con más de 30 años de residencia en las colonias Santa María Aztahuacán y Ejército de Oriente, aseguran que este problema inició con el grupo urbano radical de “Los Panchos Villa”, en las décadas de los ochentas y de los noventas, y los Gobiernos de Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard en la Ciudad de México.
Comentan que el grupo urbano se dividió en tres facciones: el primero, encabezado por un integrante llamado Eli Homero Aguilar, hombre que estableció un puente de contacto entre los movimientos urbanos de la capital y elementos vinculados a la guerrilla centro y sudamericana.
“Estos movimientos -continúan-, sentaron sus reales en la zona oriente de la capital, donde existe un lugar llamado Fuerte Loreto, por la colonia Guelatao, y se estableció una central de carga, tomada desde hace 25 años y convertida en un emporio, para abastecer gasolina en forma clandestina a diferentes rutas de peseras concurrentes”.
Los iztapalapenses aseguran que dicha área también la utilizaban para el intercambio de diversas mercancías ilícitas, y como zona de albergue u hospedaje de instructores de dichos grupos subversivos, “estableciéndose además los cobros por derecho de piso y los secuestros, principalmente en un predio de la Sierra de Santa Catarina, tomado por narcos y donde nadie entra”.
“Son vestigios, -remarcan- de la “Liga 23 de Septiembre”, encabezados por un tal Rafael Sarmiento, y estas células, a su vez, se coaligaron con otro movimiento popular, cuyo dirigente incluso, fue encarcelado en su momento. Aquí se les conoce como grupos de choque no como guerrilla, están armados e Iztapalapa ya está lleno”.
Reconoce Cisen presencia de grupos armados en la ciudad; ALDF, la niega
En uno de sus reportes, el Cisen reconoce la existencia de los grupos armados Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), al Comando Jaramillista Morelense (CJM), la Coordinadora Guerrillera Nacional José María Morelos (CGN), Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR), Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP), el Comité Clandestino Revolucionario del Pueblo (CCRP), el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) y el Ejército Popular Revolucionario (EPR).
El Centro de Investigación y Seguridad Nacional, es un órgano de inteligencia civil al servicio del Estado, cuyo propósito es generar inteligencia estratégica, táctica y operativa, para alertar y proponer medidas de prevención, disuasión, contención de riesgos y amenazas que pretendan vulnerar el territorio, la soberanía y el orden constitucional, aunque desde la irrupción del EZLN en 1994, su eficiencia operativa ha estado en duda.
Y en unos de sus documentos desclasificados, el Cisen resalta el surgimiento de algunas ramificaciones de estas expresiones paramilitares, y a seis de éstas -EPR, EZLN, ERPI, FARP, TDR y CJM-, se les ubica como con presencia en la Ciudad de México.
Con algunas partes testadas, otro de los expedientes hace referencia “a grupos armados en el Distrito Federal”. En éste, el Cisen admite la existencia de “escisiones” de la guerrilla en el centro del país, con lo que algunos analistas estiman que el organismo dependiente de la Secretaría de Gobernación “supera la idea que éstas (fuerzas) no existen”.
Sin embargo, entrevistado por este diario al respecto, el presidente de la Comisión de Seguridad de la ALDF, José Gonzalo Espina, admite que la comisión legislativa local no ha realizado ninguna labor de campo a Iztapalapa, pero rechaza la posible presencia de grupos armados en la demarcación y pide “ser muy responsables en el suministro de la información”.
“Yo -dijo-, sería el primero en denunciar este problema, si lo tuviéramos palpable. Yo mismo he hablado con el Procurador capitalino, con el Secretario, y no hay delincuencia organizada o este tipo de grupos delictivos, puesto que no hay carteles que operen como operan en otros Estados”.
