Un par de comentarios dejados en este blog me mueven a retomar el tema de la semana pasada sobre la iniciativa del presidente de Uruguay, José Mujica, de liberar ex represores de la dictadura militar, a cambio de algunas concesiones:
Primero, mi amigo, el escritor Agustín Sánchez me puso en Facebook: “No cabe duda que, como dice Sabina, la izquierda en el poder se vuelve derecha”.
Segundo, Alberto Sladogna comentó:
“Estimado Alejandro : He vivido la experiencia en carne propia de estar sometido a las delicias que las fuerzas represivas dan a quienes queríamos en las épocas de los 60/0, como los Tupamaros -con quienes colaboré- en Uruguay y otros en Argentina, Chile y Brasil. Y sabes estoy de acuerdo con la propuesta de Mujica, el pide los datos de los desaparecidos a cambio de la libertad y terminar la cuestión del dolor. Es una muy buena propuesta pues, ¡cuidado! en Uruguay y en Argentina el tema del dolor lo está tomando la derecha para decir que somos el imperio de la venganza que no queremos olvidar. Un saludo”
Agustín lo ve como una traición más de los izquierdistas que se vuelven moderados cuando tienen la oportunidad de gobernar. Casos de los que está llena nuestra historia latinoamericana.
Sin embargo, el comentario de Alberto contiene un par de ángulos interesantes. Mujica no está proponiendo amnistiar de a gratis a los represores, sino a cambio de los datos de los desaparecidos. En esto es una propuesta diferente, digamos a las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, de Argentina, de los tiempos de Carlos Menem, que era amnistía pura a militares y represores en general.
También lo del dolor como chantaje de la derecha, como pretexto para no alcanzar la reconciliación nacional, con el supuesto de que la izquierda en el poder viene a cobrárselas, “¡los irracionales vengativos están en el gobierno!”
Visto así, Pepe Mujica hila fino, pero subido en una cuerda muy floja. Tiene que convencer a los represores de decir la verdad de los desaparecidos, y al mismo tiempo convencer a la izquierda de que no se ha vuelto una mala versión de la derecha en el poder, ni a estar dispuesto a perdonar a criminales de lesa humanidad a cambio de estabilidad para gobernar.
El ofrecimiento es, pues, el de un estadista. Habrá qué ver si así lo entienden en su pueblo, tanto tirios como troyanos.
¿Con quién te identificas más, con Agustín o con Alberto?
En lo personal, suscribo el comentario de Sladogna y lo agradezco en el alma, porque nos ayuda a entender aquello que perdemos de vista.
lunes, 22 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
Uruguay: perdonar represores
El ex guerrillero tupamaro y actual presidente uruguayo, José Mujica, se ha metido en menudo lío. Ni siquiera ha pasado un mes de su toma de posesión cuando ya ha planteado la posibilidad de emprender una política de reconciliación de los uruguayos con el pasado, lo que implica liberar a los ex dictadores Juan María Bordaberry; al general Gregorio Alvarez; al ex canciller Juan Carlos Blanco, y a varios militares y policías acusados de casos de desaparecidos.
De acuerdo con información tomada del diario La Nación, de Argentina, Mujica reunió ayer a los oficiales de las fuerzas armadas y les planteó la necesidad de salir "de la trampa del dolor" derivada de los hechos de violaciones de los derechos humanos de la última dictadura militar (1973-1985).
"No hay vencidos ni vencedores", dijo Mujica, en referencia a la lucha armada que protagonizaron ambas partes en las décadas de 1960 y 1970, cuando el actual presidente integraba el movimiento guerrillero tupamaro.
El mandatario uruguayo afirmó que "las fuerzas armadas de hoy no deben cargar con ninguna mochila del pasado ante su pueblo", pero que "esto no es cosa de decirlo, sino que hay que cultivarlo y hacerlo evidente a los sentimientos de la gente", que es "lo más difícil".
