jueves, 20 de diciembre de 2012

El guerrillero argentino de las FARC


Texto tomado de la revista colombiana Don Juan http://bit.ly/XUHfip


El cabecilla argentino de las FARC

El argentino Facundo Molares Schoenfeld -después de Tanja Mijmeijer - es el guerrillero extranjero de mayor ascenso al interior de este grupo.

En pleno proceso de paz, la holandesa Tanja Mijmeijer se ha robado todas las miradas y ha puesto en el tapete un tema que no es tan evidente: los extranjeros en las Farc. El argentino Facundo Molares Schoenfeld -después de Tanja- es el guerrillero extranjero de mayor ascenso al interior de este grupo.

Su estrategia ha sido permanecer invisible, pero sus golpes lo han convertido en un enemigo público: estuvo en el asalto al edificio de Miraflores, en Neiva, donde secuestraron a 15 personas en el año 2000, participó en el secuestro del avión de Aires, en el de los 12 diputados delValle y en el de los tres contratistas estadounidenses. Atentó contra el expresidente Uribe en 2002 y hace tres años fue parte del grupo que sacó de su casa al gobernador del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar, y lo ametralló en la cabeza.

Por Alejandro Aguirre

Se llama Facundo Molares Schoenfeld y carga en el hombro derecho un fusil AK-47 de fabricación rusa. Usa el camuflado desgastado y el pelo a ras que cubre con una pañoleta. Los dedos de las manos son delgados y los nudillos se le salen. Posee una incipiente barba de dos días, las orejas salidas y los ojos claros y hundidos. La mirada es desafiante y tiene la postura nazi, con el mentón alto. Acaba de cumplir 37 años, mide más de 1,80 de altura y tiene la piel blanca y la nariz aguileña. No es colombiano, pero es guerrillero. Sabe disparar, pero no le gusta mucho.

Molares Schoenfeld dejó de ser un fantasma hace casi tres años cuando el Ejército colombiano halló una fotografía donde este cargaba un fusil ruso. La única hasta ahora. Tras varios meses de investigaciones se confirmó que era argentino, que llevaba más de una década en las Farc y que le decían "el Argentino" o "Camilo". Ahora se busca por cielo y tierra luego de confirmarse que después de la holandesa Tanja Mijmeijer -hoy traductora del equipo de negociación entre Farc y gobierno- es el guerrillero e ideólogo extranjero de mayor ascenso en el interior de este grupo armado, pero a la vez el menos visible. En Argentina ya casi no hay rastros.

Facundo Molares Schoenfeld nació el 12 de octubre de 1975 a las 9.55 de la mañana en la población de San Miguel, partido General Sarmiento, de la provincia de Buenos Aires, situado en la zona noroeste del Gran Buenos Aires, Argentina. Allí se llega por tren -Línea San Martín- desde la estación de Palermo, en la capital, y el viaje dura una hora. San Miguel queda a 50 kilómetros -en carro-del Obelisco.

Es una pequeña población del conurbano bonaerense rodeada de casas de un solo nivel y árboles frondosos, habitada por exmilitares de Malvinas y obreros que se levantan temprano para ir a trabajar a la capital. Una zona de gente próspera que cada vez quiere alejarse de la gran urbe para vivir tranquilamente a las afueras.

A 10 minutos de San Miguel, por la misma línea del tren San Martín, queda el partido José C. Paz. Hace tres décadas, las mujeres embarazadas eran remitidas al hospital de San Miguel. Por eso, Facundo nació en San Miguel y no en José C. Paz. En José C. Paz -la diferencia con San Miguel es que las calles están sin pavimento- queda la casa materna de los Molares Schoenfeld.
El barrio se llama 9 de Julio y la dirección es Urquiza 4105. Es una vivienda de una sola planta, pintada de un gris pálido, con manchones negros, con un antejardín descuidado, situada en una esquina de dos vías, una de ellas pavimentada y la otra arcillosa. La casa jamás ha sido modificada ni siquiera en su fachada. Aquí trajeron a Facundo cuando nació.

