Preocupa reorganización de la guerrilla
EPR y ERPI se fortalecen con lanzacohetes: Marina
Ambas organizaciones continúan el rearme de sus bases a partir de material bélico filtrado desde la frontera de Guatemala
Por Jorge Alejandro MedellínLa Armada de México advierte que las guerrillas del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) se han rearmado con fusiles automáticos y además tienen lanzacohetes en sus arsenales.
Reportes de inteligencia revelados por la Marina, indican que el EPR se ha reorganizado lentamente tras sus apariciones y ataques al inicio del gobierno. El análisis agrega que el ERPI, guerrilla escindida del EPR, también ha fortalecido sus bases operativas y de apoyo en la Costa Chica del estado de Guerrero.
La actividad de estos grupos subversivos “ha ocupado especial atención de las Fuerzas Armadas”, señala la Marina al citar el reporte “Proyección 2010”, elaborado por el Grupo Interdisciplinario de Análisis de Seguridad Nacional, en un Documento de Trabajo del Centro de Estudios Superiores Navales (Cesnav).
De hecho, la presencia y actividad de ambos grupos guerrilleros fueron las razones por las que la Armada decidió establecer nueve Estaciones Navales Avanzadas (ENAs) en la frontera de México con Guatemala y Belice en octubre de 2009, revela la institución.
La parte sustantiva de dicho análisis está incluida en el libro Historia General de la Infantería de Marina, Tomo II, presentado en el Cesnav el pasado 14 de noviembre y que forma parte de una colección de cinco publicaciones ordenadas y supervisadas por el almirante secretario Mariano Francisco Saynez y por historiadores navales.
La recopilación histórica inició casi al comienzo del sexenio y abarca aspectos que se remontan desde la época prehispánica hasta el primer semestre de 2012. En el volumen citado se abordan temas como el alzamiento zapatista de enero de 1994, el surgimiento del EPR en 1996 y sus escisiones, entre las que sobresale por su nivel operativo el ERPI. El libro destaca que el 7 de agosto de 1996 el EPR atacó por sorpresa un campamento militar cerca del poblado de Los Encinos, causando la muerte de “por lo menos 30 soldados”. Se apunta que el gobierno federal le atribuyó a este grupo la autoría de los ataques a instalaciones estratégicas en 2007 y 2008 contra ductos de Petróleos Mexicanos, bancos y puestos militares.
La Marina señala en el libro que el EPR tiene presencia en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, Veracruz y el DF. La estructura de comités, comisiones y núcleos conformada por la dirigencia eperrista, le ha permitido a este grupo controlar operativa y logísticamente sus diversas zonas.
Sobre el ERPI señala que “ha ocupado en especial la atención de las Fuerzas Armadas, organización de la que desde hace tiempo se hace un seguimiento, ya que en 2009 se localizó una base de reclutamiento en un poblado de la Costa Chica de Guerrero llamado Cruz Grande, en un triángulo formado por las poblaciones de Ayutla, San Marcos y Copala, a unos 120 kilómetros de Acapulco y a 100 de Pinotepa Nacional, en Oaxaca, zona de influencia del EPR” (p.258).
A continuación detalla que “los reportes de inteligencia indican que el EPR junto con ERPI han continuado el rearme de algunas de sus bases a partir de material bélico filtrado a territorio nacional desde la frontera con Guatemala”.
De esta manera, indica, “se sabe que lanzacohetes RPG-7 y RPG-22 han llegado a su poder a través del mercado negro de armas, abundante en la frontera sur del país”.
La dependencia reconoce que fue por esta razón por la cual “durante el sexenio del presidente Felipe Calderón la Armada de México se fijó como meta la construcción en el corto y mediano pazos de nueve Estaciones Navales Avanzadas en la frontera con Guatemala y Belice, con la finalidad de enfrentar el tráfico de drogas e indocumentados por los ríos navegables Suchiate, Usumacinta y Hondo, y cortar algunas de las decenas de rutas clandestinas del crimen organizado”, precisa el texto.
En octubre de 2009, la Secretaría de Marina (Semar) presentó a la Secretaría de Hacienda el Proyecto de Inversión de Infraestructura Gubernamental denominado “Construcción de Estaciones Navales Avanzadas”, justificando el gasto al señalar que “en las fronteras se han incrementado las actividades de la delincuencia organizada como el tráfico y trata de personas o bien, la introducción de drogas, materiales o componentes de utilización dual”.
Por esa razón, “la Armada de México requiere llevar a cabo un despliegue de recursos humanos y materiales para efectuar patrullajes en las zonas rurales de la frontera sur”, indicaba el documento en el que se estimaba que el monto de inversión sería de 168 millones 998 mil 323 pesos para consolidar las ENAs en tres etapas.
Una vez terminada la etapa de ejecución en los años 2009 y 2010, vendría la etapa de operación, que abarcará el periodo 2010-2039, señalaba la Semar en el proyecto que finalmente fue aprobado por los legisladores.
Sin embargo, la Marina nunca ofreció detalles sobre la construcción y operación de las ENAs en ninguno de los informes de labores emitidos desde el año 2009 a la fecha.
Tampoco se sabía acerca de los verdaderos motivos para llevar adelante el proyecto de las Estaciones Navales Avanzadas, sino hasta la aparición del libro presentado en el Cesnav por el almirante Francisco Saynez.