Las reacciones no se han hecho esperar, la central sindical uruguaya y otros militantes de izquierda salieron al cruce de las propuestas para liberar a militares presos por violaciones de los derechos humanos durante la última dictadura, y redoblaron la apuesta para eliminar una polémica ley que dio cierta protección a los agentes de la represión de aquella época, que fueron denunciados por esos casos.
Mujica ha dicho que prefiere "la verdad de lo ocurrido aquellos años" y los datos sobre desaparecidos a cambio de dejar libres a los militares presos. Reveló días atrás que la "idea" que se maneja como posible solución es la de dar potestad legal a los jueces para que dispongan la prisión domiciliaria de los detenidos.
En sus épocas de guerrillero, Mujica fue detenido cuatro veces. En la última ocasión, quedó en prisión entre 1972 y 1985, período en el que estuvo en varios cuarteles.
El 14 de marzo de 1985, dos semanas después de la restauración democrática, una ley de amnistía votada en las primeras sesiones de aquel Parlamento permitió que salieran los últimos presos del régimen militar.
La ley fue ratificada en un referéndum en 1989. Además, en octubre pasado, mediante el mecanismo de plebiscito, no se logró mayoría absoluta para incluir una enmienda constitucional que la considerara nula. Pese a la ley, fueron procesados y detenidos dos ex dictadores.
¿Hace bien o mal Mújica al emprender la política del perdón y la amnistía?, ¿qué dicen las víctimas y sus familiares de tal propósito?, ¿esto llevará efectivamente a la unidad nacional o a la polarización de los uruguayos?
Las respuestas no son fáciles. De hecho, la experiencia muestra que no hay una respuesta similar en cada país de América Latina, que ha manejado de manera diversa su reconciliación con el pasado y, en algunos casos, ésta ni siquiera se ha conseguido, como en México.
Tú, en el lugar de Mújica, ¿qué harías?
Nada de Melissa y Nazareth
El martes subimos a este blog el caso de las niñas Melissa y Nazareth González Navarro, que desaparecieran el viernes pasado en Iztapalapa, en circunstancias muy extrañas.
Ayer, en plática con sus familiares, nos refieren que no ha habido avance alguno en el tema.
A seguir insistiendo en su liberación.
De acuerdo con información tomada del diario La Nación, de Argentina, Mujica reunió ayer a los oficiales de las fuerzas armadas y les planteó la necesidad de salir "de la trampa del dolor" derivada de los hechos de violaciones de los derechos humanos de la última dictadura militar (1973-1985).
"No hay vencidos ni vencedores", dijo Mujica, en referencia a la lucha armada que protagonizaron ambas partes en las décadas de 1960 y 1970, cuando el actual presidente integraba el movimiento guerrillero tupamaro.
El mandatario uruguayo afirmó que "las fuerzas armadas de hoy no deben cargar con ninguna mochila del pasado ante su pueblo", pero que "esto no es cosa de decirlo, sino que hay que cultivarlo y hacerlo evidente a los sentimientos de la gente", que es "lo más difícil".
Las reacciones no se han hecho esperar, la central sindical uruguaya y otros militantes de izquierda salieron al cruce de las propuestas para liberar a militares presos por violaciones de los derechos humanos durante la última dictadura, y redoblaron la apuesta para eliminar una polémica ley que dio cierta protección a los agentes de la represión de aquella época, que fueron denunciados por esos casos.
Mujica ha dicho que prefiere "la verdad de lo ocurrido aquellos años" y los datos sobre desaparecidos a cambio de dejar libres a los militares presos. Reveló días atrás que la "idea" que se maneja como posible solución es la de dar potestad legal a los jueces para que dispongan la prisión domiciliaria de los detenidos.
En sus épocas de guerrillero, Mujica fue detenido cuatro veces. En la última ocasión, quedó en prisión entre 1972 y 1985, período en el que estuvo en varios cuarteles.
El 14 de marzo de 1985, dos semanas después de la restauración democrática, una ley de amnistía votada en las primeras sesiones de aquel Parlamento permitió que salieran los últimos presos del régimen militar.