El legislador panista subraya que “por supuesto hay delincuencia, pero en realidad hoy por hoy, no hay algo formalmente que nos haga decir que existen estos grupos operando en la Ciudad de México”.
Inercial crecimiento criminal en calles de la demarcación
Desde 2015, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, en ese orden, han sido las delegaciones donde se ha registrado el mayor número de homicidios dolosos, y donde se iniciaron más de 50 por ciento de las averiguaciones por asesinatos.
En el documento “Datos de incidencia delictiva del fuero común municipal 2011-2015” del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) se establece que en los primeros diez meses de 2014 se iniciaron en esa jurisdicción 127 averiguaciones previas por el delito de homicidio doloso.
Sin embargo, en el mismo periodo de 2015, la cifra de investigaciones por muertes intencionales sumó 145. En el caso de la GAM, durante el periodo referido de 2014 se iniciaron 102 averiguaciones previas por homicidio intencional, que para 2015 aumentaron a 133.
No sorprende que con base en los últimos informes de la Procuraduría capitalina y el SESNSP, se reporte que durante el periodo de julio de 2015 a junio de 2016, en Iztapalapa se hayan registrado 27 mil 130 delitos, a un promedio de 75.9 ilícitos diarios y cerrar con dos mil 278 ilícitos el mes de junio del presente año.
De acuerdo a dichos informes, en el primer semestre de 2016, este polígono delegacional sufrió 13 mil 500 delitos, con un 20 por ciento de ilícitos de alto impacto, lo que lo mantiene como una de las demarcaciones con más violaciones a la ley.
Con esta tendencia al alza, 2016 ya es el año más violento del sexenio del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ya que en el primer semestre se registraron 477 asesinatos, es decir, un aumento del 8 por ciento, respecto el mismo periodo de 2015, con un crimen cada nueve horas.
Nula respuesta de autoridades a demandas en juntas vecinales
De acuerdo a las relatorías de hechos de las mesas de trabajo vecinales sobre seguridad pública en la delegación, se ha solicitado el retiro de vehículos chatarra en la calle Primera Cerrada de Margaritas y Callejón de Margaritas de la colonia Palmitas, por la obstrucción del drenaje e insalubridad que provoca, pero la delegación Iztapalapa no ha dado respuesta.
En la secundaria “Federico Froebel” Número 98, por la Unidad Habitacional Santa Cruz Meyehualco y en la colonia Lomas de Santa Cruz, predomina un clima de robos y asaltos ante la escasez de vigilancia y patrullajes. “Se ha solicitado a la delegación visitas de verificación a diversos negocios en donde se venden bebidas alcohólicas, sin obtener respuesta alguna”.
Durante una mesa de trabajo de la junta vecinal de la Unidad Habitacional las Rosas, ubicada en Avenida Fuerte de Loreto, colonia Ejército de Agua Prieta, se planteó la extrema inseguridad al interior y al exterior del inmueble, por la falta de patrullajes tanto de la delegación como por parte de la SSP.
En la secundaria Manuel Acuña Número 306, también de la colonia Palmitas, se han reportado múltiples robos y se han solicitado cámaras al interior del plantel y la colocación de un botón de emergencia.
Con fecha 25 de febrero de 2015, se envió oficio al secretario de Seguridad Pública central, Hiram Almeida Estrada, solicitándole mayor seguridad y cámaras en la colonia, para frenar la ola de robos con arma de fuego y armas punzo cortantes.
“En múltiples ocasiones y a diferentes autoridades se les ha hecho entrega de un disco en donde se aprecian los rostros de los asaltantes, pero a la fecha no se ha dado respuesta alguna por parte de autoridad delegacional ni de la SSP”, se indica en la minuta. (Continúa)