"El Argentino", como es conocido, es hijo de Néstor Hugo Molares -de origen español y empleado de la construcción- y de Graciela Lidia Schoenfeld -de origen alemán y ama de casa-. Según la fuente del Ejército, la madre del guerrillero extranjero estaría en el país meses antes de acabarse los diálogos de paz, en el 2002. "No tenemos registros del padre que, creemos, murió en Argentina. Pero sí sabemos que su madre, que se acerca a los setenta años, está en el país. Se la trajo cuando se intentó el proceso de paz en El Caguán", señala. Las autoridades investigan aún si Facundo es hijo único.

María de Gallardo -pelo largo, camina deprisa y voz delgada- dice ser la vecina que más años lleva en el barrio 9 de Julio. "Unos 40", asegura. María hace 37 años vio llegar a su vecina Graciela Lidia Schoenfeld, la madre del "Argentino", con un niño en brazos. Era su hijo Facundo Molares Schoenfeld. "Fui a verlo al día siguiente. Era un niño despierto, sonriente. Como todos aquí en la Argentina cuando nacen". María vive a una casa de por medio de donde vivió la familia Molares Schoenfeld hace casi cuatro décadas y a unas siete casas de donde vivió la madre de Graciela Schoenfeld.

"Facundo llegó recién nacido a la casa de la familia. Allí vivieron unos 3 o 4 años antes de irse a San Miguel. En esta misma cuadra vivieron y murieron los padres de Graciela, quienes vivían a unas pocas casas de la mía", añade. María sale de su casa y señala una vivienda desvencijada, casi abandonada, en la misma calle, pero sobre el otro andén, sobre la vía arcillosa.

La casa donde nació "el Argentino" es propiedad hoy de la familia Rojas. María desconoce a los propietarios de la casa de la madre de Graciela. "Los Molares Schoenfeld eran gente común y corriente que salía a trabajar, el señor de la casa era empleado de la construcción y la madre era ama de casa y, a veces, planchaba ropa. Graciela, por ejemplo, tenía a sus padres en la misma zona y eso se notaba. Se paseaban entre las dos casas. Se reunían mucho en la casa materna", recuerda María de Gallardo, quien asegura que en José C. Paz debe existir más familiares de Graciela, principalmente.

Los Molares Schoenfeld jamás salieron del partido de General Sarmiento, en la zona noroeste del Gran Buenos Aires. Vivieron en las poblaciones de Bellavista, Muñiz, San Miguel y José C. Paz. El último domicilio del "Argentino" está en José C. Paz, en la calle Rodó y que cobija al barrio Las Acacias. Es la misma dirección que se tiene de esta familia en el patrón electoral que registra los domicilios de los votantes. Esta calle solo tiene 10 cuadras, pero ningún vecino recuerda haber escuchado esta familia con estos apellidos que no son fáciles de olvidar.

Solo hay un registro de estudios del "Argentino" y es cuando entró a la universidad. Se trata del registro del Ciclo Básico Común, que constituye el primer año de todas las carreras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Facundo Molares Schoenfeld intentó estudiar la carrera de Derecho, pero solo cursó tres materias, las que aprobó, de ese ciclo que hacen parte de dicha facultad. Fueron Sociología (calificación 8), Introducción al Conocimiento de la Sociedad y el Estado (8) y Derecho (6), esta última la aprobó en julio de 1997, con 22 años. Al año siguiente, "el Argentino" ya pensaba en usar camuflado y enrolarse en las Farc.

Juan Alberto Schoenfeld -zapatero, 70 años, de bigote, pelo canoso, desconfiado- vive en el barrio Bellavista, dos estaciones del tren San Martín antes de San Miguel. No tiene muchas ganas de hablar. El garaje de su casa está convertido en zapatería. Tiene una reja que protege la entrada y salida de su negocio. No le interesa abrirla.