La ley fue ratificada en un referéndum en 1989. Además, en octubre pasado, mediante el mecanismo de plebiscito, no se logró mayoría absoluta para incluir una enmienda constitucional que la considerara nula. Pese a la ley, fueron procesados y detenidos dos ex dictadores.
¿Hace bien o mal Mújica al emprender la política del perdón y la amnistía?, ¿qué dicen las víctimas y sus familiares de tal propósito?, ¿esto llevará efectivamente a la unidad nacional o a la polarización de los uruguayos?
Las respuestas no son fáciles. De hecho, la experiencia muestra que no hay una respuesta similar en cada país de América Latina, que ha manejado de manera diversa su reconciliación con el pasado y, en algunos casos, ésta ni siquiera se ha conseguido, como en México.
Tú, en el lugar de Mújica, ¿qué harías?
Nada de Melissa y Nazareth
El martes subimos a este blog el caso de las niñas Melissa y Nazareth González Navarro, que desaparecieran el viernes pasado en Iztapalapa, en circunstancias muy extrañas.
Ayer, en plática con sus familiares, nos refieren que no ha habido avance alguno en el tema.
A seguir insistiendo en su liberación.
lunes, 15 de marzo de 2010
Estampas de la violencia: Melissa, Nazareth y Haziel
La violencia descontrolada afecta a todos los ciudadanos por igual. Sin embargo, cuando ésta toca a opositores al régimen, el cuadro que se prefigura es alarmante, ya que las víctimas no son simples ciudadanos, sino posibles destinatarios de represalias políticas.
Ayer, apenas en el lapso de unas horas tuvimos conocimiento de dos casos preocupantes, uno de secuestro (acaso desaparición forzada), y otro de asesinato, cuyas víctimas no se encuentran en la cúspide de las burocracias partidistas ni encarnan poderosos liderazgos sociales, pero sí están vinculados a organizaciones de lucha política, lo que le otorga a sus casos un cariz particular.
El viernes 12 de marzo de 2010, por la tarde, las gemelas de 16 años Melissa y Nazareth González Navarro desaparecieron en la colonia El Molino, Iztapalapa, Distrito Federal, colonia en la que viven. Se presume que su desaparición fue en su mismo domicilio, algunos vecinos dicen que tres desconocidos ingresaron a su hogar mientras sus padres no se encontraban.
En la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal se registró la averiguación previa FIZP/IZP-8-T1/100/00750/10-03; y en el Centro de Apoyo de Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA) se abrió el expediente: APOYO Y ORIENTACION TS. /751/10 y APOYO Y ORIENTACION TS. /751/10 BIS.
Los familiares son escépticos del accionar de estas dependencias del gobierno del Distrito Federal y hacen un llamado a la sociedad civil a contribuir en la búsqueda de ambas. Sus padres, Miguel Ángel González y María del Rosario Navarro, así como las gemelas son integrantes de la Brújula Roja, colectivo adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
Las desaparecidas participaban, desde hace dos años, dentro del Sector Niños y Niñas de la Otra Campaña y fueron parte de diversas actividades durante la visita del Subcomandante Marcos en la Ciudad de México, y de diversas protestas contra los acontecimientos de San Salvador Atenco y por la Libertad de los Presos Políticos.
En caso aparte, pero que se enmarca en esta misma vorágine de violencia y horror que está viviendo el país, en Ciudad Juárez fue asesinado ayer en la madrugada, por un comando armado, en circunstancias poco claras, el militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores a quien se conocía con el nombre de Haziel.
Haziel era un joven de 26 años, deportista, trabajador manual de una primaria, hijo de maestros, padre de una hija de un año y esposo esposo de la militante Kaori, encargada de la Casa de la Cultura local.