domingo, 7 de agosto de 2016

Iztapalapa, nido de guerrilleros: Cisen

7 agosto 2016

(Primera de dos partes)

A“sangre y fuego”, entre decenas de oficios sin respuesta, incapacidad de autoridades, terror y violencia empoderados en sus calles, barrios, colonias y unidades habitacionales, Iztapalapa vive la impotencia de las demandas y denuncias vecinales contra su virtual “colombianización” o “guerrerización”, a merced de pandillas de asaltantes, delincuencia organizada y hasta “células de grupos urbanos radicales”, presuntamente vinculados a vestigios de la guerrilla en México.

Más de 27 mil 130 delitos perpetrados en los últimos once meses, a un promedio 75.9 diarios, oficios delegacionales en poder de El Sol de México, de informes de las mesas de trabajo vecinales, reportes oficiales sobre la incidencia delictiva e información del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), exponen el clima impune de asesinatos, secuestros, asaltos, robos, violaciones y tráfico de drogas, que asola a la delegación política más grande de la Ciudad de México.

Prácticamente se reporta como “zonas sin ley”, a colonias como la Guelatao, Álvaro Obregón, Eje Oriente, Palmitas, Lomas de Santa Cruz, Ejército de Agua Prieta, Año de Juárez, Francisco Villa, Tenorios, Parajes San Juan, Santa Martha, El Arco, El Polvorillo, La Madriguera, El Paraíso, Sinatel, Justo Sierra, El Retoño y El Triunfo, además del Cerro de las Tres Cruces y Sierra Santa Catarina, donde “los secuestradores han instalado casas de seguridad y donde las policías no llegan, ya que esos terrenos son defendidos a sangre y fuego, por sus habitantes”.

En una superficie superior a los 105.8 kilómetros cuadrados, ubicada al oriente de la capital y con casi dos millones de habitantes, colindando con el Estado de México y las delegaciones Xochimilco, Tláhuac, Coyoacán, Benito Juárez, Iztacalco, este suburbio jurisdiccional del oriente de la Ciudad de México, se niega a fenecer bajo los estigmas de la guerra y violencia que le han caracterizado desde mil 321, en su lucha contra la esclavitud de las conquistas tepanecas.

Rica en tradiciones, mitos y leyendas, Iztapalapa es señalada hoy por su espiral creciente de violencia. “Estamos invadidos por la delincuencia y nuestras autoridades están inmovilizadas, por el miedo”, claman los dirigentes vecinales de sus diferentes pueblos, barrios, colonias y unidades habitacionales, que semana a semana, mes con mes, se reúnen en mesas de trabajo, para ventilar el clima de terror que viven por la inseguridad galopante.

Por meses y hasta años, han redactado decenas de oficios dirigidas a sus gobernantes en turno, como hoy lo son la jefa delegacional, Dione Anguiano; el secretario de Seguridad Pública, Hiram Almeida Estrada, o el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera “todos ellos perredistas-, sin recibir respuestas y, en algunos casos, impotentes, frustrados, ante la abierta negativa de sus autoridades, para atender sus demandas de apoyo, auxilio, o su derecho a vivir en armonía y con seguridad.

Los iztapalapenses coinciden con los reportes del CISEN, en donde se reconoce que de los ocho grupos guerrilleros detectados en el país, seis tienen presencia en la Ciudad de México, y entre estos, “algunos vestigios de la extinta Liga 23 de Septiembre” que habrían infiltrado al grupo urbano de “Los Panchos Villa”, dicen residentes de la demarcación, aunque el presidente de Comisión de Seguridad de la Asamblea Legislativa, José Gonzalo Espina, lo niega y asegura que no existe información oficial al respecto.

Guerrilla y “leyendas urbanas”, en el Oriente de la Ciudad

Para los habitantes de Iztapalapa, “las únicas células guerrilleras que hay en la Ciudad de México, están en su polígono. “Nos estamos “colombianizando” o “guerrerizando’, con una mezcla de guerrilla y delincuencia organizada o narcotráfico al menudeo”, sostienen.

Rubén y Angelina, con más de 30 años de residencia en las colonias Santa María Aztahuacán y Ejército de Oriente, aseguran que este problema inició con el grupo urbano radical de “Los Panchos Villa”, en las décadas de los ochentas y de los noventas, y los Gobiernos de Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard en la Ciudad de México.

