jueves, 21 de febrero de 2013

Anarquistas de Individualidades Tendiendo a lo Salvaje reivindicansobre-bomba de Tlalpan


Mediante este pequeño mensaje, Its se responsabiliza del sobre con
contenido incendiario, que le detonó a un curioso trabajador de una
empresa ligada al Servicio Postal Mexicano (Sepomex), la tarde del 21 de
Febrero del presente año.

Las autoridades han declarado que el destinatario del paquete, era una
mujer llamada Lilia Botello, lo cual es mentira.

Como se puede ver en las fotografías de la prensa, la etiqueta que
contenía el destinatario fue incinerada cuando la dinamita fue activada.
Dejado ver solo la presunta remitente, la cual llevaba el nombre de Lilia
Botello Ramos, con domicilio en la colonia San Andrés Tetepilco,
Delegación Iztapalapa, en la capital mexicana.

Its, usualmente elije al azar algún nombre y dirección para llenar el
remitente. ¡Obviamente no vamos a poner nuestros nombres!

Por el momento no publicaremos el nombre del verdadero destinatario, se
mantendrá en secreto para entorpecer las investigaciones policiales.
Estamos consientes de que este tipo de “accidentes” puede llegar a
repetirse, pero eso es solo una de las consecuencias que acarrea la guerra
contra el Sistema Tecnonidustrial.

Como lo habíamos dicho en nuestro séptimo comunicado (a): ¡Si la
Tecnología no se detiene, Its tampoco!

(a) Leer el último comunicado de Its en el portal anarquista War on Society.

Individualidades tendiendo a lo salvaje


CONTEXTO

Explosión en buzón de correo en México deja un herido
Una persona resultó herida hoy a causa de una explosión registrada en un buzón de correos de Ciudad de México, informó hoy el Servicio Postal Mexicano (Sepomex) .

Los hechos se registraron a las 13:10 horas (19:10 GMT) y la persona herida es un trabajador que presta mantenimiento a los buzones de Sepomex.

La compañía afirmó en un comunicado que el trabajador fue trasladado a un hospital para su evaluación y atención médica.

Atienden a persona lesionada por estallido de sobre en Tlalpan
Personal del Hospital de Traumatología Sur atiende a una persona que resultó lesionada, al parecer por el estallido de una batería de una tarjeta electrónica de felicitación depositada en un buzón de Correos de México, informó la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) .

De acuerdo con los primeros reportes, los hechos se registraron en Calzada de Tlalpan y Huipulco, colonia Torielo Guerra, donde un trabajador resultó herido en la mano derecha, luego de extraer las cartas y estallar un artefacto.

La persona lesionada es identificada como José Luis García Luna, de 41 años de edad, trabajador de la empresa Equipamiento Urbano México (Eumex) , encargada de dar mantenimiento a los buzones de correos en la zona.

Hasta el lugar arribó una ambulancia, que trasladó a esta persona al Hospital de Traumatología Sur donde es atendido de una fractura en la mano derecha y un rasguño en la cara.
 En tanto, peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) iniciaron las indagatorias correspondientes para determinar el origen del estallido.
La detonación provocó que agentes de tránsito cerraran la circulación en calzada de Tlalpan en dirección al sur, por lo que se registraron afectamientos viales, pero después de unos minutos todo regresó a la normalidad.

Las Farc le robaron su virginidad y a cambio le dieron un fusil


Reporte Internacional dice que entre 8 y 14 mil niños están en el conflicto colombiano.

por Yeison Gualdrón
Redactor de EL TIEMPO
Medellín


Una joven reclutada a los 16 años le contó a EL TIEMPO los 4 meses que soportó en las Farc.

El sonido ensordecedor de los grillos traía un mal presagio. Al menos así lo sintió Maryuri* esa noche de septiembre del 2009. Rayaban las nueve de la noche cuando guerrilleros del frente 5 de las Farc llegaron a la finca enclavada en una montaña de Tierralta (Córdoba).

“Usted ya es de nosotros, así que vámonos”. Le dijeron. Esa fue la última vez que contempló los cocuyos que volaban sobre el potrero de su casa.
Caminó más de cinco horas en medio de la penumbra.

Al llegar a un campamento la acomodaron en una tabla donde pasó lo que quedaba de noche. Pero apenas el sol se asomó por encima de las montañas la despertaron a gritos y patadas.

La enfilaron con otros cuatro menores de edad (dos niñas y dos niños). Y el discurso de un hombre camuflado les interrumpió el miedo.

Era alias ‘Jacobo Arango’ –cabecilla de ese frente quien fue dado de baja el 31 de enero– el que les hablaba de su nueva vida en la guerrilla.

Al terminar el discurso comenzó el suplicio. “Ese día nos hicieron arrastrar debajo de unos alambres.
Nos pegaban con palos porque lo hacíamos mal”, recordó Maryuri.

Pero eso no sería lo peor. La belleza y virginidad de la blanca niña fueron sus pecados y, ‘Jacobo’ –como era su costumbre con las mujeres hermosas–, la pidió para él esa noche. Sería la primera de muchas.