Conoció a Facundo Molares Schoenfeld cuando caminaba por el andén en la avenida Perón, en el poblado de San Miguel. El padre del zapatero -del mismo nombre- le presentó a Graciela Schoenfeld, madre de Facundo, hace casi tres décadas. Se acuerda que se fijó más en el chico que iba con la señora que en lo que le dijo su padre. "Mi padre me dijo que ella (Graciela) podría ser familiar de nosotros porque llevaba el mismo apellido. No fue más", dice el zapatero.

Juan Alberto Schoenfeld anota que volvió a ver al muchacho unos nueve o diez años después, pero le perdió el rastro hasta que supo que andaba en la guerrilla. La última vez -recuerda- ya era zapatero y trabajaba en el negocio del calzado. "Una vez fue con su madre. Mi padre la atendió y él (Facundo) se acercó: era un pibe simpático, hablaba bien, le interesaba lo que yo hacía.

Preguntaba y yo contestaba. Era curioso, inquieto. Tenía la piel blanca, el pelo no muy largo y usaba zapatos desgastados. Pero era un joven que quería saberlo todo, y rápido. Nada del otro mundo en un adolescente que quiere descubrir cosas nuevas. Aquí, por esa época, los zapateros escaseaban. Hay que decir que yo le llevo el doble de edad".

El zapatero recuerda que mientras la madre de Facundo era menuda, con la piel blanca, el padre -Néstor Hugo Molares- tenía la piel quemada y la cara redonda. "Daba la sensación de ser un tipo rudo. Nunca lo traté, pero daba esa sensación. Además, era alto, muy serio. Un tipo igual a usted", dice mientras me mira. "Puedo asegurar que no soy su tío, pero a lo mejor un pariente lejano, aunque podría no serlo. Hay muchos Schoenfeld en Argentina, muchos. (Según el patrón electoral hay 25 en el Gran Buenos Aires). Sé poco de él, que es nada. Lamento en lo que se convirtió (guerrillero). Nunca pensé que alcanzaría esas latitudes. Seguro que lo deben haber usado".

Facundo Molares Schoenfeld llegó al país entre 1998 y 1999. Este periodista halló que el último patrón electoral de Argentina, una especie de censo que registra los domicilios de los votantes, en el que aparece Molares Schoenfeld es del año 1998. En Argentina, ese patrón se actualiza cada año. Es decir, 14 años al día de hoy que "el Argentino" no existe para el país gaucho y eso es lo que creen las autoridades colombianas que es lo que lleva este militante en las Farc.

A Facundo se le conoce en el interior de las Farc con el nombre de "Camilo" o "el Argentino". Y "el Che" entre los guerrilleros. Según fuentes del Ejército, es el segundo extranjero de más alto rango en la organización, pero a la vez el menos visible, a pesar de tener casi década y media en el grupo subversivo.

"Facundo solo es superado por la holandesa Tanja Mijmeijer que se volvió mucho más visible cuando se halló, en el operativo que dio con la baja del 'Mono Jojoy', un comprometedor diario que contaba intimidades de la guerrilla. Supera al 'Argentino' porque se ha vuelto más mediática, pero nunca por las capacidades ideológicas que tiene el argentino", me dice una fuente. Tanja integra -como traductora- el grupo de negociadores de los diálogos de paz entre las Farc y el gobierno.

Según la Fiscalía, Molares Schoenfeld es uno de los ideólogos de la columna móvil "Teófilo Forero", una pequeña ala de las Farc con operaciones en el centro y sur del país, especialmente en la zona urbana. Esta columna es comandada por Hernán Darío Velásquez, "el Paisa", uno de los hombres de mayor confianza del otrora jefe "Mono Jojoy".