Comentan que el grupo urbano se dividió en tres facciones: el primero, encabezado por un integrante llamado Eli Homero Aguilar, hombre que estableció un puente de contacto entre los movimientos urbanos de la capital y elementos vinculados a la guerrilla centro y sudamericana.

“Estos movimientos -continúan-, sentaron sus reales en la zona oriente de la capital, donde existe un lugar llamado Fuerte Loreto, por la colonia Guelatao, y se estableció una central de carga, tomada desde hace 25 años y convertida en un emporio, para abastecer gasolina en forma clandestina a diferentes rutas de peseras concurrentes”.

Los iztapalapenses aseguran que dicha área también la utilizaban para el intercambio de diversas mercancías ilícitas, y como zona de albergue u hospedaje de instructores de dichos grupos subversivos, “estableciéndose además los cobros por derecho de piso y los secuestros, principalmente en un predio de la Sierra de Santa Catarina, tomado por narcos y donde nadie entra”.

“Son vestigios, -remarcan- de la “Liga 23 de Septiembre”, encabezados por un tal Rafael Sarmiento, y estas células, a su vez, se coaligaron con otro movimiento popular, cuyo dirigente incluso, fue encarcelado en su momento. Aquí se les conoce como grupos de choque no como guerrilla, están armados e Iztapalapa ya está lleno”.
Reconoce Cisen presencia de grupos armados en la ciudad; ALDF, la niega

En uno de sus reportes, el Cisen reconoce la existencia de los grupos armados Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), al Comando Jaramillista Morelense (CJM), la Coordinadora Guerrillera Nacional José María Morelos (CGN), Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR), Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP), el Comité Clandestino Revolucionario del Pueblo (CCRP), el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) y el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

El Centro de Investigación y Seguridad Nacional, es un órgano de inteligencia civil al servicio del Estado, cuyo propósito es generar inteligencia estratégica, táctica y operativa, para alertar y proponer medidas de prevención, disuasión, contención de riesgos y amenazas que pretendan vulnerar el territorio, la soberanía y el orden constitucional, aunque desde la irrupción del EZLN en 1994, su eficiencia operativa ha estado en duda.

Y en unos de sus documentos desclasificados, el Cisen resalta el surgimiento de algunas ramificaciones de estas expresiones paramilitares, y a seis de éstas -EPR, EZLN, ERPI, FARP, TDR y CJM-, se les ubica como con presencia en la Ciudad de México.

Con algunas partes testadas, otro de los expedientes hace referencia “a grupos armados en el Distrito Federal”. En éste, el Cisen admite la existencia de “escisiones” de la guerrilla en el centro del país, con lo que algunos analistas estiman que el organismo dependiente de la Secretaría de Gobernación “supera la idea que éstas (fuerzas) no existen”.

Sin embargo, entrevistado por este diario al respecto, el presidente de la Comisión de Seguridad de la ALDF, José Gonzalo Espina, admite que la comisión legislativa local no ha realizado ninguna labor de campo a Iztapalapa, pero rechaza la posible presencia de grupos armados en la demarcación y pide “ser muy responsables en el suministro de la información”.

“Yo -dijo-, sería el primero en denunciar este problema, si lo tuviéramos palpable. Yo mismo he hablado con el Procurador capitalino, con el Secretario, y no hay delincuencia organizada o este tipo de grupos delictivos, puesto que no hay carteles que operen como operan en otros Estados”.

El legislador panista subraya que “por supuesto hay delincuencia, pero en realidad hoy por hoy, no hay algo formalmente que nos haga decir que existen estos grupos operando en la Ciudad de México”.
Inercial crecimiento criminal en calles de la demarcación

Desde 2015, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, en ese orden, han sido las delegaciones donde se ha registrado el mayor número de homicidios dolosos, y donde se iniciaron más de 50 por ciento de las averiguaciones por asesinatos.