Después de 15 días de iniciar el tortuoso “entrenamiento” y las constantes violaciones del guerrillero, le dieron un fusil y le enseñaron a fabricar minas antipersona. Estaba lista para la guerra.
No pasó mucho tiempo para su primer combate: “Las balas me rozaban. Ahí pensé en escaparme”, dijo.

Desde ese día la idea no se le salió de la cabeza. Pero se llenó de coraje después de presenciar una escena que aunque quisiera olvidar permanece intacta en sus recuerdos.

“Una compañera que tenía ocho meses de embarazo se escapó para que no la hicieran abortar. Pero la alcanzaron y el comandante la violó delante de todos”, narra con la voz entrecortada, como si los gritos de socorro de su amiga le retumbaran aún en la cabeza.

Ella fue la encargada de cavar la tumba mientras la mujer de 25 años –tirada en el piso–, le miraba inconsolable.

Al terminar el trabajo se escuchó la orden: “¡Disparen!”. La mujer cayó agonizante. A Maryuri la mandaron a “tirarla al hueco”. Pero con su último aliento su compañera dijo: “Esto no es vida para una mujer”. Y murió.

Con esas palabras manchadas de sangre que resonaban en su cabeza se decidió a huir un mes después. Ese día aprovechó el calor sofocante para hacerse la enferma y apenas su cuadrilla se adelantó, tiró el fusil a un potrero y corrió a la selva.

Escuchaba los pasos de sus vérdugos pero –como un milagro, cuando sintió perder la esperanza–, dos soldados aparecieron de la nada, salvándola del infortunio.

La llevaron al batallón de Carepa y de allí a Medellín. Donde el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) la tuvo en un hogar de paso hasta el año pasado al cumplir los 18 años.

Se inscribió a la Agencia Nacional para la Reintegración, donde además de estudiar –cursa noveno de bachillerato– recibe atención sicológica con la que le ha hecho frente a los terribles recuerdos de la guerra.

Esa misma historia la han vivido 5.093 niños y niñas que, según Icbf, se han desvinculado de los grupos armados en los últimos 13 años. Muchos de ellos víctimas de engaños y amenazas (ver anexa).

Pero a Maryuri no la engañaron, la secuestraron haciéndola parte de un conflicto que no entendió en los cuatro meses que estuvo en el monte y el cual, en la libertad, aún no comprende.

*Nombre cambiado por código del menor.


Estrategias de armados para vinculación

Tanto la guerrilla como las bandas criminales utilizan diferentes estrategias para vincular a los menores.

David Turizo, subdirector de Gestión Técnica para la Atención a la Niñez y Adolescencia del Icbf, reveló que “la guerrilla, por ejemplo, les ofrece a los jóvenes relaciones sexuales con niñas que ellos reclutan o que consiguen a través de redes de explotación sexual infantil”.

Las ‘bacrim’, como ‘los Rastrojos’ y ‘los Urabeños’, les ofrecen drogas, alcohol y dinero para que poco a poco –explicó Turizo– hagan parte de sus estructuras. Sin embargo, las Farc sigue siendo el grupo con mayor número de menores de edad (59 por ciento –3.003– de los desvinculados pertenecieron esa guerrilla).

Dentro de estos se destacan los frentes 36 y 18, ambos con injerencia en Antioquia. “En Ituango los guerrilleros del frente 18 llegan a las fincas buscando a los niños mayores de 8 años y les enseñan a fabricar minas.

A los 13 años les dan armas y a los 14 los ‘encuadrillan’ ”, aseguró el comandante de la Brigada Móvil 18, coronel Gonzalo Gómez.

Por su parte, inteligencia Militar de la Cuarta Brigada, descubrió que el frente 36 usa sus Redes de Apoyo al Terrorismo (RAT) para reclutarlos. “Algunos llevan provisiones y otros sirven de informantes de los movimientos de la tropa y luego los vinculan”, reveló un oficial de Inteligencia.
Para el comandante de la Cuarta Brigada, general Nicasio de Jesús Martínez, esa práctica de las Farc demuestra su irrespeto al Derecho Internacional Humanitario: “Con argucias y amenazas hacen que las familias aporten al menos uno de sus hijos para que la organización pueda tener más personas”, concluyó.

A desmovilizados los reclutaron niños

Datos de la Agencia Colombiana para la Reitegración (ACR) dan cuenta de que el 49 por ciento los desmovilizados (55.000) que hay en el país fueron reclutados como menores de edad.
Es decir, que 26.950 exmiembros de grupos armados, casi la mitad, empuñaron las armas sin cumplir los 18 años.

“Hay un fenómeno muy preocupante de niños y jóvenes que ingresan a estos grupos armados ilegales, pero el Estado está haciendo un esfuerzo no solo para sacar y rehabilitar a los que salen sino también para prevenir el reclutamiento”, explicó Alejandro Eder, director de la ACR.

Por otro lado, la Defensoría del Pueblo publicó un informe el pasado 12 de febrero (Día Internacional contra el Reclutamiento) en el que, a través del Sistema de Alertas Tempranas (SAT), reportaron que este año se han presentado 46 situaciones de riesgo de en 105 municipios de 22 departamentos del país.