"El Argentino" -dice la fuente del ejército- llegó con 23 años a las Farc e insistió en ser más un ideólogo que un guerrillero con armas. "Es un tipo más de convencer a la gente en las universidades -como lo hizo en Argentina- que la vía es la izquierda y no la de la derecha. El último año ha tomado protagonismo luego de la reconformación del grupo armado de las Farc tras la muerte de 'Alfonso Cano' (el 4 de noviembre de 2011). Esto ha llevado a que "el Paisa", su jefe, sea tenido en cuenta para integrar otro cargo en las filas de las Farc, que hoy lidera Timoleón Jiménez, 'Timochenko'".

Guillermo Ramón Kippes -pelo rubio, largo, revuelto, rostro colorado- es concejal del partido de San Miguel, en Argentina, por el Frente para la Victoria, movimiento de origen kirchnerista. Hace un año -12 de diciembre de 2011-, se posesionó como concejal y fue el único que no usó traje de corbata en el acto legislativo: solo llevaba camisa blanca y pantalón negro. Luego diría que la formalidad no iba con él. Le dicen "el Ruso" por su antigua militancia comunista. No dice su edad.

Se rió cuando escuchó el nombre de Facundo Molares Schoenfeld. Luego acepta que conoció, compartió y se hizo amigo de Facundo hace mucho cuando, dice él, eran jóvenes. Kippes debe rondar los 40 años. "Yo lo conocí cuando vivía en la zona de Bellavista, una zona pudiente", agrega. Hace luego memoria: "Dale un calcetín y verás cómo te enreda", dice el concejal, refiriéndose al "Argentino" como un tipo hábil para convencer, decidir y actuar. "Tenía una gran habilidad para hablar de temas políticos, ideológicos y de comunismo. Pero era más bruto que yo para estudiar y terminó traicionando sus ideas".

Kippes no especifica qué tipo de ideas y solo suelta frases escuetas: "él (Facundo) le gustaba el dinero...", "Facundo era un tipo comprometido, pero facilista...". Luego habla, pausadamente: "La militancia de Facundo fue un asunto romántico hasta que se involucró con las Farc y alcanzó a intermediar con fuerza entre la juventud universitaria con el comunismo, pero el lío fue otro. Se habla de que quería ser un 'Che' Guevara, pero Facundo estaba lejos de eso. Él tenía ideas, pero con el tiempo las fue traicionando".

El lío del que habla Kippes podría ser la droga. La fuente del Ejército tiene la teoría de que "el Argentino" viajó por varios países con el fin de estar en la guerrilla y sus primeros contactos fueron con simpatizantes que comercializaban droga del grupo guerrillero. Aquí cabe el nombre de Jairo Alfonso Lesmes, "Javier Calderón", que operaba la Comisión Internacional de las Farc en Paraguay, Uruguay y Argentina. Esta comisión se encargaba de todo el asunto de drogas en el cono sur.

Patricio Echegaray es el mítico secretario general del partido comunista argentino (PC) y abiertamente simpatizante de las Farc. Cuando se le consultó telefónicamente para conversar del argentino de las Farc, se negó a hablar del tema, a pesar de que hay fuentes que afirman que Molares Schoenfeld perteneció a las Juventudes Comunistas, donde Echegaray es líder indiscutido. "Es un tema complejo de abordar", dijo por teléfono y colgó.

Sin embargo, Echegaray tiene su parte en esta historia. Entre los años 1998 y 1999 cuando se pierde el rastro del "Argentino" en la Argentina, Echegaray hace un viaje a Colombia en el segundo semestre del año, en el inicio del proceso de paz en el país bajo el gobierno del presidente Andrés Pastrana. Allí, Echegaray se reúne con Manuel Marulanda, "Tirofijo", el fundador de las Farc, en la zona del Caguán, donde se llevaron a cabo los diálogos. Echegaray jamás ha negado este encuentro.