En el documento “Datos de incidencia delictiva del fuero común municipal 2011-2015” del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) se establece que en los primeros diez meses de 2014 se iniciaron en esa jurisdicción 127 averiguaciones previas por el delito de homicidio doloso.

Sin embargo, en el mismo periodo de 2015, la cifra de investigaciones por muertes intencionales sumó 145. En el caso de la GAM, durante el periodo referido de 2014 se iniciaron 102 averiguaciones previas por homicidio intencional, que para 2015 aumentaron a 133.

No sorprende que con base en los últimos informes de la Procuraduría capitalina y el SESNSP, se reporte que durante el periodo de julio de 2015 a junio de 2016, en Iztapalapa se hayan registrado 27 mil 130 delitos, a un promedio de 75.9 ilícitos diarios y cerrar con dos mil 278 ilícitos el mes de junio del presente año.

De acuerdo a dichos informes, en el primer semestre de 2016, este polígono delegacional sufrió 13 mil 500 delitos, con un 20 por ciento de ilícitos de alto impacto, lo que lo mantiene como una de las demarcaciones con más violaciones a la ley.

Con esta tendencia al alza, 2016 ya es el año más violento del sexenio del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ya que en el primer semestre se registraron 477 asesinatos, es decir, un aumento del 8 por ciento, respecto el mismo periodo de 2015, con un crimen cada nueve horas.
Nula respuesta de autoridades a demandas en juntas vecinales

De acuerdo a las relatorías de hechos de las mesas de trabajo vecinales sobre seguridad pública en la delegación, se ha solicitado el retiro de vehículos chatarra en la calle Primera Cerrada de Margaritas y Callejón de Margaritas de la colonia Palmitas, por la obstrucción del drenaje e insalubridad que provoca, pero la delegación Iztapalapa no ha dado respuesta.

En la secundaria “Federico Froebel” Número 98, por la Unidad Habitacional Santa Cruz Meyehualco y en la colonia Lomas de Santa Cruz, predomina un clima de robos y asaltos ante la escasez de vigilancia y patrullajes. “Se ha solicitado a la delegación visitas de verificación a diversos negocios en donde se venden bebidas alcohólicas, sin obtener respuesta alguna”.

Durante una mesa de trabajo de la junta vecinal de la Unidad Habitacional las Rosas, ubicada en Avenida Fuerte de Loreto, colonia Ejército de Agua Prieta, se planteó la extrema inseguridad al interior y al exterior del inmueble, por la falta de patrullajes tanto de la delegación como por parte de la SSP.

En la secundaria Manuel Acuña Número 306, también de la colonia Palmitas, se han reportado múltiples robos y se han solicitado cámaras al interior del plantel y la colocación de un botón de emergencia.

Con fecha 25 de febrero de 2015, se envió oficio al secretario de Seguridad Pública central, Hiram Almeida Estrada, solicitándole mayor seguridad y cámaras en la colonia, para frenar la ola de robos con arma de fuego y armas punzo cortantes.

“En múltiples ocasiones y a diferentes autoridades se les ha hecho entrega de un disco en donde se aprecian los rostros de los asaltantes, pero a la fecha no se ha dado respuesta alguna por parte de autoridad delegacional ni de la SSP”, se indica en la minuta. (Continúa)






(Tomado de https://elsoldemexico.com.mx/mexico/383180-iztapalapa-nido-de-guerrilleros-cisen)

domingo, 3 de mayo de 2015

Audios del homenaje a los compañeros Galeano y Villoro en Oventic: EZLN

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Pablo González Casanova en voz del Comandante David

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Adolfo Gilly

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Fernanda Navarro

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Juan Villoro

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Subcomandante Galeano sobre don Luis Villoro

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Subcomandante Galeano sobre maestro zapatista Galeano

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Compañera escucha Selena

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Compañero Manolo

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Compañera Lizbeth, hija del compa Galeano

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Compañero Mariano, hijo del compa Galeano

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Subcomandante Insurgente Moisés

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Himno Zapatista

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Homenaje Galeano y Villoro