De acuerdo con el reporte, Antioquia, Bolívar, Caquetá, Cauca y Córdoba, entre otros, son las regiones donde los menores de edad son más vulnerables a ser reclutados por los grupos armados al margen de la Ley.

Sin embargo, las cifras sobre cuántos menores de edad están vinculados a dichas estructuras son inexactas, por lo que muchos de los casos se presentan en zonas rurales alejadas y en comunidades indígenas.

Hay 300 mil niños del mundo en la guerra

De acuerdo con el Reporte Internacional Anual 2013 sobre la Infancia Afectada por la Guerra en el Mundo –publicado por la fundación londinense Child Rights Information Network (Crin)– hay 300.000 menores de edad que participan en conflictos armados en 24 países.

Los grupos al margen de Colombia tendrían en sus filas entre 8.000 y 14.000 menores.

Paramilitares autorizados Raymundo Riva Palacio (análisis)







Los vacíos que ha dejado la política se están calentando. En Guerrero y Oaxaca, en las zonas donde hace casi 15 años surgió el EPR, brotaron policías comunitarias que están tomando la justicia por propia mano con la bendición gubernamental. Se extendieron a Chiapas, Chihuahua, Jalisco, Michoacán, Morelos y Veracruz, con lo cual las zonas grises de ilegalidad se han extendido como hongos por el país, despertando la alarma de los gobernadores ante el monstruo que les está creciendo en forma de grupos de autodefensa civil.

Uno muy vocal es el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, quien urgió disolver la policía comunitaria que fue auspiciada por las autoridades municipales en Santos Reyes Nopala. Cué tiene razones suficientes para estar alarmado, como las tiene Ángel Heladio Aguirre, gobernador de Guerrero, a quien le brotaron intempestivamente policías comunitarias en 14 municipios. Los dos gobiernan estados de sí convulsos y en permanente rebeldía. Pero en este caso, porque el surgimiento de esos grupos, todos con pasamontañas y pañoletas que les cubren las caras, armados con escopetas -como las de las viejas policías comunitarias- y con armas semiautomáticas -que son reglamentarias del Ejército-, se alimentan de un contexto insurreccional.

Prácticamente en todos los municipios donde aparecieron esos grupos hay una historia reciente con el EPR. En Ayutla, Guerrero, es donde nació esa organización guerrillera en 1996, y en Tixtla, el municipio donde varias de sus comunidades organizaron grupos de autodefensa, se registraron las primeras acciones militares del EPR en ese año. En Nopala, la presencia eperrista ha sido permanente. ¿Significa que las policías comunitarias en esos municipios son guerrilleros embozados? No hay respuesta concluyente, pero si el contexto y la realidad es la lógica dominante, al menos tendrían que ser ramales de la guerrilla.

Las policías comunitarias no son un fenómeno nuevo, pero tenían la sola responsabilidad de coadyuvar con las autoridades, no de sustituirlas. Hoy en día, en varios de esos municipios el territorio pertenece casi a ellos, sin permitir el libre tránsito, que es una violación constitucional, y la libertad de movimiento, llegando incluso al secuestro. De la misma forma como ahora surgen, lo hicieron hace tres lustros, cuando en municipios de Oaxaca y Guerrero se descubrió posteriormente que algunos comandantes de ellas eran realmente comandantes guerrilleros, a quienes empoderaron y armaron.

En Guerrero se han dado a llamar Movimiento Civil de Autodefensa de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado, que encierra el nombre de Unión del Pueblo, que nació como organización guerrillera en los 70 y que en los 80, con el apellido del Partido de los Pobres, fueron parte fundadora del Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (PROCUP), el germen de donde surgió el EPR. El fenómeno de la guerrilla, sin embargo, no es la única variable que cruza por esos grupos irregulares. Hay poblados en que emergieron, donde la delincuencia organizada es el referente. Cherem, en Michoacán, es el caso más claro, donde la policía comunitaria podría servir no sólo al pueblo, sino también para impedir el paso a una zona de talamontes y narcotraficantes. En ese estado hay municipios tocados por la delincuencia organizada de forma profunda, como Turicato, donde se encuentra Nueva Jerusalén, en donde se descubrieron los primeros vasos comunicantes entre La Familia Michoacana y el EPR.

Los anticuerpos del Estado mexicano, en voz de algunos gobernadores y legisladores, han comenzado a alertar sobre lo pernicioso de la laxitud con la que se está abordando el fenómeno de los grupos de autodefensa civil. La Secretaría de Gobernación insiste que es por la vía de la negociación como piensan resolver esta anomalía. La pasividad, al final de cuentas, es lo que domina, por no pensar peores motivaciones las que animen esa racional de gobierno. Pero al mismo tiempo tienen a su disposición la historia reciente, los actores que conocen de primera mano lo que sucedió en 1996 y el deterioro social y político generado por no saber cómo actuar adecuadamente. Si hoy, por ingenuidad o incompetencia, crean y estimulan grupos paramilitares avalados por el gobierno federal, las consecuencias que de ello resulten serán responsabilidad única del gobierno federal.