En 1999, Luis Devia, "Raúl Reyes", por ese entonces integrante del Secretariado de las Farc, viaja a Buenos Aires en su segunda visita (la primera fue en 1993). Según dijo "Reyes" por esa época, era para "estrechar vínculos con las juventudes comunistas". Echegaray siempre ha aceptado que lo vio en 1993, pero no en 1999. Pero hay una coincidencia adicional: en 1993, el mismo año en que "Reyes" viaja en secreto a Argentina, se crea la columna móvil "Teófilo Forero", donde hoy está "el Argentino", el guerrillero.

La fuente del Ejército sostiene la teoría de que en los fallidos diálogos de paz en el Caguán se abrieron muchas puertas para que personas del exterior quisieran vincularse con las Farc. "Raúl Reyes aceptó al argentino en su grupo de seguridad e ideología por su militancia en el Partido Comunista, luego pasó a ser el hombre de confianza de 'el Paisa', la persona que tiene a su cargo la 'Teófilo Forero'", dice, y agrega que posee información de que hay guerrilleros en las Farc que son de Chile, Venezuela, Ecuador y varios de origen europeo.

Por esas fechas -1999-, las Farc tenían operando la Comisión Internacional de las Farc en Paraguay, Uruguay y Argentina y era liderada por Jairo Alfonso Lesmes, "Javier Calderón", quien luego sería capturado en Bogotá (2002) y presentado como el "embajador" de las Farc para el cono sur y el reemplazo de "Rodrigo Granda" como el relacionista internacional de las Farc. "Granda" es hoy negociador en los diálogos de paz.

El Ejército dice que "Javier Calderón" fue el enlace del "Argentino" con las Farc, especialmente en las universidades, cuando el guerrillero extranjero estudió en la Universidad de Buenos Aires. "Calderón", quien también era de la columna "Teófilo Forero", tenía la misión de hacer proselitismo en las universidades de esos países y así llegar a Colombia con trayectoria en la propaganda comunista, pero a la vez tenía labores de contacto de narcotráfico. En las oficinas del PC en Buenos Aires negaron la vinculación del "Argentino" con la organización.

Facundo Molares Schoenfeld, "el argentino", tiene orden de captura por concierto para delinquir, administración de actividades terroristas y rebelión. Si es capturado tendría una pena superior a los sesenta años de cárcel. Pero ¿qué ha hecho este argentino en un país ajeno y en una guerra que no es la suya para que tenga estos delitos que, incluso, podrían llevarlo extraditado a Estados Unidos?

"El Argentino" tiene más de 13 años en las Farc e integra la columna móvil "Teófilo Forero", la más mediática y fuerte militarmente del grupo armado. Es uno de los ideólogos de esta ala guerrillera y se ha ganado en más de una década la confianza de sus superiores, entre ellos, "el Paisa", su mentor. Pero han sido los actos terroristas que han confirmado a este extranjero como el cerebro de muchas operaciones guerrilleras hasta alcanzar un lugar importante en la organización como ser el tercero en la línea de mando de la "Teófilo Forero".

"Este guerrillero (Facundo) tuvo su estreno en la guerrilla con un acto salvaje y condenable: el asalto al edificio de Miraflores, en Neiva, donde secuestraron a 15 personas (la noche del 27 de julio de 2000). Este acto, según se investigó, le dio alas para opinar y ser parte de la ideología del grupo. Fue su bienvenida y la recibieron bien", relata la fuente del Ejército. "Si bien 'el Argentino' era nuevo en la organización, se vio otro estilo diferente de hacer las cosas y comenzó a tomar protagonismo y este consistía en actuar sin verse, sin notarse. Y así trabaja".

Al asalto del edificio de Miraflores -donde secuestraron a Gloria Polanco, excongresista, y a sus dos hijos tras infiltrarse una guerrillera en su casa como empleada del servicio-, le siguió el secuestro del avión de Aires -22 de febrero de 2002-, cuando un comando lo secuestró y lo hicieron aterrizar en una carretera de El Hobo, en el Huila. Allí secuestraron al representante a la cámara Jorge Eduardo Géchem y motivó a acabar los diálogos de paz y la zona de distención en El Caguán.