Irónicamente, al momento de la muerte de su compañero, Kaori se encontraba en la ciudad de México acompañando a las madres en el foro que se realizó el pasado fin de semana en la UNAM, donde un grupo de madres denunció y exigió al gobierno mexicano justicia para sus hijos asesinados, al mismo tiempo que denunciaban el clima de militarización que está matando jóvenes inocentes en dicha plaza.
Se exige justicia en ambos casos. Nadie puede desaparecer así sin razón alguna, sin que la autoridad sea capaz de evitarlo. Ya basta de la orgía de sangre en Ciudad Juárez.
De entrada, el gobierno federal, el de la capital de la República y el de Chihuahua son responsables de lo que les pase a Melissa y Nazareth, y entes obligados de encontrar a los asesinos de Haziel.
Pero si se descubre que estos tienen un cariz político, la culpa de los gobiernos crece exponencialmente, pues sería la señal de que se ha inaugurado una nueva “guerra sucia” en el país. ¿Es así?
Ayer, apenas en el lapso de unas horas tuvimos conocimiento de dos casos preocupantes, uno de secuestro (acaso desaparición forzada), y otro de asesinato, cuyas víctimas no se encuentran en la cúspide de las burocracias partidistas ni encarnan poderosos liderazgos sociales, pero sí están vinculados a organizaciones de lucha política, lo que le otorga a sus casos un cariz particular.
El viernes 12 de marzo de 2010, por la tarde, las gemelas de 16 años Melissa y Nazareth González Navarro desaparecieron en la colonia El Molino, Iztapalapa, Distrito Federal, colonia en la que viven. Se presume que su desaparición fue en su mismo domicilio, algunos vecinos dicen que tres desconocidos ingresaron a su hogar mientras sus padres no se encontraban.
En la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal se registró la averiguación previa FIZP/IZP-8-T1/100/00750/10-03; y en el Centro de Apoyo de Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA) se abrió el expediente: APOYO Y ORIENTACION TS. /751/10 y APOYO Y ORIENTACION TS. /751/10 BIS.
Los familiares son escépticos del accionar de estas dependencias del gobierno del Distrito Federal y hacen un llamado a la sociedad civil a contribuir en la búsqueda de ambas. Sus padres, Miguel Ángel González y María del Rosario Navarro, así como las gemelas son integrantes de la Brújula Roja, colectivo adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
Las desaparecidas participaban, desde hace dos años, dentro del Sector Niños y Niñas de la Otra Campaña y fueron parte de diversas actividades durante la visita del Subcomandante Marcos en la Ciudad de México, y de diversas protestas contra los acontecimientos de San Salvador Atenco y por la Libertad de los Presos Políticos.
En caso aparte, pero que se enmarca en esta misma vorágine de violencia y horror que está viviendo el país, en Ciudad Juárez fue asesinado ayer en la madrugada, por un comando armado, en circunstancias poco claras, el militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores a quien se conocía con el nombre de Haziel.
Haziel era un joven de 26 años, deportista, trabajador manual de una primaria, hijo de maestros, padre de una hija de un año y esposo esposo de la militante Kaori, encargada de la Casa de la Cultura local.
Irónicamente, al momento de la muerte de su compañero, Kaori se encontraba en la ciudad de México acompañando a las madres en el foro que se realizó el pasado fin de semana en la UNAM, donde un grupo de madres denunció y exigió al gobierno mexicano justicia para sus hijos asesinados, al mismo tiempo que denunciaban el clima de militarización que está matando jóvenes inocentes en dicha plaza.
Se exige justicia en ambos casos. Nadie puede desaparecer así sin razón alguna, sin que la autoridad sea capaz de evitarlo. Ya basta de la orgía de sangre en Ciudad Juárez.
De entrada, el gobierno federal, el de la capital de la República y el de Chihuahua son responsables de lo que les pase a Melissa y Nazareth, y entes obligados de encontrar a los asesinos de Haziel.
Pero si se descubre que estos tienen un cariz político, la culpa de los gobiernos crece exponencialmente, pues sería la señal de que se ha inaugurado una nueva “guerra sucia” en el país. ¿Es así?
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