Lo que siguió del "Argentino" como ideólogo no fue menos espectacular. Aún con el recuerdo del avión estacionado en una vía de automóviles, la "Teófilo Forero" se atrevió la mañana del 11 de abril de 2002 -menos de un mes de lo del avión- a secuestrar 12 diputados de la Asamblea Departamental del Valle. Como en una película, los guerrilleros -vestidos como miembros de la Policía y el Ejército- hicieron creer a los asambleístas que había una amenaza de bomba y los evacuaron en un bus y los llevaron a una zona selvática.

Allí, con un cinismo increíble, les contaron que estaban secuestrados. Jamás volvieron: mataron a once de ellos luego de más de cinco años de secuestro. Solo Sigifredo López pudo contar la historia.

Uno de los actos que más lo compromete con la justicia estadounidense es el secuestro de los tres contratistas estadounidenses Tom Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves de la empresa Northrop Grumman tras derribar la avioneta en la que viajaban. La guerrillera Tanja Mijmeijer, por ejemplo, tiene una orden de arresto de la Interpol acusada de este secuestro. Hasta ahora se sabe que "el Argentino" hizo parte de esa comitiva que cuidó a los contratistas antes de ser liberados en la Operación Jaque, un rescate igual de espectacular a los de la "Teófilo".

También participó en el atentado al entonces presidente Álvaro Uribe Vélez en Barranquilla (14 de abril de 2002) y en el atentado con un carro bomba al Club Social El Nogal en Bogotá (el 7 de febrero de 2003). Entre sus últimos actos terroristas estuvo la masacre a los concejales de Rivera, Huila. Nueve ediles fueron masacrados mientras sesionaban luego de conocerse que un concejal era miembro de las Farc y había dado todo tipo de información para realizar el ataque. Pero tal vez el más sangriento ocurrió hace tres años (22 de diciembre de 2009), cuando sacaron de su casa al gobernador del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar, y lo ametrallaron en la cabeza.

Rubén José Vizzo -médico, de guayabera, síntomas de párkinson- es el principal dirigente del comité general del Partido Comunista de San Miguel, lugar donde nació "el Argentino". Durante 20 años continuos ha citado sin falta a sus miembros cada miércoles. Y no fallan.

La sede del comité está ambientada en su fachada con colores negros y rojos y algunos grafitis con imágenes del "Che" Guevara, pero está lejos de un cuartel político que quiere llegar al poder. Allí, hasta el agua falta. Sin embargo, hay algo que hace ruido: un afiche pegado en una pared de dos jóvenes con camuflado, juntando sus espaldas y cada uno sosteniendo un fusil AK-47, el mítico Kalashnikov soviético. Son jóvenes de las Farc. Y es la misma marca de fusil que carga "el Argentino". El afiche, de un metro por 1,50, está descolorido, y por la precaria imagen, se ve que tiene varios años allí colgado. Vizzo no recuerda la historia del afiche.

"El afiche debe tener unos 10 o 15 años pegado allí ('el Argentino' lleva 14 en las Farc)", dice Vizzo, quien tiene más de 25 años como militante, 10 de ellos como eterno candidato sin éxito a concejal de San Miguel. Tampoco recuerda el nombre de Facundo Molares Schoenfeld. "No me suena, la verdad, pero le digo algo: la vía de la izquierda ya no es armada. Estar en la selva y armado no es el camino moderno de la izquierda. Hay que estar es en las calles, debatiendo, como lo hacen los otros partidos. Fue una vieja costumbre de los años ochenta que hoy no funciona. Y la verdad que este señor ni lo conozco ni pasó por aquí. Se lo aseguro".

Isidoro Gilbert -periodista, investigador, de hablar lento- escribió La Fede (Federación Juvenil Comunista), un libro que reconstruye la historia de la agrupación juvenil del PC, confirma que lo de Patricio Echegaray, junto a Manuel Marulanda Vélez, "Tirofijo", y lo de "Raúl Reyes" fue público: los encuentros y el viaje a El Caguán, en el año 2000.

"El principio del siglo fue una época de reivindicación política", dice, y la compara con los éxitos que tuvo el Partido Comunista Argentino en los años ochenta con su participación activa en El Salvador y Nicaragua, explicando el porqué de un argentino en las Farc. "Incluso -dice-, tras la victoria de la presidencia de Néstor Kirchner en 2003 se repite la reivindicación a la política en los jóvenes que los incluye a tomar posiciones, muchas de ellas de izquierda". Gilbert anota que en su momento la Fede llegó a tener más de cien mil militantes y que a su juicio, dijo vía telefónica, ha sido "la mayor organización política de jóvenes de la Argentina, exceptuando a la Juventud Peronista de los setenta".

Todos los días -me dice un exguerrillero-, Facundo Molares Schoenfeld se levantaba a las cuatro de la mañana y se ponía el camuflado. Luego buscaba un árbol y se sentaba a leer acompañado de una linterna. Hasta que no amaneciera no dejaba el libro.

Era conocido como "el Che" -relata el guerrillero que se fugó de la columna móvil "Teófilo Forero" hace dos años, cerca de Algeciras, Huila-. Para comenzar a hablar iniciaba con la palabra Che: "Che... qué fruta es esta", "Che... ese pueblo cómo se llama", "Che... ¿te gusta la guerrilla?". Todo era "Che", "Che". Le decíamos "el Che".

"¿Que qué clase de guerrillero era? Yo siempre lo vi al lado de los comandantes. Tenía más pinta de hablar que de combatir. Uno lo ve desde el comienzo: hablaba bien, se expresa bien. Por ejemplo, yo no me expreso bien, y sé la diferencia. Además, cuando hablaba se notaba que era un tipo estructurado: habla de ideologías, de Lenin, de infiltrarse en las universidades, de combatir en la ciudad. Nadie sabía su nombre. No daba mucha confianza tampoco como para hablarle. Sé que los comandantes lo llamaban 'el Argentino'. Nosotros solo nos referíamos a él como 'el Che'", concluye.

Facundo Molares Schoenfeld dejó de ser un fantasma la madrugada del miércoles 3 de febrero de 2010, cuando un comando de aviones Kfir de la Fuerza Aérea colombiana bombardeó la zona selvática de Puerto Rico, en Caquetá. En el operativo murieron 12 guerrilleros, entre ellos Marly Yerley Capera Quesada, "la Pilosa", novia de Hernán Darío Velásquez, "el Paisa", jefe de la "Teófilo Forero". "La Pilosa" tenía bajo su responsabilidad el manejo de la información almacenada en dispositivos digitales. En uno de esos computadores, hallados días después por hombres del Ejército en tierra, se encontró información de planes terroristas, cruces de correos electrónicos entre líderes guerrilleros y decenas de fotografías, entre otros documentos de la organización, la mayoría encriptados.

Tras casi veinte meses de análisis por parte de la oficina de informática del Ejército, una misteriosa fotografía acaparó la atención de los investigadores. Se trataba de una imagen de un guerrillero que estaba lejos del prototipo común de los militantes de las Farc. Su principal rasgo era que tenía la tez demasiado blanca.

Las autoridades entonces concluyeron que se trataba del argentino que desde inicios de la década pasada se había enrolado en las filas de las Farc, encargado de infiltrar protestas callejeras y universidades, pero jamás habían tenido tan clara la referencia. La imagen hallada era la de un militante desafiante con un fusil AK-47. El 5 octubre de 2011 la fotografía se filtró y el jefe de la Unidad Nacional Antiterrorismo, Juan Hernando Poveda, explicaba que el guerrillero argentino era Facundo Molares Schoenfeld, conocido con el alias del "Argentino". Y el resto es esta historia.

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